Aunque esto va a sonar como el enésimo capítulo de mi cruzada personal para hacerme famoso, tengo que mencionarlo, ya que es algo que me pone de los nervios. ¿Por qué los medios españoles son incapaces de entender qué es una bitácora?

Por si alguien no se ha dado cuenta, leo muchísimo. Demasiado. Cantidades ridículas de artículos, revistas, bitácoras, prensa y trolleo variado saturan mi dieta mediática; mi Google Reader es una especie de bazar gigante con una cantidad totalmente ridícula de blogs (más de cien) que pretendo seguir. Hoy echaba un vistazo a la lista, y hay algo que me ha sorprendido: muchas de las bitácoras americanas que sigo forman parte de medios de comunicación establecidos, mientras sólo una bitácora en mi lista española está escrita en la redacción de un periódico.

No estoy seguro de dónde viene el problema; puede que sea una manía mía. La sensación que tengo es que muchos medios americanos (especialmente revistas como The Atlantic o National Review, pero también periódicos como el Washington Post) han reaccionado al nuevo periodismo de la red contratando periodistas que han «vivían» en la red, reclutando blogueros directamente. La prensa española (con muy contadas excepciones) ha preferido «reciclar» periodistas para que tengan su blogs, básicamente pidiéndoles que escriban una columna de opinión al día y listos. Hay veces que parece que se tomen sus bitácoras como algo periférico, sin prestarle atención editorial (en serio, ¿tanto cuesta poner puntos y aparte? ¡y mira que yo soy chapucero!), o sin exigirles que se tomen la molestia de poner enlaces o entrar en una conversación con nadie.

No pretendo que fichen premios Nóbel; la verdad, gente que escriba y aporte tanto al debate como Paul Krugman son difíciles de encontrar. Aún así, el «debate» en la blogosfera mediática hispana es completamente nulo, en gran medida porque nadie está escribiendo algo remotamente cercano a lo que debería ser un medio de comunicación en internet. Y oye, no es algo imposible. Hay gente que incluso gana dinero con ello.

De acuerdo, quiero que me fichen. ¡Eso no quiere decir que no tenga razón!