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China, o el fin de la mano de obra barata

11 Jun, 2010 - - @egocrata

Casi como un reloj: hablar de los potenciales problemas a los que se enfrenta China cuando deje de poder crecer a base de enviar más campesinos a fábricas, y tenemos un ejemplo en la huelga de los obreros en la fábrica de Honda.

No hace falta decir que esta huelga es probable que sea una anécdota, pero es una señal de los problemas a los que se enfrenta el gobierno chino. Una de las herramientas que utilizan las autoridades para asegurar que las ciudades permanezcan relativamente prósperas es el Hukou, un sistema de pasaportes que restringe la movilidad dentro del país. Dicho en otras palabras, un campesino pobre del oeste de China no puede levantarse un día y decidir que se larga a la ciudad; para emigrar necesita un permiso oficial. La idea, en este caso, es evitar que las ciudades se llenen de millones de campesinos desesperados intentando encontrar trabajo, algo que hace mucho más fácil mantener el orden y mantiene a la clase media feliz de su pequeño mercado laboral protegido.

Esto, sin embargo, tiene un problema secundario oculto – a medio plazo, presiona los salarios urbanos al alza. Los trabajadores en las ciudades orientales del país son de hecho una subclase privilegiada, ya que sólo un grupo limitado tiene acceso a los mejores trabajos. Dentro de este grupo, los obreros mejor cualificados son aún más privilegiados, ya que compiten con muy poca gente, y eso les da una gran capacidad de presión.

Eso pone a las autoridades en un problema un poco extraño – si permiten que los salarios suban, eso perjudicará el crecimiento (recordad, extensivo, basado en mano de obra barata), pero si no lo hacen corren el riesgo de alienar a un segmento muy importante de la población del país. Una fábrica conflictiva es mucho menos productiva, y un tipo de clase media cabreado es el caldo de cultivo perfecto para que te aparezca una posición política. Liberalizar las inmigraciones internas es, probablemente, algo inevitable, pero es posible que los insiders que ya viven en las ciudades no estén muy contentos. Cuando leáis anécdotas sobre urbanitas de clase media chinos diciendo que la democracia y liberalización no va con ellos, la cosa tiene bastante que ver con este conflicto implícito.

Los problemas laborales en China son un tema relativamente limitado – por ahora. Pero los dilemas a los que se enfrenta el gobierno respondiendo a ellos son muy complejos, y el sistema político realmente no está del todo preparado para reconducirlos.


6 comentarios

  1. CusCus dice:

    Hola,

    Roger, creo que deberías de pisar más el terreno antes de opinar de China de esta forma. Sí, el hukou existe pero no impide a alguien de Chengdu moverse a Shanghai. Los hay a millones: son los «trabajadores migrantes». El no tener hukou no les da derecho a ningún servicio público: ni hospitales (la SS.SS. depende de cada provincia), ni educación para sus hijos ni nada. Pero trabajo, tienen. Shenzhen, por ejemplo: nadie es de allí (ni hablan cantonés). Y eso son los que viven fuera de las «colonias fabriles».

    Dicho esto, la situación de los trabajadores migrantes es lamentable: «ilegales» en su propia tierra.

    De hecho, con el plan de estímulo masivo del gobierno chino, se han encontrado con el problema que, al volver de año nuevo chino, en Guangdong habí 2 millones de puestos de trabajo por cubrir. Los trabajadores migrantes simplemente prefierieron cobrar un sueldo algo más miserable, pero quedarse más cerca de su casa haciendo uno de los 100 nuevos aeropuertos o un trecho de los 10.000km de tren de alta velocidad.

    Tampoco debes de olvidar que los conflictos laborales que han salido a la luz (Honda, Foxconn) afectan a empresas de Japón y Taiwán. Curioso. Nada se sabe de lo que ha pasado en Kunshan, p.ej. en las empresas alemanas.

  2. Nemo dice:

    Los conflictos políticos graves planteados en China en los últimos años parecen tener, para un expectador externo sin ideas preconcebidas, dos fuentes básicas:

    1. Corrupción de gobernantes y funcionarios locales, provinciales, sindicales y en algún caso policiales, autores de coacciones extensas impuestas -chantajes o mordidas- sobre particulares (los empresarios pagan sobornos pero obtienen contraprestaciones ventajosas), o de desfalcos del erario descubiertos por la población. En el caso policial, se suman las evidencias de encubrimientos de delitos y las actuaciones contra sus justos denunciantes, percibidas ambas como muy ofensivas al sentido del orden y sistema de valores político-cultural chino. Se producen continuamente escándalos de este tipo y es en estos episodios donde la población percibe el sentido de la elección y control de los gobernantes.

    2. Situación de postración de diversas etnias minoritarias, en sus propios territorios, ante la dominante Han, causada por la emigración y «globalización» internas, que dejan a los primeros en situación de súbditos colonizados. Ciertas sociedades rurales tradicionales, cuyos miembros tenían ya muy difícil acceder al gobierno y al funcionariado, se ven invadidas ahora, por causa de la liberalización económica, por forasteros que acaparan toda la actividad productiva industrial y comercial generadora de plusvalías significativas, a la vez que va desapareciendo la economía estatalizada o colectiva local que los mantenía. Paralelamente se produce una invasión cultural, idiomática y normativa del espacio público que resulta, en esas condiciones de inferioridad socio-económica, bastante ofensiva. Esto ha sido causa de motines y revueltas, saldados con centenares o miles de muertos; y es aquí donde se percibe el sentido de autogobierno e identidad nacional.

    En ambos casos, la mayor parte de las víctimas de esas situaciones y protagonistas de episodios de agitación, protestas abiertas e incluso revueltas violentas, no parecen integrar ninguna clase media o trabajadora especialmente cualificada. Las aspiraciones salariales insatisfechas de los obreos más o menos especializados de la industria no tienen por ahora -ni se les adivina a medio plazo- una formulación política.

  3. Roger Senserrich dice:

    Nemo:

    Se habla ya de oleada de huelgas. Creo que no es un problema aislado.

    http://www.elpais.com/articulo/internacional/huelgas/sacuden/fabrica/mundo/elpepuint/20100611elpepuint_13/Tes

    CusCus:

    Pensaba que aún era el sistema gigadraconiano de antaño. Ahora es sólo horriblemente draconiano, pero no tanto como antes.

  4. Zai China dice:

    La importancia del hukou es cada vez menor y el sistema es mucho más flexible de lo que parece. Como se dice en el primer comentario, la movilidad existe en China, y mucho, no es un país dividido en provincias en las cuales necesitas un pasaporte para ir de un lugar a otro.

    Por otro lado, y en cuanto a las repercusiones que tiene en el mercado de trabajo, lo que dices es cierto en cuanto a estos trabajadores poco cualificados que trabajan en fábricas. El hukou, digamos, existe precisamente para ese tipo de personas. Sin embargo, aquellos que tienen una formación universitaria (ingenieros, arquitectos, profesores…) compiten a nivel nacional por los mismos puestos. De hecho, las empresas chinas se pelean por conseguir a los mejores del país, sin importar evidentemente de que provincia vengan.

  5. […] eso que decía sobre los costes laborales chinos y cómo se les estaba acabando el chollo de la mano barata? El NYT tiene un buen artículo hoy sobre el tema, hablando sobre cómo las […]

  6. […] forma más eficiente con los recursos que tienes a mano. Cowen habla de esto analizando algo que he repasado antes, el coste de la mano de obra en China, y sobre por qué los temores de perder toda la […]

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