Los amantes de las liquidaciones descontroladas están en todas partes. Estos días, como todo cuando hay recesión, son más pertinaces que nunca. Como de costumbre cuando una idea de política económica especialmente cruel emerge del eter, uno sabe que en LD la van a apoyar, y ni cortos ni perezosos, dos artículos son publicados apoyando las liquidaciones alegremente.

John Wilkes, sin ir más lejos, está encantado con la recesión. Un regalo divino, oiga. Esto de enviar a masas famélicas al paro es genial; ayuda a moldear un temperamento de los niños y crea gente dura y recia capaz de trabajar duro sin ir a lloriquear a los sindicatos. Las razones que da son realmente estupendas:

1. La recesión quita recursos a empresarios ineptos: el problema de las recesiones no es que los empresarios ineptos cierren (esto lo hacen todos los días), el problema es que muchas empresas viables se van al cuerno cuando estaban haciendo las cosas bien.  Si yo estoy todo feliz trabajando en el mejor fabricante de coches del mundo (digamos Toyota o Wolkswagen) y el desastre financiero hace que no pueda vender una mierda (¡nadie da créditos!), me puedo ir al carajo sin que yo tenga la culpa. Una recesión es cuando la economía por un motivo u otro está produciendo menos de su capacidad total, y eso hace que empresas decentes quiebren.

2. La demanda de dinero aumenta: el problema en las recesiones es que la gente quiere comprar menos cosas que las necesarias para mantener a la gente trabajando. Si nos gusta la eficiencia, queremos que la economía del país esté utilizando su capacidad al máximo; tener fábricas muertas de risa es un desperdicio. Si la demanda de dinero es tal que estamos manteniendo empresas cerradas y casas vacias, algo estamos haciendo mal; el dinero es de hecho demasiado valioso.

3. La deflación es estupenda: veáse el punto anterior. Si el dinero es cada vez más valioso, nadie tiene incentivo para comprar nada; tenemos más recursos muertos de risa. Sí, tarde o temprano el dinero será tan valioso que acabaremos por querer comprar cosas; el problema es que antes que llegue ese glorioso momento tendremos una cantidad espantosa de gente no haciendo nada.

Aumentar el gasto público en este caso tiene sentido. El gasto público no está «expulsando» al gasto privado, ya que ese gasto de hecho no se está produciendo; la gente tiene este súbito aprecio hacia el dinero que les hace que no compren nada. El estado puede ayudar a hacer que esas fábricas que no hacen nada produzcan cosas, haciendo que haya más compradores, más demanda agregada, y las empresas tengan menos problemas para ser rentables.

La idea de dejar que los bancos quiebren es igualmente absurda, y quizás aún más peligrosa. Básicamente, el problema de un banco cerrando es parecido al de la empresa que sufre una recesión al cuadrado; una quiebra se lleva por delante a cantidad de ahorradores y creditores inocentes, destruyendo de forma indiscriminada ideas buenas y malas, gente responsable e irresponsable.

Lo que es más grave, la quiebra tampoco saldría gratis – más bien lo contrario. Recordad que los depósitos bancarios están asegurados por el estado, y que una serie de quiebras costaría una burrada de dinero público. Si las quiebras crean un pánico bancario (y sabemos por experiencia que eso sucede; mirad lo que dejó la quiebra de Lehman Brothers) estaríamos en una situación aún más insostenible.

Aún así, Rallo tiene razón en una cosa: rescatar el sistema financiero no va a salir gratis ni de broma. Sea creando un banco malo (idea espantosa, por cierto; espero que Geitner cambie de opinión), sea nacionalizando, eso va a costar dinero. La segunda opción es muy cafre (y la verdad, tiene inconvenientes terribles), pero sale más barata; no me gusta nada, pero creo que de todo lo que hay, es lo menos malo. Suecia lo hizo en los noventa, y les salió relativamente bien. España no creo que necesite hacerlo (la banca tiene relativa buena salud, aún con todo), pero Estados Unidos… Buf.


7 comentarios

  1. Ya sabes que no soy precisamente un experto en esta materia. Tengo unas preguntas:

    Solo hay dos soluciones a los problemas de los bancos? No pueden existir soluciones dentro del libre mercado? Si los bancos espanyoles (teclado extranjero, esa maravillosa letra no aparece con ningun truco) estan fuertes, que vayan a EEUU.

    Es peor la deflacion o la hiperinflacion?

    Si no llego a fin de mes, y el Estado esta ya sobreendeudado, como voy a dar mas dinero a negocios que no se mantienen?

    En que medida perjudican las leyes que impiden que los salarios bajen en la medida que lo hace la inflacion en una situacion de deflacion? En Espanya las hay, y creo que no ayudan nada en absoluto. Lo digo porque me temo que desconoces la ley en materia laboral, que impide que los trabajadores pierdan dinero con el IPC.

    Saludos desde Polonia.

  2. rubén dice:

    Yo lo que no entiendo es porque se ve con tan malos ojos eso de nacionalizar la banca, es decir (y preguntando desde la ignorancia), cual es el problema con tener un banco estatal como empresa publica?? si estuviese bien diseñado, con incentivos a los trabajadores segun rendimiento, por qué sería tan malo??
    Por otra parte, sumand a los efectos negativos de la recesión… muchos de los trabajdores cíclicos pueden pasar a convertirse en estrusturales si esto no se arregla pronto… y luego costará mucho más que vuelvan a trabajar.

  3. Vellana dice:

    Por favor, danos tus impresiones sobre el ojo de Barack H. Obama eligiendo altos cargos.

  4. Roger Senserrich dice:

    Contesto todo en un post nuevo. Atentos!

  5. […] cuantas respuestas a las preguntas en los comentarios del artículo anterior. […]

  6. […] cuantas respuestas a las preguntas en los comentarios del artículo anterior. […]

  7. LHA dice:

    Me ha encantado este artículo. Totalmente de acuerdo con él, de la A a la Z. Menos mal que en estos sitios encuentro, por fin, una opinión valiosa, y práctica. Cuando digo práctica quiero decir no utópica.
    Debemos huir como de la peste del utopismo de Rallo-Fekete. Las consecuencias de una crisis como ésta pueden verse en la del 1929: hundimiento moral, emergencia de los partidos anticapitalistas -fascio-comunismo- y WW II-. Aunque solo por evitar eso fuera, habría razones de peso No económicas para seguir la ruta señalada en este estupendo artículo. enhorabuena.

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