Economía & Internacional

El complicado ajuste monetario chino

21 Jun, 2010 - - @egocrata

La noticia más importante de la semana (fuera del Mundial de fútbol, claro) es China diciendo que va a dejar que su moneda se aprecie lentamente. Como todo lo que viene del gigante asiático el comunicado y explicaciones son ambiguas, cautelosas y probablemente implican un movimiento más modesto de lo que el resto del mundo andaba pidiendo, pero es un primer paso.

¿Por qué es importante? Para empezar, una de las explicaciones detrás del encantador apocalípisis crediticio del 2008 es la balanza de pagos china. Los chinos durante años trabajaron duro en mantener su moneda artificialmente baja, para hacer sus exportaciones más competitivas. Para mantener este arreglo, el país tenía que meter su superávit de balanza comercial en algún sitio, siendo el camino más habitual meter el dinero en Wall Street. Los genios de la gran banca americana, en vista de toda esa liquidez, decidieron multiplicarla con productos financieros exóticos centrados en hipotecas basura, creando la deliciosa burbuja financiera que tanta diversión nos ha traído.

Por descontado, estas exportaciones a precio de saldo también tienen el pequeño daño colateral de cargarse industria en esos bloques comerciales que mantienen su moneda flotando libremente, es decir, Europa y Estados Unidos. Podemos comprar cacharros fabricados en China a precios increíbles (la deflación ha sido una constante en cosas como juguetes o téxtil), así que como consumidores salimos ganando, pero tenemos el pequeño problema que no podemos competir con ellos, ya que están haciendo algo parecido a un proteccionismo monetario.

Por añadido, el consumidor chino no está beneficiándose demasiado de los gigantescos ingresos del crecimiento económico, así que no está gastando demasiado más. La demanda agregada mundial, a efectos prácticos, está castrada, ya que teníamos un país que en vez de gastarse el dinero que gana, lo está invirtiendo en chabolas en Wall Street. Mal negocio.

Esto era así hasta allá finales del 2007, cuando el sistema se rompe (del lado de Wall Street) de forma bastante aparatosa. Tres años después, las cosas han cambiado bastante. Primero, la voraz demanda de los consumidores europeos y americanos se ha extinguido – si China quiere prestar el dinero a alguien, los únicos que están endeudándose a espuertas son los estados, y estos o pagan intereses ridículos (USA, Alemania) o son bombas de relojería potenciales (todo lo demás). Con la economía aún débil, exportar es más difícil, y con otras monedas perdiendo valor (¡toda esa deuda pública depreciando el euro!) las contorsiones necesarias para mantener el yuan bajo se hacen cada vez más difíciles.

Dentro de China, el afan exportador también estaba empezando a generar problemas. Los chinos bien tienen que meter todo ese dinero que ganan en algún sitio, al fin y al cabo; si no pueden exportar fácilmente, algo harán con él. Recordad que estamos hablando de una dictadura que vive de ofrecer paz, orden y crecimientos anuales del 8%; la máquina no puede parar. El gobierno chino reaccionó a la crisis abriendo el grifo un poco, con un plan de estímulo fiscal tremendo (que ha funcionado bien – la economía apenas se ha frenado) y una burbuja inmobiliaria igual de tremenda. Este gasto público, sumado a una moneda obsesivamente depreciada, ha traído consigo un pequeño problema, sin embargo: inflación.

Las dictaduras detestan, detestan, detestan la inflación. Primero de todo, porque las subidas de precios son la clase de cosas que cabrean mucho a la gente, especialmente cuando el gobierno lleva prometiendo paz y estabilidad a cambio de opresión desde hace tiempo. Segundo, y creo que no se ha comentado demasiado, los régimenes autoritarios en general son bastante torpes cortando espirales inflacionarias una vez se meten en ellas, no en poca medida por que son bastante incapaces de tener bancos centrales realmente independientes.

Ambos problemas son hasta cierto punto manejables si las cosas no se salen de madre demasiado. Ahora mismo, sin embargo, a China se le está acabando el chollo de la mano de obra barata (y por aquí creen lo mismo), y la economía mundial realmente no parece estar por la labor de colaborar. Aunque la economía americana se ha recuperado más o menos bien, el crecimiento económico es aún un tanto anémico (un 3% es una buena cifra, si tu población no está creciendo- y Estados Unidos tiene unas cifras demográficas bien sanas), merced de un sector inmobiliario aún patético y una política fiscal muy tímida (en serio). Europa sigue metida en problemas graves, con la eurozona flirteando a ratos con la catástrofe más abyecta y absoluta mientras devalua su moneda furiosamente. Si quieren contener los potenciales problemas internos (y una posible imposición de aranceles desde Estados Unidos) los chinos no tienen otra salida que empezar a depender menos de sus exportaciones.

Dicho de otro modo: las presiones de Estados Unidos seguramente han ayudado, pero China está haciendo esto porque le conviene internamente. Queda ver si el cambio será tan tímido como algunos dicen (y por tanto, básicamente irrelevante, dejando los desequilibrios mencionados intactos) o será algo más contundente. Me huelo que no es algo realmente simbólico – China no está intentando hacer feliz a nadie, sino protegiéndose por lo que pueda venir.

En fin. Creo que es una buena noticia, incluso si la explicación sobre China como origen del exceso de crédito no es del todo correcta. El gigante asiático se enfrenta ahora a esa transición peligrosa que hablábamos el otro día, así que será interesante verlo, y europeos y americanos podrán empezar a exportar a niveles razonables, sin competir con un troll monetario asiático. Veremos.


10 comentarios

  1. citoyen dice:

    «Dicho de otro modo: las presiones de Estados Unidos seguramente han ayudado, pero China está haciendo esto porque le conviene internamente.»

    ¿Para los alemanes tienes una explicacion similar?

  2. Roger Senserrich dice:

    Alemania tiene una racionalidad muy simple: TODO es para exportar más y ser más competitivos. Lo que es bueno para Siemens es bueno para Alemania.

    En cierto sentido, es la misma alergia por la inestabilidad de siempre…

  3. citoyen dice:

    ¡Weimar! ¡Weimar! ¡El horror!

  4. Isaac dice:

    Es que la Weimar acabo en horror¡¡

  5. Alatriste dice:

    Isaac, el caso es que la hiperinflación fue entre 1921 y 1923, no entre 1931 y 1933… si el miedo que tienen los alemanes fuera miedo al colapso de las instituciones y al regreso del nazismo lo que deberían temer sería mas bien la deflación.

    En cuanto a China, sin embargo, soy algo escéptico. Los chinos pueden querer revaluar un poco el yuan pero el ejemplo de los demás países exportadores asiáticos parece enseñar que seguirán manteniéndolo artificialmente bajo para impulsar sus exportaciones manufactureras y también sacrificando el nivel de vida del ciudadano. Otro «país rico de gente pobre» como creo que acostumbra a decirse en Corea del Sur, Taiwan, etc…

    Otra cosa es la supervivencia del regimen. Los precedentes de Taiwan y Corea del Sur también indican que la supervivencia de las dictaduras se hace progresivamente difícil en estos países y ojalá que China evolucione como ellos.

  6. […] eso que decía hace unos días sobre China dejando apreciar su moneda? Parece que se burlaban de mí, y siguen con controles de capitales e intervenciones en el mercado […]

  7. […] esto añade otro factor al progresivo encarecimiento del factor trabajo en China, haciendo más difícil contener la inflación en el […]

  8. […] el dolar además perderá valor contra otras monedas, aunque como los chinos hacen con el Yuan lo que quieren a ellos eso no les afecta salvo que así lo designe el gobierno chino, a los chinos les da todo […]

  9. […] capitales brutales sobre su economía para favorecer a sus exportadores contra viento  marea, sea insostenible o no.  Los más chalados, como la Eurozona, deciden montar elaboradísimas redes de ferrocarril […]

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