Internacional

Estos son mis principios. O no.

10 Oct, 2012 - - @egocrata

«Those are my principles, and if you don’t like them… well, I have others.» (Groucho Marx)

Como aficionado a la política siempre he sentido una cierta admiración por los cínicos. Ya sabéis, esa gente que son capaces de asesinar a sus padres con una motosierra y pedir clemencia al juez por ser huerfanitos al cabo de diez minutos. Individuos que viven más allá de la coherencia, vergüenza torera o la moral de esclavo que exige que siempre opines más o menos lo mismo.

Dentro del nutrido pelotón de los cínicos, la clase política tiene una nutrida representación. Hombres de leyenda como Jaques Chirac, Mitterrand o Newt Gingrich son grandes mitos de esta raza de seres indómitos. Tipos duros, inmunes a la crítica o el sentido del ridículo. Genios. Dentro del club, sin embargo, hay alguien que les supera a todos.  Mitt Romney es el übermensch.

No me voy a meter en detalles nimios como alguna de sus gloriosas afirmaciones durante el debate. ¿Decir que no vas a bajar impuestos después de pasarte 18 meses prometiéndolo? Eso es atrevido, pero siempre abierto a la ambigüedad.  Poca cosa para Mitt, siempre buscando nuevos desafios. Ayer el hombre demostró que es capaz de ser cínico incluso en temas claros, obvios y sin matices. En cosas directas, de sí o no. Cosas como el aborto.

Romney ayer por la tarde, hablando con el Des Moines Register (Iowa):

There’s no legislation with regards to abortion that I’m familiar with that would become part of my agenda

No hay legislación sobre el aborto en su agenda. Punto. Sencillo, directo, sin matices. El status quo en materia de aborto le parece bien. No habrá cambios. Por si no habéis seguido la campaña, un pequeño detalle: esto contradice todo lo que Mitt Romney había dicho desde como mínimo el año 2007. Romney ha repetido, una y otra vez, por activa y por pasiva, que tras sus flirteos pro-abortistas en sus tiempos de gobernador en Massachusetts, estar en contra del aborto, hacer todo lo posible por restringirlo, e intentar llenar el Tribunal Supremo de conservadores para intentar eliminar cualquier protección federal.

Pero vamos, ahora dice que no, que lo suyo es la tolerancia. Pues bueno.

La campaña de Obama, no hace falta decirlo, ha salido al instante a recordarle a todo el mundo que el tipo está contradiciéndose salvajemente. La blogosfera de izquierdas se ha apresurado a sacar la entrevista a paseo rápido, a la espera que los comentaristas en la derecha americana, siempre tan estrictos con la ortodoxia antiabortista en la primarias, dijeran algo sobre el tema.

¿El resultado? Ni pío, oiga. Nadie en la derecha ha comentado nada. Lo único que he encontrado en páginas más o menos relevantes es una breve nota en National Review, con el siguiente intercambio:

When I asked Romney spokesperson Andrea Saul to clarify what Romney had meant there (since the Huffington Post at least is taking it as a position that “could put [Romney] at odds with congressional Republicans who have made limiting abortion central to their messages”), she e-mailed, “Governor Romney would of course support legislation aimed at providing greater protections for life.”

Es decir: sí, a la peña en Des Moines les hemos dicho una cosa hace diez minutos, pero Romney apoyará legislación antiabortista. Por supuesto. Porque cambiar tu opinión completamente es una muestra de fortaleza y tal.

Lo interesante, sin embargo, no es tanto contemplar la cara de cemento armado de Romney, sino el súbito silencio de los medios conservadores ante estas desviaciones de la ortodoxia del partido. Estamos hablando de una blogosfera que casi se comió viva a Andrea Saul cuando tuvo la osadía de decir que la ley de sanidad de Massachusetts (obra de Romney, y que Obamacare prácticamente calca a nivel federal) había funcionado bien. Sin embargo ante una traición mucho más directa y radical del mismo candidato, hoy se han quedado callados como nadie, sin ni siquiera un carraspeo. ¿Qué ha cambiado?

Muy simple: las encuestas. Hace un mes Romney parecía ir de mal en peor, con una campaña torpe e indecisa. Cada vez que se alejaba de la ortodoxia, le caían galletas por todos los lados. Los conservadores no se fiaban de Romney. Ahora, sin embargo, el bueno de Mitt parece que puede tener números de ganar en noviembre. Como ahora van ganando, no es cuestión de soltar galletas al candidato y distraer el personal. Prietas las filas, y quien se mueva no sale en la foto. Nadie se atreve a criticar algo que parece estar funcionando, así que el líder del partido tiene más libertad de acción como mejor sean sus números en las encuestas.

La verdad, es un principio bastante sencillo, y algo que vemos tambien en partidos políticos europeos: nada refuerza más la posición de un líder político que tener buenos números en las encuestas. La ortodoxia ideológica de un partido político acaba por ser sorprendentemente flexible cuando la apuesta modernizadora del jefe se traduce en votos. Mirad lo rápido que se le pasó el marxismo al PSOE, y el entusiasta viaje del PP al centro reformista. Es por eso también que todas estas proclamas de vuelta a las esencias de izquierda y recuperación de la socialdemocracia para mantener el partido unido me parecen una bobada. Si Rubalcaba quiere un partido disciplinado lo que debe hacer por encima de todo es hacer todo lo posible para ponerlo en posición de volver a ganar elecciones.  Falta por saber si el PSOE puede ganar elecciones con Rubalcaba al frente o no.

Mientras tanto, una nota rápida sobre las encuestas en Estados Unidos, siguiendo la «resurrección» de Romney post-debate: los sondeos parecen haberse movido de Obama +5 a Obama +2, en agregado. Un salto de tres puntos es muchísimo tras un debate (está en la parte alta de la media histórica), pero Obama +2 coloca la campaña donde estaba antes de las convenciones. Es decir, Romney parece haber borrado la silla de Clint Eastwood, el video del 47% y su pifia Libia, algo que parecía imposible hace una semana.

Aún así, esto hace que de momento Obama haya pasado de ser el favorito claro en estas elecciones a ser simplemente el favorito, con un par de puntitos de ventaja. Las encuestas nacionales parecen favorecer a Romney, pero Obama sigue teniendo buenos números a nivel estatal, señal que la situación no ha cambiado tantísimo. Tendremos que esperar hasta el viernes para ver si los sondeos siguen empujando hacia Romney y se estabilizan en el Obama +2 que ha marcado toda la campaña. Si tuviera que apostar, creo que es más probable lo segundo que lo primero, pero nunca se sabe.

De momento el jueves tenemos debate vicepresidencial. A ver si Paul Ryan es capaz de emular a su jefe.

 


7 comentarios

  1. Jesús dice:

    Es la estrategia «oiga que sí, claro que lo haré, ¡faltaría más!, pero bueno, de todas formas, ya veremos, yo no soy adivino y no sé lo que pasará mañana» de Rajoy.

    Creo que funciona bastante bien porque el elector voluntarioso siempre se queda con la parte que le interesa: si yo estoy a favor del aborto, pienso que lo de limitarlo lo dice para ganar votos; si yo estoy en contra del aborto, pienso que lo de no cambiar nada lo dice para ganar votos.

    Además, creo que consigue apelar a los sentimientos de los electores haciéndoles verse superiores porque creen que las triquiñuelas electorales no van con ellos. Que ellos han visto qué es lo que cree el candidato de verdad y todo lo demás no les afecta.

  2. Quevedin dice:

    Yo os recomiendo que veáis el vídeo de la gallina caponata que ha hecho la campaña de Obama. Muy ilustrativo.

  3. Jaime dice:

    Por otro lado, y hablando en plan cínico (como no podía ser de otra manera)…

    ¿Todo esto no apunta a que, en caso de llegar a ser presidente, va a ser pragmático, moderado y a no liarse al monte conservador de mala manera? Es que con cómo anda el Partido Republicano últimamente, da bastante miedo que un candidato que siempre mantiene la misma postura salga elegido y todo…

  4. Ferrim dice:

    Yo a Romney le veo hasta capaz de no abolir el Obamacare y beneficiarse de sus efectos en 2016. Una opción sería hacer una reforma e intentar vender que nooo, que esto no tiene absolutamente naaaaaaaaada que ver con el plan socialista del malvado Obama, pero en la práctica no cambiar los puntos maestros de la reforma. No conozco lo suficiente los detalles de la reforma ni de la política americana como para saber si esto sería posible, pero dado que Romney tiene en su haber una reforma sanitaria, seguramente lo podrían colar.

  5. […] "CRITEO-300×250", 300, 250); 1 meneos Estos son mis principios. O no politikon.es/2012/10/10/estos-son-mis-principios-o-no/  por DexterMorgan hace […]

  6. Hari Seldon dice:

    Hablando de principios, ¿ahora ya podemos hacer caso a las encuestas?

    http://politikon.es/2012/10/09/encuestas-usa-les-hagais-demasiado-caso/

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