En la blogosfera y la prensa españolas hemos leído estos días comentarios sobre la estrategia legislativa del gobierno Zapatero en esta legislatura. Se habla de plenos agónicos, un ejecutivo con dudas sobre qué hacer para aprobar reformas, y una falta general de producción legal preocupante en lo que va de año.

Como Citoyen, soy de la opinión que el gobierno debería estar aprovechando la crisis para aprobar todas la medidas que pueda, sean populares o no. Nadie se acordará en el 2012 de los detalles de una reforma universitaria, laboral, judicial o fiscal que el gobierno aprobara en medio de los chillidos desesperados de medio hemiciclo. Los votantes de aquí tres años sí sabrán, sin embargo, si la economía se ha recuperado con fuerza o si la crisis se ha alargado años y años, con un crecimiento anémico y una destrucción brutal de riqueza.

Por lo que parece, Zapatero y compañía no se atreven a presentar reformas ambiciosas en el Congreso, por miedo a que la ley sea derrotada y eso los coloque en una posición de debilidad, haciendo su falta de apoyos evidente. Si tu proyecto legislativo estrella cae derrotado en el parlamento la imagen de un gobierno en minoría hará las cosas más difíciles que nunca, abriendo la puerta a que la oposición pida que adelantes las elecciones o (aún peor) te eche vía moción de censura.

La lógica detrás de esto, sin embargo, me parece que es erronea: lo que produce imagen de debilidad no es que el gobierno corra el riesgo de ser derrotado, sino el hecho que no se atreva a intentar aprobar leyes. Si Zapatero no intenta hacer nada esto crea una imagen de un gobierno inoperante y lleno de dudas. Esto hace que el gobierno genere más dudas entre los votantes, haciéndolo menos popular. Nadie en la oposición quiere colaborar con un gobierno que parece no saber qué hace, y aún menos asociarse con una pila de gente que anda mendigando votos y parece aterrado ante su propio fracaso.

Esta clase de tácticas probablemente alarga la vida del gobierno, ya que no están corriendo ningún riesgo, pero a largo plazo no te lleva a ninguna parte. Si la economía se recupera por sí sola (se produce el milagro y el resto de Europa sale de la crisis a toda máquina), el gobierno no podrá ponerse medallas, ya que no han hecho nada. Si la economía se recupera de mala manera, con un crecimiento lento y torpe (lo más probable, en vista que todos los incentivos y leyes actuales favorecían un modelo de crecimiento que no podemos recuperar), la culpa es obviamente de Zapatero. Vivirás hasta el 2012, ya que los nacionalistas si el PP no cambia mucho no se aliarán con Rajoy ni hartos de vino, pero tu gobierno morirá con más pena que gloria en las urnas, sin haber hecho nada de provecho. Y lo que es peor si crees en lo que haces, las reformas necesarias las pasará la derecha, no la izquierda, y no te gustarán nada.

El gobierno ahora mismo necesita dejar de pensar en tácticas, estrategia legislativa y en no perder votaciones, y ponerse serio. Es hora de tomarse las cosas con urgencia, con el alegre abandono de político suicida. O cambiamos el país en serio, pasamos las reformas que salvan la economía del desastre y cabreamos a casi todo el mundo por su propio bien (empezando por universitarios, continuando en notarías y sindicatos, y así sucesivamente), o caemos espectacularmente en una gloriosa carga de la brigada ligera. No hay término medio.

El gobierno debe dejar bien claro que la economía se ha ido a tomar por saco porque la economía favorece a unos determinados agentes económicos, que se han hecho ricos en en este sistema. Si se oponen a las reformas, es obvio que son parte del problema; es hora que salgan del medio.

¿Funcionará? Quizás no. Es más, puede que no lo haga: CiU está pensando en cómo derrotar a Montilla, el PNV está resentido, el BNG está deprimido, ERC es impredecible e IU es un fósil anémico. Quizás tengan que adelantar elecciones. La verdad, prefiero un gobierno que muere intentándolo que uno que estira la pata sin haber probado nada. Espero que el PSOE sea de esa opinión.