Por Ruina Imponente lanzaban al ruedo una idea ciertamente interesante al hablar de reformar el sistema bancario –  la creación de una caja aburrida:

Mi idea es crear la Caja Aburrida. Una institución, dependiente del Ministerio de Hacienda, que tuviera únicamente dos productos: una libreta de ahorro y una tarjeta de débito dependiente. Todos los depósitos serían convertidos en deuda del Estado, con diferentes grados de liquidez. Y los intereses serían reembolsados una vez descontados los gastos de mantenimiento.

La idea suena banal, pero no lo es tanto. Hace un par de años una de las propuestas para proteger al consumidor en la reforma financiera en EUA  era bastante parecida a este modelo. La base era obligar a todos los bancos a ofrecer como mínimo dos productos a todos sus clientes para cualquier transacción. Por un lado, el banco puede dar sus «cuentas hipotecarias de mega-ahorro» o la «superlibreta multiplús» que quiera, con el requisito que se expliquen bien. Por otro, estarían obligados a ofrecer una cuenta, préstamo o similar completamente básico, regulado y ultraaburrido – sea una libreta de ahorros simple con un tipo de interés decente, hipoteca básica a 30 años con tipos fijos o cuenta corriente con tarjeta de débito y punto.

Buena idea – por supuesto, no llegó a ser aprobada en el Congreso. No estaría mal estudiarla para España, la verdad.