21 de marzo es la fecha. Este domingo, la Cámara de Representantes del Congreso de los Estados Unidos votará, por (pen)última vez, para intentar aprobar la reforma de la sanidad (texto final aquí).

Hoy se ha hecho pública la última pieza del puzzle. La Oficina Presupuestaria del Congreso, esa CBO de la que hablaba hace en Junio del año pasado, ha publicado la última estimación sobre el coste de la ley. Los demócratas prometieron que la votación sería 72 horas después que el informe de la CBO se hiciera público – es decir, este domingo.

¿Por qué es importante este informe? La CBO es el «árbitro» fiscal del Congreso; una agencia rigurosamente independiente que analiza las leyes antes de ser votadas y estudia su coste durante los diez años siguientes. Son estrictamente imparciales, y habitualmente muy pesimistas en sus predicciones. Los demócratas al redactar la ley se han tomado muy en serio intentar conseguir un informe favorable de esta agencia, y lo han hecho por muy buenos motivos.

Para empezar, recibir un aprobado de la CBO vende muy bien políticamente. La prensa (y hasta hace poco, el partido republicano) toman los veredictos como si fueran un oráculo infalible, así que es un filtro crucial. Más importante aún, sin embargo, es el hecho que uno de los objetivos de aprobar una reforma sanitaria es puramente fiscal: los costes sanitarios en Estados Unidos (especialmente en el sector privado, pero también en el público) están creciendo de forma desaforada, hasta el punto que si se mantiene el status quo se convertirán en algo totalmente insostenible. No es sólo cuestión de universalizar la sanidad; si la ley no reduce el crecimiento del gasto, será algo básicamente inútil.

De acuerdo, entonces: ¿qué ha dicho la CBO? La ley cuesta 940.000 millones de dólares durante los primeros diez años de implementación, cubre al 95% de los residentes legales en Estados Unidos… y reduce el déficit fiscal americano 138.000 millones la primera década, y 1,2 billones los diez años sucesivos. Es decir, cubre a casi todo el mundo, reduce la velocidad de crecimiento del gasto sanitario a medio plazo, y recorta el déficit de forma activa y duradera a largo plazo. Podéis leer el análisis aquí. Un repaso a la estructura básica de la ley aquí – y aquí un análisis de las novedades en la última versión, en medidas y costes comparado con las versiones anteriores.

¿Suena bien, verdad? Parece mentira, pero de hecho es una buena ley. Los demócratas, aún con su infinita torpeza moviendo la legislación en el Congreso (y el impresentable obstruccionismo republicano), han producido una ley sorprendentemente coherente. Pelosi, Obama y Reid se han tomado muy serio tener una reforma que reduzca el déficit – más aún, que la siempre pesimista CBO juzgue que el ahorro puede funcionar.

Ahora las cosas están claras. Los demócratas tienen una buena ley sobre la mesa: centrista, moderada, da cobertura a 32 millones de personas que no la tienen (los inmigrantes ilegales quedan fuera, por cierto) y reduce el déficit. Es una mejora radical comparado con el increíblemente ineficiente sistema actual – es una mejora substancial, obvia, incluso vista desde los siempre pesimistas ojos de la CBO.

¿Parece fácil, verdad? Es una de esas cosas que en cualquier sitio del mundo tendría un resultado obvio y evidente. En Estados Unidos… bueno, digamos que el partido demócrata es un monstruo complicado. Conseguir llegar a 216 «síes» es, como mínimo, complicado – y exige esfuerzos titánicos por parte de los jefes del partido. Obama, sin ir más lejos, voló a Ohio con Dennis Kucinich, un representante que quería votar en contra, y le montó un mitin en su distrito (imágenes aquí), para presionarle un poquitín. Kucinich, uno de los pocos demócratas que se oponía a la ley por ser demasiado centrista, ayer decidió cambiar su voto. Llevamos toda la semana de este modo, y la presión será increíble de aquí a domingo.

El problema, como de costumbre, nace de un dilema del prisionero. Es un problema de acción colectiva: muchos demócratas (básicamente, los que siguen indecisos) tienen como primera opción que la ley sea aprobaba, pero con ellos votando en contra para cubrirse las espaldas, segunda que la ley sea aprobada, con ellos votando a favor, tercero que la ley fracase, con ellos votando en contra, y cuarto que fracase con ellos votando a favor. Nate Silver tiene una explicación excelente sobre la cuidadosa estrategia que Nancy Pelosi tiene que seguir para ir sumando síes poco a poco – leedle. Hacer malabares con motosierras en llamas creo que suena sencillo después de eso.

Nos quedan pues tres días de dolor y sufrimiento – con declaraciones fuera de tono, insinuaciones y representantes retorciéndose de forma desesperada ante los latigazos de los líderes del partido. Si tuviera que apostar, diría que la ley está un poco más cercano hoy que hace un par de días, pero aún no es seguro que sea aprobada. Por lo que cuentan en los pasillos del Capitolio, los demócratas están a cuatro o cinco votos de alcanzar 216 – a tres días vista, un número fantástico; sólo tienen que estrangular cariñosamente seis o siete tipos para alcanzar el número mágico.

Este domingo 21 de marzo, con suerte, la Cámara de Representantes votará la ley final y el paquete de enmiendas de reconciliación del Senado. La propuesta del Senado, en ese momento, será ley – Obama ya podrá firmarla. La semana que viene, si todo va bien, el Senado ratificaría las enmiendas por mayoría simple -reconciliación, recordad- y la ley que hemos conocido hoy, este estupendo texto legislativo, será ley. La tierra prometida. Lo nunca visto. Estados Unidos, con una ley de sanidad (casi) universal.

Cruzad los dedos, rezad, lo que sea. Ahora sí, estamos muy cerca.

Nota al margen: lo he dicho otras veces, y la gente de Fedea / Nada es Gratis lo hace constanmente – España necesita una CBO. En serio. Es un gran invento.


13 comentarios

  1. Roger Senserrich dice:

    Un artículo fascinante en el NYT hoy sobre cómo cuentan votos:
    http://www.nytimes.com/2010/03/19/health/policy/19memo.html?hp

    Por cierto, dan casi por hecho que Pelosi tiene los 216 – según dicen, están escogiendo quién tiene que comerse los votos a favor, no cómo llegar a una mayoría.

  2. […] fi, després de mesos de negociacions, sembla que els congrés dels Estats Units aprovarà la reforma sanitària. Pels que no conegueu el funcionament dels processos legislatius als Estats Units us recomano que […]

  3. Roger Senserrich dice:

    El voto, por cierto, será el domingo a la una de la tarde, hora Washington DC – seis de la tarde, hora española.

    Temblad todos.

  4. Francisco dice:

    Hola,

    Podría aclarar lo siguiente:

    «La ley cuesta 940.000 millones de dólares durante los primeros diez años de implementación, cubre al 95% de los residentes legales en Estados Unidos… y reduce el déficit fiscal americano 138.000 millones la primera década, y 1,2 billones los diez años sucesivos.»

    ¿Cómo reduce el déficit?

  5. Lamidaeff dice:

    muchos demócratas (básicamente, los que siguen indecisos) tienen como primera opción que la ley sea aprobaba, pero con ellos votando en contra para cubrirse las espaldas, segunda que la ley sea aprobada, con ellos votando a favor, tercero que la ley fracase, con ellos votando en contra, y cuarto que fracase con ellos votando a favor.

    Ah, es ahí dónde se ve la verdadera coherencia democrática libre de los corsés partidistas: la voluntad popular emergiendo libremente de la representación honesta del pueblo. No es como la malvada partitocracia que tenemos en España.

  6. citoyen dice:

    Luego para que digan que los economistas matemáticos hacemos predicciones que no se cumplen. Yo veo el modelo de Downs en cada elección y el de Arrow en cada votación como la que describes.

  7. MILL dice:

    ¿Por qué los defensores de la nacionalización de la sanidad teneis que decir siempre mentiras como esa de los 32 millones sin cobertura sanitaria?
    ¿Por qué en cambio no decis que la inmensa mayoría de los yankis estan satisfechos o muy satisfechos con su seguro médico?
    ¿Por qué no decis que los demócratas llevan perdiendo todas las elecciones desde las elecciones presidenciales y es precisamente porque la mayoria de los yankis están contra la nacionalización de la sanidad?

    Saludos.

  8. MILL dice:

    Por cierto en otro post dices:

    «Todas las estadísticas relevantes (¡todas!) son iguales o peores que cualquier país europeo medio decente:…»

    Pues basta teclear un poco en Google para ver, y en un medio tan poco sospechoso como Público esto:

    http://www.publico.es/ciencias/135080/cancer/oncologia/mama/prostata/colorrectal/tumor

    Yo creo que no entras para nada en el fondo del asunto. Si en España hubiera la litigiosidad médica que en USA la Seguridad Social no aguantaba ni un mes y lo sabes de sobra.

    En España un médico puede cargarase por un error absurdo a un paciente, mi abuelo por ejemplo, e irse de rositas, total tenía 85 años y no fastidiaba la estadística.

    Yo mismo soy la prueba evidente de que la Seguridad Social es una puñetera m. pero claro es mi caso particular. En fin que cada uno cuenta la feria según le va.

    Saludos.

  9. Heathcliff dice:

    Geracias, citoyen, por las citas.

    Con tu permiso, las complementeo. O las ofusco:

    «De esos axiomas extrae algunas proposiciones. Muchas de ellas son «lugares comunes» (lo que no es poco, tratándose de un modelo formal) y otras tienen un especial interés: – Los partidos se ponen de acuerdo sobre aquellas cuestiones que suscitan un enérgico consenso de los ciudadanos; – Los gobiernos de coalición son menos eficaces que los gobiernos de un sólo partido; – Los gobiernos democráticos tienden a redistribuir la riqueza; – Muchos votantes no están bien informados acerca de las cuestiones sobre las que votan; – Para la mayoría de los ciudadanos,el incentivo para votar es pequeño; – Los gobiernos democráticos favorecen más a los productores que a los consumidores; – Los partidos elegidos para gobernar tienden a realizar lo más que pueden las promesas que han hecho; – En los países habitualmente gobernados por coaliciones, los votantes no ven a las elecciones como verdaderos mecanismos de selección de gobernantes.»

    Sobre el modelo de Downs:

    http://www.eumed.net/libros/2007b/300/53.htm

  10. Heathcliff dice:

    Me has fallado: espera un redoble de tambores a esta hora

    😀

  11. Marc Fargas dice:

    Me parece que está demasiado ocupado o mordiéndose las uñas o descorchando champagne/cava.

    Fijo que tiene dos entradas preparadas una para el si y otra para el no. Como las portadas de los periódicos xD

  12. […] la ley una “nacionalización“?: en absoluto. De hecho, la inmensa mayoría de americanos seguirán recibiendo su sanidad […]

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