Por aquí me paso la vida llorando y llorando que el gobierno del PSOE está siendo un poco demasiado tímido pasando reformas estructurales serias para salir de la crisis. Normalmente me centro en cosas relativamente obvias (y completamente suicidas desde el punto de vista político) como el mercado laboral, incrementar la competencia en muchos sectores (bancos, telecos, distribución) o eliminar deducciones fiscales a mansalva. Estas cosas, sin embargo, son secundarias – hay problemas todavía más serios.

¿Recordáis Japón y sus bancos zombies? Bueno, Edward Hugh explica hoy por qué cree que el sector financiero español está siendo rápidamente tomado por una horda de muertos vivientes. No tengo acceso a datos, cifras y balances para saber hasta qué punto está en lo cierto (y la verdad, tampoco entendería los numeritos – no es lo mío), pero su explicación, aunque catastrofista, es bastante convincente.

Si la explicación es correcta (y repito, no es imposible en absoluto), el gobierno español tiene un problema serio de veras. No todos los bancos están realmente actuando como criaturas no-muertas hambrientas comecerebros (por lo que sé, los bancos «punteros» -BBVA y Santander, La Caixa- están más o menos bien), pero la mayoría de cajas y entidades financieras variadas están concentrándose en fingir que no han perdido nada y en devorar el crédito a los vivos.

Cuando esto sucede, vemos cosas extrañas, fenómenos paranormales, políticas no vistas en siglos ¿Recordáis cuando el sistema financiero americano corría el riesgo de implosionar y caer en la zombificación más absoluta? ¿Recordáis qué recetas y opciones tenían los gobiernos para salir del problema? La opción A era convertirse en Japón. La opción B era regalarles de dinero público y socializar las pérdidas. La opción C (factible si te respalda un banco central con una moneda de reserva) es dejar que hagan dinero a base de pedir créditos al gobierno. La opción D es la palabra que empieza por N: la nacionalización.

La primera es realmente horrible – especialmente en un país que no puede vivir de las exportaciones. La segunda es políticamente inaceptable. La tercera es algo que el gobierno español no puede hacer en solitario; si el BCE y el resto de vecinos no ayudan, no podemos hacerlo – y la Unión Europea no tiene mecanismos institucionales para hacerlo. El cuarto es políticamente suicida, y no estoy seguro que el estado español tenga dinero suficiente para ello, ni ganas de convertirse en Islandia.

¿La verdad? creo que la única solución posible es de hecho la tercera, un arreglo a nivel europeo, probablemente improvisado, básicamente alegal y no especialmente elegante. En cierto sentido, algo que recuerde (a nivel político – el problema económico de fondo es muy distinto) lo que sucedió a principios de los noventa con la «muerte» del Sistema Monetario Europeo, Alemania exportando inflación, la cadena de devaluaciones descontroladas y el acuerdo final de cerrar el problema con la creación del euro.

El escenario es bastante parecido, en cierto sentido; varios países dentro de la UE se han metido en un berenjenal épico con gobiernos tratando de salir del paso de mala manera. No hay un mecanismo institucional claro para coordinar, limitar o atar las manos a estados irresponsables; en los noventa con la política monetaria, hoy con la regulación bancaria. La idea debería ser, otra vez, acordar una forma más o menos decente de salir del pollo, y regular otro potencial foco de problemas a nivel continental (si el sistema financiero español se la pega, se lleva el continente por delante) con regulación a nivel europeo.

En otras palabras: ¿eso de regular el sistema financiero y bancario a nivel nacional? Hora de decirle adiós. ¿Ese pacto de caballeros que es el pacto de estabilidad? Esta vez habrá mecanismos de ajustes serios. ¿Rescates bancarios locales? El Banco Central Europeo va a tomarse las cosas en serio. Por descontado, los primeros en «disfrutar» de las recién descubiertas herramientas «federales» draconianas seremos nosotros.

Y sí, soy optimista sobre la calidad del liderazgo europeo y su capacidad de pasar reformas institucionales federalistas estos días. Es bastante problable que nos quedemos en un arreglo chapucero, y un rescate doloroso. En fin, veremos.


Un comentario

  1. Me parece un análisis muy muy acertado.
    Me agrada haber caído por esta web y conocer vuestras interesantes actividades.
    Saludos

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