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Otra de laberintos hipotecarios

15 Oct, 2010 - - @egocrata

(artículos publicado originalmente en Lorem Ipsum – primera parte, segunda parte)

El mercado secundario de hipotecas en Estados Unidos vuelve a estar en problemas, y con ello, potencialmente, todo el sistema financiero… supongo.

Esta es la sensación que tengo después de unos cuantos días leyendo como un loco sobre el tema, y no soy el único. Muchísimos expertos financieros y analistas, aparte de juristas de prestigio y fiscales generales, están realmente preocupados con lo que parece ser un fraude / incompetencia generalizados a lo largo y ancho del sistema de de titulaciones de hipotecas americanos. Los mercados, sin embargo, están extrañamente tranquilos, no se sabe bien por qué.

Empecemos por el principio, intentando describir el problema. Desde hace unas cuantas semanas, la prensa se ha empezado a hacer eco de los errores cada vez más habituales en el proceso de ejecución de hipotecas impagadas (foreclosures) por parte de los bancos. Los errores van de tener dos entidades peleándose sobre quién tiene una propiedad en sus libros a varios casos en los que un banco intentaba embargar una propiedad que no estaba hipotecada en absoluto, así por las bravas.  Las autoridades en varios estados (la legislación sobre hipotecas es competencia estatal) han empezado a investigar, descubriendo que muchas entidades estaban haciendo lo que se han venido a llamar ejecuciones-robot: un pobre contable en alguna oficina perdida firma miles y miles de embargos a la semana, sin ni siquiera revisar los papeles.

En las últimas semanas las autoridades han empezado a mirar este tema más en serio, con investigaciones en todo el país,  y lo que han encontrado ha sido todo menos bonito. Resulta que básicamentetodos los bancos estaban ejecutando hipotecas al tuntún, con una cantidad alarmante de embargos hechos con documentos incompletos, erróneos o básicamente inventados.

El origen de los errores se remonta a los años de la burbuja, en esa época gloriosa en que Wall Street se enamoró de los CDO. Si recordáis, los CDO son básicamente “paquetes” de deudas preparados por bancos de inversión: un montón de hipotecas convertidas en un derivado financiero bajo la teoría que agregándolas en un sólo activo se reduciría el riesgo. En teoría, los magos de Wall Street analizaban todas las hipotecas una por una para montar un CDO que fuera seguro y bien equilibrado, sin tener riesgos concentrados bajo el mismo techo y cuidando que todo el papeleo estaba en regla. Al menos, eso es lo que le contaban a los inversores que compraban esos engendros.

Como explica Felix Salmon en un post antológico, lo que hemos descubierto estos días es que la gente de Wall Street no estaba haciendo eso en absoluto. Los bancos de inversión (Goldman, Lehman, Merryl, Bear Sterns, etcétera) básicamente se dedicaban a comprar hipotecas en masa, enviaban un porcentaje mínimo de lo que tenían en manos a un tercero para analizarlas, y después procedían a venderlas en forma de CDO al primer pardillo que se les acercara, sin prestarle la más mínima atención a lo que habían visto dentro del paquete. Como señala el mismo Salmon, vender basura tóxica pretendiendo que es caviar financiero es la pura definición de fraude, y parece que todo Dios en Wall Street lo estaba haciendo con saña.

Dicho en otras palabras, tenemos el escenario siguiente:

  • a. Un montón de bancos y criaturas adyacentes intentando embargar casas no se sabe si vía matonismo, fraude, incompetencia – procedimientos que muchos estados (y algunos bancos) han congelado, en vista de la gigantesca cantidad de errores encontrados en el proceso.
  • b. Una cantidad increíble de hipotecas que han pasado por demasiadas manos, nunca con suficiente documentación, metidas en CDOs de calidad (y titularidad) dudosa creados por unos bancos de inversión que certificaban que todo lo que había en ellos era válido (leed la serie completa en Rortybomb. En serio).
  • c. Un buen número de bancos de inversión y entidades de Wall Street metidas potencialmente en un berenjenal enorme. Si lo que hacían es fraude, y los compradores de CDOs les llevan a juicio, el coste puede ser astronómico… hasta el punto de ponerles en serios problemas. No hace falta que recuerde lo bien que nos lo pasamos la última vez que esto sucedió.
  • d. Muchas hipotecas basura ahora son más tóxicas que nunca, al no poder ser ejecutadas. Otra cantidad indeterminada pero probablemente gigantesca de títulos no tienen toda la documentación, no está claro quién cojones los tiene en cartera o están jodidos hasta tal punto que el propietario de la casa puede llevar el banco a juicio, ya que no pueden demostrar que les debe dinero (y no, no estoy exagerando).

Es una combinación de factores absolutamente terrorífica; incertidumbre, bancos en problemas, más deuda basura y abogados. Hay siete billones de dólares en CDOs ahí fuera que pueden ser totalmente inválidos. La reacción de los mercados ha sido, sin embargo, un descenso moderado de las acciones de las entidades financieras, una pequeña subida en los CDS de los bancos, y… poco más. En un contexto en que cualquier pequeño patinazo de un país en la periferia europea hace que todo el mundo pierda la cabeza, la revelación que medio Wall Street puede haber cometido un fraude monumental y estar a punto de saltar por los aires sólo traído ceños fruncidos.

Lo cierto es que estoy realmente confundido. Si todo lo de arriba fuera idea mía, o locas teorías sacadas de las esquinas más colgadas de la blogosfera, mi sensación sería que hay algo que se me escapa; el tema es mucho menos grave de lo que parece y no lo he entendido bien. El problema es que un montón de analistas sensatos parecen ver lo mismo, y todo parece apuntar que ha habido fraude a patadas en un sector gigantesco del mercado financiero. La esperanza de los bancos, supongo, es que el dinero perdido cuando los cosan a juicios sea controlable y las cosas no se salgan de madre.

La verdad, me gustaría pensar que tienen razón, las pérdidas adicionales serán limitadas, y que esto como mucho acabará con unos cuantos juicios aparatosos cerrados vía acuerdos extrajudiciales. Tras lo que vimos el 2008, sin embargo, no sé qué pensar, y no estoy tranquilo.

Nota al margen: Krugman, siguiendo la línea marcada por Lorem Ipsum, escribe sobre ello también hoy.

A seguir: problemas hipotecarios, segunda parte

No sé si recordaréis algo que escribía hace unos meses sobre el potencial de una segunda ronda de problemas en el mercado hipotecario de Estados Unidos. Hay indicios cada vez más evidentes que las entidades financieras americanas realmente no tienen ni la más remota idea sobre quién tiene el papeleo de los millones de viviendas en ejecución hipotecaria por todo el país. Natural, con esa sopa de letras de CDOs e inventos exóticos que se inventaron para esconderlas.

Hace unos meses nadie sabía realmente si este completo desprecio por la fidelidad documental y los derechos de propiedad era una especie de curiosidad histórica o tenía el potencial de convertirse en una pesadilla financiera capaz de cargarse las cuentas de algunos bancos. La semana pasada, sin embargo, tuvimos la primera señal que esto puede no ser precisamente irrelevante: un juez de Massachusetts anuló una ejecución hipotecaria al determinar que el banco no podía demostrar que eran los titulates de la deuda. Si el banco no tiene el papeleo en orden (y nadie parece tenerlo), no hay embargo posible.

¿Todas esas hipotecas dudosas en los balances de los bancos? Bueno, parece que potencialmente son papel mojado. Valor cero.  Para hacerlo más bonito, si el desastre se confirma la gente que compró los CDO estará encantada que le vendieran algo que la entidad no puede demostrar que tenga, así que pueden coserles  a pleitos por fraude.

La palabra importante del párrafo anterior, sin embargo, no es “desastre” – es “potencialmente”. Es un juicio, sobre un caso, en un estado con un sistema legal relativamente favorable al propietario de la vivienda. Como comentan por aquí, no sabemos cuántas hipotecas están afectadas, qué bancos han hecho el papeleo con los pies (¿mi sospecha? casi todos) y si es posible arreglar las cosas a base de poner a gente a buscar papeles o si el sistema está roto.

Lo más probable es que las entidades financieras tenga que dedicar más tiempo y personal a asegurarse que cuando quieren embargar una casa tienen toda la documentación en regla. Esto encarecerá los trámites en una ejecución, dando un incentivo a los bancos trabajar para modificar las hipotecas en vez de correr el riesgo de ir a juicio. Este es el escenario bueno. El malo es que unas cuantas entidades tengan pollos documentales insalvables y se vayan al carajo, dañando el sistema financiero y complicando la recuperación. El escenario catastrófico es que el mecanismo judicial de embargo estalle por todo el país, todas esas deudas se hagan impagables, los CDO se volatilicen, los inversores pongan pleitos y tengamos otro agujero financiero y potencial pánico bancario.

Pero no creo que eso suceda. Creo.

Todo este pitifosio documental me ha hecho pensar en el excelente artículo de este mes en Wired sobre flash trading; la práctica de muchas entidades de Wall Street de participar en los mercados financieros utilizando superordenadores utilizando algoritmos y una especie de inteligencia artificial (hablé un poco de elló aquí). Aparte de ser algo espantosamente cyberpunk, lo más sorprendente es que nadie parece entender cómo funciona el invento; lo mencionan en el artículo, y me lo han comentado conocidos varias veces. Los CDO y las deudas hipotecarias parecen ser algo bastante parecido, algo que nadie era realmente capaz de seguir sin perderse. Y así estamos.

No sé si es algo demasiado generalizado, pero como señala Yglesias, parece que hay un número no trivial de empresas e inversores abandonando los mercados financieros cuando intentan conseguir capital. Básicamente, el sistema financiero es demasiado complicado, demasiado líquido y demasiado inestable para poder planificar de forma razonable. Justin Fox tenía un excelente artículo sobre Facebook precisamente sobre eso. Puede que el mismo mercado algún día acabe por considerar que sus retoños de Wall Street son demasiado obtusos e ineficientes como para operar a través de ellos.


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  1. […] Escribí sobre ello por Lorem a finales del año pasado (tenéis una copia de los dos artículos por aquí), con la sensación que era historia potencialmente importante. Uno no puede llevar a juicio a un […]

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