Internacional

Primary Colors (II): los casi-candidatos republicanos

22 Ene, 2015 - - @egocrata

Tras la previa sobre las primarias invisibles y las facciones dentro del partido republicano, es hora de repasar someramente la lista de presidenciables a día de hoy.

Es difícil hablar de candidatos; aunque todo el mundo en la lista a continuación ha expresado su intención de presentarse, esto no quiere decir que todos vayan a hacerlo. Es más, voy a dejar fuera a algunos semi-candidatos, o bien porque no creo que vayan a presentarse (Sarah Palin, Donald Trump) o porque están demasiado chiflados incluso para el GOP actual (Jack Fellure). Como de costumbre los clasificaré de forma puramente arbitraria entre favoritos, actores secundarios y el colectivo friki, a pesar de estar muy lejos de los caucus de Iowa. Como vimos el 2012, ser favorito ahora no sirve de gran cosa tras un par de debates horrendos (saludos, Mr. Perry), y las encuestas a estas alturas son cualquier cosa menos fiables. Empecemos.

Favoritos:

Jeb Bush:

Ex-gobernador de Florida, hermano e hijo de presidentes, y ahora mismo el candidato del establishment en su versión más pura. Hasta hace unos años Jeb hubiera sido un candidato más o menos en el centro del partido; con la deriva del GOP los últimos años ahora estaría algo más lejos del centro de gravedad. Es un republicano clásico, de bajar impuestos, aplaudir el sector privado y reformas educativas conservadoras (charter schools y demás).

Se supone que Bush era el hermano listo que tenía que llegar a ser presidente, y siempre se ha dicho que es más despierto y se preocupa más por los detalles que su hermano. Es un orador aceptable, pero la gran ventaja que tendrá en las primarias es la capacidad de recaudar cantidades obscenas de dinero sin demasiado esfuerzo.

En su currículum tiene, sin embargo, un pequeño problema con las bases del partido: es pro-reforma migratoria, algo que comparte con su hermano. Aparte de eso, sus años en el sector privado desde que dejó el cargo de gobernador tiene algunas experiencias interesantes, como trabajar para Lehman Brothers y en el consejo de Tenet HealthCare, una empresa de sanidad con un rico historial de ganar dinero con Obamacare y defraudar dinero público. Estos factores, sumados al potencial lastre de su apellido, le hacen un candidato vulnerable. Como veremos, este será un problema recurrente entre los favoritos.

Bush, por cierto, me cae especialmente mal por dos motivos: acabó con un proyecto de línea de tren de alta velocidad en Florida, y tuvo una actuación especialmente vergonzosa en el caso Terri Schiavo (más aquí,  aquí, aquí, aquí y aquí. Si, me cabreó bastante.)

Mitt Romney:

Sí, ese Mitt Romney. La reacción colectiva ante el anuncio por parte del candidato perdedor del 2012 que quería volver a presentarse ha sido de sorpresa, por mucho que parece ir por delante en las encuestas. Ex-gobernador de Massachussetts con un brillante historial centrista (aprobó una reforma de sanidad ahí casi idéntica a lo que ha acabado siendo Obamacare), se presentó a las primarias del 2008 como un conservador duro, perdió, volvió el 2012 disfrazado de moderado, ganó contra una pila de patanes con cierta dificultad, y se estrelló sin remedio en las generales.

La verdad, siento cierta debilidad por Romney – su campaña del 2012 fue atroz en parte porque nunca actuó como el moderado que realmente es, en parte porque el tipo es un plutócrata ligeramente insensible capaz de decir cosas horriblemente crueles sin darse cuenta. Es mucho mejor político y candidato de lo que dejó ver el 2012; aunque es conservador, es un tipo sensato.

El problema, claro, es que es la tercera vez que se presenta. No hay precedentes razonables este siglo; Nixon ganó la presidencia al segundo intento después de perder contra Kennedy en 1960, pero era su segundo rodeo, no el tercero. Dejando de lado que nadie quiere salir en la misma foto que Nixon, Romney sigue siendo peor político que él. Si el GOP quiere dar una imagen de renovación, es un candidato atroz.

Chris Christie:

El gobernador de New Jersey, y alguien al que había descartado sin demasiada ceremonia hace unos meses. Aunque sigo siendo de la opinión que Christie es demasiado tóxico para llegar a la presidencia, los medios americanos insisten en listarle como favorito, así que ahí va. En teoría es un moderado, popular entre las bases del GOP por su estilo directo, sin complejos, casi hosco con sus interlocutores. Christie es la clase de político que tiene un evento con maestros de primaria y acaba insultándoles a grito pelado cuando se quejan que les ha recortado las pensiones. Lo de ejercer de tipo duro contra los débiles gusta en algunos sectores del partido republicano, y atrae a periodistas amantes de «lo auténtico».

El problema para Christie es otro: es un mal político. Dejando de lado la variedad de escándalos de corrupción y abuso de poder que le acompañan, la situación fiscal de New Jersey es espantosa, en gran parte por culpa de las temerarias bajadas de impuestos de Christie y sus trucos contables. Su popularidad en el estado se ha resentido notablemente. Aunque sabe Dios que New Jersey es un estado difícil de gobernar, el aura de responsabilidad y competencia de Christie seguramente no saldría bien parada en unas primarias. Por añadido, cuenta la leyenda que tiene una cantidad de basura considerable en el armario. Mitt Romney se planteó ofrecerle la vicepresidencia, pero sus asesores le disuadieron tras investigar un poco.

Rick Perry:

Otro que vuelve al ruedo tras las primarias del 2012, donde hizo un ridículo espantoso. Mucha gente insiste que lo que sucedió hace tres años no fue en absoluto normal, y que Perry estaba probablemente medicado tras problemas de salud, cirugía y dolores de espalda. Si es realmente el candidato que se supone debía ser, el ex-gobernador de Texas estaría en la lista de favoritos, pero la verdad, no acabo de creérmelo. Perry es un conservador puro, a medio camino entre los evangélicos y el sector libre empresa del partido, y potencialmente debe poder recaudar dinero a espuertas (los cuatro estados con más donantes son California, Texas, Nueva York y Florida, el segundo siendo especialmente importante para el GOP), así que tiene camino por recorrer.

En su contra: dioses, su campaña el 2012 fue atroz. De momento, no parece tener prisa para declararse candidato, pero se va a presentar. Veremos qué Rick Perry aparece, si el hombre de leyenda o el patán de las últimas primarias.

Candidatos de segundo orden:

Scott Walker:

El gobernador de Wisconsin abre la lista de políticos republicanos en activo con victorias electorales, experiencia e historial político decente, pero que sufren la condena de ser demasiado aburridos para que los periodistas los tomen en serio. Es conservador, agresivo contra los sindicatos y ha sido reelegido con relativa facilidad en un estado relativamente progresista con una agenda marcadamente de derechas, pero no tiene sangre azul, ni es un candidato conocido, ni pega gritos a los niños ni viene de la enorme Texas. Si a eso le añadimos que es francamente poco carismático, no estoy demasiado seguro que tenga números.

Una lástima, porque aparte del sopor que genera no sería mal candidato.

Lindsey Graham:

Senador por Carolina del Sur, conservador, hábil opositor a Obama, crítico ocurrente, eterno entrevistado en los programas de debate de los domingos, Graham debería ser un buen candidato. Cuando anunció su interés en presentarse, sin embargo, pasó sin pena ni gloria; nadie se lo tomó demasiado en serio. La verdad, no entiendo bien por qué; quizás sea por tener el nombre menos presidencial de todos los tiempos, o el hecho que políticamente está muy visto y nunca ha tenido un tema «suyo» en ningún debate. Estará haciendo bulto en los debates, pero no llegará lejos.

Ted Cruz:

Hasta aquí hemos visto candidatos conservadores pero con opiniones más o menos presentables. Cruz es un tea partier, ala al fondo a la derecha, y es la clase de político que dice barbaridades que darían un síncope a cualquier europeo. Este senador por Texas es muy conservador, y es adorado por el ala militante del partido y la amplia legión de trolls radiofónicos y blogosfera conservadora. Es también completamente inviable como candidato en unas generales.

Un par de notas adicionales sobre Cruz. El tipo es francamente listo; es un orador más que decente y se desenvuelve bien en los medios conservadores. Su objetivo será unir tras de sí al sector más conservador del partido e intentar sacar provecho que el ala moderada del partido tiene tres candidatos viables. En su contra tiene que en el sector friki del partido hay mucha competencia, y Rick Perry, aunque no tan cafre, es igualmente conservador y más presentable. Cruz, por cierto, es nacido en Canadá, de padres inmigrantes cubanos nacionalizados estadounidenses. Para dejar claro que es más patriota que nadie Cruz renunció a su ciudadanía canadiense hace unos meses.

Rand Paul:

Senador por Kentucky, hijo de Ron Paul, Rand tiene ideas parecidas a las de su padre, algo que en condiciones normales le pondría de lleno en la lista de chiflados sin posibilidades de éxito. A diferencia de su padre, sin embargo, Rand parece estar relativamente cuerdo y es bastante carismático, así que lo dejaré por aquí.

El problema para Paul es, aparte de tener ideas muy extrañas (como estar en contra de los derechos civiles o tener demasiados amigos neoconfederados), es que el sector libertario del GOP es ruidoso, pero francamente pequeño. Aunque en política americana hemos visto cosas muy raras, el GOP no va a nominar un aislacionista amante del patrón oro el 2016. No lo veremos. Sacará resultados decentes ya que el sector libertario-Randiano del partido es joven, está motivado y tiene demasiado tiempo libre, pero no será candidato.

Mike Huckabee:

Ex-gobernador de Arkansas, ex-candidato el 2008, ex-comentarista de Fox News y tipo que combina una apariencia inofensiva y amigable con una conservadorismo evangélico bien estricto. Es muy conservador en lo social (homosexualidad, aborto, etcétera), pero relativamente populista en temas económicos. Va bastante bien en las encuestas en gran parte porque es conocido, pero no creo que el voto evangélico baste para ganar unas primarias, y no le veo sacando apoyos en otro sitio.

Otros segundones:

La lista de candidatos con cierto interés por presentarse pero sin demasiado interés mediático es siempre larga. Del resto de la lista, el más destacado es Bobby Jindal, gobernador de Louisiana que tiene el lastre de ser un tipo aburrido de veras, y venir de un estado con un sistema político fétido. Cercano está Marco Rubio, el senador por Florida, un político que me parece increíblemente sobrevalorado y que no estoy seguro que se presente.

A continuación tendríamos a Bob Corker, senador por Tenesse, Bob Elrich, ex-gobernador de Maryland, Rick Santorum, cristofriki ex-senador por Pennsylvania, Mike Pence, gobernador de Indiana, John Kasich, gobernador de Ohio (y el único hombre más aburrido que Scott Walker), Mitch Daniels, ex-gobernador de Indiana, y Rick Snyder, gobernador de Michigan. Son todos gente bastante gris.

El manicomio de cola:

Aparte de los sospechosos habituales (léase Michelle Bachmann) este año la estrella del sector enloquecido del GOP probablemente será el Doctor Ben Carson. Carson es un brillante neurocirujano retirado negro que saltó a la fama el 2013 con un discurso en el National Prayer Breakfast el 2013. Desde entonces el hombre se gana la vida en el circuito de dar charlas, vender libros y ejercer de intelectual en los medios conservadores americanos, concentrándose en decir que la reforma de la sanidad de Obama es lo peor que ha sucedido en Estados Unidos desde la esclavitud. El hombre está en esto por la atención y la pasta, y seguro que nos dará grandes tardes. Por supuesto, es casi imposible que gane.

La quiniela:

No, no voy a hacer predicciones; es demasiado pronto. Jeb Bush diría que es el favorito, pero por muy poco; si Rick Perry se despierta, sería una candidato formidable. El tapado, en todo caso, creo que es Scott Walker, alguien que todo el mundo parece minusvalorar.

Por cierto, el más listo del partido no está en la lista: Paul Ryan ha anunciado que no va a presentarse. El tipo parece ser el único que entiende que el centro del sistema político americano es el Congreso, no la presidencia, y ha decidido quedarse en la Cámara de Representantes.


8 comentarios

  1. aldelgadog dice:

    Sobre Ted Cruz, ¿no había que haber nacido en suelo estadounidense para poder ser presidente?

  2. Vellana dice:

    «aunque es conservador, es un tipo sensato.»

    En fin.

  3. Crul dice:

    ¡Mike Huckabee!
    https://www.youtube.com/watch?v=MDUQW8LUMs8

    ( por si no sale el enlace, es el youtube /watch?v=MDUQW8LUMs8 )

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