Hace unos años, allá por el 2004, un montón de estados americanos votaron en referéndum sobre si querían prohibir el matrimonio gay. Algo clásico de Estados Unidos, ciertamente; mientras en Massachusetts. Connecticut y otros pozos de rojerío como Iowa (¿!) esta clase de uniones iban camino de legalización, en otros sitios las autoridades corrían a proteger a los niños de esos malvados sodomitas destrozamatrimonios. Ignorad el hecho que Massachusetts es el estado con la menor tasa de divorcios del país, etcétera.

La ola prohibicionista no sólo venía de una especie de fervor antihomosexual espontáneo, sino que tenía de hecho bastante de estrategia electoral. Cuenta la leyenda (aunque él la niega) que Karl Rove animó a colocar esta clase de propuestas en varios estados, con la idea de movilizar a la base evangélica del partido y aumentar su participación. Es difícil decir si funcionó o no (he visto estudios para todos los gustos, pero parece que ayudó), pero lo cierto es que poner temas de este estilo a votación tiende a concentrar el debate en este punto, algo que a buen seguro no hizo ningún daño a los republicanos en muchos sitios.

Estos días se habla que los demócratas puede que hayan encontrado un tema similar para movilizar a sus bases, especialmente en un año en que los votantes están desanimados con la situación económica: la marihuana. Más concretamente, legalizar el cannabis con fines «terapéuticos» (cof cof) en muchos estados, o hacerla completamente legal (y cargada de impuestos) en California. Suena como si algún analista está fumando un poco demasiado, ciertamente, pero no es una idea tan absurda como parece, como señala Ryan Grim por aquí.

¿Los motivos? Primero, e importante, la participación en las elecciones legislativas americanas es a menudo patéticamente baja – en algunos estados, un 25-30%. En estas circunstancias, sacar el 2% de votantes que son porreros entusiastas de su sopor y llevarlos a las urnas a grito de «legalegalización» puede darte un buen empujoncito en las urnas – suficiente, de hecho, para salvar el cuello a más de un demócrata. La derecha conservadora es de hecho relativamente indiferente a este tema (creedme, hay mucho republicano colgado de Grateful Dead y Easy Rider), así que es difícil ver multitudes de puritanos soliviantados movilizándose contra ello, dando una buena ventaja.

El problema, en este caso, es quién movilizará a estos votantes; quién los sacará a la calle. Al hablar de matrimonio gay, los pastores de las iglesias evangélicas se encargaron de recordar lo satánico del matrimonio gay a sus feligreses y lo cerca que estaba el día de la votación. En el caso de la marihuana, la cosa es un poco más complicada, al no haber líderes explícitos en este tema… aunque a decir verdad, no tengo ni idea cómo funciona este mundillo en Estados Unidos.

¿El camello como agitador político? Ni idea. Las encuestas postelectorales serán interesantes…


7 comentarios

  1. principio cero dice:

    Cualquiera menos el camello. Se quedará en el paro.

  2. Miguel dice:

    Las viejecitas «flower power» californianas que siempre salen en los documentales sobre el uso medicinal (cof, cof 🙂 de tan útil plantita serían un fantástico banderín de enganche.

    O algún profe de CalTech o del MIT, que seguro que los hay, tan respetados en su profesión que les dará igual aparecer como «Mr. Pot» el resto de sus vidas.

    [offtopic] Ahora que veo por la ventana la lujuriante plantación que se han montado mis vecinos en su balcón me entra la envidia… y eso que yo no trabajo esas cosas.

  3. Ender dice:

    Fácil, coges a los hijos de Bob Marley, que tienen su propia carrera musical, y les añades que están preparando la película de la historia de Bob.
    Si con eso no incitas al voto y consumo, nada lo hará.
    Get Up Stand Up!!

  4. Dex dice:

    No deja de resultar bastante llamativo como el matrimonio ha acabado aprobandose antes en varios paises de tanta supuesta tradición católica como son España, Portugal y Argentina, y mientras tanto USA ha ido involucionando con el tema de California.

    Aunque a la hora de la verdad el catolicismo sea mas bien de boquilla, una cosa social de pisar la iglesia para bodas, bautizos y comuniones, y pasar de la jerarquia en cuanto a aborto, preservativos, etc.

    En ese aspecto lo de las iglesias evangélicas de USA, es mucho mas fundamentalista.

  5. Mario dice:

    Será Bill maher, claro.

  6. Hejo dice:

    Hace muchos años que se estudian los efectos de la marihuana, y no hay conclusiones claras de que provoque daños en el cerebro. Es decir, la prohibición no puede respaldarse en motivos médicos.

    Queda la parte de los efectos sociales, tanto los de la legalización como los de la prohibición. Aquí el tema es mucho más complejo, pero en Holanda no se plantean ilegalizarla, o sea que no les debe ir tan mal.

    De manera que el factor decisivo para la legalización son las consideraciones éticas, y sobretodo morales. ¿Sacar el tema a la palestra pública y someterlo a referéndum? Pues…¿y por qué no? Un debate inteligente nos enriquece, como personas y como sociedad. Lástima que tantas veces se reduzca a voceros repitiendo soflamas.

    Usos terapéuticos de la marihuana: especialmente indicada para aliviar los dolores y mareos producidos por la quimioterapia. De hecho, en España este uso es legal y la seguridad social – por lo menos en Cataluña- en los casos pertinentes entrega la bolsita de marihuana a los pacientes de quimioterapia para que se fumen sus 2 porros diarios. Es parte del tratamiento pues mejora la calidad de vida del paciente.

    La legalización terapéutica se debatió en el parlamento de California a finales de los noventa. Y si mal no recuerdo se votó en referendum y ganó el No. Que alguien me corrija si me equivoco. En cualquier caso, sirva para indicar que el tema no es nuevo en los USA.

    Por cierto, fumé 4 porros cuando iba al instituto y ya peino canas. Y sí, personalmente estoy a favor de la legalización de la marihuana.

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