Hoy puedo cortar y pegar lo escrito en los dos primeros debates, y sería básicamente igual de relevante. El debate ha sido bueno;  probablemente el mejor de los tres.

McCain ha sido más agresivo que nunca. Ha sacado a Ayers, ACORN y todas las paranoias de los conservadores estos días. Ha repetido los mantras de siempre (¡bajar impuestos, bajar impuestos, bajar impuestos! ¡gasto público malo, malo, malo!). Ha lanzando un montón de ideas, todo variaciones de esos principios, y ha hablado de lo mucho que odia el aborto. Obama ha respondido de forma clara, coherente, serena y si tomar a los votantes por imbéciles.

Acaba el debate, y los comentaristas de CNN andan todos diciendo que McCain ha atacado mucho, que eso es fantástico, que Obama ha estado a la defensiva y que probablemente McCain ha ganado el debate. Ahora, adivinad lo que dicen las encuestas y paneles post debate.

Obama, de nuevo, ha ganado. Y no sólo eso; ha ganado de forma todavía más aplastante. CBS, 53 a 22; CNN, 58 a 31. Los páneles, igual. En el debate un candidato ha tratado a los votantes como niños, prometiendo caramelos fiscales y hablando del hombre del saco; el otro ha hablado a los votantes como si fueran adultos, ha insistido en hablar de problemas concretas. Parece mentira, pero el segundo candidato ha ganado el debate. Lo vimos en las primarias, y lo vemos de nuevo ahora.

Lo cierto es que como he dicho otras veces, McCain tiene entre manos unas elecciones básicamente imposibles de ganar. Cualquier candidato republicano en su misma situación estaría por detrás en las encuestas. Su campaña electoral ha sido excepcionalmente mala estos días: incoherente, centrada en lo irrelevante, chirriante, contradictoria, con una candidata a vicepresidente cada vez más impopular, lo cierto es que McCain ha cometido muchísimos errores. Sin embargo, aún en caso que el candidato republicano hubiera llegado a encontrar el milagroso tono filosofal del momento y no hubiera hecho nada mal, la situación de la economía y el ser sucesor de Bush lo condenaría al fracaso.

La verdad, creo que McCain lo sabe. No lo reconocerá en público, pero el tono resignado de muchos de sus asesores y del mismo candidato algunas veces lo deja bastante claro. Hay veces que en política uno no puede ganar; McCain se enfrenta a una de esas situaciones.

McCain hoy ha jugado no a ganar (sabe que no puede) si no a evitar que su propio partido le crucifique. Mirad la respuesta de McCain sobre el aborto:

Es extraordinariamente ideológica, terriblemente insensible y (si me permiten) básicamente cruel. Su ortodoxia conservadora es impecable, pero no ha sido centrista en absoluto; y eso se ha repitido en muchas respuestas, desde sacar a Ayers y ACORN hasta su extraña obsesión con congelar el gasto público.

A Obama ahora mismo le quedan sólo dos obstáculos antes de las elecciones: lo imprevisto, y el espectro de una supermayoría demócrata. Lo primero es bastante obvio; un atentado, Méjico invade Texas, Marte ataca, encuentran a Obama en la cama con un niño vivo o una niña muerta. Básicamente, algo externo, horrible y totalmente inesperado.

Lo segundo es un poco más complicado. Según van las cosas ahora, es más que probable que los demócratas ganen la presidencia, una mayoría aplastante en la Cámara de Representantes y una supermayoría a prueba de bombas (y filibusterismo) en el Senado. Tradicionalmente los americanos no son demasiado aficionados a tener a un sólo partido controlando las tres instituciones simultáneamente; la constitución, de hecho, intenta que eso no suceda demasiado. Algunos dicen que McCain puede asustar a algunos votantes con eso de «un fantasma recorre Washington, el fantasma del socialismo gobierno unitario» y recuperar algunos votos.

La verdad: creo que es un argumento estúpido. Si hay algo que los americanos parecen tener claro este año es que es hora de echar a los republicanos al río. A todos. Con zapatos de cemento. Con entusiasmo. No creo que tengan miedo de hacer eso; es más, creo que se mueren de ganas de hacerlo.

Más allá de la estrategia electoral, soy de la opinión que si bien la podedumbre del partido republicano exige ese acto de limpieza democrática lleno de simpatía, no es que el partido demócrata, como institución, sea un partido precisamente limpio. Los demócratas no están llenos de locos de atar, extremistas y talibanes de sacristía, pero tienen una nutrida cuota de incompetentes, corruptos y políticos de cuarta categoría. La política americana necesita cambiar en muchos niveles, no sólo en la presidencia.


2 comentarios

  1. […] del aborto. Concretamente, lo que piensa de interrumpir el aborto por motivos de salud de la madre. Esto ha dicho. Según él, una mariconada. Muy bien. Un caramelo más para los integristas de la cruz y un puñal […]

  2. Una imagen dice:

    […] Neoprog ¿Tengo que decir más? Y no, no está retocada. Es sólo una captura de pantalla malvada de Reuters.  Más sobre el debate aquí.  […]

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