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Descubriendo que aquí se juega

4 Abr, 2011 - - @egocrata

Leer historias sobre la CAM estos días es realmente deprimente. El País tiene un par de buenos artículos sobre los problemas en la gestión de la caja, explicando las injerencias políticas, la torpe gestión de riesgos y la tendencia de la entidad a financiar todo elefante blanco que la Generalitat le propusiera.

El problema, sin embargo, es que la CAM no es un caso aislado. El diseño institucional de las cajas de ahorros en España es, en casi todos los casos, un cúmulo de incentivos perversos realmente aterrador. El hecho que el estado se haya tenido que gastar muchísimo más dinero en rescatar la banca pública que la privada no es casual; todas las comunidades autónomas, sin excepción, comparten en mayor o menor grado las disfuncionalidades de la CAM. Francisco Camps es probablemente un caso bastante exagerado de caciquismo financiero entusiasta, pero no está solo.

Volvemos a lo de siempre, por cierto: las cajas de ahorros no son «de izquierdas» – en su diseño actual, son básicamente una mala idea. La idea que un sistema de banca pública puede escapar de esta clase de injerencias es bastante ingenuo; es realmente alucinante que un candidato autonómico en España esté proponiendo esta clase de cosas sin que le corran a gorrazos. El estado hace muchas cosas bien, pero no es un buen banquero.


Sin comentarios

  1. futurman dice:

    Por interes personal, ¿podrias comentar acerca de la situación de caja murcia? Yo creo que no va tan mal, por que conozco a alguno de sus gestores y e parecieron gente competente…pero ya no se que pensar.

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