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Las negociaciones sobre el techo de la deuda en Estados Unidos se han tomado un respiro. Tras varios días seguidos de reuniones, mañana la Casa Blanca y los representantes del Congreso no se reunirán para negociar, dejando las cosas en barbecho hasta el sábado. Las cosas se pusieron tensas el miércoles, con Obama cogiendo un cabreo considerable con Eric Cantor, un republicano especialmente idiota y oportunista que dice representar el sector tea party del partido. Los demócratas (y no pocos medios) se han pasado el día atizando a Cantor, así como algunos colegas de su propio partido; el hombre parece que ha estado calladito en la reunión de hoy.
Dejando de lado los temas de pataletas personales, lo cierto es que las cosas parecen estar algo menos bloqueadas hoy de lo que estaban ayer, aunque no por mucho. Aunque en los medios españoles hablan de bloqueo, hay algunas señales tímidas de deshielo, acompañadas de uno de esos momentos clásicos donde los demócratas deciden rendirse cuando van ganando.
Las negociaciones dentro de la Casa Blanca han seguido el patrón clásico. Obama y los demócratas ofrecen dos billones de ahorro en diez años, 80-85% de recortes de gasto y un 15% de subidas de impuestos a partir del 2014 a cambio de subir el límite de deuda 2,5 billones. Los republicanos dicen que a los millonarios no les tocan un pelo con malvados impuestos, y se niegan en redondo. Obama ofrece cuatro billones, 75-25 en recortes/ ingresos, y los republicanos dicen igualmente que no. Si alguien quería una señal clara que a los conservadores el déficit les importa un comino y lo único que quieren es bajar impuestos a los ricos y cargase servicios sociales, aquí la tiene.
Las negociaciones importantes ahora mismo, sin embargo, no están en la Casa Blanca, ahora un magnífico teatro donde los demócratas estan atizando a los republicanos con entusiasmo (y encuestas a favor: los votantes prefieren alguna subida fiscal a todo recortes). La extrañísima propuesta de Mitch McConnell del lunes, que parecía muerta de salida, parece gozar de buena salud estos días. Harry Reid, el líder demócrata en el Senado, está negociando con McConnell una simplificación del engendro para hacerla menos ridículamente partidista, a cambio (no se lo pierdan) de 1,5 billones de dólares en recortes en diez años y un par de comisiones de estudio vinculantes para reformas (leáse recortes) en otros programas.
El partido republicano dividido, la locura de sus miembros más conservadores cada vez más evidente, los demócratas con un mensaje ganador, Mitch McConnell prácticamente pidiendo clemencia, y Harry Reid decide les regalará 150.000 millones de recortes anuales a cambio que los demócratas tengan que votar un poco menos. En otras palabras, una de esas maniobras clásicas del partido demócrata, que nunca ha visto una pelea de la que no puedan huir despavoridos. El partido que controla dos de los tres centro de poder, está en una posición de ventaja en la negociación y tenía los republicanos buscando la salidad de emergencia va a darle dos billoncejos de recortes y otra ronda de hachazos de regalo a los cretinos que no quieren eliminar regalos fiscales a propietarios de hedge funds. Toma acuerdo cojonudo.
De acuerdo, aún no hay nada firmado, y la Casa Blanca ha reaccionado sin demasiado entusiasmo a esta posiblidad. La sensación que tengo, sin embargo (y no soy el único) es que Obama está sufriendo un caso de Zapaterismo profundo, y prefiere un mal acuerdo con los conservadores a un rotunda victoria sólo con demócratas de su lado. Tienen su lógica rebuscada, pero creo que se equivocan. Como dice Ezra Klein:
Over the past few weeks, the Obama administration has smoked out the fact that the Republicans really don’t want a grand bargain on the deficit, and are in fact much more implacably opposed to the revenues that deal would require than most observers assumed.
At the same time, Republicans have smoked out the fact that the Obama administration is desperate to strike a grand bargain over the deficit, and is willing to make much larger concessions than anyone realized in order to get one.
What’s going on now is, to some degree, a process in which both Democrats and Republicans are trying to figure out how to best use what they’ve learned about the other party and survive what they’ve learned about themselves.
Obama cree firmemente que un consenso en materia presupuestaria es mejor para sus perspectivas electorales que una política fiscal más acorde con lo que dicen sus economistas. Recuerdo haber oído esto antes en algún sitio. Quizás Estados Unidos sea distinto, pero creo sinceramente que se equivocan… a no ser que como dicen algunos optimistas, la economía se cure mágicamente.
Veremos. De momento creo que el apocalipsis es menos probable ahora mismo, pero un acuerdo profundamente idiota (y dañino) lo es más. Nada que hacer.
Sugerencia para seguir con mas comodidad estos articulos de politica yanki:
¿Que tal un glosario del quien es quien con los nombres que mencionas en el pie de pagina o solucion similar?
– X es el lider de la mayoria rep. en el congreso
– X es un teapartier peligroso
– X es el punto de fractura previsible de la negociacion democrata…
… and so on 😀
– Eric Cantor es un tea partier del GOP, jefe de la mayoría republicana en la cámara de representantes.
– Harry Reid es el líder de los demócratas en el Senado.
Mitch McConnell es el líder de la minoría republicana en el Senado.
¿Alguien más?
Tengo la duda si el aumento en los impuestos de los ricos consiste en eliminar deducciones o un aumento en la tasa.
Eliminar deducciones, básicamente. La única excepción es con los Hedge Funds.
Desde mi limitado conocimiento, encuentro sus posts sobre este asunto notoriamente sesgados.
Dejando aparte los adjetivos irónicos, que van destinados exclusivamente a uno de los ‘bandos’, pienso que, del mismo modo que la actitud de la mayoría del partido Republicano en asunto de impuestos se ha hecho totalmente fundamentalista, ¿no merece igual o semejante calificativo la incapacidad de Obama para afrontar recortes? ¿O los recortes sí son malvados de verdad, es decir, no como los impuestos?
Obama está proponiendo recortar hasta tres billones de gasto a cambio de un billón de impuesto. Si una oferta de 75% de recortes a cambio de un 25% de impuestos (o 85-15, en el paquete de dos billones ahora en negociación) te parece resistir recortes, mal vamos.
Información Bitacoras.com…
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