Sociedad

Baltimore y el castigador altruista

1 May, 2015 - - @egocrata

Uno de los comentarios más repetidos al hablar de los disturbios de Baltimore es sobre su presunta irracionalidad. Los saqueadores y vándalos, se dice, están deslegitimando las protestas con sus actos violentos. Lo moralmente aceptable, verdaderamente democrático y poderosamente efectivo, según esta línea argumental, son las protestas pacíficas sin violencia, movilizando ciudadanos y votantes para pedir cambios a las autoridades e instituciones.

Dejando de lado el tufillo racista de ciertos comentaristas cuando dicen estas cosas (En Fox News ayer estaban ayer a dos pasos de decir «estos negros son unos bárbaros incivilizados«. Bueno, de hecho lo dicen de vez en cuando), no deja de ser un argumento bastante paternalista. Los personas que viven en estos barrios marginales en una ciudad como Baltimore tienen conflictos con la policía porque no protestan bien, más o menos. El debate sobre violencia policial pasa a ser uno de tácticas de negociación, no de injusticia permanente.

La cuestión es, cualquier persona que haya vivido en una ciudad o barrio con problemas endémicos de violencia policial sabe que el problema a menudo no es que no se quejen bastante, sino que las instituciones protegen antes a los policías que a sus víctimas. Por muchas denuncias contra el departamento de policía de Baltimore que uno haga, los políticos van a a querer estar al lado de los héroes y contra los criminales, los fiscales dependen de los policías y no van a ponerles nerviosos, y los jueces viven todo el día con ellos, así que de quién  se van a fiar. Empeorando las cosas, a los medios de comunicación en general les importa un comino lo que les pase a los pobres. La no-violencia y el actuar dentro del sistema puede sonar virtuoso, pero a menudo se parece bastante a darse de cabezazos contra una pared.

Es en estos casos cuando la violencia, de forma contraintuitiva, puede resultar ser una salida racional. Steve Waldman, un economista americano originalmente de Baltimore, escribía ayer sobre la estrategia del castigo altruista (altruistic punishment) como una forma de romper este bloqueo.

Un castigador altruista es, básicamente, alguien que impone costes a terceros en un conflicto sin que el castigador extraiga ningún beneficio en el proceso, o incluso con el castigador sufriendo costes elevados. Esto puede parece una forma absurda de resolver un conflicto entre dos partes, pero en el fondo es una estrategia de señalización: estas tan harto de perder y comerte marrones que estás dispuesto a atizar a cualquiera que te pase por delante para que al menos alguien más sepa del problema, aunque esto empeore la situación. En cierto sentido, es la estrategia del soldado que muere heróicamente para vengar a sus compañeros en una guerra. Cero beneficio personal, un montón de cadáveres inútiles en ambos bandos, pero una mensaje colectivo claro al otro bando: quizás perdamos, pero derrotarnos será una experiencia horrible.

Como señala Waldman, el castigo altruista no es una estrategia necesariamente salida de la reflexión. Es una respuesta emocional, de tribu, salida de la desesperación. Pero es racional en el sentido que cambia las reglas del juego: los medios de comunicación ignoraron Baltimore hasta que no hubo los primeros altercados, y no monopolizaron la atención del país hasta que empezaron a quemar cosas. El problema para la policía y autoridades ya no se reducía a sus interacciones con el lumpen, sino como esa gente a la que habían estado martirizando decidía hacer lo mismo a terceros. Los vándalos apenas sacan nada de sus actos (más allá de una botella de whisky o un cartón de cigarrillos), pero corren el riesgo de ser detenidos y encarcelados, pero a ellos les da igual. Ellos, como el soldado medio suicida, están ahí para llamar la atención, no para ganar una guerra.

¿Quiere decir que estoy apoyando los saqueos, disturbios e incendios? No, en absoluto. Como dice Waldman, los disturbios son violencia, y la violencia no tiene cabida en democracia. Los vándalos deben ser detenidos y castigados. Infligir dolor a inocentes es despreciable, injusto e inaceptable. Que sea inaceptable, sin embargo, no quiere decir que no sea una reacción comprensible, incluso perversamente racional, a un problema de opresión permanente. Colocar a un grupo en una posición tan insostenible como para que estén dispuestos a tomar este paso es, en el fondo, una forma de violencia.

Una nota final: es importante recalcar también que el castigo altruista es, por muchos motivos, una parte central del funcionamiento de cualquier sociedad. El mundo a menudo ha avanzado a base de las protestas de gente lo suficiente cabreada e insensata como para sufrir castigos severos y grandes pérdidas sólo para demostrar que las cosas van mal.

Pero sobre todo, leed el artículo de Waldman, que es realmente bueno. Feliz día del trabajo.


42 comentarios

  1. dave dice:

    Los medios sí han celebrado la «violencia», pero sólo la de la famosa mamá con su hijo quinceañero . Y de paso han sacado a relucir todos los estereotipos racistas que perduran en esta sociedad.

    • Pescador dice:

      Si, no ha dejado de ser cachondo el tema. Por aplicar ese tipo de «correctivos educativos», en España te caen de 6 a 9 meses de arresto e igual periodo con orden de alejamiento. Y todas las teles aplaudiendo el festival de collejas…

  2. Argos dice:

    Uno de los problemas de este tipo de artículos es que siguen apoyándose en una serie de términos que han perdido su significado original y al que se recurre como elemento emocional en vez de como un término con significado específico y función lógica en una narrativa. Verbigracia: opresión.

    En tiempos de Marx la opresión de la clase proletaria se debía a que apenas obtenían una parte justa de la plusvalía generada por su trabajo. En suma: el obrero generaba un valor y el capitalista se quedaba con la mayor parte de él, dejando al obrero unas tristes migajas.

    Pero este no es el caso ahora: Estados Unidos no es un país homogéneo. Es un país dividido en dos sociedades que no interaccionan entre sí. Los negros no están oprimidos porque los blancos se queden con el fruto de su trabajo. La opresión negra consiste en que los blancos simplemente no quieren saber de ellos: no quieren tenerlos cerca, no quieren contratarlos, no quieren negociar con ellos. No les explotan, no les esclavizan, simplemente se apartan. Es más, en términos netos hay una transferencia de rentas desde los blancos a los negros. Es decir: en términos prácticos estamos hablando de dos sociedades separadas donde en todo caso hay una transferencia de rentas de blancos hacia negros, de la supuesta clase opresora a la oprimida, no al revés, como ocurre en el marxismo tradicional, donde hay una transferencia de plusvalía de obreros a capitalistas.

    La presión policial, por cierto, es proporcional a la criminalidad. Es mayor con la comunidad negra, cierto, pero es mayor de forma proporcional a la mayor criminalidad. O mejor dicho: ni siquiera llega a ser proporcional. Si la atención y la presión de la policía sobre las diferentes comunidades fuera realmente proporcionales a la criminalidad en términos de homicidios o burglary, por ejemplo, la comunidad negra sufriría incluso más presión policial de la que tiene ahora. Se puede argumentar que esta presión policial es jodida, ¿pero racista?, no. Hay un razón lógica tras ella independiente de la raza.

    ¿Opresión?. No. La comunidad blanca no oprime a la comunidad negra. Simplemente no la acepta. Prefiere que cada uno vaya por su lado. No la ataca, pero tampoco quiere relacionarse con ella. Simplemente le gustaría poder olvidarse de que existe y que cada uno vaya por su lado. Y la libertad también consiste en esto: en no joder a nadie, pero ser libre de con quien te apetece relacionarte y con quien no. ¿Justifica ellos que los negros sigan siendo pobres?. Estamos hablando de un población equivalente a la población española: incluso aunque la exclusión de la economía blanca fuera total (que no lo es ni de lejos) podrían haber desarrollado una economía paralela, en vez de seguir insistiendo en ser aceptados dentro de una economía blanca que no los acepta.

    Y llegamos aquí al castigo altruista: se destruye la propiedad de terceros para señalar que los blancos no se quieren relacionar comercial ni laboralmente con los negros (mientras que sin embargo, no tienen problema en hacerlo con hispanos, e incluso valoran a los asiáticos por encima de los propios blancos). El problema del castigo altruista es hasta que punto es justa o razonable tu demanda. Si mi vecino quema mi coche como castigo altruista para señalar el problema de que su novia ha cortado con él y no quiere verlo más, lo más probable es que termine muy cabreado con mi vecino, y que yo tampoco quiera volver a verlo ni en pintura.

    Es decir, lo negros están destrozando propiedades para denunciar que los blancos no se quieren relacionar con ellos. Y de esta manera esperan que se muestren menos reacios a hacerlo. Good luck with that.

    • José Jarauta dice:

      «The long, painful and repetitive history of how Baltimore became Baltimore».

      http://www.washingtonpost.com/blogs/wonkblog/wp/2015/04/29/the-long-painful-and-repetitive-history-of-how-baltimore-became-baltimore/

      Quizás son blandos con los negros porque tienen mala conciencia, o quizás porque muchos llegaron allí sin ser invitados (creo que muchos de sus ancestros fueron comprados en alguna parte y no valían lo que costaron), o puede que sea por una guerra interna que tuvieron que dejó a muchos insatisfechos, o tal vez porque no han podido meterlos en reservas como a los indios (la tierra tiene valor) y montarles algún casino. Creo que el error fue no reembarcar a todos rumbo a Liberia pero no hay moviola. Bad luck with that.

      El sueño americano tiene rincones muy fotogénicos.

      http://www.dailymail.co.uk/news/article-2307221/Baltimore-poverty-plagued-city-5-years-TV-The-Wire-left-screens.html

    • Pescador dice:

      No acabo de entender que tiene que ver toda esta explicación sociológica con que te arresten por darte a la fuga/delitos menores y acabes con dos fracturas espinales.
      O que te disparen 8 veces por la espalda…siendo , además un ciudadano plenamente localizable.

      • Santiago dice:

        te refieres a la explicación sociológica del castigador altruista y los disturbios, o a la de los blancos que no se quieren relacionar con los negros?

        Creo que están hablando de los disturbios más que del detonante concreto.

        • Pescador dice:

          Me refiero a que aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, se pone a hablar de su libro. A lo mejor si busca por Oklahoma , le salen algunas dudas sobre si la población negra de EEUU ha tenido alguna vez la oportunidad de ir construyendo una «economía paralela», sin contacto con los blancos. O si los blancos podrían permitirse excluir a todos los negros o les conviene economicamente. Ni todo es tan fácil como reducirlo a «transferencias netas» de blancos a negros.

          • José Jarauta dice:

            Estimado Argos:

            «Uno de los problemas de este tipo de artículos es que siguen apoyándose en una serie de términos que han perdido su significado original y al que se recurre como elemento emocional en vez de como un término con significado específico y función lógica en una narrativa. Verbigracia: opresión.»

            Su revisión narrativa se me antoja muy pobre y descafeinada, típica (para mí) manifestación del «Virgina Dare´s bias» para simplificar.

            http://www.vdare.com/about

            Presonalmente prefiero utilizar otros conceptos como esclavitud (desde la), marginalidad y pobreza, desigualdad de oportunidades en origen y círculos viciosos (path dependence), entre otros.

            Como señala acertadamente Pescador, supongo que se refiere a ese, el caso de Tulsa en 1921 es de interés

            http://en.wikipedia.org/wiki/Tulsa_race_riot

            Por otro lado no soy partidario de conceder el derecho de pernada (es un decir) ni a negros ni a blancos ni a mezclas por el mero hecho de serlo.

            Pd: el articulista de V-dare que más me gustaba falleció en 2005, Sam Francis.

    • Aloe dice:

      «La comunidad blanca» o «la comunidad negra» «quiere» o «no quiere» cosas y «es delincuente» por lo que está justificado que se «la» persiga.

      Con este tipo de razonamiento no sé qué pintan la ley, la responsabilidad individual o el Estado de derecho. Siendo consecuentes, «la comunidad negra» tendría sus propias leyes, policía, fiscales y jueces, y allá se las compongan. O sea, todo eso del multiculturalismo tan loco con cada «comunidad» aplicando su ley y viviendo por separado.

      Como tampoco se defiende eso, la conclusión debe ser que resucitar una teoría social de las castas de la época feudal es una cosa preciosa y nada arcaica, no como los conceptos decimonónicos, que están pasados. Los blancos son la casta que tiene el monopolio de la fuerza legal y tiene perfecto derecho a tratar a cada casta inferior como un todo con responsabilidad colectiva, y detener o matar a cualquiera de sus integrantes cuando quiera en nombre del orden y la ley.
      Eh, en nombre también de lo justo, lo razonable y moderado y la libertad individual. Que quede claro.

  3. Navarta dice:

    Este artículo, si cambiamos el nombre de Baltimore por el del barrio burgalés de Gamonal, no pierde ni un ápice de su significado e intencionalidad.

  4. José Jarauta dice:

    Siempre se ha sabido que cuando un grupo no tiene nada que perder, o ha perdido tanto que todo le da igual, o es consciente de que su esperanza de ganar algo tiende a cero (AKA no tiene futuro) y llega a la conclusión de que su valor como personas dignas de atención por la sociedad ha convergido a cero (han desaparecido del radar), la bomba social ya está montada. Sólo necesita tiempo y un detonante. Tema muy visto. Una variante del juego de la gallina, ésta lo sabe o lo intuye pero le es indiferente, ya está desplumada.

    • José Manuel dice:

      Tio, estás hablando como si hace 20 años la situación hubiese sido distinta. O hace 60, o 100. Para desaparecer debió haber algo ahí antes, ¿no?

      Esto tiene de estallido social lo que tarden en llegar a la parte del estado donde la gente acostumbra tener un arma y dispara antes de preguntar.

      • José Jarauta dice:

        Estimado José Manuel:

        Como es algo sabido normalmente se toman medidas para mitigar el problema, los cambios son lentos pero se producen. De hecho a día de hoy tienen un presidente negro, es un avance.

  5. PNCad dice:

    Me ha molado este articulo.

    Ultimamente Alburquerque esta en las noticias porque un fiscal ha decidido investigar unas muertes con policias involucrados:
    http://www.washingtonpost.com/news/the-watch/wp/2015/01/15/albuquerque-prosecutor-indicts-cops-immediately-faces-repercussions/

  6. Ramón García dice:

    Muy bien Roger, muy bien. Humano y realista.

  7. heathcliff dice:

    Me sumo a Argos.

    saludos

  8. Javier dice:

    Oh. Ahora los disturbios son una especie de actitud racional y altruista.

    ¿Cuál es el resultado de los disturbios? Lo sabemos, ha habido unos cuantos. Está estudiado. El resultado es que la gente a la que has saqueado se va. ¿Qué racistas, verdad? No sólo los blancos, la gente de todas las razas. En lugar de ponerse del lado de los que les han robado y quemado el local, que al parecer es lo que el autor del artículo consideraría racional. Y de propina, votan por endurecer más el sistema criminal. Porque no hay nada como una agresión en carne propia para pensar que los indeseables están mejor entre rejas, o muertos.

    Luego el autor hará otro artículo sobre lo malo que es el «white flight», lo racista que es no querer mandar a tu hijo a un colegio de esta gente tan amable, pacífica y deseable, lo malvados que son el sistema judicial y las policías etc. Y lo publicará al lado de éste, que dice que los disturbios y el saqueo son racionales y una estrategia efectiva, pero inmoral.

    • Sgt. Kabukiman dice:

      Usted no se ha enterado de nada.

      «Como señala Waldman, el castigo altruista no es una estrategia necesariamente salida de la reflexión. Es una respuesta emocional, de tribu, salida de la desesperación. Pero es racional en el sentido que cambia las reglas del juego: los medios de comunicación ignoraron Baltimore hasta que no hubo los primeros altercados, y no monopolizaron la atención del país hasta que empezaron a quemar cosas»

      Sospechamos que a algunos de los que nos deleitan con sus reflexiones lo que les mola es que negros (y pobres) sean apaleados en silencio, pero quiza sea hasta estupido creer que negros (y pobres) compartan ese interés.

      Un cordial saludo

      • Javier dice:

        Lo que quiero decir es que los disturbios «cambian las reglas de juego»… para mal. Los medios de comunicación se fijan en los saqueadores, sí, pero el que los ve saqueando no piensa que la policía es mala. Sino que los que salen por la tele haciendo eso son unos delincuentes.

        Y por cierto que el efecto de los disturbios en los barrios de negros en EEUU está muy estudiado. No me lo he inventado yo.

        Tu ves inmoral pedir a la gente que no saquee ni incendie tiendas. Yo veo inmoral aprobar actitudes que condenan a los desfavorecidos y oprimidos a seguir siéndolo. Porque me gustaría que dejaran de serlo.

        • Pescador dice:

          Yo creo que aquí nadie ve inmoral pedir a la gente que no saquee ni incendie tiendas – minetras tu si ves gente que lo cree- sino que ven racional que la gente que ve su futuro negro no encuentre incentivos para el respeto a las leyes, y más cuando la aplicación de las leyes depende de la fuerza coercitiva, más que de la moral.
          Es muy fácil hablar del respeto a las leyes, al orden público y al imperio de la ley cuando tu posición es sólida y tu camino en la vida está encarrilado dentro de una normalidad. Es el tipo de solidez que te permite solicitar un incremento de las medidas y leyes represivas porque eso nunca te va a pasar a tí. Pero luego te pasa… aunque siempre es peor ser robagallinas que llevarselo crudo por millones y la gente con una posición sólida y más o menos segura siempre clama contra los robagallinas. Será que el humo les afecta y el robo a traves de malversación de impuestos y capitalismo de amiguetes no escuece en los ojos.

          • Javier dice:

            «Es muy fácil»…

            Me recuerda al clásico ejemplo del borracho que dice «es muy fácil pedirme que no me emborrache».

            Será fácil decirlo, pero es verdad que ser un alcohólico es malo. Es duro dejar de beber. Es duro ser alcohólico. Pero dejar de beber es el único camino. Y seguir bebiendo no es «racional» ni «altruista». Porque es autodestructivo.

            Y verás, ir a una licorería, prenderle fuego a la tienda y a toda la manzana mientras te emborrachas con lo que has saqueado, romper la luna de una tienda y llevarte a casa la tele de plasma más grande… no te granjea las simpatías del mundo. Destruye tu barrio para mucho tiempo, de varias maneras insidiosas. Y el buen nombre de tu comunidad.

            Te puede parecer injusto que el mundo no vea una pobre víctima en el pandillero. Te puede parecer injusto que no se limiten a odiar a los que te caen mal a ti. Pero la vida y el mundo son como son. Siendo así, hay actitudes adaptativas y provechosas y hay actitudes autodestructivas.

            Y ser indulgente con las acciones autodestructivas, «comprenderlas», llamarlas «racionales» y «altruistas» es inmoral.

            • Sgt. Kabukiman dice:

              Y vuelta la burra al trigo.

              Gracias a los disturbios, alguien ha tomado cartas en el asunto. La actuación policial va a ser investigada. Y se vuelve a poner sobre la mesa el problema de la discriminación, la pobreza, la eficacia de las politicas compensatorias, etc, etc.

              Entiendo que juzgar a todo un colectivo por lo que hace una parte del mismo es facil; también que proviene de una tradición muy occidental de creer que la vida da a todo el mundo lo que se gana. Imagino que el que nace en las tres cuartas partes del mundo sin sus tres comidas diarias y con el valor de la vida humana bajo minimos no juzga con tanta ligereza lo que hace otros a 4000 kilometros.

              • Javier dice:

                Gracias a los disturbios, Baltimore será muchísimo peor. Es lo que viene pasando con los disturbios en EEUU desde los 60. Está estudiado, demostrado, y fuera de toda discusión.

                Juzgarles es totalmente natural, lógico y racional. Es como funciona el mundo. Y decir «oh son pobres marionetas de sus circunstancias» es también una rancia tradición.

                • Yann dice:

                  Y añadiría: y juzgar desde la distancia cuando uno se sabe a salvo de que le quemen el coche o la tienda o la casa es también una rancia tradición.

                  Antaños las diferencias iban por clase. Las señoras de la alta aristocracia que querían mostrar su humanidad, aunque no pisaban un barrior pobre ni en pintura, se permitían hacer alegatos morales desde su torre de marfil. Hoy en día la separación física ya no se debe a la cuna o al apellido, pero sigue ahí. Quien se sabe a salvo de encontrar su coche o su casa en llamas se permite su «oh son pobres marionetas de sus circunstancias», con la diferencia de que ha cambiado la reunión de señoras para tomar el té con el meñique alzado por el moderno foro de internet. La forma es diferente. El fondo, el mismo.

                  • José Jarauta dice:

                    Una generalización vulgar. La vida es más compleja. Tengo un amigo payo que fue cabecilla de una pandilla de gitanos, vivía en un barrio marginal, tiene madera de líder y se acabó haciendo del Opus Dei, una excepción como otra cualquiera.

                    Cuando se atraviesa un suburbio empobrecido con graves problemas de criminalidad y lo que se conoce como marginación no hace falta ser premio Nobel para saber que es campo abonado para la violencia. Cuándo y cómo son dos incógnitas que se acaban resolviendo con el tiempo.

                    Como toda violencia es condenable ahora mismo condeno toda la historia de la humanidad. La tierra debe ser destruida por no cumplir los mínimos estándares éticos y morales. Guerras, esclavitud, genocidios efectivos y masivos, violencias indiscriminadas sobre todo lo que se mueve, imposición a sangre y fuego de patrones políticos, culturales, religiosos, etc, y vuelta a empezar. La historia de la humanidad es irracional e incomprensible y emigro hacia galaxias con coeficientes «racionales» más elevados.

                    Sigue vigente la doctrina MAD, que será racional mientras no se demuestre lo contrario, y me queda confiar en que así sea aunque mi seguridad no es del 100%, y bien que lo lamento.

                    En Estados Unidos hay guetos históricos en transformación, producto de su historia, de sus migraciones internas, de covenants, de zonificaciones, de su historia económica, urbanística y targeting por grupos. Es una sociedad violenta (relativamente) con una alta población carcelaria.

                    Donde hay mayoría negra tiene su lógica que puede haber alcaldes negros (Baltimore, Detroit hasta hace poco, etc).

                    Cuando no tenían alcaldes negros eran culpables y cuando los tienen también. Al parecer en los guetos deberían votar republicano o al Tea Party, aunque no veo muy atractivo su programa para ellos y entonces el problema es la democracia.

                    En cualquier caso los graves problemas de marginalidad que tienen muchos barrios de Baltimore no se van a solucionar con más madera, aunque la «limpieza» del territorio (ya en curso) una vez que se ha apurado la expansión en suburbia puede presentar inmejorables oportunidades para nuevos desarrollos urbanísticos.

                    Así que según en qué caso nos movamos nos encontraremos con una oportunidad de oro para nuevos procesos de gentrificación y todos contentos, también los promotores. El desplazamiento de los slums y su cada vez más variado mix racial liberarán de nuevo el downtown para poblaciones con más preparación y mejores perspectivas.

                    Y fueron felices y comieron perdices.

            • Pescador dice:

              Me alucinaria saber que serías capaz de extraer de «imperio de la ley» si de «es muy fácil» sacas lo que sacas…ciertamente.
              No sé si escribir algo más, porque como estamos catalogados a priorí como partidarios de la violencia sin control, creo que estamos en un callejón sin salida.
              Aparte de que, como no te has leido el articulo, no estamos debatiendo sobre la idea del autor, te la voy a refrescar:
              «Esto puede parece una forma absurda de resolver un conflicto entre dos partes, pero en el fondo es una estrategia de señalización: estas tan harto de perder y comerte marrones que estás dispuesto a atizar a cualquiera que te pase por delante para que al menos alguien más sepa del problema, aunque esto empeore la situación. En cierto sentido, es la estrategia del soldado que muere heróicamente para vengar a sus compañeros en una guerra. Cero beneficio personal, un montón de cadáveres inútiles en ambos bandos, pero una mensaje colectivo claro al otro bando: quizás perdamos, pero derrotarnos será una experiencia horrible.»

              Ahora ya puedes seguir pensando que los negros lo que tienen que hacer es seguir recibiendo collejas hasta que la evolución de la especie humana cree un cuerpo policial con parametros – horror- europeos, donde esté mal visto freir con el taser a un ciudadano, dispararle a matar o presentarlo al juez en varios pedazos.

              • Javier dice:

                Es que es falso.

                Es falso que los saqueadores sean soldados heroicos de la justicia social (y ya hay que ser retorcido para llamar así a un kaleborroko). Estáis proyectando una imagen de vuestras mentes, quizá hambrientas de revolucionarios guerrilleros que endiosar. Los saqueadores quieren cosas, y las cogen cuando ven una situación que pueden explotar. El que sale del escaparate roto de una gran superficie con una enorme tele y se la lleva a su casa… sencillamente quería una tele más grande. «Cero beneficio personal», y un cuerno. El barrio se va a la mierda, pero el tiene una tele más grande, si no se la quita la policía. Sucede en muchísimas partes del mundo, todo el tiempo. Hasta hay pruebas de saqueos en Pompeya.

                No hay «otro bando». No hay partes. No hay guerra. Nadie está explotando a los habitantes de ese barrio, yéndose al banco entre risas con su dinero. a quien se hacen daño es a sí mismos.

  9. […] Baltimore y el castigador altruista […]

  10. Fenix dice:

    Todo el tema racial, que tiene sentido en Ferguson, en Baltimore es ridículo. Parece que nadie ha visto «The Wire».

    La ciudad es de mayoría negra, el Partido Republicano no existe (desde los años 60), y el partido Demócrata está ampliamente controlado por negros, como lo está toda la política de la ciudad. La policía tiene un 50% de negros, y la mitad de los encausados por el asesinato son negros.

    Por tanto TODOS los comentarios sobre los problemas raciales en América sobran en este caso, donde se trata de un asunto entre unos negros y otros.

    Desde luego hay muchas cosas que analizar sobre la dinámica de las ciudades americanas y sobre el descontrol policial en este caso. Pero el tema racial no está.

    • Pescador dice:

      Bueno, estamos entonces en que es un asunto de negros pobres y que en Baltimore no hay blancos pobres.

    • José Jarauta dice:

      Cierto, es un caso de brutalidad policial.

      La dinámica demográfica y urbanística de Baltimore apunta un patrón similar a las de otras ciudades.

      Es posible que las protestas den un impulso más a la suburbanización, pero al deteriorar más los barrios degradados puede acabar acelerando el proceso de gentrificación. Cuando el terreno se ha desvalorizado mucho es más fácil volverlo a poner en valor.

  11. Pau dice:

    «No hay racismo, porque los policías son negros y el presidente es negro»

    Oye, ¿y si es un problema de clases? Pregunto.

    • José Jarauta dice:

      No me gustaría haber dado la impresión de que justifico la violencia, ni en Baltimore ni en ninguna parte.

      Sin embargo, para cualquiera que tenga interés en conocer por qué suceden las cosas que suceden es obligatorio entenderlas.

      RAE, entender : 1. tr. Tener idea clara de las cosas.

      No he seguido en detalle la cronología de la protesta pero como en todas o bastantes ( he participado en alguna) , acaban siendo una amalgama de gentes variopintas en la que también participan o pueden participar desde radicales violentos a reventadores y otras tipologías variadas como la vida misma. Tiene su lógica porque una protesta pacífica no suele estar organizada por un grupo paramilitar perfectamente encuadrado y disciplinado.

      A partir de ahí puede acabar sucediendo cualquier cosa, si hablamos de una ciudad como Baltimore el pillaje casi puede darse por descontado.

      Moraleja: en ciudades como la mencionada deberían prohibirse las manifestaciones pacíficas. 🙂

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