americanadas & Pollo Financiero Global

Anales del cinismo financiero, edición S&P

3 Sep, 2011 - - @egocrata

Las agencias de calificación son, a estas alturas, son ligéramente impopulares. Su vida, obras y milagros en los últimos años, empezando con su épica incompetencia antes de la crisis financiera y siguiendo hasta su increíble arrogancia durante la crisis de la deuda, es un catálogo de errores, idioteces, burradas y torpezas infinitas, a menudo con la sanción de regulaciones financieras que les dan un poder enorme.

A estas alturas uno diría que los tipos que habitan en las tres grandes agencias (S&P, Moody´s, Fitch) estarían empezando a sufrir algo a vergüenza, cierto sentido de culpa o al menos curiosidad por saber por qué todo el mundo les toma por imbéciles. Es casi lo mínimo, cuando el planeta entero está debatiendo si la gente de S&P son cafres, nihilistas, malvados o directamente estúpidos. Quién sabe, quizás revisar si hicieron algo mal esos días que repartían AAAs a todo aquello que les ponían por delante cuando eran activos financieros que no tenían ningún valor.

Estas cosas, sin embargo, no van con las agencias demasiado, y desde luego, no van con S&P lo más mínimo. Hoy, ante el reto de dirimir la calidad crediticia de un bono hipotecario llamado Springleaf Mortgage Loan Trust 2011-1, que contiene un 59% de hipotecas concedidas a gente con mal crédito ($497 milloncejos de nada), la gente de S&P lo ha tenido claro: AAA, baby.

Ser idiota perdido con este grado de intensidad y dedicación tiene mérito, la verdad. Es casi admirable.

La cosa ha pasado bastante desapercibida (es viernes antes de un fin de semana de tres días en Estados Unidos), pero realmente es difícil no tomárselo a choteo. Un puñado de hipotecas de gente que no tiene por costumbre pagar deudas son más seguras que los bonos del tesóro del país más rico de la tierra, que puede crear crear dinero del mismo aire si fuera preciso. Es incomprensible.

Más allá del ya habitual ridículo de S&P, la reaparición de instrumentos con hipotecas basura y calificación AAA es una muy mala noticia, y lo es por varios motivos. Como señala Felix Salmon, el engendro en cuestión es un artilugio realmente complicado que parece haber sido especialmente diseñado para conseguir que S&P les diera la mejor nota posible. Una historia familiar, ciertamente. Aunque este CDO es muchísimo menos radioactivo que sus antepasados pre-crisis, su mera existencia es una señal clara que aquí parece que nadie ha entido lo que sucedió hace tres años. Tenemos un vendedor muy preocupado en conseguir la AAA, una agencia de crédito negociando antes de concederla, y lo que es más grave, compradores que parecen seguir creyendo que si S&P dice que algo no tiene riesgo, están a salvo de todo. No hemos aprendido nada.

De todo lo que comenta Salmon, sin embargo, lo más importante es el hecho que nadie parece estar dispuesto a comprar hipotecas si no es con un montón de garantías. El bono sólo incluye hipotecas antiguas, no recién concedidas, y los inversores en el nivel AAA reciben casi el 50% del dinero que es pagado en esas hipotecas. Es decir, para que pierdan dinero la mitad de ellas deben declarar impago, un número bastante alto, aunque no imposible de ver en una recesión (algo que vimos el 2008).  Realmente no parece haber ningún inversor privado que crea que comprar deuda hipotecaria estos días sea una buena idea. Casi el 90% de los nuevos créditos para vivienda en Estados Unidos están reespaldados por el gobierno federal (vía Fannie y Freddie) y nadie está de humor para tomar el relevo.

Resumiendo: una mala señal. El fetiche AAA sigue vivo, la propensión a montar cosas raras no ha desaparecido, y parece que el gobierno federal no puede dejar de subvencionar la compra de vivienda ni aunque quisiera. No vamos bien.


3 comentarios

  1. […] Anales del cinismo financiero, edición S&P politikon.es/materiasgrises/2011/09/03/anales-del-cinismo…  por xlasttrainhomex hace nada […]

  2. […] » noticia original Esta entrada fue publicada en Noticias por Harto de la crisis. Guarda el enlace permanente. […]

  3. Pablo dice:

    Revisa el uso del «por eso», es una catalanada traducida del «per aixo» (con este significado http://cort.as/19hk ) que en castellano no tiene sentido. Es muy normal que se os escape en lengua hablada y tiene un pase, pero escrito ya es un poquito más grave y te lo he visto en un par de entradas últimamente.
    Por lo demás, gran fan del blog. Un saludo.

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