Los apagones en Cataluña han sido recibidos con el tradicional coro de quejidos sobre lo mal que lo hacemos todo en España, y lo poco preparados que estamos, y pidiendo que los ayuntamientos sean los que respondan a esta clase de emergencias. Antes de perder la cabeza con las críticas, vale la pena tener un poco de perspectiva en estas cosas.

Primero de todo, esta clase de desaguisados suceden en las mejores familias – de hecho, suceden en sitios donde nieva constantemente. El sábado sufrimos un temporal de lluvia y viento bastante considerable en la costa este de Estados Unidos, con ráfagas de 100 Km/h y más de 120 litros por metro cuadrado de precipitación.  Bueno, es cinco días después, en Fairfield County, la región más rica del estado más rico del país, aún hay 15.000 abonados sin luz, incluyendo varios colegios e institutos que llevan toda la semana sin dar clase. Todo esto por un poco de viento y lluvia, nada de nieve – y en un estado, por cierto, donde los municipios tienen una cantidad de competencias infinitamente mayor que en Cataluña. Y sí, estas incluyen limpiar las calles de nieve en invierno.

¿Qué quiero decir con esto? Cuando hace mal tiempo y caen árboles encima de cables de alta y media tensión, no importa quién gestione nada: la gente que vive en zonas con baja densidad de población se quedarán sin luz unos cuantos días. Si alguien quiere vivir en el campo lejos del mundanal ruido, llevarle electricidad equivale a tirar mucho cable, muy lejos. Más cable entre arbolitos, más oportunidades que algo salga mal. No hay mucho que hacer.

Más allá de esto, los ayuntamientos, especialmente los pequeños, no son casi nunca la administración más adecuada para gestionar emergencias. Preparar una respuesta para situaciones imprevistas (inundaciones, nevadas, atentados, guerras, alzamientos zombie) es básicamente lo mismo que contratar un seguro – «compramos» una serie de cosas que minimizarán el daño cuando algo malo suceda. Es bastante obvio que no es demasiado racional que cada persona se proteja contra estas cosas individualmente (imaginad tener un FBI por persona), sino que es mejor compartir gastos con otros y actuar colectivamente. Este «comprador colectivo de seguros contra emergencias» normalmente lo conocemos como «el gobierno» o «el estado»; una institución que recoge el dinero de todos (a la fuerza, si es preciso) a cambio de contratar policias y comprar máquinas quitanieves.

Un ayuntamiento pequeño o mediano es, básicamente, un comprador de seguro pequeño. Un municipio de 3.000 o 40.000 habitantes no es precisamente un comprador individual, pero no es un actor con una capacidad de compra tremenda. Cosas como inundaciones, atentados terroristas o nevadas suceden muy de vez en cuando en su región – comprar una quitanieves cuando sólo nieva una vez cada treinta años es como comprarse un traje de buzo para ese día que resbales en la bañera: una compra totalmente exagerada. Tener capacidad para arreglar líneas de alta tensión, limpiar accidentes de camiones que llevan materiales radioactivos o tener tanques para cuando invadan los franceses (oye, antes lo hacían a menudo) es algo parecido: un gasto enorme para algo que realmente no se utilizará nunca.

Por descontado, no es sólo cuestión de gastos inútiles; es también el hecho que cuando algo suceda, la mayoría de municipios no tendrán recursos por sí sólos para responder de forma efectiva, o podrá arreglar nada dentro de su territorio. La ciudad de Girona puede tener una excelente brigada municipal lista para arreglar árboles caidos sobre el tendido eléctrico, pero si el problema ha sucedido en Celrà o Maçanet, tampoco les servirá de nada – especialmente si ahí viven cuatro gatos y no tienen nadie que pueda arreglar el problema. No sirve de nada limpiar carreteras si tu vecino las deja sin limpiar (cosa que pasa en Connecticut de vez en cuando, por cierto- West Haven se quedó sin presupuesto para quitanieves hace unos años…), y así sucesivamente.

Quedá el último problema de la autoridad municipal: NIMBYs y BANANAs. Los NIMBY (not in my backyard, no en mi patio de atrás) son esos alegres colectivos que quieren que se construyan cosas, siempre que no sea al lado de su casa. Las comarcas y ayuntamientos de Girona tienen una larga y orgullosa tradición de hacer la vida imposible a FECSA y Red Eléctrica cuando quieren construir líneas de alta tensión y redundancia en la red. Del mismo modo que compramos seguros en bloque contra problemas graves, también construimos infraestructuras en bloque para poder estar todos preparados. Si los ayuntamientos tienen capacidad de veto (o se dedican a ejercer el troll legal con entusiasmo suficiente), nos encontraremos con situaciones como la de estos días.

¿Responden los ayuntamientos con más rapidez ante emergencias? Sí, probablemente –  es cuestión de simple distancia. Lo que no podemos decir, sin embargo, es que sean más efectivos haciéndolo, o sea más barato y eficiente hacer los de ese modo. Más bien lo contrario.


7 comentarios

  1. Johnnie dice:

    Tuve la suerte de vivir en Girona durante dos años y recuerdo la sensación de que las noticias eran todas en plan NIMBY. Que nada de cables de alta tensión, que ni hablar de la autopista pasando por no se donde, que el aeropuerto de girona ya le vale…

    En el caso de las líneas de alta tensión, es increíble la desconexión que hay entre ellas y el suministro eléctrico. Hay que recordar que, además de los apagones de ahora, Girona ha sido noticia durante varios años como una de las provincias más afectadas por los apagones de verano (esos que ocurren cuando todo el mundo quiere poner el aire a condicionado en marcha).

  2. Lamidaeff dice:

    Vamos, esto equivale a decir que el cuento de PSCista que te traes con el estado de las autonomías, la descentralización y lo bonito que es el Estatut en el fondo no te lo crees y que finalmente las viejas ideas de teoría del seguro que están en la base de la solidaridad interterritorial tienen algo de sentido. Confiesa ¿cuanto te ingresa Montilla?

  3. DonAire dice:

    Discrepo de casi todo

    1. No sé muy bien cómo se fija la frontera de baja densidad. En Lloret de Mar viven unas 40.000 personas y en Sant Feliu de Guíxols unas 22.000. No es un problema de densidades, sino de que la única subestación que suministra energía quedó colapsada y no existía un Plan B. No se trata de urbanizaciones recónditas ni de masías perdidas.

    2. He intentado explicar por activa y por pasiva la diferencia entre el suministro de los medios de emergencia y la gestión de los medios de emergencia. Me niego a pedir perdón porque mi municipio (Sant Feliu de Guíxols) no tuviera generadores a punto por si nos quedamos sin luz o quitanieves, en un sitio en el que nieva de década en década. (Por cierto, en Camprodón, municipio de 2.000 habitantes el municipio tiene tres quitanieves tres. Eso sí, les nieva dos veces por semana en invierno).

    Lo que yo planteo es otra cosa. Cuando llega el generador de fecsa a un municipio, quien tiene que decidir dónde enchufar es el ayuntamiento (el alcalde, vaya). Porque lo que realmente pasó fue que Fecsa no tiene ni idea de la cartografía demográfica a 1:10.000. No sabe dónde viven los abuelitos, dónde esta el CAP o el hospital o qué zonas están poco habitadas. Para muestra un botón: En un municipo, Fecsa fue tan incompetente que enchufó un generador en un barrio turístico donde no había ni Dios y dejó tres días más sin luz el barrio donde sí vivía la gente. La información es esencial en la gestión de emergencias y quien conoce mejor el municipio es el gestor local.

    Otro ejemplo fue la terrible gestión de los quitanieves. No hubo ningún criterio lógico en la apertura de calles al tránsito y se creó un Cristo del demonio. Un botón: En un municipio un quitanieves abrió un camino que llevaba directamente a una calle sin salida. Muchos coches siguieron el camino que abrió el quitanieves y se quedaron atrapados.

    Para ir acabando con este punto. La tecnocracia fija protocolos que están muy bien, pero es incompetente para adaptarse a la complejidad local. Por eso, necesitamos que los gestores locales, los que se conocen dónde están los pinos, las aceras y la farolas, comanden la gestión de emergencias en sus territorios. Tal y como, por cierto, prevé la legislación vigente, que obliga a los municipios a elaborar los planes de protección municipal y si te miras la Ley 4/1997 y el Decreto 210/1999, el alcalde debería ser el jefe de mando de las emergencias en su territorio.

    3. Con lo del NIMBY te equivocas de nuevo. El NIMBY en Girona no ha sido municipal, porque la inmensa mayoría de los ayuntamientos han reclamado una mejora de las líneas eléctricas. Llevan años pidiendo otra línea. El NIMBY existe, pero se circunscribe a grupos de presión, colectivos (algunos tomatazos me he llevado por cierto de ellos), sin olvidar algunos partidos políticos concretos.

  4. DonAire dice:

    A lamidaeff

    No entiendo nada de lo que dices. Aquí no hablamos del modelo federal de España, sino del modelo federal de Cataluña. Porque para muchos parece que lo federal sólo vale del Ebro para afuera.

    Y la paradoja divertida es que partidos nacionalistas como CiU son centralistas y no dudan en criticar las veguerías. El centralismo catalán es bastante transversal y responde a un criterio muy simple: el estatalismo. No se cuestionan la arquitectura centralista del Estado, sino que lo que quieren es otro estado, como el español, pero en Cataluña.

    Aunque el PSC también tiene una buena lista de centralistas, el municipalismo del PSC es mucho más importante que en el resto de partidos catalanes. Lo más federalista que hay en Cataluña es el PSC, lo cual tampoco es mucho. Pero, sinceramente, me sorprende que argumentes lo contrario.

  5. Johnnie dice:

    Don Aire,

    Yo creo que ni tanto ni tan poco, quizás el ayuntamiento sea el más adecuado para opinar dónde hay que poner el generador, pero Fecsa debería ser la encargada de hacerlo, ambos entes deberían ser capaces de colaborar, o nos arriesgamos a que cada ayuntamiento decida que la solución es tener un montón de generadores de repuesto en algún almacén.

    Tampoco entiendo por qué te ofendes por lo de las máquinas quitanieves. A mi me parece que Barcelona no debería tener quitanieves, y si Valencia tiene quitanieves espero que fueran un regalo porque nuestros impuestos estarían mucho mejor empleados en toboganes y farolas de esas horribles de Rita que en condenados quitanieves. Y tienen más habitantes que Sant Feliu.

    Y totalmente de acuerdo con que el NIMBY es cosa de colectivos, pero es que esos colectivos, de alguna manera, consiguen un poder descomunal. En Valencia también tenemos un caso similar con lo de la subestación eléctrica de Campanar, que son veinte personas que no representan a nadie pero que han conseguido ser considerados a la hora de tomar decisiones que afectan a mucha más gente. La culpa, en mi opinión, es de los medios que les hacen eco y de los políticos que avanzan o se dejan llevar a golpe de oportunismo. Según leí en su momento, el día en que el delegado del gobierno o quien fuera convocó a los alcaldes de los municipios que iban a ser afectados por la linea de muy alta tensión, no se presentó ninguno, en parte por convicción en parte por miedo a la mala publicidad que se les podría hacer. Estoy de acuerdo con que el NIMBY es cosa de colectivos y grupos de presión, pero si no hay nadie para hacerles frente da bastante igual que sean diez o diez mil, y no hay nadie.

    Un saludo,

  6. Áuryn dice:

    Me he acordado tremendamente de aquél cuento de Philip K. Dick en el que cada ciudadano tenía que comprarse su propio búnker y demás avíos por si atacaba el enemigo (ah, aquéllos cuentos de la Guerra Fría…). A ver cuánto tarda algún lumbreras en proponer algo similar. 😛

  7. Lamidaeff dice:

    «Porque para muchos parece que lo federal sólo vale del Ebro para afuera.»

    Sí, eso mismo estaba sugiriendo yo. Entre ellos Roger, al que se le ve el plumero de que le mandáis cargamentos de aceitunas rellenas y merchandising del Barça para que os diga cosas bonitas del Ebro para fuera, pero luego se les escapan ideas científicas cuando habla de cosas dónde no hay que agitar la banderita.

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