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La revolución sera vía oscura maniobra parlamentaria

27 Abr, 2009 - - @egocrata

Se ha hablado poco de ello en España, pero la semana pasada Estados Unidos finalmente votó por una reforma sanitaria radical, probablemente garantizando cobertura universal. Los más de 30 millones de personas sin seguro médico tendrán alguna manera de conseguir protección antes de final de año.

Sí, aún no sabemos cómo o cuándo, básicamente porque la reforma no está aprobada. Lo que el Senado votó hace unos días no fue un nuevo sistema, sino un sistema de votación; más concretamente, aprobaron que el capítulo en los presupuestos que autoriza gastar dinero en una reforma sanitaria podrá ser concretado en una ley utilizando el procedimiento de reconciliación.

El Senado americano tiene varios procedimientos para aprobar legislación. El más común es mediante votación en el plenario, algo que requiere una mayoría de los votos (51). Para llevar una ley a votación, sin embargo, antes se tiene que cerrar el debate; un senador o grupo de senadores pueden continuar hablando y discutiendo inanidades legales hasta el fin de los tiempos si así lo desean, sin dejar que nadie vote. El debate ilimitado es lo que se conoce como filibusterismo.

Para cerrar la discusión se puede pedir un voto de cloture (clausura), requiriendo una mayoría de tres quintos (60) para ser aprobado. Eso se traduce en que el Senado de hecho tiende a requerir supermayorías para aprobar leyes, no mayorías simples. Eso no siempre ha sido así; el uso del filibusterismo (o la amenaza de uso; si la mayoría sabe que no tiene votos para romper un bloqueo la ley no acostumbra a llegar al plenario) ha aumentado exageradamente en los últimos 20 años.

Los demócratas tienen ahora mismo 58 senadores (de hecho 59, pero un senador -Al Franken- aún está litigando con el perdedor de su distrito en una elección muy ajustada. Sí, llevan seis meses); una mayoría amplia, pero insuficiente para romper un bloqueo. En condiciones normales, eso significa que la mayoría tiene que ganarse dos votos de la minoría. El problema es que en un tema como sanidad los republicanos no son precisamente razonables; por una serie de motivos (empezando por la amenaza de ser atacados vía primarias por el ala más intransigente del partido) los conservadores no han cooperado absolutamente nada.

Aquí es donde entra el procedimiento de «reconciliación». La idea es que el Senado puede acordar -por mayoría simple- que una determinada reforma contenida en los presupuestos es muy importante y contribuye a reducir el déficit. Para hacer más fácil la cooperación con la cámara de representantes (que siempre es estrictamente mayoritaria, y tiende a redactar leyes menos estúpidas), esa ley sólo podrá ser debatida durante veinte horas. En otras palabras, no hay filibusteros que valgan; la reforma será aprobada de forma estrictamente mayoritaria.

Los demócratas en el Senado realmente no querían utilizar este procedimiento; la sospecha que algunos realmente no quieren cambiar nada parecía confirmarse. La reforma de la sanidad era algo urgente hace veinte años, y parece que la Casa Blanca no está para historias estos días; cuando se trata de sus prioridades no son precisamente tímidos. Durante las últimas semanas no han hablado de sanidad, pero han trabajado lo indecible para convencer a senadores recalcitrantes a dejarse de historias y «reconciliar». La semana pasada, lo consiguieron.

Eso se traduce que si el 15 de octubre de este año no hay un acuerdo para reformar la sanidad que tenga los 60 votos para romper un bloqueo en el debate, el procedimiento pasará a ser vía mayoría simple de forma automática.  El cálculo para republicanos (y aseguradoras, médicos y farmacéuticas) ha cambiado de golpe. Con filibusterismo podían escoger entre una reforma que les gustara o vetar la reforma por completo. Ahora tienen que escoger entre ley que les guste antes del 15 de octubre, o una ley que probablemente no les gustará en absoluto el día 16.

A finales de año Estados Unidos tendrá casi seguro una nueva ley de sanidad. Veremos qué aspecto tiene -los demócratas son perfectamente capaces de crear una chapuza-, pero habrá cambios. Por fin.

(¿por cierto, os podéis imaginar un procedimiento legislativo menos eficiente? cielos. Los republicanos se quejaran, por cierto, pero cosas como los recortes fiscales de la administración Bush se aprobaron usando este precedimiento.)


11 comentarios

  1. zarevitz dice:

    Más madera para el kung-fu legislativo. 😀

  2. […] (aunque algo hay de eso; más luego), sino porque como comentaba el otro día, sesenta es un número mágico: es la cantidad de votos que uno necesita en el Senado para romper una minoría de bloqueo. Con la […]

  3. […] (aunque algo hay de eso; más luego), sino porque como comentaba el otro día, sesenta es un número mágico: es la cantidad de votos que uno necesita en el Senado para romper una minoría de bloqueo. Con la […]

  4. […] ley sólo con votos propios; recordad que se aseguraron la posibilidad de evitar el filibusterismo via truco parlamentario. Hoy han forzado a la asociación de médicos a cambiar de opinión sin demasiada ceremonia; si […]

  5. […] ley sólo con votos propios; recordad que se aseguraron la posibilidad de evitar el filibusterismo via truco parlamentario. Hoy han forzado a la asociación de médicos a cambiar de opinión sin demasiada ceremonia; si […]

  6. […] una aberración mutante. O el Senado puede forzar cambios haciendo algo parecido. Ah, y sí, evitar filibusteros y bloqueos extraños, la CBO y el Frente de Liberación de los Gnomos del Jardín y sus desalmados […]

  7. […] una aberración mutante. O el Senado puede forzar cambios haciendo algo parecido. Ah, y sí, evitar filibusteros y bloqueos extraños, la CBO y el Frente de Liberación de los Gnomos del Jardín y sus desalmados […]

  8. […] La idea es la siguiente. La reforma de la sanidad tiene dos pilares, uno regulatorio (mercado de seguros, controlar prestaciones, etcétera) y otro fiscal (nuevas ayudas, pagar el chiringuito, etcétera). La primera mitad es relativamente fácil de aprobar, así que es posible redactar algo que consiga los 60 votos necesarios para evitar el filibusterismo en el Senado. La segunda es más complicada, pero es estrictamente presupuestaria, así que puede ser aprobada utilizando un oscuro procedimiento parlamentario que sólo requiere 50 votos: la reconciliación. […]

  9. […] combinada con la otra propuesta en el Senado, y necesita conseguir 60 votos (o 50 – recordad el extraño sistema de filibusterismo y reconciliación). No es un procedimiento sencillo (una buena explicación aquí), y tras ello aún queda renegociar […]

  10. […] es donde entra el procedimiento de reconciliación: las leyes aprobadas con este método no pueden ser bloqueadas vía filibusterismo; el tiempo de […]

  11. […] Esta semana hemos visto un ejemplo claro. Hace diez años, el entonces Presidente Bush decidió responder al final de la recesión del 2000 con un recorte fiscal para estimular el crecimiento económico. Su propuesta era extraordinariamente regresiva, con las familias que ganan más de $250.000 al año recibiendo una bajada de impuestos mucho mayor que el resto; el tipo marginal máximo pasó del 39% al 36%. Como el cambio aumentaba el déficit público de forma extraordinaria (sobre los tres billones de dólares en diez años), los republicanos se vieron obligados a añadir una cláusula haciendo que la rebaja fiscal expirara en al final de la década, permitiendo así aprobar los cambios por mayoría simple en el Senado vía reconciliación. […]

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