Por si no se habían dado cuenta, González Pons no va necesariamente al compás de su partido, el Popular. No es que esté haciendo agenda setting por su cuenta, no intenta poner sobre la mesa temas que no están (hay que repasar este útil post de Canaleta de vez en cuando). Es simplemente una persona: los issues le vienen dados, pero el los trata como mejor le conviene a la construcción de su propio perfil, que tiene unos rasgos claros. Cercano, centrado, liberal en muchos aspectos (mayoritariamente superficiales), pero amante de las tradiciones, reflexivo, pelín aventurero y soñador, elegante pero informal. Su página de Facebook es un gran reflejo.

Nunca se sale de los límites de su partido, pero siempre va un poco más allá. Ahora ha dicho que bueno, que si la energía nuclear «no es segura», pues habrá que reconsiderarla o dejarla de lado. Claro, en el condicional «si» hay mucho relativismo implícito, pero la forma de expresarlo le sitúa no precisamente cerca de las tesis populares, pero sí del sentir general ahora mismo. El partido, mientras, le deja hacer, porque se comporta de una manera más bien responsable, y aporta votos y carisma, cosa que otros líderes no tienen. Nunca lo diré lo suficiente: este señor está llamado a tener un papel destacado en la política española desde 2012.