Economía & Pollo Financiero Global

Los Gnomos de Zurich y la confianza de los mercados (I)

11 Ene, 2012 -

Continúo recuperando post antiguos del blog antiguo. Mirad que el post tiene dos años (de febrero de 2010)

Una de mis (numerosas) frustraciones con el periodismo contemporáneo es que lo que los medios parecen entender por informar no es cumplir una función de intermediación dónde se haga accesible al ciudadano de a pie información potencialmente complicada, sino coger una información que podría resumirse en seis líneas, envolverla en rumores y falsos tecnicismos para darle un aspecto suficientemente impresionante como para que haga un titular presentable. Creo que se llama sensacionalismo.

La portada de El País de hoy es un ejemplo. “Van a por España”; “los mercados han olido sangre”. Leyendo el artículo intentando entender qué es exactamente lo que intentan sugerir me preguntaba ¿sabe el lector medio de El País qué es un ataque especulativo? ¿lo sabe el periodista, o sólamente tiene en mente la idea de los raiders financieros comprando y vendiendo todos a la vez mientras se llaman por el móvil? La imagen que transmite el artículo es, en efecto, la de un gobierno subyugado por los malvados capitalistas y ejecutivos con corbata y traje de Hugo Boss que se ceban con los más débiles. ¡El retorno de los Gnomos de Zurich! La realidad es, sin embargo, ligeramente diferente y me gustaría intentar aportar una idea del tema.

Empecemos por lo básico: para un gobierno, igual que para cualquier otra unidad económica, es razonable estar endeudado para financiarse, por razones que no vienen al caso. Para ello, lo que el gobierno hace es básicamente vender papelitos dónde pone que se compromete a pagar una determinada(s) cantidad(es) en el futuro que normalmente exceden el precio de venta. Esos papelitos se llaman normalmente bonos”. El porcentaje que representa esa diferencia sobre el precio al que se vende es lo que le cuesta endeudarse al gobierno y es, grosso modo, el tipo de interés.

¿Por qué tiene que pagar el gobierno un tipo de interés? En otras palabras, ¿qué hay detrás del coste de ese tipo de interés? Hay unas cuantas teorías para explicarlo, pero uno de los factores que influyen (voy a ignorar los demás) es lo que podemos llamar el riesgo de impago (o de crédito). Suponed que el tipo que compra el bono piensa que hay una probabilidad del 0,3 de que no le paguen un bono por el que ha pagado 0,70 €; si suponemos que quiere recibir como mínimo en el futuro lo mismo que pagó por el bono, exigirá recibir más de 0.70 €; exactamente 1€, de forma que lo que espera recibir, una vez incorporada la probabilidad de que no le paguen, 0,70. Esos treinta céntimos de diferencia es lo que llamamos la “prima de riesgo” que es, la compensación que debe recibir el tipo que se queda con el bono por el riesgo de impago. Chequead una cosa importante. Esa prima de riesgo depende de la creencia, subjetiva, más o
menos estúpida, que tenga el inversor sobre la probabilidad de que el gobierno cumpla su promesa en el futuro; si el inversor se fía mucho del gobierno, entonces exigirá una prima pequeña, si se fía poco, una prima grande.

A pesar de ser una creencia subjetiva, hay ciertos factores más o menos conocidos sobre la capacidad de un gobierno para pagar sus deudas en el futuro. Por ejemplo está lo que llamamos la “sostenibilidad”, si un gobierno que corre déficit permanentes y cuya deuda no para de hincharse probablemente tenga que dejar de pagar su deuda en algún momento. En general, parece sensato pensar la deuda, como tanto por ciento del PIB, debe, roughly speaking dado que es un poco más complicado, mantenerse estable a medio largo-plazo- lo que viene a significar que esa deuda puede crecer tanto como -i.e. el gobierno puede tener un déficit por valor de- el crecimiento del PIB. De otra forma, la deuda será cada vez mayor y el gobierno terminará no pagando. Así, tenemos dos factores que influyen en la sostenibilidad de la deuda: el déficit que corre el gobierno y el crecimiento del PIB. Cuando el comportamiento de esas dos variables
es preocupante, lógicamente, la prima de riesgo que exigirán los inversores aumentará.

Pero la sostenibilidad es algo que juega, en principio, a medio plazo. Eso implica que un gobierno que vea su economía en recesión (dónde el PIB cae) no tiene por qué empezar a correr superavits (para compensarlo); la deuda puede crecer temporalmente siempre que en el futuro se reduzca. Para que ese aumento de la deuda no afecte a la prima de riesgo (la probabilidad que los inversores le dan a que el gobierno no pague) los inversores deben percibirlo como algo temporal y ver bien perspectivas de crecimiento para el PIB, bien una firme voluntad del gobierno de reducir el déficit a un nivel sostenible. Si no es así, la prima de riesgo aumentará.

Esto nos da una primera idea de en qué consiste esto de la credibilidad, el liderazgo, la confianza, y demás.  Cuando el gobierno propone reformar las pensiones o un plan de austeridad que prometan reducir el déficit en el futuro, o propone reformas del modelo productivo que prometan aumentar el crecimiento en el futuro, el inversor debería percibir que el riesgo de impago es menor y por tanto la prima de riesgo será también menor. Cuando el gobierno da la impresión de no saber qué hace, promete que no tocará el coste de despido, bla bla bla, la prima de riesgo aumenta. Es un problema de credibilidad. No se trata, como parece que uno oye por ahí, de agradar a los mercados como si fueran dioses abstractos o de contentar a los capitalistas; se trata de que el Estado no tenga que endeudarse a un precio excesivo (i.e. pueda seguir endeudándose para pagar cosas). Pero esto no es toda la
hsitoria; vemos el resto en el siguiente post.


Un comentario

  1. GARY dice:

    Nota: 0,3*0,7 es igual a 0,21. De forma que alguien que quisiera recibir el importe inicial más una compensación por el riesgo asumido recibiría 0,91 y no 1.

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