Este artículo del País de hace unos días sobre cómo ExxonMobil usa España como un paraíso fiscal es realmente bueno, y creo merece un par de comentarios. Para empezar, uno se pregunta qué estaban pensando los legisladores para dejar un agujero de ese tamaño sin cerrar. La petrolera se largará en el momento en que las Cortes suban su nivel de tributación lo más mínimo, por descontado, pero es increíble que tengamos estos regalos fiscales. ExxonMobil es notoria por su habilidad para pagar muy pocos impuestos al fisco americano (pagan impuestos, en contra de lo que dice el mito, pero evaden como cosacos) – parece que hemos encontrado uno de los sitios donde meten parte de su dinero.
Mirando el problema desde un punto de vista más general, esta clase de evasión fiscal es un ejemplo excelente sobre por qué debemos intentar simplificar el sistema fiscal tanto como sea posible. La cantidad de régimenes especiales, deducciones, incentivos, vehículos para inversión y demás zarandajas legales existentes en España (y Estados Unidos – es una epidemia en países desarrollados) es mareante, y el mundo está lleno de compañías con legiones de abogados buscando dónde minimizar sus contribuciones fiscales. Para ExxonMobil, gastarse 20 millones buscando paraísos fiscales sale a cuenta. Si la leyes tuvieran menos recovecos, perseguir esta clase de evasión fiscal sería mucho más sencillo.
Cuánto más complicadas las leyes, mejor para los poderosos. Pues disponen de los recursos para encontrar y explotar el resquicio por medio del cuál poder hacer lo que el 99% de los mortales no podemos hacer.
Llevado al terreno de las empresas, la consecuencia es otorgar por decreto ley una ventaja competitiva a las más grandes.
¿ Y por qué las leyes presentan estos agujeros? Pues visto lo anterior, no es de extrañar que los tengan. Para esto están los lobbies y por algo se acuñó el término de crony capitalism.
Y de paso simplificar los trámites y la legislación de la seguridad social, con tantos regímenes, etc.
[…] Aún así, el control tiene un efecto limitado, siempre. Si estamos entre 3 y 4 puntos por encima de la media europea y queremos reducir, con el mero control no nos va a bastar, porque llega un momento en el que es económicamente absurdo incluir a más personal y más medios en la Agencia Tributaria. El efecto de caza y castigo es limitado porque nunca llegaremos a la situación de “un inspector por cada ciudadano”. Así que, una vez se agote esta, solo nos quedan dos vías: o bien pensamos que hay algo en nuestras normas de juego que hacen que en España sea ligeramente más sencillo defraudar, o bien le achacamos las culpas a la “cultura del español medio”. La segunda vía se basa en un argumento falaz que queda fuera del alcance de la mano estatal, lo que nos remite a la primera. Y oh, sorpresa, es barata. Terriblemente barata. Dar un repaso a todo nuestro sistema fiscal en relación con los capitales, cosa que deberíamos hacer igualmente por razones de
más peso, e intentar que en el rediseño se nos escapen menos agujeros. Paradójicamente, eso implica sencillez. […]
[…] Aún así, el control tiene un efecto limitado, siempre. Si estamos entre 3 y 4 puntos por encima de la media europea y queremos reducir, con el mero control no nos va a bastar, porque llega un momento en el que es económicamente absurdo incluir a más personal y más medios en la Agencia Tributaria. El efecto de caza y castigo es limitado porque nunca llegaremos a la situación de “un inspector por cada ciudadano”. Así que, una vez se agote esta, solo nos quedan dos vías: o bien pensamos que hay algo en nuestras normas de juego que hacen que en España sea ligeramente más sencillo defraudar, o bien le achacamos las culpas a la “cultura del español medio”. La segunda vía se basa en un argumento falaz que queda fuera del alcance de la mano estatal, lo que nos remite a la primera. Y oh, sorpresa, es barata. Terriblemente barata. Dar un repaso a todo nuestro sistema fiscal en relación con los capitales, cosa que deberíamos hacer igualmente por razones de
más peso, e intentar que en el rediseño se nos escapen menos agujeros. Paradójicamente, eso implica sencillez. […]