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Hablando con tea partiers (III)

14 Mar, 2011 - - @egocrata

(Tercera parte – ver la previa abajo)

La gente en Nueva Inglaterra está muy orgullosa de su civismo. Es una región de Estados Unidos donde los pueblos pequeños aún se gobiernan por asamblea, tu concejal de distrito te da su número de teléfono para que llames si no arreglan tu calle y donde toda organización que se precie tiene sus muy educadas reuniones, asambleas y participación, en la que se espera que todo el mundo diga algo. Cuando la gente participa, se lo toma muy en serio.

Hablando con varios tea partiers después del evento, la mayoría estaban encantados de contestar preguntas y hablar conmigo. Mi sorpresa fue que, lejos de dogmatismos,  la impresión general es que la gente estaba cansada de políticos, no de políticas. Es decir, aunque estaban sinceramente preocupados por la deuda pública y el déficit, sus quejas no eran sobre socialismo u horrores parecidos, sino sobre el hecho que los políticos de ambos partidos parecían estar tomándose los problemas a la ligera. Un hombre mayor me comentó que veía que las propuestas de recorte de gasto de los republicanos eran completamente ficticias (y lo son), y que hasta que no tocaran seguridad social o medicare no arreglarían nada. La idea era reducir las prestaciones futuras para los menores de cincuenta años, algo que les mencioné y entendían perfectamente, no les parecía mal. Cuando sugerí subir impuestos, me dijeron que no era algo que les gustara, pero que si no había más remedio lo darían por bueno.  En otras palabras –
las bases republicanas eran menos dogmáticas y más flexibles que sus políticos en el Congreso.

La sensación que me quedó, tanto de la conversación con Dodge como con los militantes, es que el partido republicano es un partido dividido, pero no estoy seguro que sea siguiendo las líneas de fractura que tenía en mente.  La pelea no es tanto entre unas bases radicales que exigen líderes más conservadores y una élite de moderados más razonables, y más una batalla entre outsiders e insiders clásica, que a veces es sobre pureza ideológica, pero no siempre. La división dentro del tea party es parte de este conflicto, con algunos conservadores clásicos intentando cooptar la energía de este movimiento y otros intentando que no se los lleve por delante. Hay gente uniéndose con ellos para sobrevivir, otros defendiendo que la vieja oligarquía son los que saben cómo hacer las cosas.

Los tea party, creo, probablemente, nunca serán tan claramente el centro del debate como lo fueron en noviembre del 2010. El partido republicano, o más concretamente sus élites, tenía objetivos más o menos compatibles con el movimiento entonces, pero no creo que las cosas sean tán fáciles de ahora en adelante. Los activistas no están contentos con su partido, y no es sólo cuestión de gasto público – tiene bastante de pedir cambios más a largo plazo. No sé si sobrevivirán; el populismo pro-banqueros de muchos republicanos es escandaloso, pero en un mundo donde Fox News marca la agenda del debate republicano estas ansias de renovación pueden dar pie a cosas bien extrañas (sus posiciones sobre neutralidad de la red o la industria petrolera son incomprensibles, vamos). Aún así, decir que el tea party es algo homogéneo es un error – y hablar de un movimiento conservador monolítico e inamovible es un error parecido.

Es cierto que el partido republicano está, hoy mismo, más a la derecha que nunca. Lo que no estoy del todo seguro es que eso sea cosa de sus bases o de élites más interesadas en ganar elecciones a cualquier precio.


Sin comentarios

  1. Unoquepasa dice:

    Me llama la atención cómo en la primera parte mencionas de pasada la influencia libertaria en los ‘tea partiers’ y luego se va diluyendo.

    Enhorabuena, no obstante, por la serie de posts. Creo que a más de uno le ayudará a quitarse de la cabeza esa imagen de ‘red neck’ que tiene del Tea Party.

  2. Muchas gracias por estas tres últimas entradas. Han sido muy interesantes, tanto por el contenido mismo como por el enfoque personal 🙂

  3. JESÚS dice:

    os recomiendo lectura revista utopía, dice cosas muy diferentes, además creo que en algunos aspectos va mucho en vuestra línea. revista-utopia.blogspot.com

  4. […] Portugal renuncia a decidir – el voto contra Sócrates y la pérdida de soberanía. […]

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