Economía & Unión Europea

La (dolorosa) revolución islandesa

24 Feb, 2011 - - @egocrata

De todos los desastres financieros del 2008, el más sorprendente de todos fue Islandia. La pequeña isla en medio del Atlántico norte, famosa hasta hacía poco por sus volcanes, pescadores y Björk, se convirtió en pocos años en una de las mecas de la desregulación financiera salvaje. Sus tres bancos, hasta entonces pequeñas entidades que en su vida habían matado una mosca, se convertieron en monstruos aficionados a las grandes operaciones financieras. El secreto, la magia potagia detrás del asunto,  era la infinita eficiencia del mercado de capitales y el poder de la desregulación, o eso nos contaban.

La realidad era realmente bastante más prosaica – era una estafa. Y un buen día el 2008, todo el sistema se fue a tomar por saco.

La leyenda dice que en los días oscuros de después del desastre (no que fueran especialmente trágicos, es que ahí siempre son bastante oscuros en invierno) los islandeses se lanzaron a una revolución anticapitalista. En vista que los banqueros habían arruinado el país y debían miles de millones de dólares a acreedores de todo el mundo, el pueblo islandés cambió de  rumbo. Lo hicieron, por descontado, de una forma terriblemente civilizada, que para algo son nórdicos, pero cambiaron el país de arriba a abajo. Viejo gobierno, fuera. Banqueros, a la calle o a la cárcel. Listillos en el sector financiero, arruinados. Bancos, quiebra, cerrados y fuera, sus deudas exteriores sin pagar. Portazo, todos los culpables entre rejas o a la puta calle, y si alguien se cree que va a ver un duro de sus desgracias, que espere sentado escuchando canciones de Sigur Ros, que le mantendrán relajadillo.

Según cuentan las crónicas, este repudiar el capitalismo obró el milagro. Islandia pasó página, dejando atrás otros hijos de la burbuja crediticia como Irlanda o (glups) España. Sus bancos fueron purgados y ajusticiados. El sector financiero castigado. Y la economía ahora se recupera con fuerza y energía, el PIB crece, y los islandeses ya no tienen que preocuparse de gastarse cantidades inefables de dinero público salvando a sus banqueros de ellos mismos.

¿Sabéis qué? La historia tiene bastante de verdad. La economía islandesa va a crecer este año a un ritmo potable (un 3%, según previsiones del FMI), la deuda pública está estabilizada, la inflación bajo control y en general el país parece estar fuera de peligro, con su estado de bienestar intacto, una tasa de paro no demasiado catastrófica (8.5%), su endeudamiento exterior ha caído del 850% del PIB (cielos) a un modesto 300%,  y todo sin necesidad de constantes ajustes fiscales para apaciguar a los mercados internacionales. Suena bonito, siempre que no le prestemos atención a un pequeño detalle: Islandia es hoy mucho más pobre que lo que era hace tres años.

El PIB de Islandia cae, desde el principio al final de la crisis un 15%. Como referencia, España se pule sobre un 8% de su PIB con esta crisis, así que los islandeses se han comido una galleta de impresión. Su moneda, la krona, ha perdido más de la mitad de su valor (¿recordáis los ajustes por devaluación? Pues ellos tienen uno de los buenos), así que se han empobrecido con saña. Lo que parece una gran recuperación ahora viene de un morrazo absolutamente tremendo los dos últimos años. Puede que las cosas pinten bien ahora, pero la quiebra del sistema bancario, bancarrota y demás no han salido gratis en absoluto. La «revolución», más que mágica, ha sido muy dolorosa.

Lo que si es cierto, sin embargo, es que es muy probable que Islandia hiciera lo correcto. De todas las medidas económicas posibles, dejar quebrar a los bancos y fusilar su crédito y moneda eran probablemente las soluciones menos dolorosas para el país. Los islandeses vieron que eran insolventes y decidieron cortar por lo sano, comiéndose todo el ajuste de un tirón, y haciendo que todo Dios que les hubiera prestado dinero se tragara parte de las pérdidas. La política económica más racional era también la más justa para todos los implicados, así que miel sobre hojuelas.

Lo que no he mencionado, y es importante recalcar, es que lo que es bueno para Islandia no es necesariamente aplicable a Grecia, Irlanda o España. Estamos, otra vez, con el problema de no tener moneda propia y no poder huir de tus deudas declarando que todo esas obligaciones que tienen ahora valen la mitad. Tampoco podemos utilizar el truco de bajar salarios diezmando la moneda para salir de crisis vía exportaciones. Lo más grave, sin embargo, es que no podemos dejar que los bancos cierren a la ligera. Esto es así en parte porque no podemos huir de sus deudas con devaluaciones (un banco no puede quebrar a la ligera – aunque no pagues todas sus deudas, una nacionalización es cara), en parte porque Angela Merkel no nos deja, ya que una explosión incontrolada se llevaría por delante su sistema bancario, así que tenemos que rescatar el sistema financiero sí o sí. Aunque quisiéramos emular a Islandia, hay cosas que sencillamente no podemos hacer – o al menos no podemos hacer sin volar la eurozona por los
aires.

Por descontado, eso no quita que no tengamos cierta capacidad de maniobra. Irlanda ejecutó lo que a buen seguro ha sido el «rescate» bancario más incompetente de la historia; es muy poco probable que España o Portugal cometan una estupidez parecida. El sistema financiero de España no es, ni de broma, el horror gótico que llegó a ser Islandia, y el rescate, aunque suene caro, se centra casi en exclusiva en nuestro delirante sistema de banca pública regional, las cajas de ahorros. Más allá de eso, la deuda pública española es un problema, pero es sostenible – podemos salir de esta sin ahorcarnos en deuda, algo que Irlanda o Grecia no podrán hacer.

Más allá de eso, el origen de nuestros problemas no son los mismos que los islandeses: ellos tuvieron una explosión de tres bancos que eran un castillo de naipes y la desaparición de todo su sistema financiero. Nosotros tenemos bancos funcionales, cajas cascadas, y la madre de todas las burbujas inmobiliarias, con una recesión por el lado de la demanda muy al viejo estilo. Bancos a dejar quebrar, pocos, lo nuestro es más pedestre, de modelo de crecimiento y demás. Los que sí deberían haber aprendido algo de Islandia son los irlandeses, pero me temo que ya es un poco demasiado tarde.


Sin comentarios

  1. Josei dice:

    «Estamos, otra vez, con el problema de no tener moneda propia y no poder huir de tus deudas declarando que todo esas obligaciones que tienen ahora valen la mitad.»

    Es que si estuvieramos con la peseta aún, hubieramos jugado al deporte nacional tan gustosamente que ésta estaría a nivel tercermundista.

    En otro orden de cosas, todo siempre redunda en lo mismo: Spain is different y aquí el granm meollo de la cuestión es el maldito 20% (40% para jóvenes).

  2. […] This post was mentioned on Twitter by Jessica Fillol, Neoprogs. Neoprogs said: La (dolorosa) revolución islandesa http://bit.ly/f1tC4j […]

  3. Unoquepasa dice:

    ¿Hasta qué punto es «anticapitalista» dejar que aquellos que han estafado vayan al trullo, las quiebras sean efectivamente quiebras y la gente asuma sus pérdidas?

    Antes caía un banco y no pasaba nada; había gente que se comía una galleta de impresión -como los islandeses-, quizás teníamos un pánico bancario en el que caían 3 o 4 bancos más y las pérdidas se limitaban a esos bancos.

    Ahora cae un banco y si tenemos un pánico, lo pagamos todos. Todos. Porque el dinero público no nace en los árboles, nos lo quitan del bolsillo.

    Islandia ha aplicado la solución más correcta y más justa. ¿Que no es aplicable a España o Portugal? De acuerdo. Que ello implique necesariamente regar de dinero público a todo aquel que esté «en problemas», pues no.

  4. Roger Senserrich dice:

    Unoquepasa:

    Eso que cae un banco o tres y no pasa nada… joder, una caída del 15% del PIB me parece que es un algo muy, muy concreto. Y allí también lo han pagado todos. El país se ha empobrecido.

    Después, todo hay que decirlo, hay bancos y bancos. Todas las semanas dos o tres bancos son intervenidos en EUA – no sale en las noticias porque son entidades locales que no están conectadas demasiado con el resto, y cuando son nacionalizadas no afectan demasiado a otros bancos. Si un monstruo colosal como el Deutsche Bank o BNP Paribas se va a tomar viento, no intervenirlo equivaldría a dejar medio sistema financiero europeo con un agujero catedralicio.

    Lo ideal sería no tener esos monstruos colosales, por supuesto. Pero el problema es que están ahí…

  5. J.E dice:

    Y ahora que lo mencionas… ¿Alguna manera de empequeñecer los bancos? (Creo que esto da para un post).

  6. Roger Senserrich dice:

    Como no sea armas nucleares… los jodidos parecen estar enquistados en el sistema político :-(.

    Se ha hecho antes, sin embargo. En EUA, sin ir más lejos, había un límite fijo del porcentaje de depositos sobre el total del país que un banco podía tener. Rebajar esa cifra progresivamente es algo perfectamente factible.

    Si se quiere algo más goloso, puedes crear un impuesto progresivo contra el tamaño del banco. Como más grande sea, más impuestos tienen que pagar. También se puede hacer, pero buena suerte aprobándolo.

  7. Unoquepasa dice:

    De acuerdo, esos monstruos no molan. Ahora bien, esos monstruos están siendo financiados ahora mismo a través de la imprenta del BCE. Es como darle a un botón rojo que pone MONEY y venga a sacar deuda e inflación por parte del BCE. O la Fed, mismo ejemplo.

    Todos esos bancos se han ido agigantando durante las últimas décadas a través o bien de la imprenta o a través del gasto público de los Estados. Todos los déficits europeos han ido a parar a bonos controlados por bancos, todo ese dinero ficticio a ido a engordar los balances contables de esos megamonstruos. La pregunta es, ¿qué hacer ahora?

    ¿Solución a la islandesa? ¿Solución a la española? Gastarse casi 30.000 millones de euros de un presupuesto de entre 100.000 y 120.000 millones de euros -corrígeme si me equivoco, no manejo cifras exactas- en arreglar los desastres de las cajas…Uhm.

    Ciertamente, a lo mejor habría sido mejor un «shock» de cajas y dejarnos de meter dinero en según qué agujeros negros.

  8. Roger Senserrich dice:

    El presupuesto del gobierno español es un poco más que eso – Estamos sobre los 315.000 millones, de hecho.

    Sobre lo de «imprimir moneda», eso no es que les mole a los bancos. La inflación hace que el dinero que les deben valga menos también, recuerda. Y no, no es dinero ficticio. O no más ficticio que el resto – moneda fiduciaria, etcétera :-).

    La deuda pública no va «a los bancos». Compra bonos del tesoro, coñe 😛

  9. Juanlu001 dice:

    Muy ilustrativa la entrada; hace ya tiempo que conozco lo que pasó en Islandia, pero no me había parado a analizar las razones por las que lo que han hecho ellos sería prácticamente inviable en España.

    Es una lástima que hacer lo que es justo (esto es: los criminales, a la cárcel), sea considerado anticapitalista: tú mismo, sin querer, has usado el término, porque es la idea que todos tenemos en la cabeza.

    Ojalá se aplicase la justicia decentemente en otros países también… Qué mundo este más triste.

  10. Unoquepasa dice:

    De esas cifras de presupuesto, ¿en cuánto se quedaría sin gastos corrientes y clases pasivas?

    Si empezamos a discutir sobre el dinero fiduciario este post puede desvariar demasiado. (¡Viva el patrón oro!)

    Por otra parte, dices que la inflación no le mola a los bancos, pero por el contrario en la realidad vemos que los bancos han estado pidiendo desesperadamente a Bancos Centrales -y gustosamente éstos han apretado el botón de holocausto nuclear y monetario-. Quiero decir, la inflación te jode porque tus deudores salen beneficiados; pero coño, si te están prestando dinero a un 0 y pico de interés y la inflación está por encima de ese tipo de interés, ¿quién se va a quejar?

    Sólo tienes que ver cómo el BCE coloca dinero al 1% y la inflación eurozona se encuentra en márgenes del 2% -décimas arriba, décimas abajo-.

    ¿Dinero limpio para Citibank y Paribas? Sigo pensando que un «shock» a lo Islandia habría sido mucho más húmedo y digno de aplauso -con galleta incluida-.

  11. Javier dice:

    Muy buen análisis, muy completo. Queda por dilucidar si el gran shock de nacionalizar todas las cajas y muchos bancos sería menos duro que el gran shock de salirse del euro.

    Por lo demás es normal que los islandeses tengan su deuda pública bajo control. Nadie que estuviera en su sano juicio le prestaría dinero a ese gobierno. El rating se les ha ido a tomar viento. Ese es un lastre que van a tardar en sacarse.

  12. mcalerom dice:

    Roger,

    y hay algún dato de la balanza de pagos? Me pregunto cómo con esa deuda de 3 veces el PIB alguien les fía dinero para pagar petróleo (vale que su sistema energético es muy independiente de él, pero aún compran) o todo aquello que tengan que importar.

    Con la corona islandesa por los suelos, la deuda por las nubes, imagino que el riesgo país por las nubes (eso de dejar de pagar lo que sus bancos debían no debió gustar en según qué circulos)… cómo demonios hacen para sobrevivir? y con ‘sólo’ un 8% de paro!

    Encima, parece que las ventas de yates de lujo, que era una industria nacional, se les ha desplomado y no saben por qué 😉

    Gracias por responder a la petición!

  13. […] islandeses, esos tipos que hicieron una “revolución” tragándose una caída del 20% del PIB (esto de joder a los bancos duele), han decidido que no van a pagar las […]

  14. Miguel Ángel dice:

    Se te olvida decir que el PIB de Islandia (y los PIIGS) de antes era ficticio, basado en una deuda y en una especulación desorbitadas e insostenibles. Tan desorbitadas que Islandia ha hecho lo que ha hecho porque los inversores «no tenían donde rascar». Decir que hoy en día son más pobres me parece un extraño cinismo; antes lo eran igual, pero los ricos jugaban con ellos para que se creyeran ricos y no se fijaran en los cambios a mal que se iban legalizando. Algo así como el palo y la zanahoria, pero con dinero en juego, mucho dinero.

  15. Michele dice:

    Está claro que de una crisis no se sale gratis y, de forma más o menos profunda, ésta va a afectar la calidad de vida de la población.
    El tema es la justicia: personalmente estoy dispuesto a hacer un esfuerzo para ayudar a mi País, pero sólo si los responsables son condenados primero con multas (que ayudan a recaudar dinero muy necesitado ahora) y, si no pueden pagar, con cárcel.
    Si, en cambio, mandamos a la banca el mensaje equivocado («podéis aprovecharos de cualquier burbuja sin preocuparos porque, si os va mal, os rescataremos sin pediros responsabilidad»), vamos a crear los cimientos para la próxima crisis.

  16. Manolin dice:

    Yo hay una cosa que no entiendo (que tampoco es raro, en estos temas estoy bastante pez) ¿Como es posible que Islandia ya este colocando de nuevo deuda y mas barata que Grecia o España?

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