El gobierno ha presentado otra ambiciosa reforma estructural de esas que deben liberar a España de sus cadenas regulatorios y ponernos en dirección a un crecimiento sólido, fuerte y supervitaminado. Lo han hecho en un tema sobre el que me he quejado repetidamente, los ridículos horarios comerciales que nos gastamos en España. Y lo han hecho… a medias, como es costumbre.
La idea es que los comercios tengan más flexibilidad de horarios en zonas comerciales, dejando que aquellos que quieran currar en domingo puedan hacerlo. El problema es que el gobierno, en vez de dejar que cada uno haga lo que quiera y estudie si le sale a cuenta, ha decidido ejercer de planificador soviético, y va a restringir esta liberalización a catorce áreas turísticas claramente designadas por el gobierno, delimitadas por los correspondientes ayuntamientos y autorizadas por las comunidades autónomas. El mercado será libre sólo donde el Gosplan así lo decida, y no más.
Es una tradición de este gobierno: anunciar un cambio revolucionario en algún aspecton claramente disfuncional de la economía española, armar un montón de ruido diciendo que vamos a quedarnos todos maravillados, y a la hora de la verdad presentar una chapuza incompleta que deja todo por hacer. Si de verdad creen que liberalizar los horarios comerciales es algo bueno, justo y necesario (lo es, por cierto, pero no quiero repetirme) que lo hagan de veras. Tienen mayoría absoluta; cualquier cosa que pida el gobierno puede ser aprobada sin que la oposición pueda decir ni pío. Lo que vemos, en cambio, es siempre una gran idea que es horriblemente desfigurada incluso antes de salir del ministerio.
Entiendo que una ley de liberalización de horarios comerciales seguramente ha puesto a mucha gente muy nerviosa. Las asociaciones de pequeños comerciantes, a buen seguro, se han movilizado de inmediato para evitar que el gobierno apruebe cualquier medida que aumente la competencia en el sector (ya de por sí muy ineficiente – recordad el problema de las PYMEs), y en este país no parece haber ministro que no crea a pies juntillas eso que debemos proteger a la pequeña empresa familiar de las malvadas multinacionales. Los insiders, aquellas empresas y grupos de interés que viven muy bien con las reglas actuales, protestan como locos, y una reforma que podría favorecer a gente excluída (parados dispuestos a trabajar un domingo, por ejemplo) se quedan a dos velas.
El PP, por mucho que diga que es el partido de las liberalizaciones, libre empresa y demás bobadas, nunca ha sido un gran amigo de las liberalizaciones. Lo suyo es proteger los que ya están, que para algo les votan, y hacer lo mínimo posible para no romper los equilibrios ya presentes. Es por este motivo que presentaron una reforma laboral chapucera e incompleta que dejó la dualidad del mercado laboral intacta, es por este motivo que han sido incapaces de reformar el sistema financiero, es por este motivo que no su reforma fiscal recuperó la estúpida y regresiva deducción por vivienda y es por este motivo que lejos de modernizar o intentar cambiar el modelo producivo lo único que están haciendo es buscar nuevas formas de pagarlo. No es que el PSOE fuera demasiado mejor en este aspecto, ciertamente (como decía Cives citando a David Rueda, es un problema endémico en la socialdemocracia europea), pero al menos no prometían grandes revoluciones.
Insisto: uno de los grandes problemas de la economía española es que la legislación protege de la competencia a empresas ineficientes casi de forma obsesiva. Es hora que dejemos de pensar en cómo afecta una reforma al colectivo X y empecemos a analizar cómo afectarían a toda la economía. Uno no puede cambiar el modelo productivo dichoso que nos ha llevado al desastre sin romper nada, corcho.
A mí me sigue pareciendo inaudito que los horarios comerciales estén regulados. ¿Qué le importa al gobierno a qué hora hago lo que hago? Es mi tiempo.
[…] "CRITEO-300×250", 300, 250); 1 meneos Ministerio de liberalizaciones soviéticas, edición comercio politikon.es/2012/07/03/ministerio-de-liberalizaciones-so… por Ankor hace […]
Nunca entenderé porque las tiendas no cierran los lunes y martes por la mañana (como hacen en algunos sitios) y abren los domingos que es cuando la gente tiene tiempo para consumir.
Los camareros también trabajan los domingos. No se porque las dependientas de Zara son más delicadas o merecen mejores condiciones que un camarero o un taxista.
((si, el uso de masculinos y femeninos me ha salido sexista))
Tengo que decir una cosa: yo siempre he sido partidario de que se liberalicen los horarios comerciales lo máximo posible, pero hace cuatro años, cuando fui a Holanda de vacaciones, se me cayó parcialmente un mito. Y es que en Holanda, ese paraíso de la «flexiseguridad» y ejemplo del Estado del Bienestar, todas las tiendas cerraban sobre las 17:30 (excepto hostelería), y en domingo los grandes almacenes y otros comercios también estaban cerrados. Y esto en Amsterdam, una de las ciudades más turísticas (no, no fui a lo que estáis pensando).
¿Alguien que vive en Holanda podría dar datos más completos, o lo que vi fui sólo una cosa aislada?
¡El partido de Rajoy es la fuerza popular que nos llevará al triunfo del sentido común!
Es el triunfo del pensamiento botigueta(tiendecilla en catalán) que decía uno, tan querido de CIU y el PP.
Es que la libertad de apertura no implica la obligación de apertura, que mucha gente parece confundir ambos conceptos.
En mi barrio en Valencia no hay apenas bares abiertos un domingo por la mañana para desayunar, pese a que tienen libertad para hacerlo, pero, teniendo en cuenta que somos cuatro los que vamos a desayunar a los bares que estan abiertos entiendo que los dueños de los demas bares prefieran descansar ese dia.
Muy oportuno, Roger
Supongo que mucha gente lo desconoce, pero la verdad es que hay bastante que ganar en términos de empleo e inflación con cambios regulatorios en el comercio
Un trabajo interesante para España es “El comercio minorista después de una década de regulación autonómica: efectos en la densidad comercial, el empleo y la inflación de Juan S. Mora-Sanguinetti y M. Llanos Matea http://www.revecap.com/revista/aceptados/matea_mora.pdf
Copio el abstract
Este artículo proporciona una base de datos y unos indicadores de las principales restricciones al comercio minorista presentes entre 1997 y 2007 en las Comunidades Autónomas (CCAA). En particular, se considera la regulación sobre: horarios comerciales, temporada de rebajas, definición
de grandes superficies, licencias autonómicas a las tiendas de descuento duro, moratorias comerciales e impuestos específicos a las grandes superficies. Además, se ofrece un indicador agregado a partir de estas restricciones utilizando técnicas de análisis factorial. Finalmente, se estima, con modelos de datos de panel, el efecto del grado de regulación comercial sobre la densidad comercial, los ocupados en el sector y la inflación en las CCAA. Los resultados apuntan a que la restrictividad comercial aumenta tanto la densidad comercial (beneficiando específicamente a los supermercados) como la inflación, a la vez que disminuye el número de ocupados en el sector e impacta negativamente sobre los grandes formatos comerciales.
PD ¿Tienes pensado hablar de la liberalización de los colegios profesionales?
¿Liberalización de los colegios profesionales? ¿Para qué liberalizarlos pudiendo dinamitarlos?
Estoy completamente de acuerdo con la liberalización de horarios, excepto por una cuestión. Me da miedo que las grandes empresas que pueden tener 3 o 4 turnos de personas trabajando y una maquinaria de marketing inmensa ahogue a los pequeños y medianos empresarios.
Hablo especialmente de tiendas de ropa, cadenas de restaurantes y demás empresas de hostelería.
¿Es un temor razonable?
El poder de las grandes no son los tres turnos, son las condiciones de compra y pago que imponen, aparte de poder sostener durante mucho tiempo condiciones impensables para los establecimientos de pequeño tamaño.
Pueden, por ejemplo, trabajar a beneficio cero ( no se si es legal a perdidas, hubo un tiempo en que lo fué, luego no, pero seguro se puede chanchullar «regalando» algo) y mandar a paseo al pequeño comercio, igual que los grandes depredadores eliminan a los pequeños.
Como no consigan una ventaja en otros términos, mal rollito
En el mediano plazo no sería del todo malo que el pequeño comercio disminuyera, no se debe olvidar que es tremendamente ineficiente. Dado que las grandes empresas son las que tienen una mejor productividad eso encausaría la economía hacia una mejora.
Sería una mejora si se mantuviera una situación de competencia real, pero en el mundo real se evoluciona a oligopolio – y este empieza a crear reglas/barreras de entrada para protegerse – y a acabar igual de fastidiados que si solo hubiera tenderos.
Para más información , ver la competencia real entre las empresas distribuidoras de combustibles….
[…] ningú a avortar. La liberalització d’horaris (i jo crec que la proposta es queda curta, i no sóc l’únic) dóna l’oportunitat als comerciants de decidir quan obrir i quan tancar, en funció dels […]