A las reformas del mercado laboral, justicia, universidades, educación, administración pública, sistema fiscal y transporte de viajeros por ferrocarril que ando pidiendo al gobierno desde hace meses, añadan otra: una ley anticorrupción.

No, no estoy siendo alarmista. España es un país relativamente corrupto, pero no demasiado fuera de lo normal; Francia, Bélgica o Austria tienen problemas comparables. Este es un problema, sin embargo, que no es en absoluto inevitable; muchos países han aprobado una serie de reformas relativamente sencillas para minimizar este problema. Son cambios relativamente menores y muy populares con el electorado en general; con un poco de ganas incluso el PP estaría dispuesto a colaborar, especialmente ahora que la fiscalía anda imputando socios de gobierno del PSOE ahí fuera (por cierto, Sr. Antich: hora de expulsar a UM del gobierno – cómase unas elecciones).

¿Qué clase de reformas tengo en mente? Las he mencionado antes, o las he ido enlazando en meses pasados. La inmensa mayoría de casos de corrupción en España tienen su origen en dos problemas específicos: la financiación de los partidos y la excesiva politización de la administración pública. Uno de los problemas es complicado, el otro es -relativamente- sencillo de solucionar.

El problema difícil es la financiación de los partidos políticos; básicamente no hay ninguna democracia avanzada que lo ha solucionado de forma aceptable. Y sí, eso incluye el Reino Unido, Dinamarca o Suecia; los suecos, de hecho, «solucionan» el problema vía no tener una ley sobre el tema. El hecho que sea un problema complicado, sin embargo, no quiere decir que no hayan algunas reformas que pueden mejorar el sistema.

No voy a pedir que pasen una reforma ambiciosa de veras (aunque ideas no faltan), pero si cosas como darle muchísimos más medios (y poderes) al tribunal de cuentas, llegando incluso a exigir que los partidos tengan auditores permanentes revisando las cuentas. El Banco de España tiene inspectores «viviendo» en los bancos, ¿Por qué no hacer lo mismo en los partidos? A fin de cuentas, los políticos viven del dinero público, y están regulados de arriba a abajo.

La financiación de los partidos, sin embargo, es sólo la mitad del problema- de hecho, sólo es un problema grave en los países en los que los políticos pueden ejercer de guardianes de entrada. Uno puede pedir sobornos / donativos para la fundación del partido / coches deportivos si puede dar algo a cambio de esos pagos. Si un alcalde, concejal, ministro o similares no puede tomar decisiones discrecionales útiles para el proverbial bigotón con intereses inmobiliarios, darle dinero es un pérdida de tiempo.

¿Qué sucede en España? Básicamente que los políticos toman muchas decisiones de esta clase, o pueden influir de forma muy directa en ellas. Un ayuntamiento puede torturar a empresarios e inversores variados controlando (y restringiendo) el acceso a licencias o permisos, pidiendo «ayuditas» para agilizar trámites. En cierto sentido, los políticos crean un sistema de precios por sus servicios; un mercado ilegal en que cobran un peaje de entrada.

Una forma relativamente sencilla de limitar esta clase de intercambios es básicamente sacar a los políticos del sistema – básicamente mediante una profesionalización de la administración. Si eso suena a reforzar la burocracia, me refiero exactamente a eso; eliminar los caprichos y el liderazgo arbitrario e introducir una dosis de aburridos procedimientos weberianos. Los países menos corruptos a nivel comparado (Dinamarca, Nueva Zelanda) de hecho hacen exáctamente eso – la proporción de políticos y cargos de designación directa es muchísimo menor que en España o Francia,  evitando los abusos descarados de cargos públicos que vemos demasiado a menudo, con una 
administración pública mucho más potente.

Esto no quiere decir en ampliar la casta de funcionarios indestructibles (e imposibles de despedir) que habitan la Península Ibérica, por cierto – la mayoría de países civilizados han dejado ese modelo extremo de organización burocrática en el pasado. Sé de sobras que una reforma de la administración pública sí que es complicada (y políticamente suicida sin un consenso político muy amplio), pero rebajar el poder de los políticos y limitar el número de amigotes a los que colocan en cargos es factible. Sí, los arribistas que pueblan los partidos no estarán contentos, pero estoy bastante seguro que la cantidad de potenciales dolores de cabeza ahorrados hacen un cambio en este sentido atractivo.

Por descontado, un funcionario no equivale de forma automática a un agente incorruptible; hay incentivos que deben ser cambiados. La administración más vulnerable a la corrupción política son los ayuntamientos, en gran medida por lo torpe de su mecanismo de financiación. Para evitar que un administrador municipal ambicioso se haga de oro (y tiranice su taifa) controlando quién puede construir pisos, es necesario reformar cómo recaudan dinero los ayuntamientos. El problema es menos urgente ahora, sin burbuja inmobiliaria, pero tiene que ser arreglado – el gobierno en teoría quiere hacer algo sobre el tema, aunque el PP no está de humor.

Otras medidas importantes son más obvias; básicamente, reforzar los mecanismos de control. Convertir la Audiencia Nacional en una maquinaria despiadada de cazar políticos corruptos, independiente de todo control político, con jueces con limitación de mandatos que cobran por cabeza cortada. Crear una agencia de investigación compuesta por huérfanos buscando venganza del político que mató a su perrito. Penas ridículamente duras y humillantes (incluyendo disculpas públicas en medio del Camp Nou antes de un Barça-Madrid) para los cretinos que hayan utilizado un duro de dinero público de forma poco honesta.

La corrupción es un problema serio, pero no es tan intratable como parece – y políticamente, las reformas necesarias para combatirla son en su mayoría bastante factibles. Falta que el PSOE quiera hacer limpieza en serio.


14 comentarios

  1. Buen post, como de costumbre. Y cuanta razón en lo del sistema de oposiciones y para toda la vida. El problema es lo que tu comentas. En cuanto se propusiera la cantidad de gritos diciendo que esto es producto del neoliberalismo y de querer beneficiar a los ricos ya sería suficiente como para echarlo para atrás. Sobre todo por la cantidad de caraduras que tienen en mente coger un puesto en la administración para no soltarlo jamás de los jamases.

    Ese es uno de los grandes problemas de la universidad española. A ver quien es el guapo que dice que los profesores ya no van a ser funcionarios de por vida.

  2. Pedro Herrero dice:

    Un par de enlaces

    Sobre el Índice de percepción sobre la corrupción

    ttp://www.fiscalizacion.es/?p=1369

    Y un instrumento como el que demandas para el TCU pero en Portugal

    http://www.fiscalizacion.es/?p=3503

    El artículo de Victor Lapuente ya lo conocía, y totalmente de acuerdo con él.

    Gran artículo.

  3. Hairanakh dice:

    Y prohibición de aceptar cualquier tipo de regalos, donativos, invitaciones a comer, etc. en el ejercicio de un cargo público.

  4. citoyen dice:

    He leído y releido el artículo, pero no veo ningún sitio dónde expliques cuál es tu punto de tangencia en el tradeoff reglas-discreción. Si flexibilizas la administración (no oposición, laboralización, etc,…) también aumentas la arbitrariedad. Si aumentas la tecnocratización, tienes el problema de yes minister.

    Sé que me vas a decir que digo bobadas, pero realmente creo que es un problema de cultura política. Conozco bastante el mundillo de los tribunales de oposición, desde fuera y desde dentro y, al menos en los niveles altos de la administración es algo bastante objetivo. Aún así, la mayoría de la gente- especialmente los opositores- tienden a creer que es un problema de tener contactos dentro. A mí me hace bastante gracia, porque si fuera así yo habría tenido las cosas bastante más fáciles. El problema es que eso crea problemas de selección adversa- la única gente que prepara oposiciones es la que conoce el mundillo; la gente intenta buscarse contactos creyendo que realmente funcionan. Si flexibilizas eso- le das más importancia al currículum (y es algo que tienes que hacer si quieres flexibilizar la administración porque nadie invierte entre uno y tres años de su vida en estudiar si no es para un puesto de trabajo estable) y a aspectos subjetivos- es probable que la administración se convierta (más) en una
    casa de putas. La comparación relevante no es con la administración danesa, es con la universidad española

  5. MuGaR dice:

    Un problema «pequeñito» que se te escapa es que la corrupción de los partidos es parte imprescindible de su poder. Ni PSOE ni PP pueen hacer lo que dices porque va contra sus intereses como organización.

  6. Roger Senserrich dice:

    Citoyen:

    El problema es el sistema de oposiciones, que es totalmente absurdo en casi todos los casos. Si uno quiere trabajar en Indra o Telefónica no estudia dos años para un examen; pasa unas pruebas de selección más o menos objetivas y punto. En el Reino Unido, sin ir más lejos, no hay oposiciones – y probablemente es la mejor administración pública de Europa.

    Y sí, la cultura política no explica nada – es una racionalización. :-). Hay instituciones, racionalidad limitada e incentivos; la cultura es una expresión de esto.

    Mugar:

    Lo que dices es una exageración. Rajoy no creo que esté contento viendo como la Moncloa se vuelve una quimera para él por tener al partido lleno de cretinos. Tampoco creo que González disfrutara perdiendo su cargo. O Jaume Matas.

  7. MuGaR dice:

    No se trata de lo que piense fulano o el líder del momento, sino de los intereses de la organización en tanto que tal. Controlar la administración y adjudicar «chollos» da dinero y «amigos», repartir subvenciones a diestro y siniestro capta votos (o en el peor de los casos da publicidad y puedes aparecer en la prensa vendiéndolo), esto se retroalimenta y los intereses se entrelazan, hasta tal punto que destruir ese «tráfico de influencias» puede dañar severamente los intereses del partido (pensad en empresarios montando partidos regionales porque ya no tiene «conexión» con el gobierno).

    Eventualmente esto te puede echar del poder, pero tal y como están las cosas lo que si es seguro es que o entras en el juego o nunca podras perder algo que no vas a tener.

    A qué si no esa buena relación entre bancos y partidos y medios y partidos? se necesitan y por eso terminan alineando sus intereses (siempre hay conflictos y contradicciones, no salgas por ahi que el mundo no es perfecto).

    Es lo mismo que ocurre en el Estado autonómico, las Admons autonómicas crecen porque eso beneficia a los partidos (y no sólo a los que gobiernan en cada momento).

    Y es que incluso en democracia el poder es ejercido por grupitos que conforman lo que puede llamarse el núcleo de la sociedad política. Las decisiones políticas (y aquellas económicas que lo requieran) girarán en torno a los intereses de esos grupos, porque además la propia estabilidad del Estado normalmente depende de ello.

    Para cambiar las cosas tienen que cambiar los protagonistas (no sólo a titulo individual, eso al final importa poco).

    Pero en España la gente con iniciativa y ganas de actuar (generalmente personas con tiempo y el sustento más o menos garantizado) suele dedicarse a salvar el mundo o erradicar el hambre en las incontables ONGs que tenemos (jovenes) o a echar la partida y ver el futbol (jubilados). Los funcionarios aunque tienen el tiempo y el dinero no tienen demasiados incentivos con el tema del trabajo resuelto de por vida.

    Abandonad toda esperanza xD

  8. citoyen dice:

    Por supuesto, es una forma de poner nombre a nuestra ignorancia y a las cosas que no sabemos como se manipulan con ingeniería social.

  9. Mario dice:

    Bueno, un ejemplo de lo que dice Roger es el CNI. Es el único órgano de la Administración del Estado que no selecciona a sus empleados por medio de oposición en sentido estricto, sino por un conjunto de pruebas relacionadas con el puesto de trabajo y que no exigen de 1 a 3 años de estudio. Lamentablemente, es bastante complicado escudriñar el funcionamiento de ese sistema de selección dadas las (lógicas) reservas con que se hace.

  10. Alatriste dice:

    @Citoyen
    ¡Aaaagh, la universidad española, vade retro! Si uno quiere entender como fue posible que los chinos en lugar de conquistar el mundo en el siglo XV después de los viajes de Zeng He se estancaran y se convirtieran en el imperio inmutable, que piense que estaban gobernados por mandarines, como la universidad.

    Y dicho sea de paso, que los mandarines entraban en la administración aprobando unos exámenes-oposición y que la corrupción era endémica…

    Por cierto, y pasando a otro tema, parece que hoy, 27 de octubre, les ha tocado al PSC y a CiU caer bajo los implacables golpes del ciudadano Chauvelin… digo, Garzón. El tema de la financiación de los ayuntamientos y de la corrupción municipal va camino de convertirse en el tema central de la política española, y es que es algo realmente serio.

  11. […] algo que tras muchos lloros parece que va a entrar en la agenda. Espero que las reformas vayan más lejos y no se queden en incompatibilidades o declaraciones de bienes que nadie se […]

  12. […] soluciones perfectas? No, por descontado; queda mucho por recorrer. Es necesario aumentar la independencia de los tribunales (para evitar casos ridículos como Camps […]

  13. mitcoes dice:

    Con que hubiese una policía anticorrupción autónoma y con medios, muchos funcionarios estarían proceasados además de los políticos.

    No es que haya un gran porcentaje de corruptos, que lo hay, sino que son INMUNES, si son políticos prescribe, si son funcionarios ni se inmutan.

  14. […] municipal. Los ayuntamientos tienen un sistema fiscal completamente absurdo que crea toda clase de incentivos terroríficos, que van desde el urbanismo desatado cuando los políticos son moderadamente honestos a la […]

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