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¿Por qué los políticos nunca dimiten?

21 Oct, 2010 - - @egocrata

En España, los políticos no dimiten. Ya pueden pillarlos robando a manos llenas, proclamando a un testaferro que nos vamos a llevar toda la pasta o durmiendo con la cabra de la legión, aquí no dimite ni Dios. En el pasado he intentado buscar una explicación sobre por qué esto sucede, con más o menos éxito, pero la verdad se me había pasado la más simple y sencilla: no dimiten porque es racional no hacerlo.

Matthew Yglesias explicaba esto el otro día, y creo que tiene razón – para un político golpeado por un escándalo cualquiera que tenga el don del cinismo rastrero, lo mejor que puede hacer es quedarse donde está.

Tomad un hipotético presidente autonómico acusado de tener un tinglado de comisiones ilegales con pruebas espectacularmente obvias. Si abandona el cargo, el partido sale beneficiado, ya que dan una imagen de honestidad y fuerza contra los corruptos. El político dimisionario, sin embargo, se queda totalmente solo: sus excompañeros le daran palmaditas en la espalda, pero en vista que el tipo es formalmente un cadáver (incluso si sobrevive al juicio), deja de tener la más mínima importancia. Nadie le defenderá, los medios afines le ignorarán, y se enfrentará a sus problemas legales sin un miserable aliado.

Si el presidente en cuestión decide quedarse en el cargo, el cálculo del partido cambia. Primero, el hombre pasa a ser un problema para todos – por muy culpable que parezca, el hecho que esté ahí, con las siglas a su lado, le convierte en un desastre potencial. Eres oficialmente un lastre que tus amigos no pueden sacarse de encima – así que no tienen más remedio que apañárselas contigo a cuestas. Un político que no dimite hace daño al partido, y precisamente por eso tiene capacidad de chantaje: sus colegas no pueden pretender que nunca ha sucedido. Como no te vas a ir, ahora tienen que defenderte, para evitar males mayores.

Los políticos cínicos llegan más lejos. Qué novedad.


16 comentarios

  1. De acuerdo, no dimitir es racional.

    Pero que el partido lo eche a patadas también es racional, y tampoco ocurre.

    Seguro que hay una explicación racional para esto… 😉

  2. Roger Senserrich dice:

    Echarle a patadas no es demasiado fácil – más bien lo contrario. La guerra civil dentro del partido tras un golpe así acostumbra a ser épica.

    Y por descontado, si uno es un cabrón de verdad, siempre puede morir matando. Tirar de la manta, cantar TODO, decir que todos son culpables… Una pesadilla, vamos.

  3. Undry dice:

    Dimisiones hay, aunque pocas, eso si.

    Lo que pasa es que hay cierto partido que presume de honradez en el que si que no dimite ni el tato aunque les pillen en 50 juicios o le toque la lotería (al mismo) una docena de veces. Más que corrupción lo deben considerar derecho divino.

  4. Alatriste dice:

    No es cierto que en España nunca dimita nadie, eso es casi una leyenda urbana… tanto en el PSOE (Guerra, Corcuera, Bermejo…) como en el PP (mucho menos dados a ello, cierto, pero existe como mínimo un precedente, Manuel Pimentel) los ha habido con vergüenza torera.

    Vamos, en casos como el reciente de Mariano Fernández Bermejo, probablemente se pasó. Fue hasta _demasiado_ celoso de su honra, que hubieran dicho los clásicos.

    Lo de Camps y el PP valenciano es algo único… y si encima les sale bien en lo electoral o lo judicial va a ser algo extremadamente grave.

  5. Vellana dice:

    «y si encima les sale bien en lo electoral o lo judicial va a ser algo extremadamente grave.»

    Si les sale bien en lo electoral, algo tendrá que ver la alternativa que presenta el PSOE.

    Si les sale bien en lo judicial, el que te parezca grave sí es grave. Si les sale bien en lo judicial sólo será grave para los que les han juzgado y condenado sin ser jueces, se han inventado un caso y unos culpables y luego tienen que rectificar…

  6. Jordi P. dice:

    También dimitió Borrell en el PSOE y en Catalunya han dimitido algunos consellers alguna vez y también altos cargos del ayuntamiento de Barcelona.

    El problema de fondo es que la «no dimisión» no tiene coste electoral. En el caso de Valencia que tal vez es el más extremo, el hecho de presentar a un candidato acusado creo que incluso puede beneficiar al partido que lo presenta y ampliar su mayoría. ¿Para qué vas a meterte en el follón de hacer dimitir a alguien si mantenerlo no tiene coste?

    En este caso la culpa no es solo del candidato y el partido sino también de los votantes y del sistema electoral.

  7. Demetrio Madrid dimitió como Presidente de Castilla y León en 1986 cuando fue imputado los delitos contra los trabajadores (de su empresa particular). Fue absuelto.

    Su partido perdió ‘sine die’ la Comunidad y el no se come un colín desde entonces. Creo que este caso sirve como prueba a favor de la hipótesis lanzada.

  8. Citoyen dice:

    Piqué no dimitió por lo de Ercross?

  9. Lole dice:

    Vamos a ver. Empiezas el artículo con la frase «En España, los políticos no dimiten».
    Ergo en otros países sí dimiten (y simplemente por facilitar un permiso de residencia a la chacha inmigrante). ¿Entonces por qué en otras partes es diferente? ¿O no lo es?

  10. Alatriste dice:

    Hombre, Vellana, me alegro de verte ¡Llevaba demasiado tiempo sin leer fantasía…!

    Volviendo al terreno de la realidad, me gustaría hacerte una pregunta ¿Tú como le llamarías a decir que un ministro de justicia debe dimitir por haber estado en una cacería con X e Y (pese a que la cacería era tan poco secreta que había sido organizada por un cargo público del partido contrario) y no encontrar absolutamente nada raro en que un juez no se inhiba en una causa que implica a un hombre que define como «su amigo del alma» y «más que un hermano»?

    A estas alturas pensar – es un decir – que en Valencia todo es limpio y puro y que el escándalo entero es meramente una conspiración de la prensa canallesca conchabada con la Gestapo de Rubalcaba es… enternecedor. De verdad, me llega al alma… Perdón. Necesito un momento (ruido de sonarse la nariz)

    * * *

    Citoyen, no creo… ministro hasta 2003, después presidente del PP en Cataluña hasta que se hartó de recibir desaires. Por más que intento hacer memoria, en el PP solo se me ocurre Manuel Pimentel como ministro dimisionario. Tampoco es que en el PSOE haya habido muchas, pero tres o cuatro sí. Eso nos pondría en una dimisión cada 5 o 6 años de media que no me atrevo a comparar con el extranjero, me faltan datos.

    Voy a ver si encuentro algo sobre Gran Bretaña, por ejemplo, que tiene fama de ser dura con sus gobiernos.

  11. Lenny Zelig dice:

    Demetrio Madrid hizo lo correcto. Es lo que tienen los buenos ejemplos: siempre se acaban citando. No es justo achacarle los pésimos resultados del P.S.O.E. durante los veinticinco años siguientes (y lo que te rondaré, morena) en Castilla y León. Por supueso que son otras las razones.

  12. asmodeus dice:

    Con esto volvemos a lo que llevo pensando tiempo: la responsabilidad es social y compartida, no son sólo los políticos los «malos» (y esto se puede aplicar a entidades financieras, constructoras…).
    La decisión del presunto corrupto es comprensible, aunque no defendible. Pero si a un partido electoralmente le hace más daño echar a patadas a un supuesto corrupto (con muchos indicios para que lo de «supuesto» sea anecdótico) que mantenerle en el cargo, entonces tenemos un problema serio.
    Pienso en Valencia, por ejemplo (el caso más llamativo, valdrían gobiernos de otro color): gobierno enfangado en la corrupción y oposición poco o nada convincente. En un caso así, sería razonable una abstención masiva. Pues a día de hoy volverían a sacar mayoría absoluta. El problema no son los políticos, somos los votantes.

  13. Jordi P. dice:

    Yo también creo que parte del problema es del sistema electoral. Supongamos que yo soy un señor conservador, católico de derechas etc y se presenta en mi comunidad un candidato por el PP que tiene toda la pinta de ser un corrupto. Lo que yo no puedo hacer es dejar de lado mi ideología y ponerme a votar al PSOE o IU. Quedarse en casa es algo parecido a votar a la ideología opuesta (El ejemplo vale igual en sentido contrario).

    La única solución que yo veo es poder votar en un sistema de listas abiertas y poder marcar dentro del mismo campo ideológico un candidato que no tenga acusaciones de corrupción. Es decir poder seguir votando por el partido que representa a mi ideología pero cambiando de candidato.

  14. asmodeus dice:

    Jordi P: perdón, no había leido tu comentario anterior y vengo a decir más o menos lo mismo. Con haber dicho que coincido contigo habría acabado antes.

  15. Juvela dice:

    Habrá un día,
    y no muy lejano,
    que los humanos
    harán cosas contrarias
    a la leyes de hoy.
    La vejez será estorbo
    y la multitud reducida.
    Las naciones que hoy se abren
    para unirse amistosas,
    cerraran sus fronteras
    y serán selectivas
    con los subditos
    más rentables.
    Los poderosos no cambiarán:
    sus estrategias de siempre
    harán pueblos felices
    que consumiran varatijas
    que ellos fabricaran esclavos,
    para que comercialicen los ricos
    en sus multinacionales.
    Se desechará a los soñadores
    que no hilan, en beneficio
    de los realistas, que serán
    ejercito contra sus hermanos.
    Así, como os digo,
    mi profecia será realidad
    en nuestro futuro más proximo.

  16. […] al máximo pero deja entrever sospechas por filtraciones y el trabajo de fiscales y policía. Como a Camps y a otros no les da la real gana dimitir, es lo único que puede […]

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