amo al líder

Sobre el poder y su ejercicio

27 Jul, 2010 - - @egocrata

Jorge Galindo tiene un buen artículo estos días sobre la naturaleza del poder político y sus orígines, y se pregunta, al final del tochazo, si algún politólogo brillante ha tratado el tema en profundidad. La respuesta es muy sencilla: hay toda una rama de la Ciencia Política que se dedica única y exclusivamente a este tema, y lo hace con un detalle estupendo. La pregunta de investigación es de hecho el punto de partida de toda la disciplina:  ¿Por qué coño la gente obedece al jefe de la tribu / policia / presidente / funcionario / rey cuando le dan una orden? La respuesta puede parecer obvia en un principio (el policia tiene una pistola y tú no), pero de hecho no lo es tanto (¿por qué el policia obedece al ministro entonces?), y ha dado para mucho debate.

La verdad es que hace tiempo que no repaso esa rama de la literatura en profundidad, así que no voy a ser de gran ayuda hablando de literatura reciente, pero tengo algunos favoritos. El más famoso (y antiguo) es de hecho la demostración más clara que no es una pregunta fácil, los experimentos de Milgram sobre obediencia, que describí por aquí con cierto detalle. La gente a veces realmente obedece porque sí, algo que no deja de ser bastante sorprendente – estamos «entrenados» para ello, casi predispuestos genéticamente. La autoridad parece volver a algunos realmente majaras, como demostró otro famoso experimento sobre este tema.

A un nivel más institucional, hay un libro extraordinario sobre el ejército alemán en la Segunda Guerra Mundial, básicamente preguntándose por qué los soldados aceptaban la orden de masacrar civiles sin rechistar (la Wehrmacht tuvo muy pocos problemas de disciplina durante la guerra). La primera respuesta (eran todos nazis) es muy simplista y probablemente errónea; Christopher Browning tiene probablemente mi libro preferido sobre el tema, centrado en un batallón de reservistas en el frente oriental (aviso: es duro de leer de veras. Muy, muy incómodo).

Alejándonos más del análisis micro, recuerdo dos libros que disfruté mucho: Consent, Dissent and Patriotism de Margaret Levi, y Identity in Formation, de David Laitin. El primero es un estudio comparado de una variable muy sencilla que mide obediencia al estado: la reacción de la población a levas militares, y qué factores influyen a estas. El libro tiene algunos problemas, pero tiene una cantidad increíble de ideas a explorar; es muy bueno. El segundo es aún mejor: un estudio sobre la reacción de los rusos étnicos que «se quedaron colgados» en las repúblicas postsoviéticas. ¿Se asimilan al nuevo estado? ¿se mantienen rusos? ¿se largan? ¿intentan llegar al poder? El libro es un poco
viejo (1998), pero los modelos y descripciones son geniales.

En un cajón, esperando a que acabe los siete libros que tengo pendientes por delante, hay este tocho escrito por medio departamento de Ciencia Política de Yale. Por aquí están bastante obsesionados con esta pregunta de investigación, y el título es bastante claro: Order, Conflict and Violence. No lo he leído todavía, pero la mayoría de autores son excelentes, así que me tengo que poner a ello pronto. Y sí, sé que no es estrictamente sobre poder político, sino más bien sobre estabilidad y orden, pero ambas cosas son imposibles de separar.

Resumiendo: sí, es una pregunta interesante, y no, contestar no es nada sencillo. Se puede hablar largo y tendido sobre ello, si hay interés sobre el tema. Así que preguntad, que para algo estamos.


6 comentarios

  1. Edgar Rovira dice:

    Desde la ignorancia: ¿hay vida más allá de Lukes y su enfoque radical revisado?

  2. Lamidaeff dice:

    Vaya, otro de esos posts llenos de literatura sectaria facho-positivista importada del imperio. Ni una vaga mencion a Louis Dumont, Foucault o Bourdieu. Asi os va.

  3. J dice:

    Para poner el asunto en contexto, quizás estaría bien añadir la perspectiva etológica, tipo los libros de Frans de Waal o Marc Hauser.

  4. Decidido. En cuanto acabe con la economía, me matriculo en el Grado de Ciencias Políticas de la LSE y la University of London.

    De momento, se me ocurre poner sobre la mesa un tema que, desde lejos, siempre me ha apasionado: el poder de la mafia en Italia en su dimensión más social, más enraizada con la percepción del entorno sobre ellos por una parte y de la provisión de recursos por otro (esto se puede aplicar también a Hezbolá o Hamás, por ejemplo, salvando las enormes distancias).

    PD: J., menudo apunte más freak (siempre he considerado la etología un poco freak). Mola.

    PPD: Lamidaeff, si ha sido sarcasmo, ja ja ja. Si no, asociar fascismo y positivismo es una salvajada de dimensiones estratosféricas.

  5. Raúl S. dice:

    «El más famoso (y antiguo) es de hecho la demostración más clara que no es una pregunta fácil, los experimentos de Milgram sobre obediencia, que describí por aquí con cierto detalle. La gente a veces realmente obedece porque sí, algo que no deja de ser bastante sorprendente – estamos “entrenados” para ello, casi predispuestos genéticamente.»

    «Pelín» alejado de lo que se planteó Milgram, Roger. Pero mucho.

  6. Roger Senserrich dice:

    Sé que Milgram estaba intentando descubrir si la excusa de «seguíamos órdenes» de algunos nazis en Nuremberg era justificable – su estudio era en un principio sobre la violencia, pero los resultados fueron tan extraños e inesperados que realmente dejaron a todo el mundo a cuadros. Milgram esperaba un 10% de gente llegando al tope de descargas eléctricas, no dos tercios – resulta que la gente no es cruel, sino que realmente sigue órdenes a veces.

Comments are closed.