Sí, me refiero a las del PSC en Barcelona. Parece mentira preguntárselo, ¿no? Un vistazo al hashtag #primariesbcn la noche del sábado, nada más hacerse público el resultado, equivalía a ver un alud de comentarios que anunciaban la debacle del PSC Barcelona. Todos compraron (mejor dicho: compramos, lo admito) la encuesta del Grupo Godó que dejaba a Hereu por los suelos, cuando las dudas sobre la misma eran más que razonables. Además, creo que si realmente Tura se presentó pensando que podía ganar midió mal sus fuerzas dentro del partido en Barcelona, y no desarrolló la campaña que tendría que haber hecho (ganarse a ese 75% de simpatizantes que no votó). Pero más allá de ello, creo que, a corto plazo, el saldo de las Primarias es, al fin y al cabo, positivo.

La razón es más simple que cualquier estrategia enrevesada de estas que tanto gustan a spin doctors. La pregunta es: ¿cómo estaba el PSC en Barcelona antes de las Primarias? Electoralmente, me refiero. Mal, muy mal. ¿Ahora está mejor? Sí. Ya está, eso es todo. ¿Es probable que estuviese mejor todavía con Tura de candidata? Eso parecían indicar las encuestas. ¿Pero el saldo final es positivo? A falta de datos fehacientes, yo diría que sí. Otra cuestión es qué supone esto para el PSC a medio y largo plazo, internamente, pero ahí no entro aquí. Solo diré que, afortunadamente, el PSC no es el PSM.

Así pues, pese a que en un primer momento pensé que el acto de Tura había sido irresponsable, luego resulta en realidad que, si intuyó que su movimiento dejaba en cualquier caso al PSC (que, dicho de otra forma, peor no podía estar electoralmente en Barcelona), no lo fue en absoluto. Nada demasiado malo podía salir de esto. Es lo bueno que tiene que tu organización no sea totalmente disfuncional. De nuevo, como sí lo es el PSM, por poner el ejemplo más evidente (hay otras).

David Espinós apunta en un recomendable artículo otros puntos interesantes. El más significativo, para mí, y con el que estoy más de acuerdo, es que ahora el PSC vuelve a tener la oportunidad de marcar la agenda. La ventana mediática se ha abierto para ellos, y por defecto se ha empequeñecido para Trias. La cuestión ahora es ver si conseguirán imprimir su ritmo a la precampaña. En ese sentido, José Zaragozá se ha puesto al frente de la misma. Y eso, para bien o para mal, quiere decir una cosa: la apuesta es fuerte, y nada se da por perdido en Nicaragua.

Ya sé que aquí estoy «comprando» la interpretación que el propio PSC ha hecho de los resultados. Pero es que, sin que sirva de precedente, estoy de acuerdo con el aparato propagandístico de un partido político. Todos los partidos de la oposición sostienen que Hereu es el peor candidato y el PSC anda en caída libre. Yo digo que puede ser cierto que Hereu es tan buen candidato como Tura (está por demostrar), que de hecho es muy probable que el PSC pierda la alcaldía de la capital, pero desde luego el Hereu de febrero es una apuesta bastante mejor que el Hereu de enero.