El sistema sanitario americano es un desastre; eso no es noticia. Estamos hablando de un país donde la gente hace colectas para pagar el tratamiento contra el cáncer de una niña enferma, donde 45 millones de personas no tienen seguro y que a pesar de todo gastan un 50% en sanidad como porcentaje del PIB de cualquier otro país desarrollado, y a pesar de todo tienen peores estadísticas de sanidad.

Tras todos estos años de pereza política, reformas fallidas y negación de la realidad, parece que los políticos americanos están finalmente negociando un arreglo al bizantino sistema de salud del país. Seguir el lento, doloroso proceso de construcción de un nuevo consenso es complicado, ya que la guerra se hace a puerta cerrada, a golpe de comunicados de prensa, anuncios y lobistas desaforados corriendo de un lado para otro.

Cualquier reforma tiene como punto de partida que prácticamente todo el mundo tiene algo que ganar con ella. La reforma de la sanidad americana ayudará enormemente a las pequeñas empresas, hará más competitivas a muchas empresas antiguas, reducirá el coste de la sanidad para todo el mundo (EUA tiene el sistema más caro del mundo de lejos), expandirá la cobertura a millones de personas y hará la vida en Estados Unidos muchísimo menos aterradora cuando tienes un dolor de espalda o pierdes tu trabajo. La legislación sólo tendrá un perdedor claro, las aseguradoras, y un perdedor marginal, aquellos -pocos- privilegiados que tienen un seguro médico extravagante.

¿Pasar una reforma debería ser sencillo, no? No tan rápido. Para empezar, hacer cambios a un sistema tan gigantesco es complicado; cualquier reforma tendrá un periodo de transición, con sus problemas asociados. Segundo, el sistema político americano no es amigo de revoluciones, así que a pesar que los cambios será profundos, no serán radicales; no habrá sanidad pública universal a la europea, y la mayoría de americanos seguirán con el seguro que tienen ahora.

Tercero, y más importante, uno tiene que pagar por la reforma. Si las cosas salen bien, Estados Unidos estará gastando menos dinero en sanidad de lo que está gastando ahora; la composición del gasto, sin embargo, será distinta. Las aseguradoras verán menos dinero, y el gobierno gastará más – eso significa que hace falta encontrar el dinero en algún sitio vía impuestos. Negociar cómo pagar este nuevo gasto, y cómo reducir el peso de las aseguradoras, es realmente complicado.

La reforma acaba teniendo oponentes en sitios extraños. Una posible vía de financiación es eliminar la deducción fiscal a empresas cuando ofrecen seguro de salud a sus empleados; es una subvención relativamente ineficiente, aparte de horrorosamente regresiva. Dar la deducción de forma individual a la vez que se crean mecanismos para que uno pueda estar en planes de salud colectivos (más baratos) privados comprados a través de un mecanismo público es mucho más barato, equitativo y eficaz. El problema es que esto horroriza a algunos sindicatos – más concretamente los que están en industrias que ofrecen seguros médicos fantásticos, y que están muy bien subvencionados ahora, gracias.

Después tenemos cosas como el plan de salud público. Una parte importante de la reforma es que el nuevo sistema incluya un seguro público que sea barato y de fácil acceso para personas individuales y pequeñas empresas. Esto da un miedo atroz a según que médicos, que temen que el gobierno les pagará menos, y aterroriza a las farmacéuticas, que no quieren tener un comprador grande y que debe controlar costes.

Y eso sin meternos en detalles tan absurdos como discutir cómo contamos lo que va a costar todo esto. La oficina presupuestaria del Congreso calcula el precio aproximado de cualquier proyecto de ley. Depende de cómo calcula, el precio puede ser muy distinto. Estos días la CBO ha sido «víctima» de muchas presiones para que su contabilidad no dé un precio absurdo como sucedió en los noventa – algo que parece que no se repetirá.

De momento, la cosa avanza poco a poco. No sabemos aún cómo se pagará todo, pero parece que habrá plan de salud público, y la CBO no hundirá el garito. Hay buenas expectativas, pero mejor mantener esos dedos cruzados.


8 comentarios

  1. Arturo dice:

    El medic care no es un plan de salud médico?¿

  2. Arturo dice:

    quise decir público.

  3. RATKO dice:

    A raiz de leer este post y después de leer este artículo http://www.diariosur.es/20090528/local/malaga/malaga-contara-nuevas-farmacias-200905281456.html
    sobre la adjudicación de farmacias en mi ciudad, me ha surgido una duda relacionda directamente con el gasto sanitario, Roger me puedes explicar como es el sistema estadounidense en cuanto a la venta de medicamentos, existen farmacias tal como las entendemos en España, y por otro lado, que te parecen estos farmaceúticos españoles que con un mínimo de margen de beneficio sobre ventas del 30%, según producto, andan por ahí poniendo el grito en el cielo cada vez que algún gobierno ha pretendido ponerle límite a sus privilegios, alegando cuestiones pelegrinas como el riesgo que para nuestra salud entrañaría comprar aspirinas en cualquier otro establecimiento, vamos como si Bayer fabricara aspirinas especiales para ser expendidas por su gráciles manecillas, bueno, las gráciles manecillas de las chicas que por cuatro perras tieneNn tras sus mostradores mientras ellos gestionan su ingente patrimonio inmobiliario y otros tipos, o simplemente juegan al golf.

  4. Ian Curtis dice:

    Estamos hablando de un país donde la gente hace colectas para pagar el tratamiento contra el cáncer de una niña enferma

    De dónde hablamos? De España? Porque yo eso lo he visto 100 mil veces en España. De cuando hay que llevar a la niña a Houston porque si no no hay tratamiento. Y la SS no te lo paga. Y no tienes un duro (con impuestos más bajos tendrías más).

    No tengo una opinión formada en cuanto al tema concreto de la sanidad, ambos sistemas tienen sus problemas, pero tampoco es cuestión de exagerar los problemas del sistema americano y ponerse dramático. Porque lo de aquí no es precisamente jauja, a pesar de nos bombardeen a diario con lo benéfico que es el sistema sanitario en España. No, señor político(*), no lo es, y no me ofenda usted intentando engañarme torpemente, porque pides cita para el traumatólogo y te dan para dentro de no sé cuántos meses (por poner un ejemplo suave). Y yo a eso le llamo tercermundismo.

    (*): Aquí cabe cualquier politiquillo español, central o autonómico, con escaso talento y mucho dogmatismo.

  5. Tito el Elfo dice:

    Si lo has visto, la familia que lo hace es oficialmente una pila de idiotas. La tasa de supervivencia para la mayoría de enfermedades es la misma en EUA y España; no hay «magia médica» en Houston que valga.

    Quien diga que sí o está vendiendo humo, o quiere gastarse un pastón para ser el conejillo de indias de un tratamiento experimental.

  6. Burke dice:

    «Si lo has visto, la familia que lo hace es oficialmente una pila de idiotas. La tasa de supervivencia para la mayoría de enfermedades es la misma en EUA y España; no hay “magia médica” en Houston que valga.

    Quien diga que sí o está vendiendo humo, o quiere gastarse un pastón para ser el conejillo de indias de un tratamiento experimental.»

    Exacto, cuando salen ese tipo de casos en la tele de familias pidiendo dinero, normalmente es para tratamientos experimentales que la SS no financia, no sólo porque su efectividad sea dudosa, sino porque sirven para alargar por poco tiempo la vida del paciente, en realidad nadie va a Houston a curarse, más bien a vivir un mes más.

  7. Roger Senserrich dice:

    Rafa:

    El artículo está lleno de burradas. La asistencia en urgencias NO es gratuita. Están obligados a atenderte, pero te lo cobran luego. Y creeme, lo cobran. Envía gente a la bancarrota a espuertas.

    Por lo que respecta al resto, «salud» y «atención médica» son dos cosas totalmente distintas. En Estados Unidos si tienes cáncer y dinero, la probabilidad de sobrevivir es marginalmente mayor. No exagerado, pero un poquito mejor. El problema es que eso no es salud, eso es curación; todas las estadísticas de calidad de vida (esperanza de vida, esperanza de vida sin enfermedad, incidencia de enfermedades que pueden ser evitadas, muertes por enfermedades que tenían cura, errores médicos, mortalidad infantil) son MUCHO peores en Estados Unidos a lo que uno ve en Francia, España o Suecia. Y eso es pagando muchísimo más, y dejando mucha gente sin seguro.

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