Max Baucus, ese Senador remolón que llevaba meses retrasando la reforma de la sanidad en Estados Unidos, ha presentado por fin su proyecto de ley.

Para empezar, ignorad completamente la espantosa cobertura del País hoy. La noticia que han publicado no hay por donde cogerla. La propuesta no es «la primera» ley; de hecho es la quinta que se presenta en el Congreso. Hay tres comites en la Cámara de Representantes y uno en el Senado con proyectos ya aprobados; lo único que distingue a Baucus es que llega tarde y que su proyecto ha sido rebajado horriblemente en un intento futil de atraer votos republicanos. Segundo, no hay una «propuesta» de Obama. El presidente no ha presentado un proyecto de ley – de hecho, sólo ha dado ideas, pero no ha intervenido demasiado en el proceso hasta ahora. Y no, el proyecto de Baucus no es el que está más cerca de las ideas del ejecutivo; Obama está defendiendo ideas a la izquierda de este texto.

Esto sólo hablando del proceso legislativo americano en general; la descripción del plan está llena de imprecisiones, pero no son errores tan graves. Entiendo que seguir y explicar cómo los americanos explican leyes es complicado, pero no es de recibo decir cosas que no tienen sentido de este modo.

Sobre el plan en sí, da una de cal y otra de arena. Me remitiré a lo que comenta Ezra Klein sobre lo bueno (impuesto imperfecto sobre los planes de empresa, mercados de contratación robustos, regulación federal y mercado nacional, buenos mecanismos de control de gasto), lo malo (ayudas limitadas para contratar seguros, demasiada discriminación de precios) y lo absolutamente atroz (el mecanismo para penalizar a
las empresas que no dan seguro es terroríficamente malo); leedlo. Hay información más detallada aquí, aquí y aquí, si queréis más detalle.

Lo mejor: el plan tiene problemas, pero es relativamente mejorarlo. Esta propuesta es de hecho mucho mejor en algunos aspectos a cualquiera de los otros trenes planes (mercados de contratación, federalizar regulación, control de gasto); con unos pocos retoques (robando ideas de los otros planes y añadiendo más dinero) uno puede sacar una reforma sanitaria más que decente. Completamente inaprobable en cualquier país europeo, pero aún bastante digna.

Claro, la cosa no es tan fácil. La ley debe ser enmendada y aprobada en este comité para empezar, combinada con la otra propuesta en el Senado, y necesita conseguir 60 votos (o 50 – recordad el extraño sistema de filibusterismo y reconciliación). No es un procedimiento sencillo (una buena explicación aquí), y tras ello aún queda renegociar con lo que salga de la Cámara de Representantes, etcétera, etcétera. Tienen tiempo de sobras para sacar una ley decente, o para arreglárselas para escoger lo peor de cada texto.

Aún así… soy un poquito más optimista que antes. La reforma tiene cada vez menos obstáculos en su camino, y aún más importante, los demócratas tienen herramientas (e incentivos) para sacar la ley adelante. Por añadido, es posible (incluso probable) que la que apruben acabe por ser medianamente decente.

Si la ley se aprueba, recordad una cosa: Teddy Roosevelt, Franklin D. Roosevelt, Truman, Johnson, Nixon y Clinton lo intentaron. Los seis fracasaron. Lo de Obama tiene mérito.


Un comentario

  1. RATKO dice:

    http://www.elpais.com/articulo/Pantallas/Trabajo/elpepirtv/20090917elpepirtv_4/Tes

    Habeis visto este artículo? lo digo porque en el se habla de France Telecom, gran empresa pública privatizada, y bajo la excusa de hablar de un supuesto problema de suicidios en su plantilla, lo que queda claro es como el modelo laboral español se plasma a la perfección en la estructura de la plantilla de esa empresa, es curioso ver como los modelos a escala se repiten a cualquier nivel, es decir, aquello tan famoso de los jarrones chinos y los 70 y 30 como porcentajes de distribución entre trabajadores estables y jóvenes prescindibles mal pagados y peor considerados.

    Bueno es una chorradita la mia, pero lo leí y, no se, me dió por compartirlo con alguien.

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