Geógrafo Subjetivo tiene un buen artículo sobre por qué la abstención tiene efectos secundarios más que serios si los que no votan siempre son los mismos. Es algo totalmente cierto. Lo que no estoy tan seguro es que los lectores se hayan dado cuenta que los ejemplos hipotéticos que daba de hecho no lo son tanto.

Hay una fuerte correlación entre participación política y edad – la abstención es muchísimo más alta entre jóvenes que entre jubilados. Esto se repite básicamente en todas partes; España no es excepción. Lo mismo sucede para nivel de renta, con los votantes con más recursos votando mucho más a menudo, y los barrios y municipios con menos renta votando algo más de media. Son sólo unos cuantos ejemplos; la abstención no es un fenómeno sencillo (hay muchos motivos detrás de cada no-voto) pero es importante recordad qué grupos se quedan en casa, y plantearse por qué esto sucede.

Tampoco tenemos que ponernos trágicos, por cierto. Que la gente con menos dinero vote menos no es por una conspiración omnipotente alienadora, o un esfuerzo cósmico del capital para dejarlos de lado. A veces es algo tan sencillo como que no entienden realmente qué se vota, falta de políticas de movilización activa por parte de los políticos (y salir en la tele pidiendo que votes no cuenta) o el hecho que saben que un voto individual no sirve de nada, y no tienen ganas de perder el tiempo en utilidades expresivas o en macro movimientos estratégicos de resultado incierto.

Sí, la abstención es un problema. No estaría mal que ciertos partidos se preocuparan más en campaña de diseñar estrategias para reducirla, algo que en Europa no hay demasiada tradición.


2 comentarios

  1. Franesco dice:

    Gracias por los enlaces, muy bien traídos.

    En cuanto a por qué la gente con menos dinero vota menos que quienes más tienen, creo sinceramente que tiene bastante lógica y no creo que la explicación tenga nada que ver con que no entiendan qué se vota, que lo saben muy bien; ni que no se les trate de movilizar, ya que los «no votantes» huyen de sus «movilizadores» como cualquiera hacemos con esos vendedores pesados que tratan de colocarnos productos que no necesitamos; ni, por supuesto, porque crean que un voto individual no sirva de nada, porque ellos saben que sirve y mucho, pues oportunidades suficientes han tenido para comprobarlo, con asuntos que todos, y ellos también, hemos percibido claramente (divorcio, aborto, matrimonio homosexual, etc.)…

    La explicación es tan sencilla como saber, fehacientemente, que voten lo que voten NINGÚN PARTIDO DE LOS QUE PUEDE GOBERNAR hará aquello que a ellos les beneficie económicamente de tal modo que pueda cambiar su situación de precariedad, porque llevan demasiadas elecciones a la espalda para haberlo comprobado. ¿Que los partidos socialdemócratas gobernantes dan ciertas ayudas, pequeñas migajas de la gran tarta? Lo saben. ¿Que los partidos liberales o de derechas les ofrecen a algunos de ellos más opciones de prosperar al apostar por la Ley de la selva, mientras a otros les perjudican aún más debido a la falta de apoyo de su administración? También lo saben…

    Pero lo que sin duda saben es que nadie se presenta a las elecciones diciendo: «Señores, pondremos un salario mínimo de 1.000 € a todo español mayor de edad y 500 € para los hijos menores de esa edad, que pagarán entre aquellos otros que superen tal cifra de renta anual, los bancos y cajas de ahorro y las empresas multinacionales radicadas en España con una facturación superior a X». No digo ni siquiera que esas sean las políticas que hay que acometer, pero lo seguro es si alguno de los partidos con opciones de gobernar las prometiese, y su promesa fuera creíble porque otras anteriores las hubiese cumplido, nadie dejaría de votarlo, ni siquiera quien pudiera estar en contra de las ideas políticas de dicho partido.

    Saludos.

  2. Hairanakh dice:

    Desmovilizar a mucha gente implica reducir significativamente el número de grupos de presión a los que satisfacer. Dudo que a ninguno de «los dos grandes partidos» le interese una abstención absoluta baja; únicamente que sus votantes se abstengan menos que los del contrario.

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