He estado pensando bastante sobre el plan de la administración Obama sobre Afganistán. Tras darle muchas vueltas, creo que no puedo decir, honestamente, si es buena idea o no.

Mi primer instinto es, realmente, cerrar la puerta y largarnos. Estados Unidos va a gastarse entre 80.000 y 100.000 millones de dólares en Afganistán el año que viene; básicamente el mismo precio que la reforma de la sanidad. El PIB Afgano es, si mal no recuerdo, 12.000 millones. Es un gasto enorme, en un lugar que realmente no estoy seguro que lo merezca.

Sinceramente, ¿qué es lo peor que puede suceder? Los Talibanes derriban al gobierno, el país se va a hacer gárgaras otra vez, y tenemos el estado semifeudal estilo somalí que existía en el 2001. Sí, los ataques del 11 de septiembre, etcétera; esos atentados que se diseñaron en Hamburgo y fueron preparados en Florida, con los secuestradores aprendiendo a pilotar aviones. O los del 11 de marzo, diseñados en la provincia afgana de Madrid. Quizás los del metro de Londres, preparados en Leeds, al ladito de Kandahar. Ya se sabe, esos atentados.

Afganistán sería un desastre, igual que lo es Somalia ahora, con la diferencia que no tienen salida al mar, así que no tendríamos piratas. Como base del terrorismo internacional, sin embargo, su efecto sería más bien limitado; realmente, no lo ha sido nunca. La vida de los afganos (y las mujeres afganas que vivan en zonas controladas por los talibán, especialmente) será un infierno violento y opresivo, pero ya lo era antes de la invasión – Estados Unidos no tiene el deber moral de salvar a países horribles de sí mismos.

El problema de salir por piernas es que eso, en sí mismo, también es un riesgo. Aunque lo que digo arriba parezca razonable, no tiene por qué ser lo correcto; los talibanes pueden controlar Afganistán, financiarse a base de tráfico de drogas, fanáticos religiosos y gobiernos bandidos y hacer la vida imposible al gobierno paquistaní. Pueden intentar provocar al gobierno Indio en Kashmir.  Pueden realmente dedicarse al terrorismo en serio, sin tapujos, mientras cantan victoria. No es una región propensa a la estabilidad, y lo cierto es que Afganistán puede convertirse en un desastre serio.

Más allá de eso, los americanos tienen un cierto deber moral de estabilizar el país. La invasión fue un éxito, pero han permitido que poco a poco se convierta en un manicomio. Estabilizarlo es una necesidad, pero también es hacer lo correcto.

El plan en concreto me parece que es básicamente pragmático – y el discurso de ayer, muy realista. Se le ha criticado por ser frío, y lo cierto es que tienen cierta razón; Obama se centró en los hechos, no ideas. El presidente no se metió en esos berenjenales dialécticos de Bush de prometer paz, libertad y democracia, hacer que Afganistán sea un sitio feliz y que la gente beba Coca-Cola. Obama dijo que envía 30.000 soldados, el objetivo es estabilizar el país y cazar terroristas, y después que un gobierno afgano menos corrupto y más efectivo tome el control del país. ¿Derechos? ¿Democracia? De puntillas.

La idea, me parece, es darle a Karzai un poco de tiempo. Dejar que el gobierno se consolide, asegurar que la cosa no se derrumbe cuando se larguen, por feo que sea el dictador presidente local, y en el 2011 darse una ronda de aplausos, cantar victoria, y salir por piernas. Será muy difícil, especialmente con un gobierno Afgano tan odiado e incompetente, pero quién sabe.

No es la solución fácil. En contra de lo que dice Iñigo, enviar más tropas tiene un coste político considerable para Obama. La izquierda americana está muy, muy mosqueada; hoy Rachel Maddow básicamente le ha sacado los ojos a Susan Rice (embajadora americana ante la ONU) en televisión en una entrevista brutal. Al electorado no le gusta como está llevando la guerra; sólo un 47% de los votantes quería un aumento de tropas. Hay fecha de salida porque si no el electorado americano no aceptaría escalar el conflicto; es así de burdo. Algunos demócratas están pidiendo que si quiere más tropas, lo tienen que pagar con una subida de impuestos. La derecha
tampoco es que estuviera contenta; o querían más tropas, o no están de acuerdo que la Casa Blanca diga que empezarán a reducir tropas el 2011, ya que hará que los talibanes se esperen a que se vayan.

Y por descontado, queda Irak, ahora casi olvidada. Veremos si votan cuando toca o retrasan las elecciones, forzando a los americanos a quedarse más tiempo.

Obama, básicamente, no tenía una salida buena, o fácil. Todo es políticamente arriesgado, militarmente complicado y con consecuencias imprevisibles. No estoy del todo contento con la decisión tomada, pero me temo que aún escéptico, no me atrevo a decir que se han equivocado.

Curiosidad histórica: los Soviéticos llegaron a tener 118.000 soldados en Afganistán en 1985. A mediados del año que viene, la OTAN tendrá 180.000 soldados, si me salen bien las cuentas; 100.000 americanos. En contra de lo que dice el tópico, por cierto, a los rusos no les fue tan mal; a finales de 1985 controlaban una cantidad decente del país. Su retirada fue más política que otra cosa; Gorbachov, al fin y al cabo, se dió cuenta que era una guerra estúpida.


12 comentarios

  1. Edgar Rovira dice:

    Esto último que comentas de los soviéticos es la clave de todo.

    Los talibanes basan su estrategia en la mítica frase: NATO has the watches, but we have time.

    ¿Que vienen más soldados? Nos quedamos quietos. Nos escondemos en las ciudades y pueblos, y dejamos a los cuatro locos de siempre en las montañas del sur y sureste. Cuatro tiros, cuatro persecuciones en las cuevas, unos cuantos militantes muertos y parece que han ganado.

    Y así hasta 2011. Los americanos se van y de pronto empiezan a salir señores de la guerra de debajo las piedras con un gobierno que (a menos que haya un milagro) continuará siendo tan corrupto como ahora, pues es la única forma que tiene de sobrevivir.

    Y volvemos al principio.

  2. Lole dice:

    No sé. Mientras los yankis se queden en Afganistán se irán corrompiendo cada vez más con la heroína. No veo yo tan fácil esa estabilización.

    Oye Roger. Ya que tienes bien desarrollada la faceta friki y el gusto por la geopolítica, echa un vistazo a esto:
    http://www.gmtgames.com/p-294-labyrinth.aspx
    Promete.

  3. Roger Senserrich dice:

    Edgar: del todo de acuerdo. Uno no gana una guerra de desgaste cuando está haciendo turismo.

    Lole: cielos, quiero ese juego.

    GS: me parece que es el motivo principal para quedarse.

  4. citoyen dice:

    Yo no terminaba de entenderlo hasta que leí este artículo de Joscka Fischer

    http://www.project-syndicate.com/commentary/fischer44

  5. d dice:

    A mí, esto de los «occidentales» intentando poner órden en Asia central me recuerda al niño holandés tapando el dique con el dedo. Son cosas que dejamos de poder hacer los europeos hace cien años, y los americanos cuando Vietnam.

    Supongo que habrá alguna poderosa razón geoestratégica que se me escapa.

  6. alberto dice:

    Noam Chomsky tiene ideas muy interesantes acerca de la ocupación de Afganistán. Básicamente: control de recursos energéticos en Oriente Medio.

    Una entrevista de Amy Goodman a Noam Chomsky:

    http://www.democracynow.org/es/destacados/noam_chomsky_la_ocupacin_de_afganistn_ob

  7. […] Disfrutando de un tranquilo día de playa en Omaha Beach. […]

  8. Heathcliff dice:

    Yo tampoco tengo muy clara la cosa. No sé si es conveniente ir allí o no.

    En cualquier caso, creo que si se va a la guera, hay que ganarla.

    Y si no se quiere hacer lo necesario para ganarla, porque es políticamente inaceptable, entonces es mejor no ir.

  9. Ian Curtis dice:

    Noam Chomsky tiene ideas muy interesantes acerca de la ocupación de Afganistán. Básicamente: control de recursos energéticos en Oriente Medio.

    Sí, es una idea muy original, y novedosa.

  10. […] de leer el artículo que Joscha Fischer que Citoyen recomendaba en los comentarios, me ha confirmado que el principal motivo para continuar la […]

  11. […] Es una lástima porque tengo la sensación que Obama se está equivocando en Afganistan, y cada vez tengo menos dudas. Iñigo Saez me parece que llegó a esta conclusión antes que yo, pero me temo que es una guerra […]

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