Las elecciones municipales ayer en toda España dan para muchas historias, teorías y cábalas sobre el significado global de los resultados y qué moralejas podemos extraer.
Como decimos siempre, es bien poco aconsejable leer grandes mensajes o buscar explicaciones lógicas sin encuestas postelectorales decentes (nota: ¿cuándo veremos encuestas a pie de urna con preguntas demográficas decentes en España? De verdad, no es tan difícil), así que tomad estas notas como hipótesis, no como conclusiones formadas; eso vendrá luego. Empecemos.
a. «All politics is local».
Esta frase de Tip O’Neal es uno de los tópicos más manidos de la política americana, pero en este caso es completamente relevante. Todo en política es local, y más en unas municipales; la enorme variedad de candidatos, estrategias, situaciones económicas dispares y escándalos de corrupción hacen que cada votación sea un mundo.
Leer los resultados agregados, por lo tanto, es bastante absurdo, especialmente cuando la infraestructura de los tres partidos tradiciones (PP, PSOE, IU) está mucho más desarrollada y establecida que la de los recién llegados. Los resultados agregados de Podemos (y sus candidaturas asociadas) y Ciudadanos se ven mermados al presentar menos candidaturas; construir la infraestructura de un partido nacional es difícil, y algo que nadie realmente puede hacer en doce meses. El hecho que vayan a ser decisivos en tantos ayuntamientos es un éxito rotundo para ambos.
Esto no quiere decir que el resultado de cada municipio sea completamente independiente de una tendencia general. La cobertura mediática (y para que negarlo, la atención de los votantes) se ha concentrado en unas pocas ciudades clave, con muchos municipios pasando a segundo plano. Es posible que en una ciudad como Barcelona la gestión de Xavier Trias como alcalde tuviera más peso que la gestión de Artur Mas en la Generalitat; en Palencia, Salou o Benidorm, sin embargo, el voto de castigo al «partido matriz» puede haber tenido más peso. Con los datos que tenemos es imposible saber qué ha provocado cada resultado en cada municipio.
Esto no quiere decir, de todos modos, que no haya algo de información a extraer. Es posible asumir que, de media, los partidos presentan candidatos igual de competentes (hay 8.093 ayuntamientos), así que entre todas las particularidades
es probable que los totales den algunas pistas. Incluso si pudiéramos extraerlas, sin embargo, no podemos olvidar que las generales están (relativamente) lejos, vamos a tener varios meses de circo negociador donde se van a decir muchas tonterías, y entonces sí vamos a tener a los cuatro/cinco partidos relevantes con candidatos conocidos y listas en todas las provincias.
b. Los resultados del Partido Popular.
Un partido no pasa de un 37,5% al 27,3% en cuatro años sin haber hecho algo realmente mal. La pérdida en concejales (3.757) es menor de lo que sería esperable ante una debacle semejante, pero en este caso la implantación territorial del PP (y su presencia en miles de ayuntamientos pequeños a donde no llegan Ciudadanos y Podemos) les ha hecho un favor. En estas elecciones muchos candidatos del PP probablemente han sido víctimas de las siglas de sus papeletas; con tiempo, deberíamos coger los datos de paro por municipio y compararlos con la caída del voto del partido para verlo claro, pero intuyo que el partido ha tenido más peso que la competencia de muchos alcaldes.
De todas las derrotas, las más dolorosas son probablemente Madrid y Valencia. En el caso Valenciano, el PP ha perdido más de la mitad de los votos, una cifra increíble; es el partido más votado porque en la izquierda hay (para variar) cuatro partidos, y en la derecha sólo dos. La caída del PP en la Comunidad Valenciana ha sido bastante mayor que la media nacional (17 puntos), en parte por la mayor competencia local (Compromís es un partido mucho más establecido), en parte por la enorme cantidad de escándalos de corrupción acumulados.
El caso de Madrid probablemente será leído como la historia opuesta, una buena candidata hundida por su partido. Los datos, sin embargo, parecen indicar lo contrario: Aguirre ha perdido 15 puntos respecto las últimas municipales, la misma caída que el PP en su conjunto ha sufrido en el resto de la comunidad. El partido sigue siendo extraordinariamente fuerte en Madrid, en no poca medida gracias a la excelsa incompetencia del PSM (que ha sacado un patético 18% del voto, perdiendo seis puntos) y el crecimiento menor de lo esperado de Ciudadanos (en parte porque UPyD ha «desperdiciado» casi 80.000 votos), pero el batacazo ha sido mayor que en el resto del país. De nuevo, la corrupción seguramente ha pasado factura.
c. El Partido Socialista.
Para los socialistas, la palabra es alivio. El partido pierde menos de tres puntos y mil concejales respecto el 2011; aunque son las peores elecciones municipales en décadas, el PSOE parece haber tocado fondo. En unos comicios con competencia real y feroz desde el centro y la izquierda y con el recuerdo de los años de Zapatero aún fresco, un segundo puesto recortando diez puntos al PP no es un resultado especialmente malo. Los socialistas, por encima de todo, han conseguido ser casi siempre ser segundos, algo que comentaba Pablo es crucial a la hora de poder formar mayorías.
Esto no quiere decir, por supuesto, que el resultado en las municipales sea para lanzar las campanas al vuelo. En los municipios con alta visibilidad donde el PSOE se enfrentaba a candidatos competentes en la izquierda (como Madrid, Valencia y Barcelona) el partido ha naufragado horriblemente. En Madrid ha perdido nueve puntos, cayendo a tercera posición; en Valencia ocho, quedando cuartos, en Barcelona trece, quedando quintos. Cuando los socialistas tienen competidores creíbles, su capacidad de mantener sus apoyos cae vertiginosamente. Es ciertos que en ninguno de estos casos tenían un buen candidato, pero eso dice más de la incapacidad del partido para seleccionar élites que otra cosa (véase la sucesión de Belloch en Zaragoza, con el PSOE perdiendo la alcaldía y cayendo al tercer puesto).
De cara a las generales, los socialistas van a las urnas con un candidato conocido, pero que nunca ha sido cabeza de lista en unas elecciones. Extrapolar de estas municipales un posible buen resultado en otoño sería pecar de optimismo.
d. Podemos.
La gente de Podemos me caería mucho mejor si se hubieran presentado en todo el país con las mismas siglas, aunque sólo sea para poder sumar concejales fácilmente. Aunque entiendo la estrategia seguida (especialmente comparada con Ciudadanos, cuyos resultados parecen peores de lo que son realmente por este motivo), es difícil ver el grado de implantación territorial del partido.
A falta de agregados, hay dos grandes victorias, Madrid y Barcelona. En Madrid han combinado una campaña estupenda, la patética incomparecencia del PSOE y la implosión de IU para ganar la alcaldía a todos los efectos. Que un partido que esencialmente no existía hace un año gane las elecciones en la capital es un logro tremendo, y casi por sí sola justifica la decisión de no presentarse directamente a las municipales.
Digo casi justifica, obviamente, porque Podemos ha conseguido un éxito aún mayor en Barcelona. Es cierto que Barcelona en Comú sólo ha sacado un 25% de los votos, pero en un consistorio con siete partidos ha bastado para ser la lista más votada. Pablo Iglesias y su equipo tuvieron el buen sentido de imponer un candidato propio y dar su apoyo decidido a un aliado natural como era Ada Colau, y han acertado plenamente.
Estoy seguro que Podemos ha fracasado en alguna parte en las municipales. Es más, mirando capitales de provincia al azar seguramente encontraría alguna lista de Podemos que la ha pifiado sonoramente (Sevilla, por ejemplo, donde IU les «robó» la marca) o donde no ha podido contra una alternativa no-PSOE creíble (Valencia). Da igual. El partido ha decidido concentrar sus esfuerzos en varios ayuntamientos claves, buscando un golpe de efecto, y lo ha conseguido.
Por supuesto, en las generales no van a poder permitirse el lujo de buscar circunscripciones vulnerables y maximizar la visibilidad de sus éxitos. El premio, en este caso, es único, y sólo basta quedar primero (o segundo, como líder de la izquierda) para aspirar a la Moncloa. De estas municipales a eso hay un salto enorme, y los resultados autonómicos parecen indicar que Podemos no lo tiene fácil.
e. Ciudadanos.
Es curioso como un partido que sale de la nada en una municipales, se presenta en un montón de sitios por primera vez y llega al 6,5% de los votos puede dar la sensación de haber fracasado, pero las expectativas de Ciudadanos eran enormes.
El resultado final es «bueno», aunque sin demasiados aspavientos; el partido parece haber capturado un buen número de votantes populares ahí donde se presentaba con una presencia decente, pero la misma dispersión del voto ha hecho que no parezca gran cosa. Rivera estaba jugando unas elecciones locales en clave nacional, y eso les ha bastado para sacar un resultado aceptable, pero no para llegar demasiado lejos. A medio plazo, es posible que construir unas bases a nivel nacional sea buena idea, pero eso es difícil verlo ahora.
El partido, ahí donde ha presentado candidatos y ha tenido cierta visibilidad, ha hecho daño al PP. Su problema, sin embargo, es parecido al de Podemos: en las generales no basta con hacer daño, sino que hace falta ser primero de su bloque para llegar a la Moncloa. Los resultados en estas elecciones dan para socio de coalición, no presidente del gobierno.
f. Los olvidados: Izquierda Unida, UPyD
Para Izquierda Unida las municipales tienen un cierto aire absurdo. El partido se ha dejado casi un tercio de sus votos. Dado que el punto de partida era un resultado ya de por sí flojo el 2011, el hecho que no se hayan hundido completamente no sirve de consuelo ante el volumen de las pérdidas. No son un partido testimonial aún (han ganado en 121 municipios), pero la línea descendente es clara.
De UPyD, a menos hablemos, mejor. Básicamente han desaparecido.
—-
Lo interesante ahora será la política de pactos. Pero sobre eso y las municipales en Cataluña ( con un mapa hiperfragmentado) hablaremos con más calma en otro artículo.
En mi opinión,
Gran ganador de la noche, la peculiar estrategia de Pablemos y Errejonemos de presentarse a las municipales aliados con los grupos locales de izquierda y bajo un batiburrillo de nombres.
Pequeño ganador, el PSOE, que con menos votos va a rascar mucho poder municipal y autonómico.
Pequeño perdedor: Ciudadanos, por no cumplir las expectativas.
Gran perdedor: el PP, obvio.
Interesante análisis, aunque echo en falta alguna referencia a los nacionalistas. Yo creo que, más que ganar las candidaturas más visibles, han ganado las candidaturas más flexibles. Por ejemplo, el PNV ha sacado unos resultados excelentes en las tres provincias sin embarcarse en pactos con socios claros que puedan ser un lastre. Por ejemplo, aprueba los presupuestos de 2015 con el apoyo de una parte del PSE.
Me da la sensación de que los partidos que se embarquen en los pactos del «todo o nada» lo van a tener más complicado. Mas lanzó un desafío muy claro, con bloques muy definidos y han ganado los que no quisieron poner toda la carne en el asador por ninguno de los dos bloques.
Un cordial saludo.
Lo de ayer fue solo la primera vuelta de las elecciones locales. Ahora toca la segunda: los pactos. Se han repartido las cartas, pero falta ver como las juega cada uno. Pero en general no tienen muchas opciones: los resultados han dejado las cosas más claras de lo previsto.
Una cosa que vengo notando, en mis 33 años de elecciones, es que la gente suele votar «mejor» de lo que anuncian las encuestas. En este caso, han castigado brutalmente al PP (muy merecido), han dejado vivo al PSOE (prudente), obligan a Podemos a gobernar con la «casta» del PSOE (a ver cómo lo hacen), y dejan a Ciudadanos como «outsider» sin más opción que abstenerse y dejar que gane el que gane (a no ser que decidan suicidarse votando «si» al PP en la comunidad de Madrid, pero Rivera no es idiota).
Una pequeña observación, Roger. Podemos no se presentaba en Sevilla como «Ganemos» como indicas, y que ha obtenido un 4,13% de los votos, sino como «Participa Sevilla» que ha obtenido un 9,06%. Si a los votantes sevillanos les ha pasado como a ti, y han confundido la candidatura de Ganemos con Podemos, algo que considero probable, habrían conseguido un 13,2% de los votos.
Aún así, estos resultados estarían por debajo de los obtenidos en las andaluzas de marzo con un 17,97%. Pero pifia, pifia, creo que no lo ha sido.
Nota: El voto en las municipales hay que analizarlo en gran parte en clave local. El PP ha ganado en Sevilla capital con un 32,98% frente a un 27,18% en las autonómicas de marzo.
Ganemos no es Podemos en Sevilla! El partido homologó a la formación Participa Sevilla, que consiguió 3 de 31 concejales. Ganemos Sevilla fue una triquiñuela de un escindido de IU, que los troleó apropiándose de la marca y el eslogan. Creo que la mayoría de los votos de Ganemos Sevilla fue de gente que los votó creyendo que eran Podemos, y si sumamos ambas formaciones, Ganemos acaparó el 31% de los 40.395 votos totales, que fueron tirados a la basura. De no ser así, Participa Sevilla (que se hubiese presentado como Ganemos Sevilla) bien podría haber conseguido un par de escaños más, calculo yo.
Datos de Sevilla capital: http://resultadoslocales2015.interior.es/99MU/DMU0141909199_L1.htm?d=2073
Vale.
Según me estoy informando hubo una iniciativa ciudadana de izquierdas pero independiente que no consiguió ser apadrinado por los grandes partidos nacionales (Podemos e IU). IU se presentó con sus siglas, Equo con las suyas y Podemos con Participa Sevilla. El debate podría estar en la propiedad legítima de la marca «Ganemos» y el eslogan «Sí Se Puede»: ¿el 15-M o Podemos?. Desde luego, pienso que muchos de los votantes de esa formación creían que votaban a Podemos, y querían votar a Podemos. Quizá me equivoque…
Cuidado con subestimar a Ciudadanos… por ejemplo en Sevilla, Ciudadanos consiguió en toda la provincia unos 46.762 votos, que es solo un 5,24%, pero de ese total nada menos que 28.442 los consiguió en Sevilla misma, donde logró un 9,28%. Lo mismo ocurre en Valencia, donde consiguió en la provincia entera 118.257 votos (un 8,63%), y más de la mitad en Valencia misma, donde reunió 63.399, un 15,38%, en Alicante, y en muchos otros sitios: el problema de Ciudadanos es que tiene tan poca infraestructura local que no se presentaba en muchos municipios (el mismo que llevó a Podemos a diluir su marca en estas elecciones) pero en unas generales, en las que no hacen falta tanta capilaridad, tantos candidatos y agrupaciones locales, habría obtenido un resultado bastante más elevado… y por cierto probablemente habría hundido aún más al PP.
«DE UPyD a menos hablemos, mejor…»
¿»A» menos hablemos? ¡Dios ! ¡Duele! ¡Dueleeeeee!
Recordemos todos al Sr Lobo, y no empecemos a chupar nada. Vamos a vivir momentos interesantes, muy abiertos.
El PP buscando sus cinco millones de votos perdidos, mientras sigue con su mantra España va bien. Pero el flanco ancianitos está en declive, el flanco jovenes esta muy-muy-muy cabreado ( las dificultades para votar de los emigrantes han hecho mucho daño ) y los contratos por horas o sin cotizaciones sirven para las estadísticas y los titulares, pero no recompensan en votos.
El PsoE debatiendose entre los dinosaurios del sentido de Estado y el no hacerse sangre entre la gente bien y – espero – entre unos renovadoress que han sentido el aliento en sus cuartos traseros de Podemos y demás fauna – ojo a Galicia, que no todo es Madrizzz – y con la obligación de hacer unos cuantos sacrificios para demostrar que no son un PP en aconfesional y marchoso.
Podemos, respirando. Al igual que Ciudadanos, tenían en terrible problema de montar candidaturas casí sin militantes minimamente verificados. Han sobrevivido a las convulsiones y los focos sobre Errejones y Monederos, sobre batiburrillos y mandangas varias y sus votantes , reales y potenciales, ya tienen una base desde donde sostener sus ganas de sangre. Las Generales, como no descubran al Pablo practicando artes oscuras con niños virgenes, no pintan nada mal, a no ser que se vendan demasiado baratos o demasiado caros en los futuros pactos.
Y, por último, IU tiene que ponerse las pilas. No se si serán capaces de recomponer filas y cortar alguna cabeza de aquí a las Generales, pero si se descuidan , pueden convertirse en una UPyD con un martillo muy gordo y una hoz muy pequeñita.
Pd.- Un par de apuntes:
¿De donde sacas que Compromis es de izquierdas? El Bloc, la mitad (o más) de Compromis es derecha, por mucho que Oltra y Molla tiren más hacia el lado eco verde. Mucho Marx y parias de la tierra no se les vé.
Los nacionalistas a lo suyo. El PNV sigue reinando , Bildu sufre el hecho de que dar trigo no es lo mismo que predicar y Cataluña requiere que los que viven allí nos lo expliquen mejor. De momento, la Ciudad-Estado de Barcelona cambia de manos. Malas lenguas dicen que Trias estaba sosteniendo financiaramente a Mas, veremos que pasa si se entienden los del sector perroflauta y se corta eso.
Vivimos tiempos interesantes, quiza sea una desgracia, pero , como poco, van a venir meses entretenidos.
¿El Bloc es de derechas? Primera noticia. Hombre, vale que no es marxista-leninista, pero es que, retóricas aparte, ya nadie no es: ni Podemos ni Izquierda Unida.
El Bloc es basicamente nacionalista y ha estado muy vinculado a ese partido de izquierdas conocido como CiU, participando en coaliciones para las Europeas con ellos.
Que el centro, en España, se ha desplazado tanto que los partidos democristianos y confesionales de declaren centristas y los moderados hayan pasado a ser progres e izquierdistas peligrosos, mientras que los socialdemócratas clásicos son ya la ultraizquierda, es algo a explicar y que puede que se deba al control que han ejercido los dos partidos potentes de este país sobre prensa (vía subvenciones) y radio y televisión (vía concesión de frecuencias).
«El Bloc es basicamente nacionalista y ha estado muy vinculado a ese partido de izquierdas conocido como CiU».
Correcto, como Esquerra Republicana de Catalunya. O como Bildu y sus anteriores encarnaciones con respecto al PNV. Lo que no impide que se les llame la «izquierda abertzale».
Estoy de acuerdo en que ninguno de ellos serían considerados izquierda en ningún país serio de nuestro entorno, pero es que aquí lo han sido desde el inicio de la Transición. Tal vez el problema sea menos el desplazamiento del centro en España como la perversa identificación del nacionalismo pueblerino con la izquierda. Hasta el punto de mucha gente crea que es izquierdas Sor Lucia Caram. Pero ese es otro asunto: si hemos decidido llamar izquierda a eso en España, habremos de seguir haciéndolo. Porque es que no hay otra, ni se la espera.
¿que Compromís no es de izquierdas? Es una coalición que viene de una línea de partidos muy larga, los primeros (creo) UPV y el Bloc, claramente de izquierdas. Solo eso ya debería de ser suficiente…
Se le unieron escindidos de IU, como Joan Ribó, el probable futuro alcalde de Valencia fue secretario general de EUPV -la marca local de IU- y jefe de su grupo parlamentario en las Corts, Oltra y Mollá, las caras más conocidas, que fueron expulsadas de EUPV…
De todos modos, revisa los apoyos juveniles que tiene. No te va a quedar duda. Y sí, son nacionalistas. Más de lo que parece.
La estrategia de Podemos para las municipales ha sido muy buena, no como Ciudadanos que se equivocaron a mi parecer. En Podemos pensaron que es mejor no formar la estructura local tan rápidamente, y así es, porque podía pasarles como ha pasado a Ciudadanos acogiendo a políticos de otras siglas y otras rarezas sucedidas. Montar la estructura local y autonómica a la vez y tan rápidamente es un desproposito.
Pero Pablo Iglesias se equivoca al atribuir la victoria de las locales a su partido, cuando por ejemplo en madrid ciudad la marca municipal (Ahora Madrid) le saca mas de doscientomil votos a la autonómica (Podemos). Un muy buen resultado de todas formas.
Ciudadanos se presento en todo lugar posible, y tuvo un buen resultado en algunos lugares, pero ni tan buenos como se esperaban y en parte es por ese descontrol. Presentarse como alternativa no funciona por igual en todas partes, por ejemplo en localidades medianas-pequeñas casi afecta más el nombre del candidato que el partido.
Para sacar mejores conclusiones para las generales se tiene que mirar a las autonómicas.
Las municipales de 2011 fueron la vuelta de la marca EHBildu al circuito electoral después de la ausencia legalmente impuesta. Fueron unos resultados de «entusiasmo». Pero no es lo mismo predicar que dar trigo y el resultado de su gestión municipal (absolutamente enfrentada a la población por un sistema de recogida de basuras llamado PaP, que se merece un post propio) y en la diputación foral de Gipuzkoa (con una percepción generalizada de falta de equipo, preparación y capacitación) les ha llevado en estas municipales de 2015 a perder presencia en votos, concejales, junteros y alcaldías. Debacle de la izquierda abertzale en su feudo de Gipuzkoa.
Pasar de detrás de las pancartas a gestionar es complicado. Y alardear de medidas muy populares (hay señora Colau, la experiencia en la PAH no creo que sea extensible a la segunda ciudad del estado) que luego hay que pagar (con los impuestos de los ciudadanos) es bastante más complicado de lo que parece. Los juegos de pactos y pasar del eslogan a la contabilidad municipal es un baño de realidad que, cuando bajen las aguas de entusiasmo, pueden dejar muchos «traseros al aire».
Mención aparte el sr.Maroto: ha puesto una pica en Flandes señalando que la RGI (renta de garantía de ingresos) al menos en Vitoria se merece una revisión exhaustiva porque hay fraude, de propios y extraños, y de gentes de a pie. Y se mantiene como alcalde del PP, sin perder votos.
Apasionantes meses, desde luego
Lo del batacazo de Bildu es una de esas «verdades» recurrentes que todo el mundo replica cual papagayo, pero si se analizan los datos, el verdadero batacazo en Euskadi se lo ha pegado el PP. Bildu ha perdido en Donostia menos de 1000 votos tras 4 años de gestión y con una guerra de por medio tan sonora como ha sido el sistema de recogida de basuras.
Vamos, que si perder 12.000 votos en Guipuzkoa después de todo lo ocurrido con el sistema de recogida de basuras, o 20.000 votos en todo Euskadi es una debacle de la izquierda nacionalista vasca, lo del PSE QUE HA PERDIDO CASI EL MISMO NÚMERO DE VOTOS SIN APENAS GOBERNAR AYUNTAMIENTOS, COMO PODRÍA CALIFICARSE.
Creo que antes de escribir comentarios de oídas, es mejor informarse un poquito que con el Google no cuesta tanto.
Sólo por concretar datos:
La variación de voto de EH Bildu (Sortu+EA+Aralar+Alternatiba):
-En Donostia: pasa de 24.842 votos (29,37%) a 20.467 votos (21,24%). Y pasa de 1ª a 3ª fuerza.
-En Gipuzkoa (diputación): pasa de 136.330 votos (40,56%) a 103.101 votos (29,25%).
-En Euskadi (conjunto votos diputaciones): pasa de 310.515 votos (29,48%) a 242.144 votos (22,73%).
-En Euskadi (conjunto votos municipales): pasa de 307.986 votos (29,03%) a 254.154 votos (23,85%).
Ni son 12.000 en Gipuzkoa ni 20.000 en Euskadi. Es alguno más, y eso sin tener en cuenta que el «número» en si poco aporta sin tener en cuenta el tamaño del censo. Y, ayuntamientos en los que se ha impuesto el PaP y ahora han perdido la alcadía hay unos cuantos.
«Creo que antes de escribir comentarios de oídas, es mejor informarse un poquito que con el Google no cuesta tanto. «
Gracias Aitor por los datos aportados.
El objetivo de mi comentario no era repasar quien ha ganado o perdido, si no centrar la atención en un hecho: EHBildo era / es una plataforma y sobre todo un opción política que se ha caracterizado por una posición «de pancarta» y apenas de gestión, más allá de algunos municipios, sobre todo pequeños y en el interior de Gipuzkoa.
El reto de su triunfo en las elecciones de 2011 fue que le dio la oportunidad de gobernar en la Diputación Foral de Gipuzkoa (con muy amplias competencias) y en un ayuntamiento grande, como es Donostia.
El resultado de 2015 ha sido una penalización en votos en favor de un voto útil (PNV) al que una parte relevante de la sociedad le ha otorgado implícitamente dicha capacidad de gobierno.
Porque este es el quid de la cuestión: en mayoría o minoría los votos representan gobernar para todos, administrar una institución con criterios de buen gobierno. Esto exige pasar del eslogan y la pancarta a la acción pública que debería ser medida, consensuada, transparente y sobre todo conciliando las partidas de gasto e ingresos. Para esto hay que tener equipo, personas preparadas y asumir la realidad y los compromisos institucionales.
Es, simplemente, una llamada de advertencia con respecto de la capacidad de gestión de la pléyade de plataformas presentadas al amparo de Podemos o asimilados. Ahora, además de haber ganado en votos hay que gestionar de acuerdo con las expectativas de todas la sociedad y no sólo para el bloque militante que no cambia su voto haga lo que haga su partido.
Por cierto, no hablo de oídas, vivo en Gipuzkoa.
http://www.elcorreo.com/elecciones/municipales/resultados/2015/municipales/pais-vasco/gipuzkoa/
http://www.elcorreo.com/elecciones/municipales/resultados/2015/municipales/pais-vasco/
http://www.elcorreo.com/elecciones/municipales/resultados/2015/municipales/pais-vasco/gipuzkoa/donostia-san-sebastian.html
Salvo error u omisión
El error está en no sumar los de Aralar en 2011, entonces se presentaba por separado y ahora junto a EH Bildu.
http://www.euskadi.net/elecinf/2015/elecciones-municipales-juntas-generales/indice_mun_c.htm
Habrá que ver en que queda la estructura del PP una vez se abran las ventanas y se aireen los cajones en muchos sitios. Habrá que ver si Montoro corta la financiación con la que estaba oxigenando cientos de Ayuntamientos. Habra que ver los frentes que se van a abrir en muchas CCAA, donde la Comunidad Valenciana ya no va a ser ese remanso de asesores y emprendedores a la sombra que ha sido hasta ahora.
El PP ha practicado una politica de puño de hierro en guante de hierro y solo ha aplicado control de daños en lo que creía que le iba a afectar más seriamente ( aborto, por ejemplo, cuya reforma casi ha quedado en agua de borrajas…). Ahora el sector 15M ha visto su fuerza, quiere cobrarse algunas cuentas y va a ir al derribo y luego dios dirá. El PsoE tiene una papeleta difícil, falta por ver si le obligarán a GK o no, si se atreverá a hacer limpieza o si será un socio leal en las coaliciones que están por llegar.
A algunos se les va a hacer muy largo el camino hasta las Generales…
Me parece muy relevante obtener y publicar ese «agregado» de Podemos que falta en las municipales. Como máximo, se menciona este número, pero en ningún lugar se ofrece ni siquiera una aproximación. Tampoco se encuentra una lista de candidaturas, de forma que el que lo desee pueda mirar los resultados de votos de cada una y sumarlos. Solo sería una lista de algunos cientos de números, tediosa pero sencilla de sumar. En fin, esperemos.
En mi humilde opinión, creo que los grandes culpables de los resultados autonómicos del Partido Popular son Mariano Rajoy y sus secuaces. Caras viejas, «requetevistas», muchas de ellas salpicadas por la corrupción y con muy poco carisma y cercanía hacia los ciudadanos. Ese ha sido el verdadero lastre del PP, un problema de imagen de partido que se ha extrapolado hasta las comunidades autónomas
En cuanto a los pactos, como bien dices, al PSOE le favorecen las segundas posiciones. Yo me pregunto, ¿en qué benefician al PP los primeros puestos? En el panorama político hay bastantes más partidos de izquierdas que de derechas, lo que dificulta mucho los pactos entre el PP y otros. En la mayoría de los casos, los populares se reducen a bipartitos con Ciudadanos.
Esto me da que pensar. ¿Quiere decir que ahora, con las nuevas formaciones, el PP solo va a poder gobernar con mayorías absolutas? Pregunto…
Esa manía de situar a Ciudadanos como un recambio del PP ¿responde a algún estudio demoscópico o al pálpito de cuatro periodistas que todos siguen sin pensar? No entiendo ese empeño en decir que los votantes del Ciudadanos son antiguos votantes del PP y que son derecha, etc. Conozco a mucha gente que los ha votado (yo mismo) y nunca hemos votado al PP. No me atrevo a extrapolar datos por esta experiencia mía, pero tampoco entiendo a los que tienen tan clara la correspondencia contraria.