Cuando hace tiempo estábamos discutiendo sobre la accountability en las Comunidades Autónomas – ya sabéis, eso que nos encanta aquí, que los gobiernos pierdan cuando lo hacen mal –excluí de manera deliberada un posible argumento que podría limitarla, a saber, que hubiera partidos nacionalistas en el poder. Creo que el tema tiene suficiente enjundia para dedicarle unas líneas.
Para evitar debates terminológicos de inicio diré que por partido nacionalista – o nacionalista periférico, regionalista, sub-nacional o “partido de ámbito no estatal” – entiendo a aquellos que apelan a sus votantes por razones de representación comunitaria, que presentan candidatos en una o varias regiones de un estado y que defienden de manera más o menos explícita la autodeterminación de una minoría cultural, nacional, étnica o lingüística.
Uno de supuestos básicos de la rendición de cuentas es la elasticidad de los votantes, es decir, que éstos tienen una aproximación instrumental retrospectiva que les permite cambiar su voto cuando consideran que el gobernante no ha cumplido con su mandato de manera apropiada. Por ejemplo, si la economía va mal en mi comunidad autónoma voto a la oposición a ver si lo hace mejor. Y entonces veo que lo hace igual de mal, y voto a otro, y así.
La idea es que esto no funcionaría para los votantes nacionalistas porque serían más rígidos en sus lealtades partidistas que otros votantes. El argumento es que para este tipo de votante la dimensión política importante es la de representación identitaria por encima de cualquier otra. Lo que les interesa es tener un partido en el gobierno que sea “de los suyos”, no su desempeño en el ejercicio del poder.
Las implicaciones políticas de esta idea es que cuando un partido nacionalista gobierna en Cataluña o País Vasco, en Escocia o Quebec habría una menor rendición de cuentas. El gobierno dispone de más margen para hacerlo mal porque, en último término, pueden envolverse en una bandera para salir mejor parados electoralmente que sus rivales.
Ahora, esta idea no puede desconectarse de la oferta partidista. Por ejemplo, si existen varios partidos nacionalistas podría ejercerse rendición de cuentas para desalojar al partido del gobierno votando por otro partido nacionalista. No sería lo mismo Cataluña, donde votantes de ERC podrían optar por CiU o Solidaritat que en Escocia, donde no hay alternativa nacionalista al SNP.
Del mismo modo, la inelasticidad no atañe de manera exclusiva a los partidos nacionalistas. Sin ir más lejos, todos aquellos millones de españoles que han votado al PSOE en las pasadas elecciones, por ejemplo, han demostrado ser votantes mayúsculamente inelásticos. Ahora bien, la idea es que el nacionalismo sería una dimensión más de anclaje.
Me he dedicado a indagar sobre la cuestión y de momento la evidencia apunta a que el nacionalismo exonera de responsabilidades políticas. En este artículo de aquí y en este otro de acá se señala que los votantes nacionalistas tienden a juzgar a sus gobiernos mucho menos en términos retrospectivos, condición sine qua non para la accountability. Según muestran, los partidos políticos no nacionalistas tienden a ser castigados electoralmente mucho más de media que los que no lo son.
Y es que parece que es más fácil evaluar una política económica que un proyecto de independencia. No digo que este último no sea posible – sinceramente, creo que ERC lo fue por ello – pero parece menos tangible en el corto plazo. Y dado que los partidos que no apelan a componentes comunitarios se sitúan en la dimensión izquierda-derecha, serían mucho más susceptibles de una evaluación crítica por su rendimiento.
¿Pero esto no podría depender también de lo crucial que sea la dimensión económica/identitaria en una determinada elección? ¿Y no depende también de lo delimitadas que estén las competencias entre niveles? Lo primero es plausible pero no hay evidencia y lo segundo ya se está demostrando como importante. En todo caso, cuando se afronta directamente el voto económico en contextos multinivel – y por poner el contrapunto – no hay demasiada evidencia a favor del “blinding-nationalism”
Otro hallazgo muy interesante es el efecto de los gobiernos de coalición. Ya se sabe que cuando hay varios partidos en el gobierno es más complicado saber a quien hay que castigar en las urnas. Pues bien, según este artículo cuando los nacionalistas comparten el gobierno de coalición con otros que no lo son, los no nacionalistas son los más castigados por una mala gestión.
Si se compara gobiernos monocolor versus coaliciones los votantes juzgan similar a los gobiernos nacionalistas y a los no nacionalistas cuando el gobierno es de un solo partido. Eso apuntaría que en estas circunstancias escurrir el bulto sería mucho más complicado.
Por lo tanto, algunas ideas a destacar. La primera es que parece que el nacionalismo es un mecanismo que sirve para puentear el accountability en las elecciones autonómicas. Hay menos voto retrospectivo y más representativo. La deseabilidad o no de ese tipo de comportamiento pone sobre la mesa un interesante debate que dejo a los lectores.
La segunda idea es que este efecto el nacionalismo viene mediado por cosas elementales como la oferta partidista – uno o más partidos nacionalistas –, de tipo de gobierno – coalición o no – y contextuales – lo importante que sea cada tema en la elección -.
Y una reflexión final. Si como se ha visto apelar a la representación identitaria de la comunidad sirve para evitar la sanción electoral, el Estado Autonómico genera una gran cantidad de incentivos para que los partidos sigan esta táctica.
Todos ellos – nacionalistas o no – tienen incentivos para enfundarse una gran bandera autonómica y mostrarse como el que mejor representa sus esencias. Y así se entiende el anti-catalanismo del PP de Valencia o anti-vasquismo de UPN en Navarra, el que el PSOE andaluz haga siempre énfasis en el desprecio del PP por su comunidad… La amenaza exterior apiña al electorado. Y es que apelar a las esencias parece la estrategia ganadora para evitar que nos evalúen por lo que hacemos.
Vuestro análisi ya parte de un mal planteamiento a la hora de definir «nacionalismo». El enfoque que le dáis denota un cierto «centralismo», donde hay un nacionalismo válido, supuesto, grande, auténtico, que es el del Estado, y luego hay otros que son, según vosotros, «regionales», «periféricos», etc. O metemos a todos en el mismo saco, o el análisis pasa a ser tan subjetivo como lo son las ideologías de los autores de este análisis. Es tan «nacionalista» alguien que dice sentirse español, como el que se siente catalán, gallego o vasco, por poner un ejemplo.
¿Qué tiene que ver de dónde venga el nacionalismo para analizar el comportamiento de sus votantes?
Es más, si este artículo se refiere a la rendición de cuentas en las CCAA ¿Qué tiene que ver el nacionalismo centralista? Ese tendrá sentido analizarlo cuando observemos el comportamiento de los partidos frente, por ejemplo, a la cesión de soberanía a Europa.
Entonces la mejor estrategia para un partido al estilo PSC, es «subirse al monte» en los temas de nacionalismo?
[…] "CRITEO-300×250", 300, 250); 1 meneos ¿Sirve el nacionalismo para evitar rendir cuentas? politikon.es/desdelakancilleria/2012/02/16/%C2%BFsirve-el… por Sigerico_Redivivo hace […]
Si no recuerdo mal, hay un artículo parecido de ISC que se llama algo así como «How can governments be accountable if voters are ideological». Pero aquí hablaba de la ideología.
Si no recuerdo mal, es un argumento parecido al que da Roemer para la división política entre clase-raza en EUA ¿no?
#3 Eso es una pregunta para la que no tengo respuesta pero potencialmente puede ser lo más rentable electoralmente. Eso explica su tensión interna en esencia.
#5 Sí, la esencia de la idea es la misma. Me apunto la referencia.
Y los nacionalistas (españolistas) del PP se envuelven en la roja y gualda.
Pablo, muy buen artículo, informado as usual. Tengo un par de comentarios:
– No veo porqué es más fácil la accountability en el eje izquierda/derecha que en el otro. Es una afirmación gratuita y no das ninguna razón para ello (espero que no sea que una se puede medir en puntos del PIB y la otra no).
– Los partidos que «apelan a valores comunitarios» ojo, también se situan en el eje izquierda/derecha. Además todos los partidos apelan a valores comunitarios (de una, de la otra o de las dos).
– Dada la «gran cantidad de incentivos» para crear discursos autonomistas ¿porqué PP/PSOE se reparten los gobiernos de casi todas la comunidades?
Mi punto de vista es que la accountability, allí donde hay otro eje activo más allá del izquierda/derecha es más compleja. No es que se «puentee», es que importan más cosas.
– Sobre el primer punto, coincido plenamente con tu escepticismo inicial. Yo también lo dudaba antes de repasar la literatura. Sin embargo, la idea sería que ahora las identidades de “clase” se han debilitado, que ya no existe un componente representativo en el eje izquierda-derecha, sino instrumental. Por el contrario, en el nacionalista el componente representativo pesaría más. Este es el “lugar común” de los mecanismos causales que se plantean.
– Sobre el segundo, sin duda hablamos de un espacio de competición multidimensional y ahí es donde juega ver cual pesa más según contexto o elección. Que todos tengan valores comunitarios (españolista-no españolistas) lo comparto, pero el punto es saber si se utiliza o no como mecanismo de movilización.
– Sobre el tercer punto, creo que es una cuestión de timing. Primero eres partido nacional y construyes una identidad regional y no al revés. Vamos, que es la asimetría de España: en Cataluña la identidad es previa, en La Rioja al revés.
La entrada es deliberadamente provocadora pero está claro que los modelos de accountability importados de la literatura anglosajona encajan más difícilmente en contextos multinivel/ identidad como los nuestros. Hay mucho por investigar, creo yo.
Muy interesante el análisis, que corrobora intuiciones que tenemos los que hemos vivido en comunidades con una presencia nacionalista muy importante. En mi caso, Cataluña. Pero partidos nacionalistas no son solo los que se proclaman tales. El PP para mí tiene una fuerte componente nacionalista: exacerbada cuando está en la oposición y más tamizada cuando gobierna. Creo que es uno de los componentes de la estabilidad electoral que mantiene: los diez millones que suben o bajan en poco más de un millón en función de las coyunturas. electorales.
De acuerdo con las tesis generales del artículo. Hay que objetar, sin embargo, tal como dice Ignasi Meda, el sesgo centralista que subyace. Los supuestos grandes partidos se llaman a si mismos «nacionales», y hablan de España como la única nación existente. Así pues, utilizan exactamente las mismas connotaciones identitarias, que en el momento de hacer política dificultan el debate racional. Desde el «no nacionalismo», se tendría que despejar las dudas sobre balanzas fiscales, o denunciar los privilegios del cupo vasco legitimado en supuestos derechos histórico-forales. El aportar según Pib y recibir según población es un posible criterio técnico- económico ( que no político) muy razonable, que siempre ha tenido la oposición precisamente de partidos «no nacionalistas» gobernado territorios que se verían perjudicados por estos criterios de racionalidad. Cerrar un auténtico estado federal ha sido imposible, pero precisamente porque en España todos los partidos con responsabilidad
de poder han utilizado estas estrategias sentimental-identitarias para manipular a la población y sus votos.
Se trata de una lucha por parcelas de poder en un estado fragmentado expresamente, por culpa de una oligarquías territoriales sin vocación de Estado (unos y otros), que han hecho imposible la eclosión fuerte de un Estado-Nación como los grandes de Europa por cortedad de miras y egoísta hambre de control de recursos. Ahora , ya superado históricamente el Estado-nación, inmersos en la creación del Estado-corporación, este debate empieza a estar obsoleto, y la discusión tendría que volver al materialismo dialéctico. Triste pero real.
[…] con la idea que los partidos nacionalistas tienden a ser penalizados de forma menos severa en las urnas por su […]
Que conste que esto no lo digo para «epatar» como dicen nuestros vecinos franceses cuando se ponen finos, sino porque estoy genuinamente intrigado, y no poco confuso: ¿Cuando has escrito PSOE, no querrías decir PP?
Porque si los electores del PSOE «han demostrado ser votantes mayúsculamente inelásticos» ¿Qué tenemos que decir de los del PP? En los últimos 20 años el PSOE ha oscilado entre 7.000.000 de votos y 11.300.000 y por si fuera poco el cambio más elevado ha sido entre 2008 y 2011 ¿A perder uno de cada 3 votos le llamas inelástico? ¿Que sería ser elástico?
En cambio, el PP siempre saca los mismos votos, 10.250.000 +/- 600.000
1996 – 9.716.000
2000 – 10.320.000
2004 – 9.763.000
2008 – 10.278.000
2011 – 10.866.000
En fin, que me dan ganas de poner uno de esos posters de Iñigo Montoya diciendo «You keep using that word. I do not think it means what you think it means»
Buen artículo, aunque no me acaba de encajar con la situación de Galicia: aquí el BNG estuvo en un gobierno de coalición con el PSG, y tras las elecciones de 2009, un escaño del BNG pasó al PP, dándole el gobierno.
Enlace a los resultados: http://www.lavozdegalicia.es/especiales2009/eleccionesgallegas/2009/02/27/00161235735235346153468.htm
¿Como podrías explicar este caso? (Porque papers sobre Cataluña y País Vasco hay millones, pero sobre Galicia es el desierto).
Por si no ha quedado claro, me refiero a la palabra «identitario», no a «elástico»…
Creo que hay un sesgo que se os está escapando. Los votantes de partidos nacionalistas están añadiendo a su valoración del gobierno cosas que con vuestra definición de nacionalismo se os están escapando. Aparte de las variables económicas y sociales típicas, un votante nacionalista tb analiza los resultados en su clave identitaria, si se ha avanzado o se ha retrocedido en las cuestiones que les posicionan como nacionalista.
Precísamente en el ejemplo del BNG en Galicia creo que es diferente, el BNG trata de esconderse o utilizar de bandera esos valores «nacionalistas», sin embargo los votantes está claro que no «tragan» o no son suficientes para que no tapen otros temas a valorar
Bastante de acuerdo con el artículo. Aunque creo que te has olvidado de citar el nacionalismo de Estado, que también juega a esto.
Sin ir más lejos, en las primarias del PSOE Rubalcaba se enfudó la bandera española para consolidarse como el único español real de los dos candidatos (que conste que para mi es mejor político Rubalcaba que Chacón).
Buena reflexión!
Los partidos nacionalistas son los de pocos o únicos que hoy explicitan un programa de máximos: la soberanía, la independencia… que sus electores valoran (nos acercamos o no a ese objetivo, pero sin renunciar a él); los partidos no nacionalistas no se sabe muy bien hacia donde van, y en especial la socialdemocracia, gestora de una realidad que le sobrepasa cuando gobierna y para la que no tiene alternativa. El PP navega entre esos dos mundos: con una proa puesta hacia el pasado (estatista y con la añoranza de la España Una y Regional) y otra hacia un neoliberalismo ajeno al ADN mayoritario, pero unidos ambos grupos por un españolismo desinhibido o gritón. Tal vez, esa claridad: saber hacia donde se va, es otro de los factores de fidelización.
Para mí la clave de la entrada está en el final: no se trata tanto de la política nacionalista sino de la política identitaria (sea en sentido positivo o negativo).
Geógrafo, en efecto, para mí esa es la clave, y no hay partidos no identitarios y otros que sí, blanco y negro, sino una escala de grises en la que ciertamente los partidos nacionalistas son muy identitarios, cosa lógica dado que se construyen sobre la base de un sentimiento de identidad…
Pero aún estoy esperando una respuesta sobre ese supuesto comportamiento «mayúsculamente inelástico» de los votantes del PSOE.
Para decirlo con todas las letras, creo que en la política nacional hay un partido identitario hasta el paroxismo, tanto que se ha topado con los límites de la política identitaria: su electorado, rígido como un bloque de granito, apenas disminuye pase lo que pase, al precio de que tampoco crece pase lo que pase. Ese partido se llama PP.
Y conste que no puedo estar más de acuerdo con la idea de que el componente identitario, cuanto más fuerte, más evita rendir cuentas.
Alatriste.
Yo también me quedé un poco perplejo al leerlo. Pero creo que Pablo lo que ha querido decir es que, suponiendo que él opina que el PSOE lo ha hecho muy mal esta pasada legislatura en el gobierno, si los votantes del PSOE fueran realmente elásticos, todos le habrían negado su voto.
Por otra parte, comparte tu idea totalmente de que los votantes del PP son en general todavía más inelásticos.
Alatriste. Perdona, no había visto lo del comentario. Lole ha dado en el clavo, la cuestión que asumen estos modelos es un comportamiento elástico, cambio de votantes.
Kikollan dijo el otro día (con acierto del 100%) que un poco de volatilidad indica accountability pero que una volatilidad total (si de verdad nadie hubiera votado PSOE) hubiera destruido un sistema de partidos. Eso pasa en Europa del Este o América Latina.
Sobre eso entraré en la próxima entrada
Cuando se comenta que PP y PSOE son partidos nacionalistas (para meterlos en el mismo saco de los partidos que sí se consideran nacionalistas, como los periféricos), me gustaría saber en qué parte de sus programas aparecen puntos de carácter nacionalista identitario español, como sí lo hacen en los de CiU o PNV, por ejemplo. Es decir, en qué parte de los programas de aquellos se defienden exclusiones de ciudadanos y limitación de derechos por ser de una Comunidad o de otra. Claro que hay partidos nacionalistas centralistas, pero todos son extraparlamentarios. No hace falta que diga sus nombres.
El argumento de que existe un nacionalismo de Estado no sirve -no solo porque no se puede demostrar-, porque ‘pepés’ y ‘pesoes’ existen en USA, Francia, Alemania o Suecia. Y no por eso son partidos nacionalistas IDENTITARIOS en estos países. Y hablamos de partidos, no de personajes de los partidos, porque en todas las formaciones hay «indeseables».
Off topic: me resulta curioso que se defienda al nacionalismo periférico (que se autodenomina nacionalismo) alegando al «y tú más», y lanzándolo contra partidos que no solo no lo son, sino que reconocen la existencia de aquel.
[…] qué al nacionalismo hay que decirle que no? Porque puentea el accountability. Compartir […]
@Quizas, por lo que me toca yo no he dicho que el PP sea «nacionalista» sino «identitario». Aunque el PP usualmente coquetea con el nacionalismo (eso de emplear el himno nacional y llevar banderas rojigualdas en sus manis es de libro) creo que el componente religioso es claramente más fuerte. Además, cuando el PP llega al poder no puede decirse que lleve a cabo una política contra los nacionalismos periféricos ni cuando tiene mayoría absoluta.
El uso francamente moderado que han hecho tanto el PP como el PSOE de sus mayorías absolutas ha hecho que tendamos a olvidar cuánto poder pone en manos del gobierno, pero entre 2000 y 2004 el PP podría haber rehecho el sistema autonómico a su medida, reescribiendo todas las leyes orgánicas y reformando con ello la financiación de las autonomías, sus cuerpos de seguridad, sus televisiones, el sistema educativo, el régimen electoral general… Lo que hizo al respecto puede resumirse en una palabra: nada.
Por poner solo un ejemplo de lo que facilmente se podría hacer, la adopción de un sistema a la inglesa, uninominal con «first pass the post», para el Congreso significaría una fuerte disminución de la influencia de los partidos nacionalistas. Muchos desaparecerían directamente del hemiciclo, la formación de mayorías absolutas sería mucho más fácil en futuras elecciones, y por si eso fuera poco con mayoría absoluta el PP si hubiera querido también podría haber dibujado los nuevos distritos a su gusto.
[…] el otro día discutíamos sobre la rendición de cuentas de los votantes nacionalistas – una entrada que matizaré algún día – mencioné que uno de los requisitos de la […]
[…] otro día en una estupenda entrada, Kanciller corroboraba como era mucho más difícil que las formaciones nacionalistas sufrieran desgaste por su gestión […]
[…] ésta fuera más complicada. Del mismo modo, aquí presenté alguna evidencia señalando que los votantes nacionalistas podrían castigar menos a los gobiernos autonómicos si sus partidos están en el […]