Hemeroteca Lorem Ipsum - Materias Grises

Confundiendo instituciones con políticos

1 Mar, 2010 - - @egocrata

Joaquín Estefanía hoy habla de crisis de las instituciones en España, sin darse cuenta que está describiendo un problema distinto.

Una crisis institucional es lo que vemos en sitios como Argentina o (glups) Estados Unidos. Situaciones como cuando un partido en el gobierno con mayorías enormes quiere aprobar una ley, y la oposición torpedea la acción de gobierno con trucos institucionales variados; o lo contrario, con un gobierno que quiere hacer cosas de forma alegal y utiliza «técnicas creativas» para ocultar información o forzar cambios sin tener los apoyos requeridos. Esta clase de crisis son preocupantes (incluso peligrosas) porque indican que el equilibrio político que recoge la constitución y las leyes no se corresponde con la situación política real.

En España esto no está sucediendo. La oposición puede decir misa; si el gobierno quiere, puede aprobar reformas. Tanto el PNV como CiU están muertos de ganas de reforzar su imagen de seriedad votando por cualquier cosa que suene remotamente competente – en este sentido, tienen más sentido de estado que los inefables líderes del PP. Dejando de lado el esperpéntico diseño del poder judicial español (según el diario de referencia, una pastelería – vaya titular), el resto de las instituciones son perfectamente capaces de aprobar reformas.

Otra cosa es que los políticos que las ocupan quieran hacerlo. Tengo la sensación que el PSOE se dió cuenta hace un par de meses que pueden apuntarse tantos políticos forzando al PP a reconocer que no está para pactos (estrategia no precisamente irracional, insisto, aunque se expliquen de pena), y se han gustado tanto a si mismos poniendo cara de estadista busca-consensos que ahí se han quedado, sin hacer nada relevante. Ninguna novedad, por otra parte; llevan buscando el dichoso pacto social desde que empezó la legislatura. No sea que ofendan a alguien o los periodistas les acusen de ser antipáticos.

Una cosa es un sistema político donde los gobernantes se enfrentan a actores inmovilistas con poder de veto, y las decisiones se estrellan contra muros infranqueables de intransigencia de forma constante. Otra cosa es cuando un partido político decide de forma unilateral que todo el mundo tiene poder de veto, y se niega a hacer nada porque una barrera invisible misteriosa no le deja salir de casa. Me temo que el PSOE está cerca de esa clase de neurosis.

Es por eso que la campaña de «esto lo arreglamos entre todos» me hace tanta gracia. Creo que un nombre más adecuado sería «Que alguien haga algo de una puñetera vez, por favor. Lo que sea«.


5 comentarios

  1. Heathcliff dice:

    El poder real del Gobierno está muy constreñido, de facto, por la administración autonómica.

    Fuera de eso, de acuerdo en todo.

  2. Francisco dice:

    No estoy nada de acuerdo Roger.

    El PP gobierna en muchas CCAA (Madrid, Valencia, Galicia, Castilla-León, Murcia) y puede bloquear la aplicación de numerosas medidas (sobre todo las de contención del gasto) o forzar a que los sacrificios los hagan las demás.

    Igualmente pueden bloquear la aplicación de numerosas leyes (la del tabaco aunque poco trascendente es el mejor ejemplo) y eso pone al gobierno contra las cuerdas.

    Sin acuerdo el PSOE tendrá dificil meterle mano a muchos temas, y de hacerlo tiene que hacerlo con tal agresividad que el PP podrá recoger los reditos (el ejemplo del trasvase del Ebro, inútil y caro como era, es el mejor ejemplo).

    El PP no puede bloquear en el parlamento, pero si en el resto, el pacto facilitaría mucho las cosas, y el PSOE debe hacerlo evidente.

  3. Roger Senserrich dice:

    Las reformas importantes (liberalizar servicios, competencias, mercado laboral, mercado financiero) son estatales, no autonómicas. Y las leyes no se pueden dejar sin aplicar a la ligera, ni siquiera en el cortijo de Espe en Madrid. Los problemas de España no son de gasto, son estructurales.

  4. Francisco dice:

    Roger, el problema financiero principal está en las cajas, meterle mano sin consenso desde el gobierno es un suicidio político y un infierno de conflictos de competencias (creo yo).

Comments are closed.