En diciembre un buen montón de gente me tomo por iluso o majara cuando decía que el gobierno no iba eliminar realmente la ayuda a los parados de larga duración. Cuando amainara el temporal en los mercados de deuda (algo que no ha sucedido, pero bueno) el ejecutivo se sacaría de la manga una nueva versión de la misma idea, probablemente con algún tipo de condicionalidad asociada para que pareciera menos populista y fuera un poco más seria.

Y vamos, así ha sucedido – es lo que han anunciado hoy. La prestación es menor (que no estamos para tirar cohetes) y requiere que el receptor haga cursillos de empleo (que son, por cierto, bastante inútiles), pero no es mala idea. El PP se ha quedajado que le carguen el muerto a las autonomías, al ser las responsables de las políticas activas de empleo, pero creo que es es un beneficio añadido: es un incentivo estupendo para que la formación sea más eficaz.

Y por supuesto, es una medida de izquierdas, de esas que el gobierno se supone que no puede aprobar. Pero mira, ahí está.