Este fin de semana me decían por los comentarios que me paso la vida lloriqueando que gobierno y oposición no parecen estar por la labor de pasar reformas, pero nunca acabo de proponer nada concreto – aparte de la reforma laboral. La verdad, algo de razón tienen, así que me parece que vale la pena hacer un pequeño listado de cosas que creo son urgentes y otras que son necesarias, aunque no corran tanta prisa.

  • Reforma laboral: sí, me repito, pero creo sinceramente que es crucial. Y repito, no hace falta ir hacia el despido libre o neoliberalismo bastardo; es perfectamente posible mejorar el horripilante sistema actual sin recortar derechos.
  • Reducir regulaciones absurdas: España es un país donde abrir una empresa toma dos meses, conseguir permisos para cualquier tontería una eternidad y contratar o despedir a un trabajador requiere cantidades de papeleo ingente. La administración tiene que ser muchísimo más ágil. Y sí, los notarios tienen que desaparecer a medio plazo.
  • Reformar la justicia: el modelo actual era aceptable en tiempos de Napoleón – ahora necesitamos algo más ágil.
  • Simplificar el sistema fiscal: España ha abrazado esa absurda manía conservadora de hacer política social a golpe de desgravaciones fiscales. Si queremos que los españoles tengan más hijos, poned guarderías gratuitas, porras, no pongáis catorce claúsulas extrañas que no hacen más que dar trabajo a contables. Lo mismo se aplica al cada vez más surrealista derecho mercantil o laboral; todo es dar descuentos incomprensibles y horriblemente ineficientes. Eliminar deducciones, aumentas la recaudación, puedes bajar los impuestos – y das más flexibilidad a la economía.
  • Profesionalizar la administración: crucial para combatir la corrupción, junto con una reforma del increíblemente torpe sistema de financiación local.
  • Olvidarse de los sueños de política industrial: lo que comentaba Jorge va a misa.
  • Políticas agresivas de competencia y liberalización: España tiene un montón de sectores con muy poca competencia – las comunicaciones, por ejemplo, son un ejemplo claro. No sería mala idea sacar la motosierra y dividir Telefónica en dos o tres empresas, por ejemplo. Y no son los únicos.
  • Infraestructuras: más trenes. Muchos más trenes. Sobre todo trenes de mercancias, y pasar la red a ancho UIC.

Dicho en pocas palabras, el estado debe hacer dos cosas: mantener el estado del bienestar intacto, y salirse del medio. Más concretamente, asegurarse que  invertir sea fácil, y eliminar cuellos de botella absurdos en la economía. El estado debe asegurarse que el sistema educativo funciona, los transportes tienen la capacidad adecuada y que el dinero puede encontrar las buenas ideas y descartar las malas, minimizando los costes de transacción.La productividad y los sectores estratégicos vendrán sólos, cuando el mercado descubra él solito qué es lo que podemos hacer mejor (sospecho que trenes, por cierto. Pero eso es para otro día).

¿Más adelante? La lista sería larga. El estado de bienestar debe potenciarse, especialmente en temas de dependencia y en formación profesional. Necesitamos una reforma educativa (algo que, por cierto, parece que PP y PSOE si serán capaces de consensuar), y dinamitar el sistema universitario. El sistema de financiación autonómico necesitará retoques serios, asegurando que quien gaste el dinero sea el que lo recaude. El sistema para designar jueces es una chapuza; necesita reformas. Las leyes de urbanismo deben ser cambiadas. Reformar el sistema de cajas de ahorros, despolitizándolas tanto como sea posible, o incluso privatizándolas. Políticas de empleo más activas, con una reforma del subsidio de desempleo. La sanidad necesita retoques (siempre los necesita), el sistema de pensiones también, etcétera, etcétera, etcétera.

Lo importante, sin embargo, es arreglar el mercado laboral y hacer la economía más flexible, eliminando barreras a la entrada y papeleo y favoreciendo la competencia. La única reforma realmente complicada es el mercado laboral (y cargarse Telefónica), el resto son relativamente fáciles de aprobar. Creo que es un programa factible – y creo que más coherente que la búsqueda de consensos obsesiva del gobierno. Jordi Sevilla tiene razón: necesitamos un plan. El gobierno parece no tenerlo.


20 comentarios

  1. Alatriste dice:

    Estruendosa salva de aplausos desde mi asiento, con una sola excepción: no creo que reformar la Universidad vaya a ser fácil en absoluto, y tampoco creo que bastase con dinamita para acabar con los mandarines Ming del profesorado y los radicales antitodo del alumnado.

    Personalmente, y mira que es triste, empiezo a considerar la opción nuclear como única solución (como dice el meme «Nuke it from orbit, it’s the only way to be sure»).

  2. Heathcliff dice:

    Boquiabierto me dejas.

    Me sumo a la ovación de Alatriste.

    No se me ocurre otro homenaje que un profuso plagio (con cita) en cuantos lugares tenga un hueco.

    🙂

    En cuanto a la Universidad, pienso lo mismo que Alatriste: el dinamitado será poco. Con menos de una devastacióin tipo Cartago no se arregla nada.

  3. Citoyen dice:

    No dices nada sobre el sistema financiero- salvo lo de las cajas- que es probablemente lo más urgente de todo.

    Me gusta lo de la simplicidad fiscal. ¿Me puedes dar un ejemplo de país que entre dentro de tus estándares de simplicidad? A mí me parece que, salvo el IRPF, el sistema fiscal español es bastante razonable. El problema es que tenemos un déficit estructural -los gastos son persistentemente más altos que los ingresos.

  4. Roger Senserrich dice:

    Vale, quizás sí que universidades necesitará un poco de napalm o uso selectivo de la Estrella de la Muerte. Me refería a las reformas urgentes – y no pongo a las universidades en ellas por ese motivo :-).

  5. Roger Senserrich dice:

    No sé si el sistema financiero está tan mal. Los bancos en general están relativamente sanos; si la economía mejora, me parece que la mayoría no tendrán problemas. Las caja sí es otro cantar.

    Sobre simplicidad fiscal, es algo que los americanos hacen cada 25 años :-). El sistema actual en EUA es cualquier cosa menos elegante, pero las subidas de impuestos de Reagan en los ochenta (sí, subio impuestos) eran sobre un sistema bastante claro. El paso de los años «ofusca» el sistema, claro. Que yo sepa, los daneses e irlandeses tienen sistemas relativamente sencillos ahora mismo – busco detalles más tarde.

  6. Josei dice:

    Lo del sistema de financiación autonómico, es que ni siquiera el PSOE lo quiere. Te recuerdo que ese era uno de los puntos del nuevo Estatut de Catalunya, un pseudo concierto.

    Claro que tu no sé si hablas de recaudar->gastar->enviar a Madrid o de recaudar->enviar a Madrid->devolver lo proporcional.

  7. Angel dice:

    Lo de las Universidades puede ser complicado, pero creo que lo fundamental es que compitan entre ellas por alumnos y profesores/investigadores. Si el estado financia de verdad la movilidad de estos grupos (sobre todo la de los alumnos, con programas que de verdad permitan a un chaval vivir fuera de la casa de sus padres) y el presupuesto de las Universidades se rige por méritos docentes e investigadores, seguro que estas espabilarían solas.

  8. Raúl S. dice:

    Me sumo a los aplausos incondicionales. Así sí, Roger.

    P.D.: Olvidais que el napalm no hace gran cosa contra los inmortales, y que muy posiblemente habrá que contratar ninjas para cortar cabezas en las Universidades.

  9. Mario dice:

    Pues yo no me sumo a los aplausos incondicionales.

    No ha dicho nada de la reforma universitaria. No, decir que hay de «dinamitarla» o «aplicar napalm» no es proponer algo.

    Tampoco ha dicho nada de la justicia. ¿Que va lenta? No lo dudo, pero salvo cuestiones procesales despreciables, en general el problema tiene fácil solución: hacen falta más juzgados y tribunales. Ninguna nueva regulación mágica va a resolver nada si no se mete más dinero.

    ¿Y el sistema de nombramiento de jueces es malo? Sin duda. Pero coño, ¡no has propuesto nada!. A mí me atrae la idea del ex Ministro Bermejo: que los mejores expedientes vayan directos a la Escuela Judicial sin oposición previa (aunque, lógicamente, con más años de formación en la Escuela). En caso contrario, pasará como ahora: los buenos expedientes se van a sector privado (donde tienes curro nada más acabar si tienes buenas notas) o a la carrera académica. Poca gente puede estar 4 ó 5 añitos mantenido en casa estudiando 8 horas/día para ser juez.

  10. Raúl S. dice:

    «en general el problema tiene fácil solución: hacen falta más juzgados y tribunales. Ninguna nueva regulación mágica va a resolver nada si no se mete más dinero.»

    Pues en eso tiene razón:

    http://www.cincodias.com/articulo/economia/UE-dobla-Espana-jueces-habitante/20090126cdscdieco_7/cdseco/#

  11. Raúl S. dice:

    Que hacen falta más jueces, vaya. Y que los medios de los juzgados son de risa:

    http://siis.net/documentos/hemeroteca/805074.pdf

  12. Mario dice:

    Claro Raúl, pero la única reforma que hace falta en la Justicia se llama «dinero». Lo demás está todo inventado.

  13. Roger Senserrich dice:

    Si, el poder judicial básicamente necesita más pasta. Los nombramientos siempre tienen un arreglo complicado; me parece que un primer paso sería despolitizar el CGPJ de algún modo.

  14. J.E dice:

    Despolitizar el CGPJ de algún modo…. sin tocar la Constitución.

    ¡Aun más diversión!

  15. carlos dice:

    Tú le has copiado el programa a UPyD en unas cuantas cosas, picarón.

  16. […] de las Comunidades Autónomas. Y sobre todo, pienso que si el gobierno no se pone a hacer reformas a la de ya España no volverá a crecer a un ritmo decente y eso hará la consolidación más larga y más […]

  17. […] de las Comunidades Autónomas. Y sobre todo, pienso que si el gobierno no se pone a hacer reformas a la de ya España no volverá a crecer a un ritmo decente y eso hará la consolidación más larga y más […]

  18. […] estoy hablando de reformas extravagantes o increíblemente impopulares. Sólo la reforma del mercado laboral (de lejos, la más importante) puede tener costes políticos […]

  19. […] de acuerdo con la causa y su ligera urgencia (a ver en qué quedan cosas como ésta: ya veremos lo que pasa cuando la gente […]

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