Hace unos días, Ciudadanos presentó sus propuestas económicas y entre ellas una fórmula de contrato único. Por ese motivo esta semana se ha vuelto a hablar de un tema que en Politikon hemos tratado con frecuencia: la dualidad. Pero, ¿por qué importa la dualidad? A continuación hago un breve resumen.
Es fácil coincidir en que el desempleo es hoy el principal problema de nuestro país y un drama social. Nuestra tasa de paro pelea con la griega por ser la peor de Europa y acumula décadas siendo impropia de un país avanzado. Nuestro mercado laboral no funciona y una de sus deficiencias más graves es la dualidad.
En España los trabajadores están divididos en dos grupos. El primer grupo es el de los «protegidos», aquellos que consiguen contratos fijos con indemnizaciones por despido relativamente elevadas. El resto de asalariados son los que encadenan trabajos temporales de indemnización escasa o nula. Son los «precarios» o al menos una parte. Pertenecer a este segundo grupo es un enorme handicap porque los temporales tienen peores salarios y se forman menos. Y lo que es peor, son quienes más sufren el desempleo en periodos de crisis.
Los perjuicios de esta brecha dual son conocidos.
En resumen, la legislación dual es un lastra nuestro mercado de trabajo. Interfiere con el funcionar de las empresas y perjudica su competitividad. Frena la transición hacia un modelo productivo de mayor cualificación. Es probable que genere desempleo… y es seguro que genera un problema social cuando concentra los despidos y la precariedad laboral en unos pocos.
* * *
Es evidente que un contrato único reduce la dualidad y por tanto sus problemas asociados. Con él la brecha entre temporales e indefinidos dejaría de ser una línea brillante y pasaría a ser una suave transición. La de la antigüedad. Todavía existirían diferencias entre los trabajadores con más tiempo en la empresa, pero el abismo habría desaparecido. Algunos perjuicios de la dualidad podrían reducirse aún más si el contrato único se complementase con otras medidas, como pueden ser alguna fórmula de ‘mochila austriaca’ o un impuesto al despido. Por ejemplo, la ‘mochila austriaca’ puede hacer que el coste de cualquier despido sea el mismo para la empresa, si así lo quisiésemos.
Sin embargo, no hay una fórmula única de contrato único. Casi cualquier variante reduciría la dualidad y traería algún beneficio, pero otros efectos (positivos, negativos o simplemente diferentes) dependerán de los detalles y están por tanto sujetos a discusión. Un ejemplo arquetípico de esos debates paralelos pero independientes —y permitidme subrayarlo, independientes— es el del coste del despido.
Un contrato único no implica que se abarate el despido. Absolutamente no. La idea de contrato único es independiente de la cuantía de la indemnización por despido… y en realidad de casi cualquier cosa. Reducido a su mínima expresión un contrato único significa simplemente que los contratos de todos los trabajadores son iguales en el inicio. No hay una única fórmula de contrato único, sino muchas.
Respecto al coste del despido, por ejemplo, un gobierno que implantase un contrato único podría hacer tres cosas: dejar la indemnización como está (en media), reducirla o aumentarla. Podría abaratar el despido, encarecerlo o dejar intacto. Por eso el contrato único puede ser de izquierdas. En la propuesta que allá por 2012 hicimos desde Politikon, lo que sugerimos fue que la indemnización se mantuviese en media al mismo nivel que está ahora. Nuestra propuesta era neutral porque no queríamos debatir a la vez sobre dualidad y sobre el nivel de protección. La idea era eliminar primero la dualidad y luego seguir negociando el nivel de protección como hasta ahora, con algunas voces defendiendo un extremo (ciertos liberales que piden el despido libre) y otras voces defendiendo el extremo opuesto (cierta izquierda que pide proteger más los puesto de trabajo).
En resumen, cualquier fórmula de contrato único reduciría la dualidad y creo que es difícil cuestionar que eso traería algunos beneficios. Esta es la idea básica que pone de acuerdo a voces dispares como Thomas Piketty o ahora Ciudadanos, por citar un par. Otros efectos del contrato único dependerán de sus características precisas y están, claro, sujetas a discusión. Es muy razonable discutir si la indemnización por despido debería ser poca o muchísima, si debe ser creciente con la antigüedad o con la edad o con nada en absoluto, si debería protegerse el puesto de trabajo de los mayores de cincuenta o basta sostenerlos en caso de despido, si las empresas deberían pagar un impuesto al despedir, etc. Todas esas son posiciones más o menos defendibles. Lo que no parece tan fácil de defender es que unos trabajadores merezcan menos protección que los demás.
Me parece que un contrato único puede ser una buena herramienta de lucha contra la dualidad, pero creo que el contexto en el que se está proponiendo no es el adecuado. Desde distintos ámbitos se está lanzando como pieza clave del sistema, como medida estrella que reduciría enormemente la dualidad, mejoraría la productividad y el empleo y contribuiría a reducir el paro, haciendo además menos injusta su distribución entre los diferentes colectivos. El problema de este tipo de medidas es que, aun siendo positivas, pueden servir de «enganche» político que contribuya a que quien las proponga obtenga más apoyo pudiendo renunciar a otro tipo de medidas más complejas e impopulares, pero no menos necesarias. Si el contrato único no se acompaña de medidas que faciliten la movilidad de capitales y personas, de una mejor adaptación de nuestro sistema educativo a nuestra realidad laboral, de profundas mejoras en la regulación de muchos sectores que eliminen toda barrera a la entrada que no sea justificable, de una mejora importante en el funcionamiento de las patronales y los sindicatos, de unas políticas activas eficaces y eficientes, y de otras muchas reformas muy necesarias para nuestros mercados de trabajo, el contrato único será contraproducente. La economía española, y la europea, necesitan profundas reformas que requerirán un esfuerzo muy grande de explicación por quien las proponga y de comprensión por todos. Si las «medidas estrella» ocultan la necesidad de otras reformas pueden acabar por estrellarnos, por buenas que sean individualmente consideradas.
Un cordial saludo.
Muy de acuerdo.
El contrato único, como medida muy de laboratoria, gusta mucho a los académicos y los amantes de las purezas. A mí me gusta, aunque no soy académico. En cambio, como sufridor directo del mercado laboral español (que normalmente un académico no conoce porque no lo sufre directamente, conoce estadísticas y números) estoy de acuerdo contigo en sin resolver el resto de disfuncionalidades que afectan al mercado de trabajo en España, el contrato único no resolvería el problema de la precariedad, el verdadero problema del mercado laboral en España.
Creo que este artículo podría ser una respuesta a este publicado en El diario.es, pero en mi opinión es solo una reafirmación de sus propias ideas, no una refutación de lo publicado en ese artículo. Y es que, ese artículo toca de lleno la realidad del mercado laboral español: ese enorme elefante en la habitación que nadie quiere mirar: el fraude generalizado en la contratación temporal y la falta de voluntad política en combatirlo.
http://www.eldiario.es/agendapublica/impacto_social/Ciudadanos-Atrapados-contrato-unico_0_358365049.html
Gracias por volver a poner sobre la mesa un tema fundamental, sobre el que hemos leído bastante en Politikon, pero que no está demás recordar los argumentos y tenerlo resumido en un solo post.
Alguien podría argumentar que los contratos temporales tienen un papel y son necesarios para puestos de trabajo para los que su duración está claramente limitada en el tiempo, como por ejemplo un contrato de verano de hostelería en zona turística, o un refuerzo en navidades para comercios o para repartir cestas de navidad.
No sé cual será la postura del autor respecto de los contratos para este tipo de tareas tan obviamente temporales.
Mi punto de vista es que, aunque parecería que los contratos temporales serían lo más natural para este tipo de trabajos, se ha abusado tanto del contrato temporal que hay que aplicar la amputación para terminar con el abuso. Hay que acabar con los contratos temporales de forma radical.
No me parece mal que a este tipo de tareas se le aplique el mismo contrato único, y si al final del contrato los trabajadores se llevan una indemnización, tanto mejor para ellos. Pero eso quiere decir que el empleador tiene que poder dar por acabado el contrato de trabajo cuando le de la gana, sin tener que justificar las causas, sin ir al juzgado cada vez que haya un despido para ver si es improcedente o no.
Las causas y la procedencia del despido para el contrato único son algo que a penas se menciona en Politikon, Nada es Gratis, o el programa de Ciudadanos. Entiendo que se está dando a entender implícitamente que el despido es libre y a voluntad del empleador.
Entiendes bien. Al final no deja de ser la enésima discusión a ver cómo se pueden «repartir» los derechos del trabajador.
De las obligaciones de la otra parte, ya hablamos menos.
Sin que eso signifique que nuestro mercado laboral no merece una desinfección radical via meteorito directamente, que sí. Este desastre no lo podemos soportar mas tiempo. Pero si se quiere vender este tipo de contrato, hay que cambiar la retórica urgentemente y entender que no se puede considerar al trabajador como una mera mercancía en manos del empleador (que no le regala el empleo por su cara bonita)
«…como por ejemplo un contrato de verano de hostelería en zona turística, o un refuerzo en navidades para comercios o para repartir cestas de navidad.»
En principio serviría para este tipo de trabajos también, no? Simplemente la indemnización al terminar el trabajo sería muy pequeña o nula. Es esto muy diferente a lo que hay ahora?
«Entiendo que se está dando a entender implícitamente que el despido es libre y a voluntad del empleador.»
Por lo que yo entiendo, la causalidad del despido no tiene nada que ver con el contrato único. A nivel de implementación, se puede tener dos «escalas» para la indemnización: una para el despido procedente y otra para el improcedente.
Amigo, es que bajo el eufemismo de «contrato único» en realidad estamos hablando de «despido único». Lo que pasa es que si lo llamamos por su nombre, la gente puede empezar a echar cuentas y no nos compra las propuestas.
A mí lo único que me chirría del tema de la dualidad es que, a fin de cuentas no veo que el salto de temporal a indefinido sea tan grande como para influir tanto en las decisiones del empresario.
¿Cuál es la diferencia en el coste del despido entre un temporal y un indefinido que sólo lleva 6 meses? Porque con contrato único la antigüedad seguirá teniendo mucho peso. No es justo comparar un temporal con un indefinido con mucha antigüedad.
Estaría bien estudiar qué porcentaje de despidos de temporales se producen cuando llega el momento de tomar la decisión de despedir o contratar, y qué porcentaje se producen mucho antes.
Yo creo que la mejor forma sería una mochila austriaca, pero mayor que la que propone Cs. De manera que el coste del despido sea un gasto hundido y que el empleado pueda cambiar de empresa sin perder su protección.
«¿Cuál es la diferencia en el coste del despido entre un temporal y un indefinido que sólo lleva 6 meses?»
Temporal iniciado después del 1 de enero de 2015: 12 días de salario por año trabajado.
Indefinido: 33 días por año trabajado.
Un 36 % menos de coste de indemnización.
Querrás decir un 64% menos. Lo cual puede parecer mucho en términos relativos pero en términos absolutos, para un salario normal de 26000€ al año, con una antigüedad de 6 meses, son solo 800€ de diferencia.
¿Significa eso que los empresarios prefieren asumir los costes de reemplazar al empleado y formar a uno nuevo cada 6 meses por evitar el riesgo de tener pagar 800€ en caso de que la cosa salga mal?
Como mínimo me parece una afirmación extraordinaria.
Eso sí 26.000 euros fuera un salario «normal», los normales están casi 10.000 euros por debajo de esa cifra. El fraude de Ley habitual consiste en utilizar el contrato temporal como contrato de entrada a la empresa y luego Dios dirá.
No falla, veis que alguien usa el salario medio como ejemplo de algo y ya saltáis.
En el caso de un salario de 10000€, la diferencia entre temporal e indefinido sería aun menor (~300€)
Es que así se las ponían a Felipe II… o a Fernando VII… o a Juan Carlos I.
Efectivamente, el contrato único es un marco amplio y flexible en el que pueden caber desde las políticas laborales más liberales, hasta las que más protegen al puesto de trabajo. Desde indemnizaciones pagadas por la empresa, hasta mochilas. Desde cuantiosas indemnizaciones hasta ninguna en absoluto. El diablo está en los detalles.
Cuando la indemnización por despido es un número de días fijo por año trabajado, la indemnización crece con el tiempo. Un trabajador que es despedido después de 1 año de trabajo, recibe el doble de indemnización que uno que lleva 2 años de trabajo. Eso quiere decir también que a un empresario le cuesta la mitad despedir al primero que al segundo, y si en todo lo demás no hay ninguna diferencia, preferirá despedir al primero.
Pero en el programa de Ciudadanos (también en Politikon y en Nada es gratis lo he visto), se menciona una indemnización en que el número de días de paga por año trabajado crece con el tiempo. La indemnización no solo crece con el tiempo, sino que crece de forma acelerada. La indemnización para quien lleva 2 años de trabajo es bastante mayor que el doble de la de quien lleva solo un año trabajando. La diferencia por tanto es bastante más brutal, especialmente desde el punto de vista del empleador que tiene que decidir a quien despedir.
Por supuesto que todo depende de los detalles, pero esto me lleva a temer que se sustituya el “abismo” entre trabajadores indefinidos y temporales por una pendiente pronunciada y resbaladiza.
En el país de la picaresca, hecha la ley, hecha la trampa. En el nuestro la trampa es que se está abusando del contrato temporal para tareas para las que no estaba pensado ese tipo de contrato. ¿Cuál es la trampa cuando se apruebe el contrato único con indemnización creciente? Si yo fuese empresario, y quisiese seguir tirando de “temporales” bajo el contrato único, lo que haría es tener un pool de trabajadores a los que despediría sistemáticamente cuando lleguen al año de trabajo para que no adquieran antigüedad y por tanto derecho a indemnizaciones más sustanciosas.
Eso solo sale a cuenta cuando el número de días de indemnización por año trabajado crece en el tiempo.
Así que indemnización creciente, tal vez sí, pero que no sea muy pronunciada la pendiente, o en lugar de una dualidad visible, habrá una dualidad invisible.
O tal vez no. Frente a la cultura del abuso de la rotación y la precariedad en nuestro mercado laboral, nada mejor que incentivos, incentivos e incentivos para cambiar esa cultura hacia un nuevo equilibrio.
Como dice el primer comentario, las reformas necesarias, estructurales, que necesitan las economías del sur de Europa para poder ser competitivas en un entorno global, que es insoslayable aunque esto, que es la clave y la clave, no se acepte por muchos, pasan por modificar atávicos pilares del acervo socio-cultural en una pluralidad de ámbitos. Como dichos cambios no son aceptados por la mayoría social, ni se explican por la dirigencia política, ni estos se atreven a acometerlos por razones electorales, sólo se vislumbra la posibilidad de implantarlos cediendo los aspectos claves de la soberanía a instancias europeas a cambio de una mutalización de la actual deuda.
En el caso del mercado de trabajo, si queremos terminar con la situación obsoleta, patética y regimental actual, pensada y legislada para una economía que cubría su «gap» de ineficiencia devaluando regularmente, las reformas que se deberían acometer pasan por hacer regresar la legislación laboral a su fuente de origen, esto es, al «equilibrado» Código Civil.
En concreto, las reformas pasarían por: instauración del libre desistimiento unilateral en el contrato de trabajo, con indemnización libre y pactada al inicio (la acausalización el despido es contradictoria), figura ya presente en la legislación actual (dimisión del trabajador, desistimiento en la alta dirección, en el régimen del hogar); contractualizar los pactos estatutarios, dejando estos únicamente a nivel empresa; y por instaurar una flexibilización salarial según productividad individualizada. Junto a ello, una reducción, en tiempo y al estilo de los Hartz germanos, de la prestación por desempleo.
Lo de la reducción de la prestación por desempleo para incentivar la búsqueda de trabajo puede estar bien cuando hay trabajo que encontrar.
Bueno, eso y siempre que consideremos que toda aquella persona sin trabajo es vaga y está encantada de estar en casa.
Me gustaría conocer la opinión que se tiene desde Politikon sobre esto: http://www.eldiario.es/agendapublica/impacto_social/Ciudadanos-Atrapados-contrato-unico_0_358365049.html?utm_content=bufferae78c&utm_medium=social&utm_source=twitter.com&utm_campaign=buffer
En mi opinión el contrato único no solo no eliminaría la dualidad del mercado laboral, sino que es posible que ni la redujese. La explicación de la dualidad creo que está explicada en este mismo artículo, el modelo productivo. España tiene situada su tasa natural de desempleo en niveles inadmisibles, y eso es lo que realmente dificulta el desarrollo del mercado laboral.
Por eso mismo, siempre había pensado que el mayor punto positivo que tenía el contrato único era facilitar el despido, lo cual siempre es muy criticado aunque se suelan olvidar de lo positivo que es para el empleo.
Tal vez lo olvidan precisamente por aquello de que es curioso lo fácil que es despedir en España a la gente con el contrato adecuado. Por decir algo ¿eh?
¿Cuantos años llevamos abaratando el despido poquito a poco? Ya deberíamos tener pleno empleo según esa teoría.
Ahora seguramente me dirán que no, que en realidad no se ha abaratado casi nada.
Flexibilizar el mercado laboral no es la panacea para conseguir el pleno empleo pero contribuye a ello. Además, en España el despido no es, ni de lejos, libre.
Por otro lado, sí se puede decir que estamos convergiendo al «pleno empleo» ya que está (según dicen) en el 18%.
Que se lo pregunten a los afganos.
No es libre, salvo para aquellos para los que si que lo es. No, no creo que estemos en los niveles de lugares donde realmente es libre despedir y aquí paz y después gloria.
Pero es que si lo que se ha venido haciendo hasta ahora no se puede llamar «flexibilización» no se como llamarlo. Incluso aunque haya sido chapucero.
Algún día alguien tendrá que explicar que la tasa de temporalidad sólo explica la ventaja que supone firmar un contrato temporal frente a otro indefinido.
[…] La dualidad y sus perjuicios en un solo gráfico, por Kiko Llaneras […]
«La dualidad exacerba, seguramente, la destrucción de empleo en recesión.»
¿Significa eso que la indemnización por despido no debe tener como única función, la protección del trabajador en caso de despido, sino que debe también servir como incentivo (o coacción) para evitar despidos?
¿Qué fue de aquello de «proteger trabajadores y no puestos de trabajo»?
Es que la razón de ser de una indemnización por despido es servir como incentivo para evitar despidos. Para que un desempleado pague facturas está la prestación por desempleo. ¿Te imaginas que Tráfico propusiera abaratar las multas y pagarlas por adelantado de modo fraccionado? Si lo llamas mochila austriaca mola más.
Hombre, si es para incentivar alternativas como invertir en la formación de los trabajadores menos productivos lo puedo entender, pero si no, no tiene sentido mantener un puesto de trabajo que no es rentable.
Por eso inventaron la improcedencia de los despidos.
El primer partido en defender esta idea en España es UPyD, así pues, no deberías atribuirle el mérito a Ciudadanos, también queremos rigor periodístico.
Hola. Estas en mis favoritos desde hace tiempo. He repasado todo tu antiguo blog, En Silicio y es genial. Siempre he tenido curiosidad por saber qué software usas para hacer las gráficas, y ahora que planeo usar algunas en una presentación importante, me vendría bien tu recomendación. Un saludo y enhorabuena por tu trabajo.
Juan, que gracia que me recuerde En Silicio. Últimamente pienso retirarlo de la web porque lo veo ya obsoleto. Pero lo pasé muy bien escribiéndolo.
Sobre los gráficos, ahora uso sobre todo Numbers ’09 (MacOS). Hay una versión más moderna pero yo sigo en la ’09 que me parece más potente. A veces también uso Matlab y en ocasiones Adoble Ilustrator. Numbers es un compromiso entre potencia y flexibilidad que a mi me va muy bien.
Un método útil es trabajar la base del gráfico en Numbers/Excel/R/Matlab o lo que sea y luego exportarlo en PDF a Ilustrator. Allí puedes aplicar transparencias, añadir etiquetas y modificar cualquier detalle que necesites cambiar. Da algo más de trabajo pero tienes control total y el acabado s muy bueno.
Yo estoy de acuerdo con el contrato único, pero tengo una duda:
————————————————————————–
Es evidente que un contrato único reduce la dualidad y por tanto sus problemas asociados. Con él la brecha entre temporales e indefinidos dejaría de ser una línea brillante y pasaría a ser una suave transición. La de la antigüedad. Todavía existirían diferencias entre los trabajadores con más tiempo en la empresa, pero el abismo habría desaparecido. Algunos perjuicios de la dualidad podrían reducirse aún más si el contrato único se complementase con otras medidas, como pueden ser alguna fórmula de ‘mochila austriaca’ o un impuesto al despido. Por ejemplo, la ‘mochila austriaca’ puede hacer que el coste de cualquier despido sea el mismo para la empresa, si así lo quisiésemos.
————————————————————————–
¿Precisamente la mochila austriaca, que es la que propone ciudadanos, no acabaría con esa transición de «antigüedad»? ¿Entonces qué protección obtiene el que lleva años en la empresa? De hecho ¿Qué protección que obtienen todos los empleados si para el empresario le cuesta despedir a cualquiera lo mismo y la cuantía no es tampoco muy alta?
No hay que pensar «blanco o negro» en este tema. Está claro que es un arma de doble filo, pero la parte positiva de eliminar la dualidad (fomentar la contratación), tiene más beneficios que la parte negativa (despidos relativamente baratos). Hay que tener en cuenta, que un trabajador no quiere un finiquito alto cuando lo despidan: quiere que no lo despidan nunca. O que si lo despiden, que el mercado de trabajo sea amplio, como para poder encontrar un nuevo empleo rápido.
Ahí está mi duda. Yo de momento sigo siendo defensor del contrato único, pero precisamente lo de la cuantía lo digo porque cuando más tiempo se lleve en la empresa, si aumenta lo que tiene que dar el empresario gradualmente, más difícil será echar al trabajador (aunque son capaces de echar antes de que aumente la graduación, en este caso). ¿El empresario no podría echarte cuando quisiera, al no tener esa restricción?
Por otro lado he encontrado este artículo: http://www.eldiario.es/agendapublica/impacto_social/Ciudadanos-Atrapados-contrato-unico_0_358365049.html
Ahí está el detalle que he comentado sobre cuándo te podrían despedir (tanto porque el empresario ponga lo mismo, como cuando prefiera echarte antes de pagar «demasiado»). No obstante, tengo la sensación de que el artículo tiene cosas que «no me cuadran» ¿Cómo podría aumentar la dualidad? ¿Qué es eso que se sacan de la manga sobre que no habría una causa para despedir? No se, me parece muy raro este artículo.
[…] La dualidad y sus prejuicios en un gráfico Es evidente que un contrato único reduce la dualidad y por tanto sus problemas asociados. Con él la brecha entre temporales e indefinidos dejaría de ser una línea brillante y pasaría a ser una suave transición. La de la antigüedad. Todavía existirían diferencias entre los trabajadores con más tiempo en la empresa, pero el abismo habría desaparecido. Algunos perjuicios de la dualidad podrían reducirse aún más si el contrato único se complementase con otras medidas, como pueden ser alguna fórmula de ‘mochila austriaca’ o un impuesto al despido. Por ejemplo, la ‘mochila austriaca’ puede hacer que el coste de cualquier despido sea el mismo para la empresa, si así lo quisiésemos. […]
[…] habituales no les sorprenderá que hablemos de dualidad. No obstante, por una vez no se trata del mercado laboral, sino el sistema educativo. La gráfica muestra las proporciones relativas de estudiantes que han […]