No escribiré demasiado hoy; ayer dormí poco, hoy he trabajado hasta tarde y la verdad, estoy muerto. Aún así, me parece que vale la pena hacer una primera aproximación a los resultados de las elecciones americanas de ayer. Me centraré en dos o tres temas que me parecen cruciales, y que creo deberían guíar un poco la discusión sobre lo sucedido estos días.

Primero, como repito a menudo en toda bitácora que me da cobijo, debemos ir con cuidado al «interpretar» los resultados. Las elecciones no dan «mensajes», escogen políticos: los votantes tienen dos candidatos, y deciden cuál prefieren. Lo que vemos es un agregado de preferencias individuales, no una manifestación del espíritu de los tiempos o la encarnación de la intrahistoria. Esto no hace los resultados irrelevantes; lo que quiere decir es que no podemos afirmar que «el país ha girado a la izquierda» ó «la culpa fue del chachachá» sin tener datos empíricos claros.

Y por claros, obviamente, hablamos de investigación basada en encuestas. Ya sabemos de sus límites de estas cosas.  Hay que ir con cuidado al avanzar conclusiones demasiado claras.

Así que hoy me limitaré a los datos, más o menos. El primer dato, y el más importante, es que es una victoria clara. Desde 1952 (!!!) un candidato presidencial que no está ocupando la Casa Blanca no sacaba más de un 52% de los votos. Es el primer demócrata desde 1964 (!!!) que saca más de un 52% de los votos. A primera vista un 52% no suena demasiado; 6 puntos de ventaja suenan bien, pero no es exagerado. Sin embargo, hacía más de 50 años que nadie llegaba de fuera y sacaba ese porcentaje de votos. Y estamos hablando de Eisenhower, un tipo que venía de ganar la Segunda Guerra Mundial.

Segundo, los republicanos tienen que aprender demografía. Nada de Ciencia Política, demografía. Acaban de llevarse un repaso de impresión, que sólo parece menos doloroso porque vienen de llevarse una paliza escandalosa en la las legislativas del 2006. Una buena idea para ellos puede ser ver quién les votó ayer.

Respuesta breve: blancos, en zonas rurales, mayores de 45 años, sin estudios universitarios. Cuanto más viejetes, más votos. Sí, también tienden a ganar entre la gente que tiene mucho dinero, pero eso son pocos votos. Los demócratas, mientras tanto, ganan 2 a 1 el voto latino, 9 a 1 el afromericano, 2 a 1 los menores de 30 y básicamente 3-1 en agregado entre los que caen en la categoría «no-blanco» y «no-cristiano», que componen sobre un 40% del electorado.

Ahora, por 25 pesetas, adivinen qué grupos de población están creciendo a marchas forzadas en Estados Unidos, y qué grupos de población se están estancando. La base de los demócratas en estas elecciones no sólo es más amplia que la de los republicanos, sino que además tiende a crecer infinitamente más rápido. O el partido republicano descubre una manera de atraer a minorías (esto es, deja de jugar a ser racista en sus ratos libres) y a los jóvenes (algo que se traduce en dejar de defender los valores morales de 1950 y tomarse la igualdad de oportunidades en serio, entre otras cosas) o no se van a comer una rosca en años.

Esto, de momento; en las elecciones de ayer vimos más cosas aparte del ominoso peso demográfico. Las cifras de arriba son un símptoma, no la razón de fondo. Pero de eso, hablamos mañana.

Por cierto, para los morbosos: Newsweek tiene una excelente serie de artículos sobre la campaña estos días, siguiendo esa tradición americana de dar acceso a cambio de no hacer público lo que ves y escribes hasta después de las elecciones. Un adelanto: Sarah Palin y familia son, según un ayudante de McCain, «Wasilla hillbillies looting Neiman Marcus from coast to coast«. Y no es lo peor que leeréis de ella. Ya os digo, jugosillos.


12 comentarios

  1. citoyen dice:

    «adivinen qué grupos de población están creciendo a marchas forzadas en Estados Unidos, y qué grupos de población se están estancando.»

    Cielos! Eurabia a las puertas! El terror rojo nos amenaza de nuevo. WASP defending!

  2. […] para saber más, mejor vayamos aquí, que estaremos más cómodos. Hala, a Barras y […]

  3. Lole dice:

    «Como más viejetes, más votos.»

    Cuanto más …, más ….

    Por favor, escríbalo cien veces en la pizarra.

    Ahora en serio. Tenga cuidado. Expresiones como esa pueden colar en un blog sin mayor problema. Pero en contextos más formales como una tesis doctoral, un informe oficial, un libro o una columna de opinión periodística, puede usted salir mal parado.

    Por lo demás, excelente artículo.

  4. Es un catalanismo. Lo cambio!

  5. Lole dice:

    Ah, pensaba que era influencia del inglés.

  6. David GR dice:

    Gracias por tu intersantísima serie de artículos sobre las elecciones americanas. Desde mi ignorancia sobre demografía o ciencia política, a mí hay un paso lógico en tu argumentación de hoy que no me convence. Más o menos entiendo que argumentas lo siguiente: «Como el Partido Demócrata tiene más apoyos entre los jóvenes y las minorías raciales, y como estos grupos están en crecimiento, el Partido Demócrata tiene muy buenas expectativas de futuro». Pero también hay que tener en cuenta que, conforme los jóvenes se hacen viejos y las minorías se convierten en mayorías, estos grupos se harán más «republicanos».

    Por cierto, puestos a meterse contigo, a mí lo de «crecer infinitamente más rápido» me rechina. Así que no te aceptamos el artículo como tesis doctoral.

  7. irichc dice:

    La grandeza de un líder consiste en modelar a su electorado, no en dejarse llevar por él de forma pasiva -como si fuera la masa la que pensase en lugar del dirigente. Esto es tomarse demasiado en serio la cuestión de la «representatividad», ser más demócrata que los demócratas y, en fin, más papista que el Papa. Tu argumento demográfico no me parece concluyente en absoluto.

  8. David GR:

    Sí y no. Por un lado, la gente cambia, pero por otro, las actitudes permancen bastante estables. La gente de la generación nacida en los 80-90 son bastante (o completamente) inmunes al racismo, ven la homosexualidad como algo normal y son menos religiosos (o menos estrictos con ello). Es una cuestión de valores, y estos cambian poco. No son los valores del partido republicano.

    Irichc:

    Uno puede modelar el electorado, pero hasta cierto punto. Si el mensaje de tu partido ha sido durante décadas el decir (de forma implícita) que la inmigración es horrible, los latinos te quitan tu trabajo, los negros son ladrones y que los homosexuales quieren destruir tu familia, los latinos, negros y homosexuales no te votarán, por mucho que quieras convencerlos, y los jóvenes que no son nada racistas y son mucho más tolerantes tampoco lo harán.

    Sí, uno puede convencer a los votantes, pero los republicanos están haciendo campaña sobre temas de identidad. Eso no te gana elecciones cuando las minorías dejan de serlo, y las nuevas cohortes de votantes son mucho más liberales en estos temas.

  9. irichc dice:

    Vuelvo a discrepar. Los inmigrantes se vuelven «racistas» (o más bien proteccionistas) cuando consiguen los papeles, y no todos los homosexuales son activistas gays ni comulgan con esa ideología. Es, insisto, una cuestión de discurso.

  10. […] razones son en última instancia tecnológicas, demográficas o evolutivas: una sociedad con una clase media amplia no puede dejar de ser una democracia y una […]

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  12. […] el electorado blanco del sur no responda como antes; los cambios son más a largo plazo, puramente demográficos. El electorado que responde como un resorte ante estas cosas está desapareciendo poco a poco, […]

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