Siempre que un partido político pierde unas elecciones es la hora de las dudas y la búsqueda de culpables. En todas partes el debate es el mismo: por qué hemos perdido, por qué nadie nos quiere, y qué tenenemos que decir y pensar para que la gente vuelva a votarnos.

Las discusiones a veces tienen sentido,  a veces no. Como comentaba el otro día, John McCain no es que tuviera demasiado que hacer este año, en vista de la catastrófica situación económica y el ampliamente detestado presidente; los republicanos no iban a ganar este año sin un milagro de por medio. El problema, obviamente, es que en el 2006 ya se llevaron un revolcón en las legislativas, y parece que los votantes no tuvieron bastante con castigarles una vez; este año les han dado otro repaso ¿Es la derrota sólo cosa de la economía, o hay otras cosas de por medio?

Los intelectuales y políticos conservadores estos días parecen estar básicamente en dos grupos. Por un lado tenemos los «puristas», aquellos que opinan que los republicanos han perdido por hacer una cosa y decir la contraria. El partido habla de gobierno limitado, control del gasto público, gestores competentes y fortaleza en política exterior. Bush ha añadido más programas de gasto que nadie (expandiendo Medicare de la forma más populachera e incompetente posible), llevado la deuda y déficit públicos a niveles nunca vistos, nombrado idiotas para cargos importantes («Heck of a job, Brownie«) y metiendo la gamba algo serio en Irak. Si hubieran cumplido con lo dicho, los americanos les hubieran votado, ya que Estados Unidos es esencialmente un país conservador.

En el lado opuesto tenemos los «RINOs» (Republicans in name only), los moderados del partido. Estos dicen que el partido en los últimos años ha dejado de ser un partido de ideas y se ha convertido en un puñado de negacionistas compulsivos. Los impuestos son malos, el matrimonio gay es malo, el aborto es malo, la regulación es mala, el calentamiento global es irrelevante, y todo el que no vea estas cosas es un elitista urbano que lee demasiados libros y no ama a América tanto como nosotros.

Los RINOs dicen que lejos de ser un partido responsable, los republicanos se han convertido en una especie de jauria antiintelectual, capaz de aplaudir a alguien como Palin porque forma parte de esa arcadia de cazadores rurales cejijuntos que los republicanos pretenden defender. Es hora de volver a la mesa de diseño, y empezar a buscar respuestas modernas a temas de este siglo; Ronald Reagan era un tipo estupendo, pero sus ideas son de otra era, antes que cosas como internet, la globalización o el desastre económico americano dejaran las viejas recetas sin respuestas.

La verdad, creo que los RINOs tienen razón. Es cierto que Bush ha sido un presidente excepcionalmente malo, y que probablemente no pueda ser visto como un ejemplo de lo que una administración republicana ideal aspira a ser. Lo que no estoy seguro es que los americanos hubieran dado su confianza a los republicanos si ese ideal se hubiera cumplido. Sí, Irak no hubiera ido tan mal, y sí, Katrina no hubiera sido la catástrofe que vimos. Medicare, sin embargo, es un programa inmensamente popular; los americanos aprecian la estructura de su sistema de seguridad social. La crisis financiera y la burbuja inmobiliaria hubieran ocurrido igualmente (un republicano «puro» no hubiera regulado más), y el profundo malestar de la clase media (ingresos estancados, costes sanitarios por las nubes, costes de energía crecientes) hubieran estado ahí igualmente, creando el malestar que vimos en las elecciones.

Los conservadores ahora mismo son un partido repleto de talibanes religiosos y populistas agresivamente analfabestias, rodeados de un nutrido grupo de periodistas básicamente extremista que está asfixiando el debate. El partido es cada vez más viejo, rural y religioso.

Ha llegado la hora de modernizar el discurso. Gente como Andrew Sullivan dicen a menudo que el ser conservador no es realmente una ideología, sino una actitud; una combinación de pragmatismo, defensa de la libertad individual y la profunda convicción que el gobierno a veces molesta más que ayuda. No es una ideología dogmática, ya que es básicamente realista, un cierto pesimismo colectivo y confianza individual. Si no se sientan sobre la mesa y tratan de dar respuestas modernas a problemas nuevos estarán sentados fuera pasando frío una buena temporada, hasta que los demócratas metan la pata ellos sólos y tengan un presidente estilo Clinton, que cambia la música pero no la letra.

Nota al margen: siempre he tenido la sensación que en España el discurso es básicamente el del PSOE, no el de los populares. Aznar no fue capaz de cambiar el debate en España; de hecho, sólo ganó por mayoría absoluta en el 2000 tras gobernar pactando con todos. La sombra de González (y la transición) es alargada. Eso, sin embargo, es para otra bitácora, y para otro día.


4 comentarios

  1. Alatriste dice:

    Creo que en la frase «siempre he tenido la sensación que en España el discurso es básicamente el del PSOE, no el de los populares» falta por lo menos una palabra ¿»predominante»? ¿»político»? ¿»político dominante»?

    En cualquier caso, estoy de acuerdo, y la reacción de Rajoy ante la ley del matrimonio gay, ese «¿Qué falta hacía?» fue típica de una actitud general de oponerse a todo lo nuevo por principio. El PP suele ir a remolque, reaccionando negativamente (por lo general con grandes dosis de cólera, grandilocuentes aspavientos y las acostumbradas acusaciones de deslealtad y traición) a los proyectos de los otros, sean quienes sean los otros, porque ni Suárez, ni el PNV, ni Pujol, ni nadie, ha escapado a esa actitud.

    En cuanto a los Estados Unidos, sigue llamándome la atención lo sólido de los bloques geográficos (quienes se sorprenden de que los efectos de la guerra civil no hayan desaparecido deberían tener en cuenta como 150 años no han bastado para que desaparezcan en los Estados Unidos), la vieja Unión y la costa del Pacífico contra la vieja Confederación y el interior (ya sé que esa división en realidad esconde otras más sutiles entre lo urbano y lo rural, lo «wasp» y lo multiétnico, lo cerrado al exterior y lo abierto al mundo, etc, y que los mapas electorales por condados dan una impresión distinta aunque igual de reveladora acerca de la profunda brecha entre las dos Américas)

  2. citoyen dice:

    Fantástico post. Echo de menos que nos des algún nombre para luego hacer enlaces con gente del mundo real.

  3. Alatriste dice:

    ¿¿¿Se refiere a mí, ciudadano Citoyen??? 😀

    Unas imágenes del resultado por condados. Un poco deprimentes, dicho sea de paso… por si hace falta decirlo, en rojo los condados republicanos, en azul los demócratas.

    Año 2000

    http://itoccurstome.com/images/2000electionbycounty.gif

    Año 2004

    http://www.southernspaces.org/contents/2004/mcpherson/images/1b-006-ss-04-tmcphe_lg.png

    Año 2008

    http://www-personal.umich.edu/~mejn/election/2008/countymapredbluer512.png

  4. citoyen dice:

    me refería al post de egócrata pero tu comentario también es bonito 😛

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