Ciencia

Menos ira y más estudio

24 Jul, 2012 - - @kanciller

El pasado sábado Kiko participó en el taller “El debate de las ideas: Las semillas del futuro” dentro de la Escuela de Verano de las Juventudes Socialistas de Catalunya. En el debate Kiko habló de separar el qué del cómo a la hora de acercarnos al complejo mundo de la política, lo que me suscitó algunas reflexiones al hilo de su acertada intervención. Cada día que pasa es más común en la esfera pública escuchar a líderes de opinión, políticos e “intelectuales” de todo pelaje hablar de que esto no es democracia sino dictadura, que estamos en un estado policial, que vivimos oprimidos por los mercados (que ponen y quitan gobiernos), por Ángela Merkel o incluso gobernados por un ejecutivo golpista. Estas ideas y talantes que tanto pululan por los virales en la red son el tipo de moldes intelectuales que la crisis económica – en especial por la sensación general de impotencia, más ahora con la catástrofe en ciernes – ha vuelto a poner de moda. Hablo del conspiracionismo, de la moral de las intenciones, de cierto utopismo arrogante.

El otro día se me escapó en twitter, en uno de estos accesos de melancolía inevitables vista la situación del país, que el clima que uno siente es bastante parecido al del “Desastre de 1898”. Una especie de sensación de fin de ciclo, de decadencia incontenible por más que nada tenga que ver con la realidad económica de la época (el país mejoró mucho desde entonces). Pues bien, fue en este punto cuando departiendo un poco sobre los autores regeneracionistas alguien dijo – siento no haber encontrado el mensaje en concreto – que nuestro país había tenido demasiados Machados y ningún Weber. Este comentario apuntaba de manera muy certera una evidencia: En España hemos tenido una larga trayectoria de idealización de nuestros males y virtudes pero hemos carecido siempre de un análisis que se centre en los conceptos, en las causas y consecuencias, en las motivaciones y en el estudio concienzudo de los fenómenos humanos. Este país ha sido históricamente un terreno yermo de científicos sociales y creo que eso lo estamos pagando con creces, explicando en parte el campo del “debate de las ideas” en el que nos movemos hoy.

La prenda más habitual de la que están envueltos aquellos que se mueven en esta intelligentsia que he descrito al principio es la actitud crítica, un aire pesimista e imposible de contentar pues para ellos tan solo pueden encadenarse victorias pírricas. Este es el tipo de intelectualidad que opera en el campo de lo normativo, la cual se encarga insistentemente de recordarnos que existe un orden social superior, una sociedad completamente diferente de aquella en la que estamos cómodamente instalados en la actualidad, ya sea porque estamos narcotizados o por la interesada y malévola decisión de nuestra elites políticas (y especialmente económicas). Este perfil de intelectual al que me refiero es justamente del tipo que salta de manera habilidosa entre la dicotomía del ser y del deber ser. Es decir, es del tipo que subraya lo incompleto e imperfecto de la sociedad presente y que sabe presentar de manera precisa cual es el óptimo estado en el cual el mundo debería encontrarse.

Sin embargo, me preocupa bastante el hecho de que este tipo de personas consideran – en su mayoría – que tienen una total exención en las responsabilidades que se derivan de llevar sus ideas a la práctica. Dado que bucean dentro de un mundo en el cual no existen restricciones, el prístino mundo de las ideas y de lo justo, parece desprenderse que sus buenas intenciones son excusa para todo. Fiat justitia et pereat mundus. No hace falta irse muy lejos para pensar en las implicaciones que tiene todo lo que se dice estos días. Si vivimos en un mundo controlado por la economía ¿Para qué queremos a los políticos? Si estamos en ante un ejecutivo golpista ¿Por qué no derrocarlo por cualquier vía, pacífica o violenta? Dado que Angela Merkel y los hombres de negro son los que nos controlan ¿A qué esperamos para salir de la zona euro y volver a la peseta para recuperar soberanía? Sinceramente, en este tiempo de dificultades me preocupan los profetas. Los traficantes de ideología como mercancía averiada una de dos: O de verdad tienen una ceguera tal que no les permite ver las consecuencias perversas de su actitud o son de un cinismo interesado – porque se lucran vendiendo libros – que merece la pena criticar. ¿Qué armas emplear contra ellos?

Creo que desde el XIX hasta hoy hemos avanzado mucho en España y, especialmente, hemos desarrollado un creciente cuerpo de ciencias sociales que estrecha el margen para que estos enfoques salgan indemnes. Un tema no menor, por cierto. Ahora podemos traer evidencia e intentar estimar con más o menos certeza cuáles son las consecuencias planeadas (y las que no) que tiene tomar determinadas decisiones acorde con esos principios. Ya no existen excusas por las que la operatividad del deber ser no pueda ponerse a prueba. Para los profetas del descontento la realidad es una dura prueba que demuestra lo trágico de la política; de entre pluralidad de valores, hay que optar y eso acarreará algún coste. Rara vez se recuperan de pasar por su cepillo – aunque puedan arruinar la vida de una sociedad entera -. Eso sí, un toque de atención aqui. Quiero hacer hincapié en que mi intención no es hacer un llamamiento contra la utopía: considero que tiene un sentido porque está unido a un cuerpo de valores y a una noción de justicia. Pensar en una sociedad más libre o más igualitaria son formas de utopía a derecha e izquierda. Diferentes valores para una sociedad justa y, en el marco de nuestras sociedades, la democracia para decidir por cuales de estos optamos de manera colectiva.

Mi énfasis en esta entrada es más bien en lo imperativo que es ligar el mundo del deber ser con el del ser y, particularmente, el valor añadido que suponen las ciencias sociales en este punto. En mi opinión, tenemos un exceso de idealismo cuando lo que necesitamos es pensar  más sobre la aplicación práctica de las ideas. Creo que los intelectuales en un sentido amplio – los líderes de opinión si se quiere – tienen una importante responsabilidad que asumir en este punto, del mismo modo que la ciudadanía tiene la obligación de demandársela. O dicho de otra forma, que está bien estar en el mundo de las ideas pero que, en un ánimo de de contribuir a la mejora de la sociedad, es obligado pensar en las implicaciones que tiene ponerlas en práctica.


27 comentarios

  1. Muy de acuerdo con tu artículo.

    «¿A qué esperamos para salir de la zona euro y volver a la peseta para recuperar soberanía?»

    Hay una fijación con la moneda única tremenda en este país. El euro es un medio de intercambio de bienes y servicios que ahora mismo está fallando para los países de la periferia, porque aunque hay empresas perfectamente solventes, no acceden a la financiación.

    Os sugiero echar un vistazo al trabajo de Bernard Lietaer, sobre múltiples sistemas monetarios como una forma de reactivar al economía.

    • Juan Arce dice:

      Aitor, coincido contigo. Tenemos la economía que tenemos porque se basa en el monopolio de un tipo particular de dinero creado como deuda bancaria. LA solución pasa por tener distintos dineros de diferente tipo y para objetivos diferentes.Aquí hay un vídeo suyo. http://www.youtube.com/watch?v=hQHkmKYKWMI

  2. Pau dice:

    Mientras Pérez Reverte siga siendo uno de los referentes de opinión más leídos por el público en general, poca esperanza hay…

  3. Jimmy Page dice:

    Pues hoy en día tampoco andamos sobrados de Machados.

    Aunque ya que hablas de gente que habla de «justicia» sin pensar en las consecuencias de sus acciones habría que hacerlo extensivo al Merkel y el gobierno Alemán: Los PIGS han «pecado» y deben sufrir deflación por ello y cuando sean puros magicamente volveran al crecimiento. Y ahora que sucedo lo esperado, la recesión nos ha tirado por el barranco, centro Europa tambien entra en recesión y Moodys empieza a poner en duda su solvencia, ¿qué haran? ¿Echaran pestes de los malvados mercados o el BCE iniciara una politica de expansión monetaria y fiscal?

    Seria de un gran cinismo por su parte pero al menos no moririamos todos.

  4. Javier dice:

    Enhorabuena por el artículo, Pablo. Me ha venido a la mente un párrafo de «La España invertebrada», de Ortega y Gasset.

    «Sólo debe ser lo que puede ser, y sólo puede ser lo que se mueve dentro de las condiciones de lo que es. Fuera deseable que el cuerpo humano tuviese alas como el pájaro; pero como no puede tenerlas, porque su estructura zoológica se lo impide, sería falso decir que debe tener alas.»

    El capítulo se llama: «La magia del «debe ser»». Te lo recomiendo fervientemente, aunque imagino que ya lo habrás leído (no sé si Ortega es uno de los profetas del pesimismo, pero sin duda es un filósofo espléndido y una mente preclara).

    • MuGaR dice:

      Ortega fue un glosador con una prosa deliciosa pero sin una sola idea nueva. Si se quiere poner a los «intelectuales» en su sitio habría que empezar por el más mitificado.

      • Javier dice:

        No sé si efectivamente no aportó ninguna idea nueva, o si es el más mitificado, sólo digo que es una mente brillante. No es, como gusta decir por aquí, un científico social, sino un filósofo, pero el comentario de la España de su época (y de Europa en general) es acertado y todavía resulta actual.

        • MuGaR dice:

          Muy acertado claro. Europa es la solución, y toma guerras mundiales (demagogia powerrrr). Y qué Europa es esa? la francesa? la alemana? (este era muy germanófilo) está por construir diría Ortega, la empresa común, un nuevo programa de vida. Voluntarismo y elitismo del rancio (expliquen el concepto de hombre-masa a la gente: todo aquel que no se valora a sí mismo por razones especiales sino que se siente “como todo el mundo”, y sin embargo, no se angustia, se siente a salvo al saberse idéntico a los demás…), esa es la constante en Ortega.

          Hay grandes explicaciones en Ortega como que la división de las naciones europeas ha provocado que “Europa ya no mande en el mundo” (querrá decir entonces desde el imperio romano, última «unión»?) y desdeñaba a la URSS y USA como pueblos-masa xD (que «europa» ya no mandase-no gran bretaña, no francia, europa, toma ya!- era el acabose de la civilización xD.

          En fin, que desde la oficina sólo puedo comentar por encima, pero hasta que no nazca una nueva filosofía que evite la decadencia de «europa» (Ortega dixit) propongo ocuparnos de las cosas como realmente son, por mucho que nos gustase que existieran los «Estados Unidos de Europa» (y que dilema apoyar la disolución de tu país para someterse a no se sabe qué poder-traición-. Es algo que necesariamente te lleva a pensar que tu país es un problema, para justificarte, como Garciano&cia justifican la necesaria permanencia en el euro porque de lo contrario nuestros dirigentes nos llevarán de vuelta a los años 50 xD)

          Eso si, con 16 años me hacía pajas con Ortega y leerlo es un gusto.

  5. aldelgadog dice:

    Frente al regeneracionismo y el voluntarismo los científicos (sociales) siempre han sido los heterodoxos españoles, lamentablemente.

    Ahora mismo hay una ola de utopismo/nihilismo/conspiracionismo y un dogmatismo populista rampante que imposibiltan el necesario acuerdo debatido con bases positivistas para hacer políticas que sirvan para salir de la crisis.

    España parece tener una tendencia suicida a las soluciones tipo cirujano de hierro que, al final, tampoco resuelve los problemas, nunca lo han hecho los salvapatrias y arbitristas.

  6. Alberto dice:

    Discrepo en lo de la ideologia, si efectivamente el sistema va a resultar en una suma de posturas para que algo quede, hay que ser radical, sino no vas a conseguir nada. Es por lo que la izquierda consigue cosas y los de la utopia libre no, si en un extremo solo escuchas «ni un paso atras» no te puedes quedar solo en ser racional puesto que la postura de concordia sera entre racional e irracional de un extremo nada más, por lo que en muchas ocasiones sera irracional, partir como base del utilitarismo al final no reporta más que improvisación, ecleocracia y tarde o temprano «que el fin justifique los medios».

  7. […] "CRITEO-300×250", 300, 250); 1 meneos Menos ira y más estudio politikon.es/2012/07/24/menos-ira-y-mas-estudio/  por chisqueiro hace […]

  8. Maese Alcofribas dice:

    Una pregunta no directamente relacionada con el tema. Desde la perspectiva del científico social no utópico y sensato, que mantiene una postura sobre la salida de la crisis basada en el conocimiento científico no utópico, ¿donde se halla el criterio de falsación de su teoría? Es decir, ¿en qué momento reconocerá que los hechos han refutado su teoría sobre cómo salir de la crisis? ¿qué ha de suceder para que se acepte científicamente dicha refutación?

    Si no existe un criterio de falsación explícito y preciso, ¿cómo puedo saber que se trata de un conocimiento científico, libre del dogmatismo propio de los utópicos y sus buenas intenciones? ¿cómo puedo saber que la perogrullada “sólo debe ser lo que puede ser” no se está utilizando como coartada para que lo que es sea de una determinada forma y no de otra? “utilizar algo como coartada para que lo que es sea de una determinada forma y no de otra” es algo perfectamente posible, lo que pone en cuarentena las acusaciones de conspiracionismo

  9. Coronel Montbau dice:

    Excelente post, Roger.

    Coincido con Jimmy Page, de Machados también vamos cortos.

    Además de apoyarnos en las Ciencias Sociales, deberíamos apoyarnos en dos activos que escasean en estas tierras: responsabilidad y sentido comun.

    Enhorabuena, again!

  10. varo dice:

    ¡Gracias tío! Me has hecho caer del bicho como si fuera San Pablo. Uno cree tener identificados los problemas de España a lo largo de la historia y vas tú y me descubres que no, que el problema fue que faltaron güéberes.

    Eso y más espacio y peso específico para las ciencias sociales. Cualquiera sabe a que te dedicarás ¿no serás albañil, verdad?

    En cualquier caso, o al menos la sensación que tengo yo en mi entorno, la mayor parte de la gente que vierte opiniones del tipo que denuncias lleva haciendolo años, diagnóstico tras diagnóstico versión apocalíptica de pesimismo inane y versión voluntarista utópica.

    El hecho de que suenen con más fuerza ahora quizás tenga que ver con que se han ido cumpliendo, punto por punto, algunos de sus agorerismos.

  11. McManus dice:

    Soberbio artículo.

    Sí, el menosprecio de las ciencias sociales en favor de sus propias ideas es taaan común aquí: lo he experimentado tanto en personas de derechas como de izquierdas. No dejes que la ciencia seria te desmonte una idea bien montada, ¡emite tu primera objección! Yo añadiría que aquí nos ha faltado mucha cultura analítica: esto se nota en la filosofía que habitualmente se ha preferido aquí, la continental, que tiende a ser mucho más imprecisa en sus postulados a la analítica, que requiere buenas dosis de rigor intelectual.

    Estoy harto de ver categorías y conceptos mal definidos. Harto de ver tanta imprecisión en sus análisis. Imprecisión que cualquier científico social con algo de idea detectaría. Como bien dices, ¡qué abuso se le da a la democracia! ¡Cuánta literatura ignoran, como la de Manin!

    También es que esforzarse por pensar de manera analítica es duro. Desconsolador cuando descubres que en tu ambiente prefieren otros argumentos: es un gran coste que pocos pagamos. ¿Un The Oxford Handbook of Analytical Sociology? Necesitas un sumo placer intelectual e interés que no todos tienen.

    Oh, y hablemos de otra cosa que en muchas ocasiones me ha hecho soltar eso de que un buen porcentaje de los españoles tienen una mentalidad mediocre y ahí se quedan: el sogmatismo entre bandos. ¿Una entrevista a Rosa Díez? En vez de ver el conjunto de la situación, de sopesar lo global (ventajas y desventajas), le atacan por puntos tan nimios como su postura acerca de los nacionalismos. A su vez, su postura tampoco se escapa tanto.

    Lo mismo me pasa con bastantes que están en contra del nacionalismo regional: aunque esté de acuerdo con ellos, puedo comprobar que no comprenden nada de la situación y proponen situaciones erróneas en el sentido de que sólo harían exaltar el sentimiento nacionalista a poco que conozcamos la dinámica social.

    También me ocurre con la oposición política: por más que esté de acuerdo con la esencia de tal postura, su contenido en sí me irrita porque conlleva una queja acrítica y en donde no se ve muchos visos de solución. Incluso incurren en falacias como el ad hominem, como los mensajes que cuelga en Facebook un conocido mío, militante del PSOE, en contra del PP. Quejarse (y a veces proponer, aunque sea mal) es más fácil que quejarse y proponer bien.

  12. Pau dice:

    Me encanta eso de las «ciencias sociales». Es algo así como la «medicina alternativa» ¿no?.

    • Pepón dice:

      Más o menos. O al menos es una redefinición de la palabra ciencia. Con lo que luego no nos vale en general para usarla donde antes la usábamos o al menos con el peso con que lo hacíamos.

  13. Jorge F. dice:

    Como decía el otro día nosequién: ¿por qué quienes comienzan la frase diciéndote que no tienen «ni idea del asunto» son los que más moralizan acerca de él?

    La otra noche me sentía tan acogotado, leyendo una candonga tras otra sobre el bipartidismo, que se me ocurrió enlazar en Twitter el pdf de «El pluralismo polarizado» de Sartori. Pero entonces caí en la cuenta de algo aterrador: prácticamente todos esos analfabetos eran (o decían ser) politólogos.

    Javier, «La falacia del deber ser» de España invertebrada es, en mi opinión, el artículo más valioso; una crítico más o menos lúcida a Kant, en realidad. Lo cual no quita que Ortega me parece un periodistilla con ínfulas y una impoostura intelectual, así como el mayor exponente de la mafia literaria del siglo pasado en España.

  14. navarta dice:

    ufffff que español es este post, da gusto ver a la gente dandose cera con inquina y cierto gracejo. Poniendo a Ortega a caer de un burro, a Machado, a Kant, a Weber a los políticos, a Rosa Díez, a un cuñado de Cuenca que cuelga mensajes sociatas en facebock, etc….
    Pero eso sí, todos todos somos «los otros», los del rigor, los del estudio, los del esfuerzo intelectual ilimitado, los contrarios a agoreros ideologizados, etc….

    Como diría el gran Romanones (cacique de los de antes, de los de tiempos de Ortega) de su propio partido «vaya tropa».

  15. Samuel dice:

    Quién le manda este artículo a Almudena Grandes y/o a Juanjo Millás?

  16. varo dice:

    Mira, otro tío que también debe ser albañil (a éste ya se le ve más veterano, oficial de primera o por ahí) le podías acusar de plagio y todo

    http://elpais.com/diario/2012/01/11/opinion/1326236405_850215.html

  17. […] dedos de frente ayuda. En España tenemos un problema que nadie parece querer entender, buscamos culpables en vez de arreglar problemas, somos incapaces de tomar decisiones y tenemos a la versión barbuda […]

  18. guition dice:

    Es verdad que no teníamos ningún Weber pero Machados solo teníamos uno y no creo que fueran demasiados. En el caso de que sobraran retratistas de los males patrios, entonces este artículo que retrata eso mismo también sobraría. Esas pinturas negras y fatalistas son (como toda tragedia) una reflexión sobre lo mucho que dependemos en última instancia de la suerte, de la implacable inercia causal.

    Para los antiguos griegos sus tragedias tenían un efecto revivificador bastante útil, una vez salían del teatro. El sentimiento trágico del 98 en España sirvió también con el mismo propósito. No es en sí misma una solución pero sí una motivación para cambiar las cosas una vez que asumes que estás perdido.

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