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¿Por qué queremos tecnócratas?

5 Jul, 2012 - - @egocrata

En una encuesta reciente, casi un 70% de los votantes americanos declaran que reducir el déficit federal debería ser una de las prioridades políticas este año. Los votantes republicanos son los más obsesionados con el tema, previsiblemente (84%), pero incluso los demócratas se lo toman en serio (66%).

Lo divertido, sin embargo, es cuando a estos mismos votantes se les da una lista de políticas públicas específicas y se les pregunta si quieren reducir el gasto en este capítulo, mantenerlo igual o aumentarlo:

Sorpresa, sorpresa, sorpresa. La única política pública donde hay una mayoría simple de gente con ganas de sacar el hacha es ayuda al desarrollo, una partida que se lleva menos de un uno por ciento del presupuesto federal. El resto de partidas, sin embargo, parece que nadie quiere sacar un duro; sólo defensa alcanza el 30% de genete dispuesta a reducir gastos. Aparte de defensa, los grandes capítulos de gasto en el presupuesto federal americano son pensiones (social security), Medicare y Medicaid (bajo health care, sanidad); ya veis las ganas que tienen de reducir el gasto ahí también. La única medida que parece conseguir un apoyo claro de los votantes, por cierto, es subir los impuestos a los ricos, algo que si bien es necesario, no basta para cubrir el agujero*.

¿Qué conclusiones podemos sacar de esta encuesta? Primero, que el gasto público es muy popular, incluso en Estados Unidos. Es realmente increíble que un país que tiene un partido que se dedica a repetir que todo gasto público es malo (menos el militar, claro) de forma obsesiva sólo tenga un 12% de votantes que quiera reducir las pensiones, con un 62% que quiere gastar más en educación. Segundo, estos mismos votantes no quieren que les suban a ellos los impuestos, por supuesto, pero dicen estar muy, muy preocupados por el déficit. El votante mediano americano o es esquizofrénico o cree en los unicornios, pero ciertamente está pidiendo un imposible. Estoy bastante seguro, además, que esta clase de disonancia cognitiva no es exclusiva de Estados Unidos, y se repite en otros países.

Lo divertido es que, al menos durante los últimos 10-12 años, los políticos americanos se han dedicado a escuchar lo que dicen sus votantes a rajatabla, especialmente el partido republicano. La consigna ha sido bajar impuestos, aumentar el gasto (que, dejando de lado medidas limitadas en el tiempo como el estímulo fiscal del 2008, subió más en la era Bush que la era Obama) y aullar de forma incesante que el déficit fiscal es un tema muy importante. Es bastante obvio, sin embargo, que los líderes americanos no pueden hacer demasiado caso a sus votantes si quieren cuadrar el presupuesto a largo plazo. Es por este motivo, y no otro, que hay días en que los políticos en una democracia representativa no tienen más remedio que dejar de prestar atención a lo que le pide el electorado y hacer lo correcto, por muy impopular que sea.

Este es una de las razones, además, por los que es necesario establecer normas sobre estabilidad presupuestaria. Los votantes americanos (más concretamente la generación de baby boomers que vota al partido republicano) han hecho algo equivalente a fundirse billones de dólares de gasto público durante casi tres décadas (desde la era Reagan, ciertamente) y pasarle la factura a sus hijos. Si miramos las encuestas, eso es lo que quiere hacer todo el mundo; cargarle el marrón al que viene después. Los políticos, a poco que lean encuestas, tienen bien claras qué deben hacer para complacerles. Lo que también pueden hacer, si se sienten responsables, es crear normas sobre gasto público del estilo de las que estuvieron vigentes en la década de los noventa en Estados Unidos, o reglas sobre déficit estructural al estilo de los socialdemócratas suecos. Si se hace bien, el gasto público debería diseñarse de modo que el estado puede endeudarse cuando es necesario (recesiones) pero no gasta lo que no tiene.

Por descontado, los mismos políticos que crean una ley que les limita pueden aprobar otra que les libera de esos mismos límites (Dios omnipontente, piedra que no puede levantar, etcétera), pero eso es otro tema. Lo importante, sin embargo, es tener en mente que las preferencias de los votantes a corto plazo no son necesariamente viables a largo; y que esas mismas propuestas no tienen por qué ser internamente coherentes. La política presupuestaria es increíblemente compleja;  aunque escuchar las preferencias del electorado es importante, debemos recordar siempre que en ocasiones los políticos deben mirar más allá de lo que piden los ciudadanos.

*: Sobre esto, dos notas breves. Recordar eso que repetimos una y otra vez que la redistribución en estados de bienestar sea hacer vía gastos, no por recaudación; los ricos tienen mucho dinero, pero no tanto como para pagar todo el sistema. Aparte de eso, la gran verdad que nadie menciona sobre el presupuesto federal americano es que cerrar el déficit no es complicado, pero que será necesario subir impuestos a la clase media tarde o temprano. Más información aquí. El caso español, por cierto, es bastante distinto.


14 comentarios

  1. […] interesantísimo artículo de Roger Senserrich, ¿por qué queremos tecnócratas? comenta el caso de la política de los Estados Unidos donde los votantes de ambos partidos ven […]

  2. Joshua dice:

    «pero que será necesario subir impuestos a la clase media tarde o temprano»
    Como se descuiden mucho, se van a quedar sin clase media a la que subir los impuestos. Va a llegar el momento en que no va a existir tal cosa (clase media) ni económica ni políticamente. Y eso es un paso atrás bastante grande. Los experimentos conocidos en el pasado no acabaron muy bien.
    A lo mejor esto explica una parte de la esquizofrenia que tan bien explican los datos y tu deliciosa explicación de los mismos. La gente sabe, aunque sea de modo inconsciente, que está colgada en una cornisa que es el (mejor o peor) estado del bienestar. Si esa cornisa se rompe, van a caer abajo sin remisión. Hasta ahora, las aseguradoras, los sistemas educativos y de pensiones privados mantenían la ficción de que alguien de «clase media» podía tener alguna seguridad en su futuro o en de sus hijos. El problema surge cuando la gente que realmente es clase media descubre que todo eso es un decorado de cartón-piedra para ellos.

  3. AmalricNem dice:

    Roger, planteas el problema pero no hablas de soluciones.

    Si los votantes dan mas prioridad al corto plazo que al largo plazo los politicos actuan en consecuencia.

    El problema es que el largo plazo ha llegado ya y han de aplicar lo que han estado postponiendo durante tanto tiempo. El populismo ya no tiene reditos porque no puede conseguir lo que promete y no puede endosarle el problema a otros del futuro.

    Pongamos un caso hipotetico, mañana los tecnocratas se hacen cargo de la administración de los estados europeos, ponen en marcha las politicas de ajuste necesarias y sanean la economia. En cuanto la situación este lo suficientemente corregida los politicos populistas volveran a la escena y volveran a desequilibrar el sistema y vuelta a empezar.

    • Epicureo dice:

      Es que no existe una disyuntiva «o tecnócrata o populista».

      En primer lugar, no existen los tecnócratas. Todo gobierno tiene un programa político. No lo va a tener menos porque los gobernantes sean técnicos. Y el que el programa sea impopular no lo hace necesariamente más «técnico». Ni tampoco garantiza que el resultado final sea una economía saneada.

      En segundo lugar, el estado del bienestar y los derechos de los trabajadores no tienen por qué ser populistas ni desequilibrar el sistema. Han funcionado y funcionan bien en muchos sitios con un presupuesto equilibrado. El desequilibrio, donde existe, se ha producido entre otros motivos por el empeño en rebajar impuestos a los ricos sin reducir el gasto.

      Las llamadas «políticas de ajuste» consisten en hacer recortes a mansalva, sin pensar mucho y perjudique a quien perjudique (casualmente siempre los mismos), con la esperanza de que los Mercados y Europa acepten el sufrimiento del pueblo como sacrificio y se dignen a resolver la crisis que ellos mismos causaron.

      • Arinago dice:

        Efectivamente, cuanto más conozco a las aseguradoras privadas de salud, y cuántos son sus costes, más me creo que la sanidad pública debería ser perfectamente viable si fuese bien gestionada. Y lo mismo con la educación. Se puede gestionar mejor, se puede prestar un servicio mejor con el gasto actual y se puede y se debe aumentar los impuestos a los que más tienen.

  4. rafael dice:

    Entiendo que lo que está detrás del título del texto es la siguiente presunción: que los tecnócratas gestionarán los bienes y fondos públicos sin un horizonte temporal limitado por las próximas elecciones, luego se liberarán y liberarán a los estados y sus ciudadanos de problemas intergeneracionales. Por el contrario, los políticos siempre están planteando problemas intergeneracionales, pues para ellos no existe en realidad el largo plazo.
    Para mí esto es un fallo de nuestras democracias.
    Una posible solución es que acotar mucho más las cuestiones de las que se ocupan los políticos, es decir, reducir su poder y dominio, transfiriendo más poder y dominio a tecnócratas que serán evaluado según su pericia.
    Otra solución es a la italiana: poner a un gobierno de tecnócratas por encima del gobierno de los políticos, de tal manera que las ocurrencias políticas sean filtradas por los tecnócratas antes de ser implementadas.

    • Alguno dice:

      Aquí todo el mundo habla de transferir la toma de decisiones a tecnócratas o de mantenerlas en manos de políticos populistas pero nadie habla de devolver la toma de decisiones al ámbito privado.

      Definitivamente, la madurez del ciudadano ha llegado a su fin.

      • Arinago dice:

        ¿Devolver la toma de decisiones al ámbito privado? O sea, por poner un ejemplo, que cuatro empresas en régimen de oligopolio se repartan el «mercado» de la sanidad… ¿no? Te refieres entonces a volver a una versión moderna del Antiguo Régimen…

        Una pregunta. Si se te estropean unas piezas del coche, ¿las arreglas o abandonas para siempre los coches y te encomiendas a la bicicleta?

  5. Alatriste dice:

    Roger, es que el votante medio – el americano y el europeo – cree en los unicornios, para ser exactos cree en dos unicornios gemelos, uno azul y otro rojo, como los «oni» japoneses. Se llaman «funcionario inútil» y «defraudador fiscal» que no son nombres bonitos pero los definen perfectamente.

    Y como el bosón de Higgs hasta ayer asumir que existen millones de ellos a nuestro alrededor permite que la teoría funcione perfectamente. Si tan solo fuera posible acabar con los funcionarios holgazanes y/o con los empresarios defraudadores habría dinero de sobra para bajar los impuestos/subir el gasto público, sin que el déficit público fuera ningún problema.

  6. Pau dice:

    ¿Y quién elige y controla a los tecnócratas? ¿no actuará el tecnócrata en función de a quién deba su puesto?¿los tecnócratas no tienen ideología?¿No estábamos tan en contra de esos sistemas soviéticos con cuadros de poder repletos de tecnócratas?

    ¿Y si el pueblo soberano se quiere suicidar tiene que venir un tecnócrata a impedírselo?

    El problema es que la gente no sabe lo que quiere y no tiene ni puñetera idea de nada, ni de cómo funciona su país, pueblo o ciudad, ni de lo que es importante (yo soy español, español, español).

    Tenemos lo que nos merecemos y lo que hemos elegido. Los políticos que dan alpiste a las palomas (votantes) que acuden a picotear no están ahí porque sí… Y si alguien no le gusta, que se implique e intente cambiarlo, que se preocupe de proponer otras maneras de hacer las cosas o que intente «enseñar a pensar y a informarse» hasta a su perro…

    El recurso al tecnócrata no deja de ser una dejación de responsabilidades. Yo quiero poder elegir a los tecnócratas…

  7. También puede ser — aunque el Pew suele trabajar bien — que la encuesta esté mal realizada.

    Es decir, en lugar de preguntarle a una persona «qué bajaría usted» y que se dé el resultado que apuntas más arriba, igual habría que preguntarle «aquí tiene 1000, distribuya» o bien «quite mil del total de estas pilas y, además, puede usted traspasar dinero de una partida a otra».

    Pero, claro, si preguntas únicamente qué quieres subir/bajar si más restricción, aparece la demagogia.

    Sobre los tecnócratas en concreto, no puedo (y con vuestro permiso) sino referirme a un comentario mío anterior: http://ictlogy.net/sociedadred/20111214-que-son-los-tecnocratas/

  8. Zhurrer dice:

    Qué tecnócratas Roger, los tuyos o los míos?

  9. Repetir_a_Lenin dice:

    Si no les cobras impuestos a los ricos (EEUU y UE) no tienes nada que redistribuir en el gasto.

    De hecho el concepto redistribuir en el gasto es una suprema imbecilidad cuando partes de la base de que la renta está hiperpolarizada y a los más ricos, sorpresa-sorpresa-sorpresa nadie les cobra impuestos.

    Si 9 personas ganan 100 y otra gana 100.000 y a todos los cobramos 25, ¿que vamos a redistribuir en el gasto?

    De todas formas esta teoria de redistribuir en el gasto (como la de dar primacía a los impuestos indirectos y otras cositas más) lleva vigente, no sé, ¿veinte años? ¿Cual ha sido la evolución de la desigualdad en este tiempo?

    Por otro lado resulta curioso que lo único en lo que los políticos no hacen caso a los electores es en eso de cobrarle más impuestos a los más ricos. Debe ser porque los políticos no utilizan los presupuestos para comprar votantes, sino para comprar campañas y medios de comunicación.

  10. Aloe dice:

    U/na entrada demagógica y con argumentos rudimentarios, y unos comentarios mucho mejores que la entrada.
    Supongo que eso es un éxito para el articulista. Si quería comentarios buenos.
    Digo yo.

    La próxima vez sería bueno ofrecer cifras: las de esos impuestos (tan insuficientes) propuestos para los ricos, la del gasto militar total y su desglose, la de las bajadas de impuestos y su repercusión por grupos en los útlimos treinta y tantos años, la de las alternativas privadas a los servicios públicos y cómo repercuten según grupos de renta, la de redistribución interestatal que hacen los impuestos y gastos federales… algo de chicha, digo yo.

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