americanadas & ingeniería institucional

Banqueros, salarios, productividad y despidos

21 Jun, 2011 - - @egocrata

Apuntad esta noticia al departamento de Schadenfreude: las entidades financieras en Wall Street se preparan para despedir a miles de empleados. La nueva regulación aprobada el año pasado ha reducido los beneficios de bancos y fondos de inversión. Si a ello sumamos las turbulencias de la crisis griega, la caída de los mercados las últimas semanas y la subida de los salarios, es natural que estén intentando reducir costes.

¿No hay algo que suena extraño en el último listado? Exacto, la subida de salarios. Una de los efectos de la reforma del sistema financiero aprobada el 2010 (un logro de la administración Obama que nadie recuerda) fue un cambio en los mecanismos de compensación para los ejecutivos de Wall Street. Para evitar que los capitostes de las entidades financieras se dedicaran a hacer todo lo posible para aumentar los beneficios a corto plazo, inflar el precio de sus acciones y salir por piernas (algo que hicieron con entusiasmo pre-crisis), la nueva ley cambió la normativa sobre estos bonos y pagas especiales.

Los banqueros, por descontado, estaban muy ofendidos que esos políticos controlaran su sagrado derecho a pagarse cantidades completamente obscenas de dinero a corto plazo, y reaccionaron como buenos capitalistas, cambiando los mecanismos de compensación. Las pagas extra quedan mal, estupendo, nos subimos el salario base. Vamos a ser los currelas mejor pagados del mundo, con un par. El problema es que ahora han llegado las vacas flacas, los bancos no tienen los mismos beneficios extravagantes que antes, y resulta que los costes salariales fijos de la gran banca son ahora insostenibles. Pumba, despidos, como el común de los mortales.

Vale, ahora parad de reíros a carcajadas de la tremenda desgracia de todos esos pobres banqueros, y repasad qué está sucediendo en términos pedestres. Los banqueros de Wall Street tenían, pre-reforma, un sistema de renumeración basado en la «productividad». Sí, de sobras que gran parte de la masturbación financiera de los últimos años era cualquier cosa menos «productiva». A efectos de hacer dinero para su empresa, sin embargo, esa horda de listillos torturando instrumentos sistemas financieros raros «producian» rentas para su entidad financiera. Por mucho que fueran a menudo chupóteros, recibían más dinero según su talento para el vampirismo. El sistema de retribución era uno de esos de lo que hacen a Angela Merkel felices; lo que cobras depende de lo que aportas a tu empresa.

Tras la reforma, sin embargo, los banqueros de Wall Street han pasado a vivir en una empresa española: hagan lo que hagan, su salario es básicamente inamovible. Es difícil decir si eso ha reducido su entusiasmo vampírico en los últimos años, pero lo que si es obvio es que ha reducido la flexibilidad de su empresa para ajustar salarios según la situación económica. Cuando un shock externo les ha dado un (bien merecido) guantazo, los bancos tienen unos costes laborales gigantes, y nula capacidad para ajustar salarios. Como aquí no hay indemnizaciones de despido ni gaitas, los bancos ha puesto a todo empleado que no justificara su sueldo en  la calle, sin EREs o historias raras que valgan. Que en Wall Street no hay sindicatos, leñe (Más Schadenfreude).

De acuerdo, el sector financiero americano necesitaba una cura de adelgazamiento. Todo esto, sin embargo, es un ejemplo excelente sobre por qué la flexibilidad salarial no tiene por qué darnos miedo, y por qué los salarios fijos son cualquier cosa menos una panacea. Si la mayoría de empresas en un determinado sector / país no pueden reaccionar a problemas externos ajustando sus salarios o reduciendo horas (y no, no me vengáis con lo de los EREs – comparados con un buen contrato por incentivos, son un infierno burocrático), la solución más fácil es echar a gente a patadas. En el caso español, para hacer las cosas peores, tenemos esa encantadora dualidad que hará que no despidas a los improductivos primero, si no que te cebes con los jóvenes, mujeres, niños y todo pobre desgraciado con un contrato temporal.

La reforma de la negociación colectiva es importante, y lo es precisamente por esto. Queremos un cierto grado de flexibilidad en la economía, y queremos que las empresas puedan pagar bien a sus empleados cuando las cosas van bien (¡y eso lo podemos poner en el convenio!) pero que también tengan opción de reducir jornada, conservando a sus trabajadores cualificados, si van mal dadas. Y por descontado, queremos una red de protección social potente que se asegure que todo aquel que tenga la desgracia de estar en una empresa dirigida por incompetentes tenga dónde ir.


10 comentarios

  1. Javier dice:

    En realidad, no es un tema complicado.

    Qué pasa en un mercado cuando se fija el precio por encima del punto de equilibrio entre oferta y demanda es algo que se explica con dos curvitas de microeconomía de primero de carrera. Pura lógica, vaya.

    Por ahí se decía que el sector financiero estaba copando las mejores mentes de los EE.UU., y que eso se notaba en otras métricas como su nivel de innovación. A ver si con esto vuelven a montar empresas, investigar tecnologías y esas cosas.

  2. Demócrito dice:

    Cuando hablo con chavales jóvenes de la verdadera izquierda, lo de la flexibilidad laboral lo toman como firmar con sangre y darle el contrato a un tipo con cuernos que huele a azufre. Si en cambio les hablas de contrato único con indemnización creciente a la FEDEA, kurzarbeit a la alemana o negociación colectiva a la holandesa no les parece mal. Alguien (gobierno) está explicando mal las cosas, haciéndolas a medias y echando a correr en cuanto alguien (sindicatos y patronal) cuyo máximo interés es que las cosas sigan como están, trollea la discusión.

  3. claudio dice:

    ‘…esa encantadora dualidad que hará que no despidas a los improductivos primero…’

    Mi experiencia como tipo con cuernos que huele a azufre, es decir, empresario, de que hay una estrecha correlación entre llegar a ser indespedible (cualquiera con ventipico años de antigüedad) y volverse improductivo, me llevó a la decisión, cumplida a rajatabla, de no volver nunca más a contratar a nadie con las condiciones laborales ‘fijas’. Se llega así al punto de que, en buena parte, los rotativos y temporales son los que hacen funcionar la empresa para que los apalancados puedan seguir disfrutando de sus privilegios.

    Por otro lado, lo de los altos salarios en WS y similares, es posible que tenga por objetivo desincentivar todo lo posible el robo directo a la empresa. La tentación de lo contrario sería demasiado grande.

  4. […] [Blog] Banqueros, salarios, productividad y despidos – politikon.es politikon.es/materiasgrises/2011/06/21/banqueros-salarios…  por Hinuden hace 2 segundos […]

  5. Hinuden dice:

    Estimado señor Senserrich:

    Tenga usted cuidado. Corre el riesgo de granjearse una simpatía y ganarse un fiel lector.

    Atentamente,

    un servidor.

  6. A ver, por ejemplo el pacto del euro plantea «la revisión del nivel de centralización» en la negociación colectiva. A eso se le llama también flexibilidad, ¿verdad?

    Porque yo lo conozco muy bien, y los economistas clásicos también. Si hay una posición de poder asimétrica entre trabajador y empresario el hecho de que negocien de forma descentralizada será, de facto, una reducción salarial. Y si a eso nos estamos refiriendo, ¿quién quieres que esté de acuerdo? ¿Negocio solo con mi jefe sobre horas de trabajo, condiciones laborales, incentivos, etc. o lo hago de forma colectiva con mi sindicato?

    Si lo que quieres es un convenio que cuando suben beneficios suben salarios y que cuando bajan beneficios bajan salarios (y otros costes) me parecerá bien aunque no se solucione nada. Y no se solucionará nada porque los motivos que llevan a la disminución de beneficios no tienen nada que ver con los salarios, de modo que aunque los bajes a 0 euros la crisis se mantendrá.

    Por cierto, si buscamos flexibilidad… ¿por qué no flexibilizamos los salarios de los altos cargos y la remuneración a los capitalistas? En http://www.agarzon.net/?p=939 hemos visto que cuando llega la crisis los salarios bajan (por lo tanto son flexibles), bajan los impuestos (lógicamente flexibles) pero suben los pagos de dividendos. Los dividendos se comen el 50% de la renta empresarial. ¿No quieres buscar costes? Ahí los tienes.

  7. Akad dice:

    Un análisis un tanto reduccionista y tendencioso.
    Hágame usted el mismo análisis con sectores como el sanitario.
    Ligamos el sueldo a la productividad y para determinar el mismo lo basamos: ¿En el número de unidades atendidas, llámense pacientes?¿En la satisfacción por el servicio recibido por esas unidades?¿En los ingresos obtenidos?
    Ilumíneme don teórico.

  8. Alatriste dice:

    Akad, creo que hablo por la mayoría si te digo no esperes que nadie te tome en serio en este blog si dices que un análisis es reduccionista y tendencioso y luego te pones a hablar nada mas y nada menos que del sector sanitario…

    ¿No se te ocurría otro donde el sistema de incentivos y el mercado en general funcionen peor? Un poco de por favor, que si lees a Roger sabes de sobra cual es su posición sobre el tema (y por si no lo lees, su posición no es precisamente que el libre mercado lo arreglará todo).

  9. Roger Senserrich dice:

    Alberto:

    Los salarios de los directivos son muy flexibles. Nunca tienen ningún problema para subir :-).

    La desigualdad salarial entre currelas y ejecutivos es un problema (y la solución es fácil – mejorar la legislación que gobierna empresas, y crujirles a impuestos), pero es completamente independiente de lo que estoy hablando hoy.

    Sobre dividendos, el problema no es que las empresas tengan beneficios. Eso mola. El problema es que no reinviertan una mierda. Y eso es un problema separado también, donde un 20% de paro no ayuda nada.

  10. d dice:

    Yo creo que los directivos de los bancos deberían seguir teniendo salarios ligados a la productividad… a diez años vista. Eso, o algún tipo de responsabilidad civil subsidiaria con ese plazo de prescripción. Que paguen un seguro.

    El problema gordo es cómo medir la productividad de manera que a) no haya iincentivos perversos y b) se mida la productividad de cada empleado, no de la empresa.

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