Como es costumbre en los últimos meses, el gobierno Zapatero ha aprobado una medida que es posible que sea buena y tenga cierto sentido, pero se las han apañado para no contarle a nadie por qué están haciendo esas cosas.

Estoy hablando, como no, de la subida de impuestos.

No me meteré a tratar de descubrir qué narices pretenden con esta subida; he lanzado alguna hipótesis más o menos terrorífica no hace demasiado. Es perfectamente posible que subir impuestos sea necesario, de igual modo que hay una racionalidad posible para defender que no deben tocarse. En las últimas semanas, sin embargo, el gobierno nos ha brindado un sainete en verso de jerga fiscal, sin que nadie nos contará a qué venía toda esa palabrería. Lo único que faltaba era un presentador televisivo diciendo «por 25 pesetas, nombres de impuestos o figuras tributarias«, corcho; han asustado a todo el mundo sin explicar bien por qué.

Siendo muy cínico, no creo que haga falta ni siquiera decir la verdad. Si el motivo de las subidas fiscales es aterrador (¡bancarrota! ¡amenaza de muerte monetaria del BCE! ¡los gnomos de Zurich!), el gobierno siempre podía dar alguna excusa. Algo así como decir que «en una crisis todos nos apretamos el cinturón, y eso incluye a los que más tienen – ¡millonarios, a pasar por caja!» o soltar algo como «si queremos seguir ayudando a los que lo necesitan, todos  tenemos que sacrificarnos un poco (*)» (según el populismo del día). Dar una lógica, generar confianza en que saben lo que hacen, y evitar que revistas como The Economist digan que estás tirando dardos a una lista de medidas a ver qué sale.

Lo que no es demasiado de recibo, sin embargo, es que la izquierda se ponga toda histérica ante la posible regresividad de las medidas del gobierno. Primero, porque ahora mismo nadie tiene puñetera idea sobre qué pretenden hacer (en serio, ¿están tocando de oídas?), y segundo, porque no realmente qué impuestos suben no es que tenga demasiado importancia – o al menos, no la tiene hablando de ricos y pobres.

Mira que lo repito a menudo: la política fiscal es un instrumento horriblemente torpe para redistribuir riqueza. Si queremos promover la igualdad y justicia social, el estado puede hacerlo de forma muchísimo más efectiva y eficiente mediante el gasto social. Uno puede financiar todo el gobierno utilizando sólo IVA, impuestos indirectos y un impuesto sobre la renta con poquísimos tramos y tener una sociedad extraordinariamente igualitaria. De igual modo, uno puede pagar el gobierno casi de forma exclusiva a partir de un impuesto sobre la renta fuertemente progresivo y ser incapaz de reducir desigualdades. Los daneses hacen lo primero; Estados Unidos hacen lo segundo – y no hace falta que diga qué país es más progresista.

Si algo ha distinguido al gobierno Zapatero durante esta crisis es que gastar, lo que se dice gastar, ha gastado como un poseso. Algunos de los programas de gasto han sido relativamente torpes (los famosos 400 euros deberían haber sido más progresivos), otros han sido realmente brillantes (el Plan E, con sus errores, ha sido una exhibición: no es nada fácil estimular la economía así de rápido), pero en agregado ha hecho lo que tiene que hacer un político de izquierdas. A saber, mantener el gasto en infraestructuras y el gasto social, y recortar programas que no tienen sentido a corto plazo.

Si es necesario subir los impuestos, y hacerlo rápido (no creo que se pongan a hacer estas cosas si no lo fuera), el gobierno realmente no tiene que preocuparse en mantener la progresividad demasiado. Primero, porque una reforma fiscal en ese sentido es complicada, y segundo, porque su efecto real en quién paga y cómo no es gran cosa; los ricos se dedicarán a perder el tiempo haciendo contorsiones (y utilizando el dinero de forma poco eficiente) para evitar pasar por caja. Lo importante es, ante todo, que el impuesto no genere distorsiones extrañas (es decir, que no envíe a medio país a hacer bobadas intentando evitar un impuesto), y que no haga daño a los factores de la economía que te van a reforzar el crecimiento.

Eso quiere decir que una subida del IVA no tiene por qué ser regresiva o estúpida. Primero, porque el IVA puede gravar distintas cosas con tipos distintos, y segundo porque una pequeña subida de precios cuando los precios están bajando (deflación, ¿recuerdan?) puede que sea incluso bueno en algunos contextos. Por no decir que un 1-2% extra apenas afecta decisiones de consumo inmediatas, y esa recaudación puede ser recolocada en otro sitio donde «mueva» mucho más la economía (como subsidios de paro a gente con cero ingresos). Eliminar los dichosos 400 euros a todo el mundo sí sería una burrada, ya que reducirá el consumo; el problema no sería su naturaleza regresiva, si no el hecho que sea una medida demasiado procíclica.

Así que resumiendo: no nos excitemos. Aunque parezca mentira, la decisión sobre qué impuestos se tocan es más técnica que política – o así debería serlo. Me parecería un detalle encantador que el gobierno explicara estas cosas en voz alta a alguien, pero parece que están demasiado ocupados dando palos de ciego y pensando en voz alta. En fin. Algún día tengo que hablar de disciplina de mensajes y por qué es tan complicada de mantener.

(*) Sí, sé de sobras que Zapatero ha dicho lo segundo esta semana. Lo debería haber empezado a decir hace como mínimo dos meses. Un mensaje no «queda» hasta que no te lo han oído ocho o nueve veces – y parece que la mayoría de comentaristas ni le han prestado atención.


8 comentarios

  1. Demócrito dice:

    Lo del IVA no me gusta. Sé que es lo más fácil de aplicar y razonablemente difícil de evadir (autónomos con BMW a nombre de la empresa, ejem), pero no va a ayudar en un contexto de bajo consumo. Ya sé que los precios están bajando, pero no creo que entremos en deflación, no con el precio del dinero rondando el 1% y con el gasto en el que está incuriendo el estado.

    Otra cosa es que se pueda subir en ciertas actividades, bienes, etc… Pero por ejemplo subir el IVA a la hostelería les rompería aún más (ya se habla de 5.000 cierres para mañana mismo en el sector) , por no decir lo que sucedería con los automóviles, artificialmente rescatados con ayudas.

    En lo que sí estoy de acuerdo es en que debería ser una decisión técnica, tratando de que la subida fuera lo menos distorsionante y procíclica posible (mecanismos anticíclicos es lo que necesitamos ahora, creo que lo confundes al explicar lo de los 400 euros)

    Lo de los 400 euros… estoy casi seguro que rendirán más en gente apretada (parados e hipotecados) que alegremente esparcidos. Eso de no discriminar y tener prisas es lo que tiene. De todas formas, sistematizar medidas de reacción hace que pierdan su eficacia inicial (si la gente sabe que es para siempre, se lo guarda y punto)

    De verdad, ya no me creo que ZP y cía aprueben buenas medidas o malas medidas. Aprueban aquello que realce la imagen populista-sindicalista marca de la casa, no lo más adecuado. Y si creen que es algo que va a doler lo van dejando caer poco a poco, a ver si cuela. Como gitanos en el mercadillo, vamos. Ojo, que como les salga la jugada se van a estar riendo de los tecnócratas de los cojones media vida.

  2. RATKO dice:

    «Los gitanos de los mercadillos», eso me gusta la argumentación contundente para criticar a un gobierno, lo que hay que oir….. que cosas.

  3. Mr k dice:

    Desde mi humilde punto de vista, creo que el gobierno ha cometido errores gravísimos de fondo que culminan con la gestión de la crisis.

    1º Dada la saturación de la burbuja inmobiliaria, no haber sabido reorientar el sector de la construcción hacia otros sectores, a fin de basar el crecimiento económico en otros productos que no fueran mayoritariamente «el cemento» (A parte que formaba parte de su programa conseguir que bajara el precio de la vivienda)

    2º En una situación de crisis, no encaminar las ayudas a generar tejido empresarial. El plan E es «pan para hoy, y hambre para mañana» Lo mismo sucede con los 400 euros. Tiene que haber medidas concretas para encaminar a esos parados hacia otros sectores que tengan auge, como por ejemplo, el teconológico, ó el energético.

    3º En un gobierno que se hace llamar Socialista, con un 63% de mileurismo y un 18% de paro, teniendo un reparto de riqueza en el país donde el 20% de la población maneja el 80% de la riqueza en manos privadas, y el 80% se reparte el 20%…. las políticas de subidas fiscales deberían haber empezado por ese 20% de la población, y no por el 80% restante.

  4. meneame.net dice:

    Impuestos, melodrama y demagogia de barra de bar…

    [c&p]Como es costumbre en los últimos meses, el gobierno Zapatero ha aprobado una medida que es posible que sea buena y tenga cierto sentido, pero se las han apañado para no contarle a nadie por qué están haciendo esas cosas. Estoy hablando, co…

  5. helmer dice:

    Una pregunta de alguien que es un completo lego en materia económica:

    ¿qué impacto habría tenido el Impuesto sobre Patrimonio de no haber sido derogado por este gobierno (al comienzo de esta legislatura, creo recordar)?

    Por otra parte, tengo entendido que también se aprobó una rebaja fiscal para directivos y socios de entidades financieras, de forma que ellos y sus familiares directos pudiesen tributar en el IRPF al tipo reducido del 18% en vez de al del 43% que les correspondía hasta la fecha.

    ¿No han sido éstas medidas contra toda lógica en un gobierno que ostenta la «marca» de izquierdas? ¿habrían tenido un efecto significativo o esto es puro populismo y el beneficio reportado sería exiguo?

    Saludos

  6. […] sigo la línea de Roger Senserrich que las leyes han de ser sencillas y rústicas como un garrote, para poder ser aplicadas y si el […]

  7. helmer dice:

    Venga esas «materias grises», que no se diga… 🙂

    No creo que la pregunta sea tan difícil (creo).

  8. […] sigo la línea de Roger Senserrich que las leyes han de ser sencillas y rústicas como un garrote, para poder ser aplicadas y si el […]

Comments are closed.