Los caucus de Iowa están sólo a cinco meses de distancia, así que tenemos otro debate esta noche. Como de costumbre cuando tenemos estas cosas, unos pocos comentarios breves basados en impresiones inmediatas.

a. Ganadores:

No soy de los que creen que ganar debates sea tan relevante como muchos dicen, pero hoy hemos tenido unos cuantos.

1. 1. Fox News:  el primer debate de este ciclo en CNN fue absolutamente patético, con John King (junto con Wolf Blitzer el ejemplo más claro de la lamentable decadencia de la cadena) soltando preguntas entre blandas e idiotas. Los cuatro periodistas de Fox han sido infinitamente mejores, mucho más agresivos y coherentes.
2. 2. Mitt Romney: es un político hábil, elocuente y escurridizo. Ha soltado las respuestas que quería, ha evitado golpes con estilo y ha sonado presidencial. Su defensa de la reforma sanitaria en Massachusetts en sus días de gobernador ha sido casi perfecta; estoy seguro que a más de uno se le ha escapado que es casi idéntica a la reforma de Obama.
3. 3. Rick Perry: el resto de candidatos han estado entre flojos y lamentables. Santorum parecía histérico; Ron Paul suena como un troll de Meneáme; Pawlenty y Bachmann han perdido el tiempo uno contra otro; Huntsman es demasiado moderado; Cain parece perdido; Gingrich suena cada vez más como el abuelo de los Simpson. Mitt Romney ahora mismo no tiene ningún rival que no esté loco, sea incoherente o pueda construir oraciones complejas, y se nota. Rick Perry está loco, pero lo disimula bien; para todo aquel que deteste a Romney, será la elección natural.

b. Los temas tratados:

La trilogía sagrada de los republicanos, a pleno rendimiento: bajar impuestos, Ronald Reagan, bajar impuestos. El momento más horripilante ha sido cuando uno de los moderadores ha pedido a los candidatos que dijeran si aceptarían un acuerdo para reducir el déficit que incluyera diez dolares de recortes fiscales por cada dólar de subida de impuestos. Todos los presentes han dicho que no. Los impuestos no se tocan.

Lo que me ha sorprendido gratamente (y es mérito de los moderadores de Fox) que esta vez sí hemos visto diferencias substantivas entre los candidatos en algunos temas. Ron Paul está muy a la izquierda (!!!) de todo el partido (y el país en general) en política exterior. El partido no es necesariamente un bloque monolítico en temas como inmigración (Huntsman y Romney suenan razonables), homosexuales o derechos a ser regulados por los estados o gobierno federal. Es una lástima que entre toda las alegres diatribas sobre recortes fiscales no se hayan parado a discutir sobre qué recortar y cómo, uno de los puntos de división en el partido ahora mismo. Pero no se puede pedir todo.

c. Perdedores:

Aún estamos lejos de las primarias, pero el pelotón de candidatos basura (Santorum, Cain, Huntsman, Pawlenty) no ha hecho nada para salir del pozo, así que cuentan como perdadores. Gingrich es básicamente un alma en pena, y Ron Paul tiene su pequeño culto de chalados, pero el GOP no escogerá a un libertario radical ni harto de vino.

La única que se ha salvado de la mediocridad general ha sido Bachmann. No que haya sido espectacular, pero el resto de candidatos se la han tomado en serio esta vez; Pawlenty ha dedicado una cantidad de tiempo considerable a criticarla. Lo suyo con Bachmann, por cierto, viene de lejos: coincidieron en Minnesota hace unos años, él siendo gobernador, ella una legisladora estatal. Cuenta la leyenda que ya entonces no se tragaban (ella dicen que estaba aún más chalada esos días, o disimulaba peor), y que la cosa ha ido a peor desde entonces.

d. Este fin de semana: la Ames Straw Poll

Uno de los rituales clásicos de las primarias, la Ames Straw Poll es una encuesta informal en una convención / mitin con casi todos los candidatos presentes. La de este año será el domingo sábado, y es el clásico sarao que los periodistas siempre le dan una importancia enorme aunque su poder predictivo es bastante escaso. Cada año hay algún candidato que se la toma muy, muy en serio, y se gasta una cantidad de dinero exagerada intentando sacar un buen resultado, y cada año hay algún favorito que pasa olímpicamente de ella. El 2007, Mitt Romney fue el que perdió un montón de tiempo, y acabó no siendo candidato.

Este año parece que la gran batalla será entre Bachmann y Pawlenty, los dos candidatos que necesitan ganar en Iowa para ser candidatos viables. La gente de Ron Paul siempre aparece con fuerza en estas cosas, y es posible que Cain o alguno de los candidatos raritos se pase el domingo en el hotel haciendo la pelota a votantes. Mitt Romney ha dicho que no se lo toma en serio, y Rick Perry no está en la papeleta, aunque ha pedido que la gente escriba su nombre en el voto si así lo desean.

Suceda lo que suceda, no contará para (casi) nada, pero los periodistas perderán la cabeza analizando los 12.000 votantes escasos (mayoría evangélicos ultraconservadores) y sus extrañas ideas. Clásico.