Economía

Cuatro historias del apocalipsis

30 Jul, 2012 - - @egocrata

En vista que los dirigentes de nuestra querida Europa no paran de darnos sustos, este fin de semana me he dedicado a repasar historias del último Apocalipsis, la crisis financiera del 2008 en Estados Unidos. Los terrores de esos días son bastante recientes, así que es aún temprano, probablemente, para tener una idea definitiva sobre lo sucedido, especialmente cuando aún estamos viviendo las consecuencias. A pesar de todo, un repaso a cuatro películas (bueno, tres «y media») sobre las semanas entre la caída de Lehman y el rescate financiero creo que es un ejercicio interesante, especialmente si las vemos seguidas.

Empezaremos por el documental Inside Job, de Charles Ferguson, una obra que he visto citada más de una vez por la red. Es una película excelente, no voy a negarlo; la explicación sobre los instrumentos financieros detrás de la crisis, el nacimiento del sistema de banca en la sombra asociado a ellos y como los bancos se las apañaron para hacer que todo saltara por los aires de mala manera es muy clara, concisa y fácil de seguir. Ferguson consigue explicar como un problema aparentemente trivial (hipotecas impagadas) acabó por convertirse en una desastre sistémico que acabó con bancos, la empresa de seguros más grande del mundo y la economía de medio planeta.

Inside Job, sin embargo, tiene un problema serio: su explicación sobre por qué los bancos acabaron metiéndose en ese berenjenal es demasiado simplista. La idea central del documental es que los bancos, por codicia, convencieron a los políticos que si eliminaban regulaciones todo funcionaría mejor para poder así ganar más dinero. Esto es razonable, pero no es una explicación suficiente: dentro del «ganar cantidades ingentes de pasta» no creo que la gente de Wall Street estuviera pensando en reventar unos cuantos bancos (donde mucha gente perdió mucho dinero, no nos engañemos) y atraer las iras de la plebe tras destruir la economía mundial. De la desregulación a la creación de la maquina del juicio final faltan al menos un par de pasos. Es aquí donde entra la segunda película, Margin Call, de J.C. Chandor.

Margin Call es una obra de (semi)ficción: en un banco de inversión de Wall Street con un parecido más que razonable a Goldman Sachs un analista de riesgo de la entidad descubre que las cuentas no cuadran. El modelo que utilizan para gestionar riesgos no tenía en cuenta que las oscilaciones del mercado pueden meter el banco en pérdidas (es confuso, sí – la película lo explica mejor que yo); peor aún, es muy probable que todo el mundo esté metido en un escenario parecido, aunque no lo hayan descubierto aún. Aterrados ante este escenario, los jefes del banco deciden vender todos los activos problemáticos antes que nadie y tan rápido como pueden, sabiendo que con ello pueden hacer que el mercado salte por los aires.

La belleza de Margin Call no está en los tecnicismos, sino en las motivaciones de los implicados. Implícito a todas las discusiones sobre qué hacer para evitar la caída del banco es un debate sobre por qué están en esa situación, y qué errores cometieron para quedar así de expuestos. La explicación es avaricia, ciertamente, pero sólo en parte; también una decisión inconsciente de no mirar demasiado. Los banqueros habían dado con un método con el que ganar cantidades absurdas de dinero que funcionaba bien, año tras año, siguiendo los supuestos y modelos matemáticos que siempre habían utilizado. Los seres humanos somos animales de costumbres que tendemos a aceptar el status quo por defecto para evitar tener que recalcular cada mañana cuánto azucar pones al café (el status quo bias no es sólo cosa de votantes), especialmente si ese cálculo cuesta dinero. La gente de Wall Street no calculó las consecuencias de sus actos a largo plazo no (sólo) porque fueran cretinos, sino porque nadie lo hace. Las Casandras, que las hubo, llevaban llorando sin cesar desde el 2002-2003, y se equivocaban año tras año. ¿Para qué cambiar?

La segunda parte de Margin Call, la «huída», es igualmente fascinante. Salir del mercado era, esencialmente, un dilema del prisionero; si todos los bancos se hubieran coordinado para calcular pérdidas y ayudar / absorber a los más idiotas de forma coordinada, la crisis hubiera sido mucho menor. El problema, claro está, es que aquellos que decidieran vender antes que los demás probablemente se ahorrarían muchos disgustos, sin que nadie pudiera tomar represalias. Los banqueros en Margin Call se deben a los accionistas, no a la sociedad en general. Entre salvar los muebles ahora o meterse en una solución coordinada en un futuro nebuloso que sabemos si va a llegar (y no lo hizo), escogieron lo primero. Y no les culpo.

La última película puramente financiera de la lista es Too Big to Fail, de Curtis Hanson, adaptando el libro de Andrew Ross Sorkin. El héroe de la historia, en este caso, es un personaje real, con nombres y apellidos: Hank Paulson, Secretario del Tesoro de los Estados Unidos en los últimos años de la administración Bush. La película se centra en los días de miedo antes de la caída de Lehman Brothers, y las dos semanas de terror puro y duro que siguieron a la bancarrota, vistos desde la perspectiva de Paulson y su pequeño grupo de asesores.

Inside Job habla de «Government Sachs» y como los políticos se dedicaron a proteger a sus amigos los banqueros; Too Big to Fail nos muestra que la historia es un poco más complicada. Paulson y su equipo eran perfectamente conscientes que estaban rescatando a un grupo de idiotas irresponsables, sabían de los problemas de riesgo moral y entendían que lo que estaban haciendo iba a generar un rechazo cerval y salvaje desde el electorado. El Departamento del Tesoro había preparado un plan de emergencia para un escenario como el de Lehman meses atrás. Cuando en septiembre empezó la crisis de veras, sin embargo, los intentos desesperados para rescatar a Lehman, primero, y el pánico posterior, con la inesperada catástrofe de AIG, el fracaso inicial del Congreso para aprobar TARP y el caos subsiguiente empezaron a dejarles sin opciones. En Too Big to Fail  vemos un grupo de políticos sometidos a una presión absolutamente espantosa que deben tomar decisiones inmediatas con información incompleta y opciones muy limitadas. Aunque es posible que el rescate fuera «injusto» (aunque el contribuyente americano probablemente acabe ganando dinero con TARP), atribuir malicia a los políticos implicados es tendencioso. El gobierno americano hizo lo que buenamente pudo para evitar una catástrofe a finales del 2008. A pesar de todos los errores cometidos (que fueron muchos) Paulson y Bernanke posiblemente salvaron el mundo de una segunda gran depresión, algo que los líderes europeos parecen incapaces de replicar.

Cosa que me lleva a la última película sobre la crisis, Game Change , de Jay Roach. La historia, en este caso, no es sobre mercados financieros, sino sobre las elecciones americanas del 2008 y la surrealista, estúpida, desastrosa nominación de Sarah Palin como candidata a la vicepresidencia por parte de John McCain. Por aquí Politikon hablamos a menudo de selección de élites; Game Change es un ejemplo soberbio sobre cómo no hacerlo. Que una idiota terminal como Palin (porque es idiota – de eso no hay duda) llegara donde llegó, a dos pasos de la presidencia, dice mucho de la incompetencia congénita del partido republicano moderno y la irresponsabilidad de John McCain como candidato. También deja muy claro uno de los legados más brillantes de la era Bush en su segundo mandato, sus nombramientos para cargos clave. No sé si el tipo tuvo una racha de inspiración o una potra descomunal, pero que Ben Bernanke fuera Presidente de la Reserva Federal, Hank Paulson Secretario del Tesoro y Robert Gates Secretario de Defensa (evitando una catástrofe en Irak) fue un signo que Dios protege a los idiotas o que Estados Unidos es un país con suerte.  La calidad de los líderes importa, y mucho. Creo que esto en España lo estamos aprendiendo rápido estos días.

En fin, ¿conclusiones de un fin de semana de pánico, miedo y películas de terror? Esencialmente cuatro. Primero, el mundo es un lugar complicado, y la eurozona lo es aún más. Segundo, no confundir maldad con incompetencia. Tercero, tomar decisiones en medio de un pánico financiero es increíblemente complicado. Cuarto, en una emergencia tener a alguien con dos dedos de frente ayuda. En España tenemos un problema que nadie parece querer entender, buscamos culpables en vez de arreglar problemas, somos incapaces de tomar decisiones y tenemos a la versión barbuda de Sarah Palin al mando. Después nos extraña que nadie se fíe de nosotros, etcétera.


20 comentarios

  1. jasev dice:

    La escena de «Too big to fail» en la que Bernanke (Giamatti) explica la crisis a los miembros del gabinete de Paulson es un poco irreal (a esas alturas todos lo deben saber ya), pero aún así es buenísima. Acojona de verdad.

  2. francisco dice:

    Este es el tipo de artículos que serían aún más útiles con los enlaces a los ficheros .torrent

    🙂

    Es una pena que Roger no sea de la panda del todogratix.

    Tendré que trabajar por mi mismo. Estupendo regalo para Agosto.

  3. aldelgadog dice:

    De torrents, nada, elinks para la mula.
    A culturizarse/entretenerse estas vacaciones.

  4. […] "CRITEO-300×250", 300, 250); 1 meneos Cuatro historias del apocalipsis politikon.es/2012/07/30/cuatro-historias-del-apocalipsis/  por aldelgadog hace […]

  5. carmen sanchez dice:

    Excelente artículo para extraer algunas reflexiones interesantes. Me he quedado con la frase de que en España buscamos culpables más que soluciones. Totalmente de acuerdo. Pero también es más complicado que eso. Tenemos, por ejemplo, nuestra crisis de Bankia con todo lo que lleva asociado. Está claro que toda la atención pública se ha centrado en la búsqueda de los culpables y, sin embargo, NADIE está clamando por buscar las soluciones. Esto es, auditar o investigar a fondo qué es lo que ha fallado y adoptar las medidas para que no se repita. Vale. Hasta ahí de acuerdo. Pero, lo que no nos gusta plantearnos es cúanto de este ejercicio puede ser hecho público, en un ejercicio de transparencia y de respeto al ciudadano tal y como mandan los cánones democráticos, y cuánto debería ser hecho bajo cuerda para que no nos sigan crucificando los mercados. Este artículo lo plantea bien: http://www.otraspoliticas.com/politica/el-rescate-europeo-y-los-limites-de-la-democracia

    En otras palabras: ¿Cuánto de lo que vivieron Hank Paulson y compañía era sensato que se conociera por la opinión pública en aquellos momentos? ¿Cuánto de la gobernabilidad honesta y sensata es compatible con la transparencia que exigen las reglas de la democracia?

  6. cacota dice:

    Yo creo que transparencia toda, publicidad poca. Y me refiero a decisiones políticas. Si la población no entiende lo que pasa o puede tergiversarse la información, lo que hará falta es población más instruida y explicaciones más claras.

    En cuanto a la búsqueda de culpables vs búsqueda de soluciones, son cosas que no son excluyentes en absoluto, hecho por personas que diferentes, así que no sé por qué se tienen que mezclar unas con las otras… quién quiere evitar una de ellas será porque obtiene algún beneficio…

    • Epicureo dice:

      Exacto; solucionar el problema no es incompatible con encontrar y castigar a los culpables.

      Desde el punto de vista político, en realidad, lo que es impresentable de cara al electorado es que se «inyecten» miles de millones para arreglar el problema y aparentemente todos los responsables se van a ir de rositas con sus megaindemnizaciones y su retiro dorado. Al ciudadano común no le importan los detalles de los balances y las regulaciones, ni los va a entender. Simplemente, aflojará más a gusto el dinero de sus impuestos si ve a un par de banqueros en la carcel y arruinados.

  7. Ignacio Paredero dice:

    Nada, que me he puesto y hoy ya me he visto 3 de 4 (Inside Job ya la había visto). Estoy con Game Change, la última. Me encanta como pintan a Sarah Palin en la entrevista inicial: como una absoluta desquiciada, fanatica e imbécil XDDDD

    Reflexiones: narrativamente, la mejor es Inside Job. Y creo tambien que tanto Margin Call como Too big to fail pasa de puntillas sobre la responsabilidad real de los actores. No solo eso: al hacerles protagonistas, los humaniza mucho.

    Claro que es cierto que son personas. Y claro que tienen y tuvieron sus miedos, sus problemas, sus dificultades para tomar decisiones. Pero al final del dia, los allí presentes se las arreglaron para salir de todo ello con millones de dolares en los bolsillos. ¿Y encima tendremos que sentir empatia por ellos?

    No me sirve el discurso de que «esto pasaria tarde o temprano». Cuando pasa, hay responsables, hay quienes han ganado y hay quienes han perdido. Dejarlo todo como algo inevitable, un cumulo de errores, casualidad o mala suerte, tendria sentido si todos perdiésemos. Cuando unos ganan con todo el desastre, esos son los responsables y ellos deben pagar. Y no por que tengan toda la culpa de la situacion con sus acciones, sino por que han tenido el poder y el privilegio de descargar una mala situación, que posiblemente crearon otros (o ellos mismos) en las espaldas de quienes seguro no la crearon.

    No, no me convence el «nadie tiene la culpa». No es lo mas justo.

  8. Joshua dice:

    En efecto, todo es muy complicado, pero hay un esfuerzo importante por complicarlo más.
    No soy amante de las teorías conspirativas, aunque solo sea porque no suelen pasar del diagnóstico (parcial) y porque siempre acaban convirtiéndose en una especie de novela de intriga por entregas (cacofonía no buscada).
    Pero el relativismo moral y el «esto tiene una explicación, cariño», tampoco me parecen la manera de afrontar todo esto. De las cuatro, creo que es Inside Job la que guarda un mayor equilibrio entre ambos extremos del péndulo (si, ya sé que mucha gente, incluido Roger, la acusa de conspiranoica, pero creo que esa acusación no se sostiene).
    De momento, los únicos sentados en el banquillo de los acusados que han recibido sentencia y veredicto son los parados y los funcionarios (a ambos extremos en la escala de la seguridad en el empleo). Aguardando están los pensionistas, que acaso no han recibido sentencia porque tienen bastantes dependientes a su cargo. Explíquenme si no, como funcionan por ahí las familias que han reducido sus ingresos a la mitad o menos; con y sin economía sumergida (que también se deprime ella).
    Por tanto, eso de que todos somos humanos y responsables… lo dejaría en suspenso hasta ver como termina el juicio. Por el momento, los «protas» de Inside Job, y sus homólogos nacionales siguen dando ruedas de prensa por ahí y diciendo por qué estamos aquí y cómo remediarlo. Creo que al menos podrían ahorrarnos ese bochorno.

    • Joshua dice:

      Releido mi comentario, querría aclarar eso de los pensionistas con personas dependientes.
      Resulta irónico que al final, el aumento de la tasa de dependencia convencional (pensionistas/trabajadores en activo) haya perdido interés, y lo que importa es el ratio (personas-trabajando-o-no-que-ganan-poco-o-nada-sumergido-o-no) / (pensionistas-de-los-que-dependen-los-anteriores).
      Es lo que tiene desviar la atención de los problemas, que al final toda la culpa la tiene Merkel.

  9. Ignacio Paredero dice:

    Hoy, leyendo un articulo, me he acordado del heroico Paulson. En fin, os dejo el documento fuente, de un Senador (Bernie Sanders) para que lo leais: http://www.sanders.senate.gov/imo/media/doc/072412Billionaires11.pdf

    Paulson, con 1 millón de dólares (de sus 12500 millones de $ ganados con los fondos de inversión) es el numero 11, pero actuó con información limitada y gracias a su liderazgo se salvo el mundo. Es un héroe.

    • Roger S. dice:

      Wrong Paulson.

      Este es John Paulson, el Hedge Fund Manager. Hank Paulson, secretario del Tesoro, es el ex-CEO de Goldman Sachs, ahora retirado.

      Pero tu trollea sin leer los nombres o enlaces, que eso mola.

      • Ignacio Paredero dice:

        Anda, no seas borde. Si, no comprobe el nombre y me he equivocado, por ponerlo rápido pero leñe, no pense que hubiese muchos «Paulson» dedicados al mundillo financiero.

        En cualquier caso, error mio, pero de ahi a trolleo.. hombreee 🙂

  10. zhurrer dice:

    Que nos preocupamos más por encontrar culpables? Hombre, tras 5 años de crisis y un país totalmente arruinado, aún nadie ha pisado la cárcel en este país. Creo yo que buscar culpables ni está precisamente de más ni está reñido con buscar soluciones.

    Lo que no es de recibo es mirar a otro lado y hacer como si nadie supiera nada.

    • Roger S. dice:

      Nota: el post es sobre USA. Crisis distinta, problemas distintos.

      En casa si podemos decir que se fusila poco.

  11. jlfuente dice:

    Análisis certero. Sobre la selección de Bush, cabría recordar aquello que se suele decir del sistema político de EEUU: fue diseñado por genios para que pudiese ser gobernado incluso por idiotas… Felicitaciones por el blog.

  12. Pau dice:

    «Inside Job habla de “Government Sachs” y como los políticos se dedicaron a proteger a sus amigos los banqueros; Too Big to Fail nos muestra que la historia es un poco más complicada. Paulson y su equipo eran perfectamente conscientes que estaban rescatando a un grupo de idiotas irresponsables, sabían de los problemas de riesgo moral y entendían que lo que estaban haciendo iba a generar un rechazo cerval y salvaje desde el electorado.»

    Cuando he leído esto me he acordado de un presidente del gobierno indultando a un banquero pocos ías antes de marcharse a casa… La historia no debe ser tan complicada.

    Por otro lado, lo de Sarah Palin no queda muy lejos de cierta alcaldesa aficionada a no mezclar peras y manzanas…

    En definitiva, que cómo son los americanos y qué sufrido es el cine de ficción.

  13. Francisco dice:

    Lástima que hayas dejado fuera el mejor documental sobre la crisis:

    http://vimeo.com/44055437

  14. Lerente dice:

    Margin Call esta inspirada en Lehman Brothers, no en Goldman Sachs

  15. manu dice:

    Respecto a Margin Call, yo vi la pelí y tengo que decir que me gustó mucho, pero después de verla me he quedado con la sensación de que he visto una peli diferente a la que comentan en las tertulias, y en la prensa.

    Hay una lectura de la peli, en la cúal se habla de lo despiadados, psicopatas, y malvados que son los jefes del banco que dinamitan el mercado para ganar pasta después de llevar años y años ganando cantidades ingentes de dinero, utilizando para ello ejércitos de siervos sedientos de dinero a los que compran su alma con centenares de miles de dólares, o incluso millones que después se gastarán en alcohol, putas, coches y mansiones.

    A mi me parece bien mucho de lo que pasa en la peli. Estamos en un banco, entidad que responde ante sus accionistas por cuidar su inversión y proporcionar buenos beneficios. El funcionamiento normal, le ha llevado a una situación en la que el riesgo asociado a sus inversiones es enorme. Sus mecanismos de control, y su organización han fallado y ahora, pese a haber tenido buenos resultados en el pasado se encuentran en una situación potencialmente catastrófica. A este diagnóstico llegan (de manera un poco peliculera), por las conclusiones de un chico listo que está en el bottom line del departamento de riesgos. Hace un buen trabajo, se valora pese a poner en cuestión el buen hacer de la organización, se presentan las conclusiones, y se reune al consejo de administración para una valoración y una toma de decisión inmediata. A mi modo de ver, son mensajes positivos de cómo se debe gestionar una empresa. Si la decicisón final, resulto catastrófica para el mundo, pero no tanto para el banco al que ellos debían rendir cuentas. Si en lugar del banco de margin call fuese una caja española, la situación habría sido. Un becario, mal pagado o directamente no pagado descubre el error en el modelo de gestión de riesgos, se lo cuenta a su jefe que no le entiende, se lo cuenta al jefe de su jefe, y este le dice que deje de andar mirando esas cosas, que las hace gente lista y que no moleste si algún día quiere renovar su beca por un contrato de 1000 eurista, que su trabajo es llevar café, hacer fotocopias y ser un poco pelota con sus jefes. Si pese a eso, el asunto llega a mayores, el consejo no se reune de noche NI DE COÑA; aunque estuviesen al borde del abismo un consejero no se le despierta, y a un presidente menos. Tendrían el consejo un mes después, cuando todo el mercado estaría hecho una mierda, y acordarían por unanimidad dejar las cosas como están, no vender ningún activo ni de coña no vaya a ser que haya que provisionar el resto a precio de mercado y decidirían gastar la poca pasta de caja en autoconcederse algún plan de pensiones pa cuando salgan del consejo, algo que intuyen que ocurrirá pronto.

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