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El tradicional fracaso legislativo americano

22 Nov, 2011 - - @egocrata

La noticia del día en Estados Unidos ha sido el fracaso del «supercomité» para reducir el déficit público, algo decepcionante pero no por ello menos menos esperado.

Vale la pena explicar qué significa esto; como todo en la política americana estos días, el arreglo parece diseñado por un politólogo demente.El supercomité era un invento nacido del rebuscado acuerdo que cerró la odisea del techo de la deuda este verano. La idea inicial detrás del acuerdo era un billón de dólares de recortes de entrada (repartidos en diez años), y al menos 1.2 billones más antes de Navidad a cambio de no volar la economía mundial por los aires. La primera mitad  de los recortes fue felizmente acordada (es un decir en verano); la segunda se esperaba que fuera más complicada, tocando capítulos de gasto más sensibles, así que el Congreso creo un sistema especial, un comité para atarlos a todos, que arreglara el problema de una vez por todas.

Doce legisladores. Seis representantes, seis senadores. seis demócratas, seis republicanos. Una misión muy simple: llegar a un acuerdo sobre un programa que redujera el déficit al menos 1,2 billones de dólares en diez años. Ese pacto sería votado por las dos cámaras sin posiblidad de enmiendas y estricta mayoría simple (nada de filibusterismos), abriendo una nueva era de acuerdos presupuestarios bipartidistas y con sentido de estado. Para forzar el pacto, el acuerdo incluía un  detalle adicional: si el supercomité no producía una propuesta, entrarían en vigor unos recortes fiscales automáticos: 294.000 millones en gasto discrecional en diez años (algo doloros0, ya de por sí) y 454.000 millones de recortes en defensa.

Sí, gasto militar, la auténtica vaca sagrada de la política americana. El único capítulo de gasto que el partido republicano siempre cree que es demasiado pequeño. 454.000 millones de recorte en diez años.

La idea inicial, obviamente, era forzar la mano de los republicanos. Los conservadores, se suponía, nunca iban a dejar que el Pentágono se llevara un hachazo presupuestario equivalente a un 6% de su gasto anual (sí , gastan 687.000 millones al año en defensa), así que negociarían de buena fe, sin integrismos. Los demócratas podrían pedir una subida de impuestos a los más ricos a cambio de recortes en Medicare o pensiones, quizás incluso permitir que la desastrosa bajada de impuestos de la era Bush expiraran.

Bueno, la gente que creía eso nunca ha oído a nadie del partido republicano moderno. Los republicanos aceptaron una subida de impuestos, pero sólo a las clases medias, y sólo a cambio de recortes fiscales a (advinad) familias que ganan más de $200.000 dolares al año, incluyendo hacer permanentes los muy regresivos recortes fiscales de la era Bush, que caducan a finales del 2012.  Con un par. Los demócratas, por una vez, dijeron que ni hartos de vino…. y aquí tenemos entonces el fracaso del supercomité.

¿Es una mala noticia? Si alguien lee la horrible crónica del corresponsal del País, diría que sí. El fracaso del supercomité abre una especie de agujero negro en el déficit americano, o algo peor. En realidad, el fracaso del supercomité es una buena noticia por dos motivos.

Primero, el déficit será reducido igual. Los recortes automáticos serán bastante indiscriminados, pero son reales, y Dios sabe que Estados Unidos gasta demasiado en defensa de todos modos. La situación fiscal con acuerdo o sin acuerdo es básicamente idéntica; la única diferencia es que el Congreso ha sido incapaz de decidir de forma racional cómo reducir gasto, y han recurrido al hacha.  Obama ya ha dicho que vetará cualquier medida que intente desactivar los recortes automáticos, así que están ahí para quedarse.

Segundo, el fracaso del supercomité de hecho puede que mejore la situación fiscal de Estados Unidos, no lo contrario. El motivo principal es que los legisladores no han podido extender ninguno de los absurdos regalos fiscales heredados de la anterior administración. A efectos prácticos, esto equivale a una subida de impuestos tremenda a principios del 2013, después de las elecciones, que se sumaría a una subida de las cotizaciones sociales el 2012 según caduca una rebaja temporal pactada como medida de estímulo en diciembre del año pasado. Todas estas subidas fiscales son automáticas -si el Congreso no hace nada en absoluto, entran en vigor. Si sucedieran, el déficit fiscal a medio plazo desaparecería prácticamente por completo.

Paradojas de la vida: si el Congreso sigue sin ser capaz de hacer la O con un canuto, el futuro fiscal de Estados Unidos está a salvo. Si el GOP sigue poniéndose burro y rechaza un acuerdo tras otro, las subidas de impuestos van a llegar igual. El único problema (y es un problema) es que cerrar el déficit demasiado rápido demasiado pronto podría provocar una recaida, especialmente ahora que parece que la economía americana está empezando a acelerar.

Aún así, si alguien se preocupa por el déficit americano puede estar tranquilo. Cada pifia del Congreso mejora la situación fiscal del país no la empeoran. La única excepción, claro está, es que la Cámara de Representantes sea incapaz de aprobar unos presupuestos, especialmente con la obsesión republicana de trollear por tonterías. Pero ese es otro tema.


4 comentarios

  1. Adrián dice:

    Si no me equivoco, donde dice 6% debería decir 60%… o no me salen las cuentas 🙂

  2. Los 454.000 millones se recortan a lo largo de 10 años, 45.400 millones sí tienen pinta de ser el 6% del presupuesto anual de defensa.

  3. Roger Senserrich dice:

    Correcto, es a diez años.

  4. Adrián dice:

    Ok, mal leído.

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