Política

Independentistas ¿Ahora o nunca?

9 Sep, 2015 - - @kanciller

Nadie duda de la trascendencia de las próximas elecciones catalanas. El carácter plebiscitario que le han dado las fuerzas independentistas, que concurran al menos tres coaliciones o partidos nuevos – Junts pel Si, Cataluña Si Se Puede y Unió –, el cambio en todos los cabezas de cartel – sólo el actual President se postula, cosa inédita, sin ser cabeza de lista– y su cercanía con las Elecciones Generales han hecho que estas sean algo más que unas elecciones autonómicas ordinarias.

Hasta ahora hemos ido un poco a ciegas pero ya empiezan a llegar los primeros sondeos – aquí Lluis Orriols los disecciona – y en general todos coinciden; Junts pel Si y la CUP podrían tener o quedarse cerca de la mayoría absoluta de escaños en el Parlament. Aunque yo no daría por descontado que la CUP vaya a investir a Artur Mas como President, en todo caso habría un gobierno independentista en Cataluña con una hoja de ruta muy clara hacia la secesión.

estimación escaños

Un elemento clave para entender esta ventaja inicial en las encuestas es que la movilización en el campo independentista es claramente superior a la de los “no plebiscitarios”. En ciencia política se ha hablado mucho del abstencionista diferencial, del catalán que sólo vota en las Generales, pero en 2012 quedó enterrado cuando la participación llegó a ser superior a la del Congreso. Por lo tanto, habrá que ser prudente porque la polarización puede llevarnos a participación semejante. Además, es posible que la movilización del campo no independentista vaya a ser más tardía, con lo que la campaña electoral podría ser decisiva. No en vano arranca un 11 de septiembre y las elecciones son el puente de la Mercè, con un puñado de barceloneses fuera de casa.

Esta importante movilización y fuerza de los independentistas, que rondarían la absoluta en el Parlament, coexiste con una curiosa paradoja. Según indica tanto el CEO como el CIS ha caído de manera importante el apoyo a la independencia en Cataluña. Este hecho podría apuntar algunas pistas interesantes.

Con frecuencia se comenta que la independencia es una cuestión de identidades, con un componente étnico muy marcado. No cabe duda de que  una identidad exclusiva de “sólo español” o más “solo catalán”  predice bien el posible voto en un referéndum independentista. Sin embargo, no hemos visto una transformación importante en las identidades desde la última década y la mayoría de ellas siguen siendo mixtas. Por lo tanto no parece fundado pensar que sea (principalmente) un cambio en el sentimiento de pertenencia nacional lo que explique ni el auge del independentismo desde 2006 ni su caída más reciente. Parece que son más bien razones de coyuntura política las que están detrás.

Si se revisa la serie histórica el apoyo a la independencia, ésta comienza a crecer con la crisis económica, la cual llega algo antes de la sentencia del Estatut. Este último es un hito y actúa como punto focal por su valor simbólico. Por supuesto, el tema material o sustantivo de la propia sentencia es lo de menos (el cual en profundidad y alcance es discutible) sino el hecho de que los actores políticos catalanes lo consideran la vulneración de un pacto y viran en sus posicionamientos. En cualquier caso, aunque todo interaccione, cuando el apoyo a la independencia crece de manera exponencial  es con la entrada del Partido Popular en el gobierno y el periodo más duro de ajustes. Es entonces cuando el independentismo toca techo en un curioso paralelismo con el independentismo escocés y los gobiernos tories.

apoyo independencia

Parece que si ahora esta preferencia recula parcialmente es porque algunos de los factores anteriores están o podrían estar en retirada. Probablemente la emergencia de nuevos actores políticos ha desactivado parte del discurso de que España es irreformable. No por casualidad Podemos sería el partido más votado en Cataluña en las Generales (y no en vano el argumentario independentista insiste mucho en que son lo mismo que PP o PSOE en el tema nacional). Puede que no estar en un momento tan crudo de la crisis haya podido reducir marginalmente la insatisfacción política catalana. Quizá hasta la posibilidad de que el Partido Popular pudiese perder el gobierno en la próxima legislatura podría jugar su papel.

A mi juicio este cambio en las preferencias supone que la ventana de oportunidad del independentismo podría estar cerrándose. Por supuesto es sólo una hipótesis, pero quizá pueda tener fundamento.

Es indudable que hay un sector significativo de independentistas en Cataluña que, al margen de argumentos económicos o de pertenencia a la UE, apostarán sí o sí por la secesión. Sin embargo, quien marca la diferencia en términos de mayorías políticas es el “independentismo instrumental”, un 10-20% de los catalanes que apoyan la independencia como una apuesta para mover el statu quo en España. Sectores sobre todo del entorno de Convergencia y la órbita catalanista del PSC que cambiaron sus preferencias en 2010 tras el fracaso del proceso estatutario. Unos sectores potencialmente volátiles.

Supongamos que en España hay mayorías políticas nuevas a partir de 2016 y un entorno más fragmentado. Su correlato será la apertura de un proceso de reforma constitucional – que al margen de su contenido, ya defienden todos los partidos salvo el PP. Una reforma que se abrirá no porque todos los partidos piensen que hay que hacer una oferta a Cataluña, sino simplemente porque creen que debe reformarse.

Ante esta situación, los actores políticos catalanes lo tendrán difícil para justificar no sentarse en la mesa. El cálculo es que podrán optar por implicarse para intentar conseguir un beneficio inmediato en una potencial reforma o seguir esperando para conseguirlo a futuro con la hipotética independencia unilateral (siempre más difícil que una reforma constitucional). En paralelo, los costes de continuar el proceso seguirán subiendo. Hasta ahora casi todo ha sido coste de oportunidad pero si hay un reto más serio al Estado de un gobierno independentista necesariamente habrá una pérdida neta (incluso aunque sea bilateral, como algunos justifican). La combinación de ambos elementos puede hacer que el “independentismo instrumental” retire su apoyo a la vía rupturista.

Esta hipótesis que formulo queda al margen del resultado electoral del 27s. Tanto si hay gobierno de Junts pel Si como si se repiten elecciones, en breve habrá nuevas mayorías en el Congreso. Por eso era fundamental que las elecciones fuesen ahora. Por eso para el independentismo es clave gobernar. Necesitan que su mandato sea una foto fija de la correlación de preferencias actual, no de la que puede emerger a partir de 2016. Además, desde la Generalitat se puede buscar la vía para intentar alterar la estructura de costes o que descarrile la reforma constitucional subiendo todo lo posible la apuesta (Tampoco le faltarán aliados en actores políticos españoles).

Todos sabemos que los incentivos para negociar hasta ahora han sido escasos. En el corto plazo tanto la candidatura plebiscitaria como el partido en el gobierno central tienen interés en polarizar el debate para mejorar sus perspectivas electorales, uno en las catalanas y el otro en las generales. CDC ya ha atado su suerte a la del proceso para lo bueno (salvar su propia marca y cuadros) y para lo malo (perder el control político de la situación). Mientras, el PP ha esperado a ver si las contradicciones dentro del movimiento acababan por desinflarlo. Tras el 9N parecía que su estrategia podía haber tenido éxito pero la lista unitaria ha hundido esa idea.

La incógnita será quién negociará a partir de ahora porque muchos interlocutores clásicos se han quedado por el camino. A esto no tengo respuesta. Ni los nacionalistas catalanes serán tan decisivos como lo fueron en los gobiernos en minoría del PP o PSOE; ni la extinta CiU ni el PSC tienen la centralidad de la sociedad catalana que tuvieron en el pasado. Seguiremos moviéndonos en terreno incierto hasta que veamos la nueva correlación de fuerzas.

Sin embargo, justamente porque muchos catalanes han visto al independentismo como la única salida para cambiar el statu quo, el horizonte de reforma puede es lo único que puede cambiar su orientación. Un cambio que será complejo pero de cuyo destino depende la derrota política de las tesis secesionistas o que el conflicto se enquiste de manera irremediable.

***

Nota cansada:

Existen dos relatos particularmente agotadores sobre todo este tema. De un lado, los que dicen que el independentismo es una construcción de unas elites todopoderosas en Cataluña que manipulan a la sociedad. Del otro, los que hablan una sociedad civil vibrante movilizándose por la libertad de un pueblo oprimido. La realidad es más matizada. Ni los partidos son independientes de sus bases y electores ni las preferencias o ideas de estos últimos surgen en el vacío. Conviene tenerlo en cuenta si se quiere entender lo que pasa. Si lo que se quiere es vender munición electoral, entonces para el que la compre.


26 comentarios

  1. FE dice:

    Dos apuntes. En primer lugar, las elecciones catalanas van a suponer una victoria clara del soberanismo (que no necesariamente del independentismo). El consenso hoy en la sociedad catalana parece ser que Cataluña debe poder tener la capacidad de decidir por sí misma, incluyendo la posibilidad de realizar un referéndum sobre la pertenencia a España (aunque se discrepe en lo que votaría cada uno). Esto, por supuesto, es totalmente incompatible con el ordenamiento legal español.

    En segundo lugar, yo no veo demasiado interés en el resto de España en una reforma en profundidad del sistema autonómico, más allá de corregir sus deficiencias más obvias e inmediatas. Tampoco veo muchas ganas de ofrecer un trato radicalmente diferenciado a Cataluña para que, por ejemplo, pase a tener un estatus similar al de las comunidades forales: para eso bastaba haber aceptado el Estatut que salió del Parlament en su momento y nos habríamos ahorrado estos últimos diez años de discusiones.

    • Pedro dice:

      El ordenamiento legal español se puede cambiar,siguiendo los cauces establecidos, que implican la participación de todos los españoles. El Parlamet puede iniciar esta vía,pero no lo ha hecho. No parece que estén logrando convencer al resto de españoles precisamente. El consenso hoy en la sociedad española parece ser que España debe poder tener capacidad para decidir por sí misma cómo seguir juntos o cómo separarnos. Eso lo decidimos todos, y como pasó en Canadá, establecidas esas condiciones por la mayoría, serían tan desfavorables que la secesión sería casi inviable.

      Una reforma en profundidad del sistema autonómico, sobre todo la parte de la financiación, es posible, pero no sería sustancialmente diferente del tipo actual, o del federal tipo alemán. Las aspiraciones soberanistas, tanto estructurales como económicas, de mantener todas las ventajas de estar juntos sin el precio que conlleva, además de irreales, condenan la vialbilidad de un Estado español.

      El Estatut que salió del Parlament no comntemplaba un estatus similar al foral, el Tribunal Constitucional tocó 14 artículos no demasiado relevantes (yo los hubiera dejado tal cual), y más del 95% del mismo es el vigente.

      • FE dice:

        Lo que se estableció en Canadá es que si bien una parte no puede tomar decisiones que afecten al todo, sí tiene derecho a expresar democráticamente sus preferencias, incluso sobre una posible independencia. Eso es totalmente incompatible con el ordenamiento legal español.

        Estamos ante un choque de legitimidades. El punto de vista soberanista es que Cataluña debería ser capaz de tomar estas decisiones por sí misma. El punto de vista contrario es que no se mueva nada hasta que no exista un consenso favorable en España que honradamente no veo cercano. Por ejemplo, para cambiar la Constitución se requieren 2/3 del Parlamento, y ninguna encuesta le pronostica al PP menos de 116 diputados (el 1/3 restante) en las próximas generales. No resulta difícil entender cómo, cansados de esperar, los catalanes están tendiendo hacia la unilateralidad.

        En mi opinión, un primer paso sería que Cataluña tuviera con el Estado una relación similar a la de las comunidades forales. No tanto por esta o aquella competencia, como por que Cataluña pudiera negociar su estatus dentro de España de forma bilateral, sin necesidad de un cambio completo de la estructura territorial del Estado.

        Entre salir del Parlament y entrar al Tribunal Constitucional, el Estatut ya pasó por el Congreso de los Diputados a que le «pasaran el cepillo»:

        https://es.wikipedia.org/wiki/Estatuto_de_autonom%C3%ADa_de_Catalu%C3%B1a_de_2006#Contenido

        • Miguel dice:

          El Estado no debe tener negociaciones bilaterales con una de sus partes. Los privilegios forales de vascos y navarros deben suprimirse, no extenderse a los catalanes. Sinceramente, para eso mejor darles la independencia de una santa vez.

    • Pescador dice:

      El estatus foral para Cataluña es inasumible economicamente, de la misma manera que el estatus foral para País Vasco y Navarra, en los aspectos económicos, es una bofetada – si Cataluña lo tuviera sería una patada en la boca- al resto de los ciudadanos de este país.
      Los servicios comunes no son un menú del que, además , puedes discutir el precio de cada plato. La reforma de la financiación pública, de manera que el Estado no pueda dedicarse a premiar a sus fieles y comprar voluntades y reducir el dinero que maeja al estrictamente necesario para cumplir sus funciones de representación internacional y cumplimiento de la legalidad, debería ser el principal debate de este país.
      Pero no van por ahí los tiros

  2. Pedro dice:

    Es curioso lo de pretender que unas elecciones autonómicas sean un plebiscito, pero luego contar diputados del Parlament en lugar de votos de ciudadanos.
    Es curioso que solo estén contando las supuestas ventajas de separarse, pero no los inconvenientes y los costes de una fractura y de un Estado nuevo.
    Es curioso defender una posible declaración unilateral de independencia que inmediatamente anulada por el Tribunal Constitucional no va a tener ningún efecto jurídico ni práctico, ni ningún reconocimiento internacional ni por el Estado español. Ni aplicación en la vida d elas empresa y ciudadanos catalanes porque no pueden imponer ni pacífica ni violentamente esa decisión.
    Es curioso que el Artículo 222 del Estatut de Catalunya establece que es necesaria una mayoría de dos tercios de los diputados del Parlament para poder realizar una modificación del mismo. Y que una declaración unilateral de independencia del Parlament, que supone mucho más que una modificación del Estatut, se pueda hacer por la mitad más uno de sus diputados que ni siquiera representan la mitad más uno de los votantes.
    Creo que todo esto no es más que para conseguir una posición negociadora de fuerza frente al Estado central para conseguir mejores condiciones económicas en una negociación que cambie el actual sistema autonómico. Es como un farol. Me olvido de la independencia si me dais todas las ventajas que pido. O se hacen las cosas como yo digo o me voy. Pero el Estado no tendría que negociar esto en una posición así. Más bien cuando la realidad haya finiquitado el órdago actual, entonces sí, discutir, entre todos, una reforma federal y del sistema de financiación.

  3. Pescador dice:

    Un apunte :
    Mas no se presenta cabeza de lista pero si se presenta como primero para Molt Honorable, según los acuerdos a que han llegado ERC y CDC y que la CUP ha seguido a regañadientes…y que veremos que pasa si no consiguen mayoría absoluta.
    Salvar al soldado Mas , a CDC y al modelo público/privado catalán de los últimos años .

  4. Minded dice:

    El chantaje de esta gente nunca acabará hasta que se independicen o consigan un Estado español a su exclusivo gusto e interés; lo que nos guste o interese a los demás no importa un pimiento, y el que proteste, se le llama facha y a callar.

    Así que, vista la perspectiva, independencia sí. Ahora. Y a tomar por saco de una maldita vez.

    • Miguel dice:

      Lo suscribo. Pero nada de buen rollito. Ya vale de declaraciones cruzadas de amor entre España y Cataluña («nosotros que nos queremos tanto, debemos separarnos, no me preguntes Más» y todo ese rollo hipócrita). Independencia y luego a putearlos. A vetar su entrada en Europa para los restos y el Barça que juegue la liga catalana.

      • Sgt. Kabukiman dice:

        Eso, y en justa correspondencia que el billón de deuda publica se la coma restoespaña.
        Para cuando la quiebra, ¿en diez minutos?

        • Mr. X dice:

          La quiebra de ambos, por supuesto.
          Y otros desastres, incluidos previsibles estallidos de violencia, también para ambos.
          Me empiezo a sentir como un yugoslavo en 1988.

          • jetkom dice:

            Y el hundimiento del FC Barcelona… pero también del Real Madrid. Que la rivalidad entre los equipos de la capital no vale 140 millones.

            • Pescador dice:

              Por favor, ya vale de las tonterías de siempre. Pasará lo que tenga que pasar, Europa/Merkel nos hara comernos a cada uno la deuda que le parezca conveniente – si queremos seguir jugando el mismo juego – y nos daremos la espalda durante unos años y, luego, se verá. Habremos roto todas las relaciones comerciales que no sean indispensables, creado nuevas redes de prveedores y clientes y «disfrutaremos» de gobiernos neoliberales a ambos lados del Ebro. Yo, por lo menos, disfrutaré viendo a Sala i Martí arreglando el país…
              Y si alguno toma medidas punitivas sobre el otro , porque las cuentas no le salen, acabaremos a ostias y punto. Es lo que hay.

              • Mr. X dice:

                Los españoles -catalanes de momento incluidos- tenemos una cierta tendencia histórica fácilmente verificable a resolver estos contenciosos a hostias. Y de ahí mis temores. Y aunque sea pacífica, bueno, ya tenemos el ejemplo de Checoslovaquia, ahora Rep Checa y Rep Eslovaca: un descenso del 20% del PIB de nada.

                • Guille Muñoz dice:

                  Yo es que lo de acabar a hostias lo veo como el escenario menos factible de todos, sinceramente.

                  ¿Va a querer algún país de la UE tener ese follón en la puerta de al lado de su casa? ¿Alguien va a aplaudir hoy en día que un gobierno lance al ejército contra parte de la que considera su población? ¿Algún partido es capaz de tomar esa decisión sabiendo la oposición que suele haber a las actuaciones militares y más en un caso como este?

                  Me parece de ciencia ficción total.

                  • Mr. X dice:

                    Lo mismo debían pensar los yugoslavos en 1988

                  • Pescador dice:

                    Otro con las paranoias de la cabra de la legión…
                    Hay muchas formas de «ostias» u «hostias», palabro que ya en si es una metáfora. Por ejemplo, las hostias que reparten indiscriminadamente los mossos, con record de reventados per cápita en base a pelotas de goma, o el record de mossos que se necesitan para inmovilizar a un tio…o que te corten el transito ferroviario y tu les cortes la luz o les plantes dos fragatas a la entrada de Barcelona, por ejemplo. Tonterias que se hacen cuando las cosas se calientan y ponemos al más idiota al frente del cotarro….
                    Pero, por favor, basta ya, no quiero oir más tonterias del Farsa, del Mandril, y de las nubes de colorines/lluvia de ranas y sangre, no más adivinos y conocedores del sentir del poble – pronunciese pob-bla en Barcelona-, que tengo familia por ahí y me va a dar mucha pena todo.

  5. Vigasito dice:

    Quiero independizarme de Cataluña pero ahora mismo.

  6. […] quizás lo que le falta a la plataforma pro-independencia es  conseguir un mayor número de ‘independentistas instrumentales‘, en tanto que hablamos de perfiles menos ideologizados y que a priori son más sensibles a […]

  7. […] quizás lo que le falta a la plataforma pro-independencia es  conseguir un mayor número de ‘independentistas instrumentales‘, en tanto que hablamos de perfiles menos ideologizados y que a priori son más sensibles a […]

  8. […] tan abrupto como otras manifestaciones del lado indepe, creo que algunas mentes brillantes como Pablo Simón reflejan bien lo que sentimos mucho que parecemos demasiado silenciosos respecto a los exabruptos […]

  9. Amusua dice:

    Con respecto a la Nota Cansada: Efectivamente, creer que todo lo que sucede en Cataluña es fruto de una conspiración es un ejercicio de simplificación. Pero desde luego, el nacionalismo tenía un plan: http://elpais.com/diario/1990/10/28/espana/657068405_850215.html

  10. […] pitean aipatzen da. PSC eta PPk, inkestek dioten bezala, bosgarren edo seigarren indarra badira, ez dute inolako legitimaziorik izango hirugarren bideari sinesgarritasunik emateko. Hirugarren bidea garatzeko, gaur gaurkoz, aukera bakarra, La Vanguardiak behin baino gehiagotan […]

  11. […] crisis ha espoleado a Cataluña y el resto de España en direcciones contrapuestas respecto a en quién focalizar la atribución de responsabilidades de nuestras desventuras. En el […]

  12. […] crisis ha espoleado a Cataluña y el resto de España en direcciones contrapuestas respecto a en quién focalizar la atribución de responsabilidades de nuestras desventuras. En el […]

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