Como recordaréis, el pasado 21 de septiembre tuvimos un interesante debate sobre reformas electorales autonómicas. Allí hablamos de proporcionalidad, de selección de elites, de gobiernos de coalición… Para los que no pudisteis venir, hoy saco en el blog de Alternativas un pequeño resumen de mi intervención:
La discusión sobre el sistema electoral entre el gran público es algo reciente. En las pocas preguntas que ha hecho el CIS sobre sistemas electorales en años pasados las importantes tasas de “no sabe/ no contesta” (entre el 20 y el 40%) señalan la tardía politización del tema. Solo a partir de los Indignados en 2011 vemos que las quejas de los partidos minoritarios ganan en proyección y que intelectuales (y ex políticos) se apuntan al carro de las reformas.
El clima de opinión pública parece haberse movido en consecuencia y, aunque la reforma a nivel estatal parece improbable en el corto plazo, por primera vez se están realizando o estudiando reformas electorales a nivel autonómico. Esta perspectiva es interesante por el laboratorio para la innovación institucional que permite el Estado de las Autonomías.
La no reforma de Castilla-La Mancha creo que se aleja del ejemplo.
No entiendo ¿Dices que Castilla La Mancha no es una reforma electoral?
Es ironía con mala leche. No es una reforma, es ir moviendo los postes de la portería porque eres el dueño del campo y del balón
Si iba por ahí, sin más.
Me recuerda a Esperanza Aguirre cazando las ansias de la población de reforma electoral y enfocándola a su interés.